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Con esta segunda entrega completamos el texto “Agakure, oculto bajo las hojas” en nuestro boletín Aiki – Publis, -la primera la realizamos el mes de Marzo de 2011-.

        Aumentamos nuestro compromiso de seguir acercando los clásicos a nuestros lectores, con el fin de informar y formar en la cultura marcial.

Hagakure, que significa oculto bajo las hojas, 2ª parte
Índice del Artículo.
Senilidad  Senilidad Errores  Errores Caligrafía, Aceptar el sufrimiento  Caligrafía, Aceptar el sufrimiento Hacer demasiado  Hacer demasiado La condición del samurái  La condición del samurái
El fin de las cosas  El fin de las cosas El mundo es sueño  El mundo es sueño Fanatismo  Fanatismo Resolución  Resolución La nostalgia del pasado, Examen cotidiano y Marionetas  La nostalgia del pasado, Examen cotidiano y Marionetas
Cuando el agua sube  Cuando el agua sube Ahora es la hora  Ahora es la hora Fugacidad  Fugacidad Dignidad y sinceridad  Dignidad y sinceridad. El orgullo, Intuición súbita  El orgullo, Intuición súbita
Nuestra opinión  Nuestra opinión Longevidad y Relajación  Longevidad y Relajación Confusión  Confusión Un método secreto y Las palabras  Un método secreto y Las palabras Lealtad a la muerte  Lealtad a la muerte
Los pequeños fallos  Los pequeños fallos Hierba de cobardía  Hierba de cobardía Asir la ocasión  Asir la ocasión Dominar a sus aliados  Dominar a sus aliados Vencer la enfermedad  Vencer la enfermedad
Valentía  Valentía Homosexualidad  Homosexualidad
Senilidad

Hagakure -oculto bajo las hojas-, 2ª parte

        

Senilidad

        La vejez llega cuando uno se limita a hacer las cosas a las que se es proclive. Mientras el vigor persiste, uno puede ir en contra de esta inclinación; cuando él se debilita, las verdaderas tendencias aparecen y nos perturban.

        Existen diferentes manifestaciones de este estado pero, alcanzados los sesenta años, nadie escapa a ello. Pensar que uno no será jamás senil, es serlo ya. Así uno puede considerar la argumentación del maestro Ittei como la de una persona senil, cuando quiso probar que él era el único que podía ayudar a la Casa Nabeshima. Fue a hablar con los poderosos de diferentes familias, pero mostraba ya señales de senilidad. Todo el mundo pensó en su momento que era un acto razonable; y si reflexiono mejor me doy cuenta que era un acto de debilidad. Por mi parte, gracias a este ejemplo y debido a la sensación que tengo de retornar a la infancia, he rehusado la invitación a la ceremonia del templo por el aniversario de la muerte el Señor Mitsushige y he decidido permanece cada vez más recluido en mi casa. Uno debe tener la clarividencia de lo que os va a ocurrir.   Subir

        

Errores

        Según una historia de Ryutaji, había un experto en el I-Ching en la región de Kamigata. Habría dicho que, incluso tratándose de un sacerdote, es inútil dar una posición a un hombre antes de los cuarenta años, por la buena razón de que hasta entonces comete numerosos errores. Confucio no fue el único que tuvo el espíritu sereno después de los cuarenta años. Hasta esa edad, tanto el sabio como el insensato han acumulado numerosas experiencias formadoras y luego cesan de estar indecisos frente a la existencia.

Errores

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        En lo que concierne al valor marcial, es más meritorio morir por su amo que matar a un enemigo. Es en este sentido que se puede comprender la devoción de Sato Tsugunobu.

        Cuando yo era joven, tenía un "diario de lamentaciones" en el cual mencionaba día tras día mis errores. Pero no pasaba un solo día sin que yo tuviera que abrirlo veinte o treinta veces. Es así como acabé comprendiendo que siempre sería así y decidí abandonarlo. Hoy en día, cuando medito, antes de irme a dormir, sobre la jornada transcurrida, no hay un día en el cual yo no haya cometido algún fallo de palabra o de acción. Vivir sin cometer errores es casi imposible, pero "los intelectuales" distan mucho de admitirlo.

        Cuando se lee un texto en voz alta, hay que hacerlo con el vientre. Cuando se lee con la boca y la garganta, uno se cansa deprisa. Esto es una enseñanza de Nakamo Shikibu.

        Lo que se llama generosidad es realmente compasión. En el"Shin´ei" está escrito: "Mirando con el ojo de la compasión, no hay nadie que no merezca ser amado. El que ha pecado debe despertar todavía más nuestra piedad". No hay límite para la anchura y profundidad de nuestro corazón. Hay espacio para todo.

        Por esto todavía adoramos a los sabios de los tres antiguos reinos (India, China y Japón) debido a que su compasión todavía nos alcanza a nosotros actualmente. Cualquier cosa que hagáis, tenéis que hacerlo para el bien de vuestro amo, vuestros parientes, la gente en general y la posteridad. Esto es la gran compasión. El amor y la sabiduría que vienen de esto son el real amor y la real sabiduría. Cuando uno castiga o lucha con el corazón compasivo, todo lo que haga será sin límites en la fuerza y la corrección. Hacer una cosa pensando el propio beneficio es superficial y se vuelve negativo. Yo comprendí hace tiempo los temas de la sabiduría y la bravura. Ahora estoy justamente empezando a entender el tema de la compasión.

        El Señor Ieyasu decía: "El fundamento para gobernar un país en paz es la compasión; cuando uno considera al pueblo como a su propio hijo, el pueblo lo considera como su propio padre." Además ¿no ha de pensarse que los nombres del "padre del grupo" y "niño del grupo" (es decir jefe del grupo y miembro) provienen de los armoniosos corazones de una relación padre-hijo? Es de esta manera que ha de comprenderse que la frase del Señor Naoshige: "Un buscador de faltas vendrá para ser castigado por los otros" viene de su compasión. Su sentencia: "El principio está más allá de la razón" también tiene que ser considerado compasión. Él afirmó con entusiasmo que uno tiene que probar lo ilimitado.   Subir

        

Caligrafía

        El Maestro Ittei decía: "El progreso en caligrafía consiste en crear la armonía entre el pergamino, el pincel y la tinta."¡Tienen tanta tendencia a estar desunidas! El Monje Tannen decía: "Podría ocurrir que un servidor inteligente no ascendiera. Pero tampoco hay casos en donde un servidor estúpido haya podido salir del montón."

Caligrafía, Aceptar el sufrimiento

        

Aceptar el sufrimiento

        El Maestro Ittei decía también: "Para actuar correctamente, en una sola palabra: es necesario soportar el sufrimiento." No aceptar sufrir es malo. Es un sufrimiento que no tiene ninguna excepción.   Subir

Hacer demasiado

        

Hacer demasiado

        Según los antiguos, un Samurái debe notarse por su excesiva tenacidad. Una cosa hecha con moderación puede ser juzgada insuficiente. Es necesario "hacer demasiado" para no cometer errores. Es el tipo de principio que no es necesario olvidar. Cuando uno ha decidido matar a alguien, incluso si la empresa parece difícil de realizar, sin duda no sirve de nada intentarlo hacer con medios desviados. El corazón puede flaquear, la ocasión puede faltar y, a fin de cuentas, todo puede fracasar.

        La Vía del Samurái es la de la acción inmediata y por ello es preferible "lanzarse la cabeza primero". Una vez, un hombre iba de camino para ir a escuchar los Sutras en el Jissoin en Kawakami. Uno de sus pajes se emborrachó y buscó pelea con uno de los marinos. Cuando se acercaron, el paje desenvainó su sable y el marino, cogiendo una percha, lo golpeó en la cabeza. En el mismo momento, los otros marinos cogieron remos y ya iban a golpear al paje cuando el amo llegó. Hizo ver que no se daba cuenta de nada y entonces otro paje fue a pedir excusas a los marinos. Calmó a su compañero y lo acompañó hasta su casa, pero entonces se dio cuenta de que le habían robado su sable. La lección que es necesario extraer es la siguiente: en primer lugar, no haber desaprobado y sancionado al paje en el barco es una negligencia del amo; luego, incluso si el paje había actuado sin consideración, en cuanto fue golpeado en la cabeza ya no había lugar para excusarse. El Amo debería haber ido hacia el paje borracho y el marino, como si fuera a excusarse y luego haberlos matado a los dos. Es evidente que este amo no tenía "Espíritu".

        El Señor Naoshige decía: "El valor de un antepasado se mide por el comportamiento de sus hijos. Un hijo debe actuar de modo que honre a su antepasado y no de modo que lo deshonre. Esto es realmente la piedad filial."

        Cuando Nakano Shogen hizo Seppuku, los miembros de su clan, reunidos en casa de Oki Hyobu, hicieron comentarios críticos sobre él. Hyobu les dijo:

        "No se debe hablar mal de alguien que ha muerto y el que ha sido condenado debe despertar particularmente nuestra piedad. Es deber del Samurai es elogiarle, aunque sólo fuera un poco. No hay duda de que dentro de veinte años se dirá de Shogen que era un servidor fiel." Estos comentarios son los de un hombre maduro.

        Cuando uno conoce a alguien, debería captar rápidamente su carácter y reaccionar de manera adecuada para cada uno. Cuando uno se encuentra con alguien a quien le gusta argumentar, es necesario enfrentarse a él y ganarlo por la superioridad de la lógica, pero sin ser demasiado severo, para evitar que quede un resentimiento. Es a la vez algo del corazón y algo de palabras. Este consejo fue dado por un sacerdote.   Subir

La condición del samurái

        

La condición del samurái

        Si se debiera resumir en pocas palabras la condición del Samurai, yo diría que en primer lugar es devoción en cuerpo y alma a un amo. En segundo lugar yo diría que es necesario cultivar la inteligencia, la compasión y la valentía. La posición de estas tres virtudes reunidas puede parecer imposible al ser común, pero es fácil.

        La inteligencia no es más que saber conversar de unas cosas y otras con los demás, consiguiendo con ello una sabiduría infinita. La compasión cosiste en actuar en bien de los demás comparándose con ellos y dándoles la preferencia. La valentía es saber apretar los dientes. Es suficiente hacer esto en cualquier circunstancia. Todo lo que está más allá de estas tres virtudes no es útil conocerlo.

        En tercer lugar, en lo que concierne al aspecto exterior, es necesario cuidar su apariencia, su manera de expresarse y perfeccionarse en caligrafía. Esto no es más que un asunto corriente que es necesario mejorar con una práctica constante. En la base de todo esto hace falta sentir en nosotros la presencia de una fuerza tranquila. Cuando ella haya realizado todo esto, será necesario aprender la historia de nuestra tierra y de sus costumbres. Luego podremos estudiar algunas artes recreativas. Ser un Samurai es, a fin de cuentas, muy simple. Si miráis los que hoy en día son de alguna utilidad, os daréis cuenta que han reunido estas tres condiciones.

        Los hombres valientes del pasado eran, en su mayoría, ruidosos; su exuberancia era signo de fortaleza y bravura. Como yo dudaba de ello, Tsunetomo me contestó: "Se puede comprender que su vitalidad poderosa haya hecho de ellos seres rudos y exuberantes. Hoy en día, los hombres han perdido esta alegría ruidosa porque su vitalidad es menor. La savia se ha agotado pero su carácter ha mejorado. El valor es de otro orden.

        Que hayan perdido en vitalidad y ganado en dulzura no significa que posean una menor pasión por la muerte. Esto no tiene nada que ver con la vitalidad." Aunque el Señor Ieyasu no haya ganado jamás una batalla, la posteridad ha dicho de él. "Ieyasu era un general muy valiente." Ninguno de sus Samuráis murió en el campo de batalla dando la espalda al enemigo. Todos yacían con la cara vuelta hacia las filas adversarias.   Subir

        

El fin de las cosas

        Yasuda Ukyo hazo el comentario siguiente a propósito de la última copa de vino que se ofrece: "Sólo el fin de las cosas es importante." Cada uno debería parecerse a esto.

El fin de las cosas

        Cuando los invitados se van, decirles adiós con pesar es importante. Si este sentimiento está ausente, se corre el riesgo de parecer harto y todo el placer de la jornada se difumina. Se debe dar sin cesar la impresión de que uno hace algo importante. Esto es posible con un mínimo de comprensión de la situación.

        Uesugi Kenshin decía: "Yo no he sabido jamás lo que era ganar desde el principio al fin; yo solamente he comprendido que no hay que ser jamás inferior a la situación y esto es importante. Es molesto que un Samurai no esté a la altura. Si no estuviéramos constantemente por debajo de la situación, no nos sentiríamos embarazados jamás".

        Deberíamos no hablar de temas tales como el conocimiento, la moralidad, las costumbres delante de los mayores o las personas de alto rango. Es algo desagradable de oír.

        Incluso, aun cuando uno acabara de ser decapitado, todavía deberíamos ser capaces de hacer con seguridad una última cosa. Los últimos instantes de Nitta Yoshisada lo prueban: si hubiera tenido un espíritu débil, se había caído en el momento exacto en que su cabeza fue cortada. Este también ha sido recientemente el caso de Ono Doken. Estos hechos relevan de la determinación. Cuando uno posee valor marcial y determinación, incluso teniendo la cabeza cortada, no muere, siendo como un fantasma vengador.   Subir

El mundo es sueño

        

El mundo es sueño

        Que uno sea de alto linaje o de origen humilde, rico o pobre, joven o anciano, ilustrado o no, todos estamos destinados a morir. Nosotros sabemos que esto es ineludible pero nos agarramos a las ramas diciéndonos que los otros morirán antes que nosotros, que seremos el último.

        La muerte siempre parece lejana. ¿Acaso no es esto una vista engañosa y fútil? ¿No es una ilusión, un sueño? No se deberían ver las cosas de una manera que nos indujera a la negligencia. Se debería ser valiente y actuar rápidamente ya que la muerte vendrá tarde o temprano a golpear nuestra puerta.

        La vergüenza y el arrepentimiento son comparables al hecho de derramar un jarro de agua. Uno de mis amigos ha sentido compasión escuchando la confesión de aquel que le había robado su sable de gala. Cuando uno quiere reparar sus faltas, sus huellas desaparecen rápidamente.

        Una persona de poco conocimiento se da aires de sabio: es una cuestión de inexperiencia. Cuando se domina bien algo, no se destaca en nuestro comportamiento: una persona así es educada.   Subir

        

Fanatismo

        El monje Keiho cuenta que el Señor Aki había dicho un día que la virtud marcial por excelencia era el fanatismo. He constatado que esto coincidía con mi propia convicción y desde entonces soy cada vez más extremado en mi fanatismo.

        

Fanatismo

        Cuando hice la siguiente pregunta: "¿Qué es lo que no debe hacer jamás un Samurai que esté al servicio de un Daimyo?", Me fue contestado: "Un Samurai no debe ni beber demasiado ni estar demasiado seguro de sí mismo ni darse a la lujuria." En período de dificultad, estas debilidades sólo tienen pocas ocasiones de ser satisfechas. Así, sólo tienen consecuencias limitadas. Pero cuando los tiempos mejoran, la vida se vuelve más fácil.

        Entonces estos tres defectos se vuelven susceptibles de tener consecuencias nefastas. Examinad de cerca la carrera de personas que conocéis. En cuanto empiezan a palpar el triunfo, se vuelven arrogantes sin medida, se entregan a un lujo imperdonable. Es bueno enfrentarse con dificultades en la juventud porque el que no ha sufrido jamás no ha templado plenamente su carácter. Un Samurai que se desanima o abandona frente a las pruebas, no es de ninguna utilidad.   Subir

Resolución

        

Resolución

        En un último análisis, la única cosa que cuenta es la resolución del momento. Un Samurái toma una decisión tras otra y el conjunto llena toda su vida. Una vez que ha comprendido esta regla fundamental ya no tiene que manifestar jamás impaciencia ni buscar otra cosa que el momento presente. Su existencia fluye naturalmente, se concentra en sus decisiones.

        Sin embargo, las personas tienen tendencia a olvidar esta regla de conducta. Aprender a conformarse a sus decisiones sin desviarse, no puede realizarse sin alcanzar una cierta edad. Incluso cuando uno ha alcanzado la iluminación y si el interesado no tiene plenamente conciencia de ello su determinación está siempre presente. Si alguien lleva a término aunque sólo sea una resolución. Revela así un gesto de lealtad será raramente perturbado: pues revela así un gesto de lealtad respecto a su fe.   Subir

        

La nostalgia del pasado

        No podemos cambiar nuestra época. En cuanto las condiciones de vida se degradan regularmente es prueba de que uno ha penetrado en la fase última del destino. En efecto, no se puede estar constantemente en primavera o verano, tampoco se puede disfrutar permanentemente; por ello es obrar en vano empeñarse en cambiar la naturaleza de los momentos actuales para reencontrar los felices días del siglo pasado. El error de los que cultivan la nostalgia del pasado viene de que no captan esta idea. Pero los que sólo tienen consideración por el momento presente y detestan el pasado, parecen ser muy superficiales.

La nostalgia del pasado, Examen cotidiano y Marionetas

        

Examen cotidiano

        Se debe enseñar a los jóvenes Samuráis las virtudes marciales de manera que cada uno de ellos esté convencido de ser el guerrero más bravo de Japón. Paralelamente, los jóvenes Samuráis deben evaluar cotidianamente sus progresos con respecto a la Vía y deshacerse lo más rápidamente posible de sus imperfecciones. Este examen cotidiano es la condición para alcanzar la meta buscada.

        

Marionetas

        Mientras yo iba reflexionando al caminar, se me ocurrió que los seres humanos son unas extraordinarias e inteligentes marionetas articuladas. Aunque estén suspendidos por hilos, pueden saltar, caminar, hablar. ¡Cuán magníficamente están concebidos! Pero de aquí al próximo festival budista, pueden morir y venirnos a visitar bajo forma de espíritus. ¡Qué existencia más vana! La gente siempre parece olvidarlo.   Subir

Cuando el agua sube

        

Cuando el agua sube

        Existe un proverbio que reza: "Cuando el agua sube, el barco también." En otras palabras, frente a las dificultades, las facultades se agudizan. Es cierto que los hombres valientes cultivan seriamente sus talentos cuando las dificultades con las que están enfrentados son importantes. Es un error imperdonable dejarse abatir por las dificultades.   Subir

Ahora es la hora

        

Ahora es la hora

        El maestro Jocho dijo un día a su yerno Gomojo esta máxima: "Ahora es la hora y la hora es ahora." Tenemos tendencia a pensar que la vida cotidiana difiera de un momento de crisis; así cuando el momento de actuar llega, no estamos nunca listos. Si nos convocan para hablar con el Daimyo o somos enviados a una misión, no encontramos palabras para expresarnos.

        Estas actitudes indican que continuamente diferenciamos entre "el tiempo" en el sentido amplio y "el momento presente". Comprender la expresión: "La hora es ahora" significa prepararse constantemente para un suceso imprevisto. Un Samurai debe siempre estar dispuesto a expresarse claramente en público, a ser convocado frente al Daimyo o incluso a entrevistarse con personalidades oficiales, aun con el mismo Shogun en persona. Poco importa que esto ocurra o no, uno debe de estar dispuesto permanentemente. Esta disponibilidad para actuar es el método a aplicar para llevar a cabo todas nuestras acciones, tanto en las artes militares como en los deberes cívicos.

        Si los dioses ignoran mis rezos debido ha que he sido mancillado por la sangre del enemigo, no puedo hacer nada si no es continuar mis actos de devoción sin preocuparme de la mancha. Incluso, aunque los dioses no aman las manchas de sangre, yo tengo mi propia manera de ver las cosas. No me olvido jamás de mi hora cotidiana de oración. E incluso si en el campo de batalla me salpica la sangre o tropiezo en los cadáveres que yacen a mis pies, tengo confianza en la eficacia de mis rezos dedicados a los dioses para alcanzar el éxito militar o asegurarme una larga vida.   Subir

Fugacidad

        

Fugacidad

        La vida humana sólo dura un instante, es necesario tener la fuerza de vivirla haciendo lo que más nos gusta.

        En este mundo fugaz como un sueño, vivir en el sufrimiento no haciendo más que cosas que nos disgustan es una pura locura. Sin embargo, este principio, mal entendido, puede ser nocivo, por ello he decidido no enseñarlo a los jóvenes... Adoro dormir. En contestación a la situación actual del mundo, pienso que lo mejor que puedo hacer es volver a dormir a mi casa.

        Ocurre a menudo que un hombre que goza de grandes capacidades de juicio y que es consciente de su valor, se vuelva cada vez más arrogante. Es difícil conocer realmente sus cualidades pero todavía es más difícil admitir sus cualidades. Es el maestro Zen Kaion quien ha hecho estas reflexiones.   Subir

        

Dignidad y sinceridad

        La dignidad de un ser se mide por la impresión exterior que da. Hay dignidad en el esfuerzo y la asiduidad; en la serenidad y la discreción. Hay dignidad en la observación de las reglas y en la rectitud. También hay dignidad para apretar los dientes y mantener los ojos abiertos: todas estas actitudes son visibles desde el exterior. Lo que es capital es actuar siempre con dignidad y sinceridad.

Dignidad y sinceridad

        Kazuma Nakano ha dicho: "Es un signo de mezquindad y falta de gusto utilizar un juego de tazas ya gastado para la ceremonia del té." Los utensilios nuevos son más convenientes. Algunas personas pueden pensar que más vale emplear utensilios ya gastados debido al carácter de su origen. Estas dos concepciones son igualmente erróneas. Los objetos antiguos han sido empleados por personas, ciertamente modestas, pero su gran antigüedad les confiere una cierta nobleza. Los utensilios viejos han dado prueba de su calidad en las manos de gente de alto rango. Es por haber sido usadas por su propietario que ha acrecentado su valor. Uno puede tener un razonamiento semejante sobre el deber del Samurai. Un hombre de origen modesto que logra cierto renombre y alcanza una posición social elevada, está dotado manifiestamente de cualidades sobresalientes. Sin embargo, habrá gente que siempre encontrará desagradable codearse con un hombre de genealogía dudosa, que rehúsa siempre considerar como un oficial superior al que no era hasta ahora más que un simple soldado.

        Fundamentalmente, un hombre que ha descollado del montón, sólo ha podido hacerlo debido a que poseía más habilidad y mérito que los que están colocaos inicialmente en un escalón elevado. Por ello debemos siempre testimoniarles un mayor respeto.

        Cuando uno busca algo esencial que realizar, hay que saberse mantener lejos del Señor de un feudo, de las personalidades oficiales y de los consejeros. Cuando uno pasa el tiempo "girando en torno" a sus superiores y a estar suspendido de sus labios, se hace difícil llevar a cabo los proyectos. Es una máxima que no ha de ser olvidada.

        Está mal murmurar, sin embargo, tampoco es mejor alabar a alguien en todo momento. Un Samurai debe conocer su talla, observar la disciplina sin distraerse y hablar lo menos posible.

        Un hombre valeroso debe permanecer impávido y jamás dar la impresión de estar desbordado. Sólo las personas insignificantes, cuyo carácter se revela agresivo, buscan la fama a cualquier precio y chocan con todos los que frecuentan.

        En un debate o una discusión algunas veces hay que saber perder pronto para hacerlo con elegancia. Del mismo modo, si en la lucha Sumo, para ganar a cualquier precio, uno se pone a hacer trampas, se vuelve peor que un vencido y es, al mismo tiempo, derrotado y carente de elegancia.   Subir

        

El orgullo

        Alguien dijo un día: "Hay dos tipos de orgullo, el interno y el externo. Un Samurai que no posee los dos es de una utilidad dudosa." El orgullo puede ser comparado con la hoja de un sable. Debe afilarse y luego volverse a colocar en la vaina. De vez en cuando, es desenvainada, sostenida y limpiada para volverla a envainar.

El orgullo, Intuición súbita

        Si el sable de un Samurai siempre está desenvainado, si está siempre levantado, la gente le temerá y le será difícil tener amigos. Si por el contrario, no lo saca jamás de su vaina, la hoja se enmohecerá y la gente ya no temerá al que lo lleva.

        

Intuición súbita

        Deberían escucharse con respeto y gratitud las palabras de un hombre de gran experiencia, incluso si habla de cosas que ya sabemos. Ocurre, a veces, que después de haber oído diez o veinte veces la misma cosa, uno tenga una intuición súbita y que esta intuición trascienda la significación habitual. Hay una tendencia a mirar desde lo alto a la gente anciana y a no tomar en serio sus comentarios. Pero deberíamos hacer lo contrario, acordándonos que han tenido el beneficio de una larga y real experiencia.   Subir

Nuestra opinión

        

Nuestra opinión

        Como ya lo he subrayado en mis Reflexiones locas (un manual de comportamiento del Samurai redactado para mi yerno Gonojo), el non plus ultra del servicio de un Samurai es saber expresar con inteligencia su propia opinión, como los hombres cualificados del feudo, que son los consejeros experimentados del Daimyo. Cuando uno ha comprendido esto, poco importa lo que uno piensa o lo que hace. Pero nadie lo ha comprendido hasta ahora.

        Hay pocas personas cuya inteligencia sea suficiente para adaptarse a este principio. Algunos, más preocupados de su avance personal, usan la adulación y la zalamería para mejorar su situación. Tales personas sólo alimentan bajas ambiciones y no podrán alcanzar el nivel de hombre de estado experimentado. Algunos, más calculadores todavía que estos últimos, no ven ningún interés en volverse buenos Samuráis y pasan el tiempo deleitándose con los "Ensayos sobre la pereza" o la poesía de Sagyo. Sin embargo, desde mi punto de vista, Kenko y Sagyo no son más que cobardes, y es porque eran incapaces de asumir las funciones de un Samurái que tratan con desdén estos problemas, amparándose del título de religiosos retirados del mundo.

        Aún hoy en día, si bien yo pienso que es bueno para estos bonzos y las personas ancianas consagrarse a esta literatura, es preferible para el que tenga la ambición de ser un verdadero Samurai, que aunque acaparado por su combate para penetrar en el mundo, se esfuerce en servir perfecta y lealmente a su amo. Incluso si para conseguirlo tiene que estar hundido en el seno del infierno.   Subir

        

Longevidad

        Cuando el Señor Naoshige pasó por un lugar llamado Chiriki, se le dijo: "Por aquí vive un hombre anciano, cuya edad supera los noventa años. Este hombre es tan afortunado que deberías deteneros para saludarle." Naoshige escuchó y contestó: "¿Quién puede ser más desgraciado que este hombre? ¿Cuántos hijos y nietos ha visto ya desaparecer? ¿Dónde se encuentra su suerte?" No se detuvo para saludar al anciano.

Longevidad y Relajación

        

Relajación

        Me han contado que el señor Naoshige había dicho un día: "Hay un momento en el que todo el mundo está alegre y amistoso y es el momento en donde uno se relaja. Sin embargo, también hay cosas que uno lamenta siempre después de haberlas hecho o dicho".   Subir

Confusión

        

Confusión

        Durante una cacería en un lugar llamado Shiroishi, el amo Katsushige mató a un enorme jabalí. Todos le rodeaban admirándolo por la bestia extraordinaria que acababa de abatir.

        De repente, el jabalí dejado por muerto se levantó y cargó. Los miembros del cortejo del amo, sorprendidos, se asustaron y huyeron. En aquel momento, Matabei Nabeshima, rápido como el rayo, disparó sobre el jabalí y lo alcanzó. El amo Katsushige se cubrió el rostro con su manga y exclamó: "El aire está lleno de polvo." Evidentemente, hizo este gesto para evitar ver la confusión de los aduladores. Un hombre, Hyogo Naritomi, dijo un día: "La verdadera victoria significa la derrota de tu amigo. Ganar a tu aliado significa alcanzar la victoria sobre ti mismo; es la victoria del espíritu sobre el cuerpo." Un Samurai tiene el deber cotidiano de cultivar su espíritu y de ejercitar su cuerpo de tal manera que ninguno -entre mil aliados- pueda alcanzarlo. Sin esto, será ciertamente incapaz de derrotar a un enemigo.   Subir

        

Un método secreto

        Cuando vayáis a salir para una misión importante antes de hacerlo, colocad saliva sobre los lóbulos de vuestras orejas, respirad profundamente, tirad y romped un objeto entre vuestras manos. Es un método secreto. Del mismo modo, si sentís que la sangre se os sube a la cabeza, colocad saliva sobre vuestros lóbulos de la oreja y os sentiréis mejor inmediatamente.

        Se considerará siempre como algo natural la cualificación y la competencia de un Samurai, cualquiera que sea la manera extraordinaria en que realiza sus hazañas. Si sus resultados son semejantes a los de sus contemporáneos, se considera que es de poca valía. En cambio, si una persona despreocupada cualquiera realiza algo de manera ligeramente superior al promedio, será alabado grandemente.

Un método secreto y Las palabras

        

Las palabras

        La mejor actitud respecto a las palabras es no usarlas. Si pensáis que podéis pasar sin usarlas, no habléis. Lo que debe ser dicho debería serlo siempre de la manera más concisa, lógica y lo más clara posible. Una cantidad sorprendente de personas se ridiculizan hablando sin reflexionar y se desconsideran otro tanto.   Subir

Lealtad a la muerte

        

Lealtad a la muerte

        La absoluta lealtad respecto de la muerte debe ser puesta en práctica todos los días. Debemos comenzar cada amanecer meditando tranquilamente, pensando en el último momento e imaginando las diferente maneras de morir: muerto por una flecha, por un cañonazo, atravesado por un sable, sumergido por las olas, saltando en un incendio, golpeado por el rayo, aplastado por un terremoto, cayéndonos desde un risco, víctima de una enfermedad o súbitamente.

        Debemos comenzar la jornada pensando en la muerte. Como decía un anciano: "Cuando abandonáis vuestro tejado, entráis en el reino de los muertos; cuando abandonáis vuestro umbral, encontráis al enemigo." Esta sentencia no preconiza la prudencia sino la firme resolución de morir.   Subir

        

Los pequeños fallos

        Si os lanzáis a una empresa, no os preocupéis de los problemas de poca importancia. No es grave que un Samurai se manifieste egoísta de tiempo en tiempo, si por lo demás es perfectamente leal y devoto a su amo, si es bravo y generoso por regla general. De hecho, es más bien malo ser siempre perfecto en todas las cosas, porque entonces se tiene tendencia a olvidar que podemos cometer errores.

Los pequeños fallos

        Un hombre que se lanza a la aventura no puede cometer fallos. En efecto, ¿qué importancia tiene, en un hombre que cultiva el honor y la integridad, cometer un fallo mínimo? Cuando Nabeshima Tadanao tenía sólo quince años, un criado de las cocinas cometió una mala acción y uno de los guardias quiso matarlo; pero lo que ocurrió es que al final fue el criado quien lo mató. Los Ancianos del clan reclamaron su muerte argumentando que aquel hombre se había salido de su posición y que había vertido la sangre de su adversario. Tadanao, al oír esto dijo: ¿Qué es la cosa más condenable, salir de su rango o apartarse de la Vía del Samurai? Los Ancianos no supieron qué contestar. Entonces Tadanao dijo: "He leído que cuando el delito no es verdaderamente evidente, el castigo debe ser ligero. Arrestadlo por un tiempo."

        Cuando el Señor Katsusuhige era joven, el Señor Naoshige, su padre, le enseñó esto: "Para entrenarte a cortar con el sable, ve a cortar la cabeza de algunos condenados a muerte." Así se hizo. En la plaza, que se encuentra en el interior de la muralla de la Puerta Oeste, había unos hombres alineados y Katsushige los decapitó uno tras otro. Cuando llegó al décimo, se dio cuenta que era joven y fuerte y dijo: "Estoy cansado, perdono la vida de este hombre." Aquel hombre fue indultado.

        Cuando el Señor Takanobu estaba en el campo de batalla de Bungo, un mensajero del campo adversario vino a traerle un regalo, sake y comida. Takanobu iba a hacer el reparto cuando sus hombres se lo impidieron diciendo: "Los regalos del enemigo están verosímilmente envenenados, General; no deberíais ni siquiera tocarlos." Takanobu los escuchó y dijo: "Incluso si la comida está envenenada, ¿en qué puede cambiar el destino? ¡Haced venir al mensajero!", Bebió tres grandes copas, ofreció una a aquél, le dio su respuesta y lo mandó de vuelta a su campamento.   Subir

        

Hierba de cobardía

        Cuando la caída del castillo de Arima, el día 28 en la vecindad de la ciudadela, Mitsuse Genbei se sentó sobre un dique, en medio de los campos. Cuando Nakano pasó por allí y le preguntó por qué estaba allí, Mitsuse le contestó: "Tengo dolores de vientre y no puedo dar un paso más. He enviado a mis hombres al asalto os ruego que toméis el mando.

Hierba de cobardía

        Este hecho fue repetido por un testigo. Se juzgó que era cobarde y fue condenado a hacerse Seppuku. Ya hace mucho tiempo, los dolores abdominales eran llamados "Hierba de cobardía". Vienen sin avisar e inmovilizan al hombre. Nakamo Uemonnosuke Taaki fue matado el duodécimo día del octavo mes del año Eiroku durante la guerra entre los Señores Goto e Hirai de Suko, en la isla de Kabashima, en la región de Kishima. Antes de ir hacia las líneas enemigas, abrazó a su hijo Shihibu (sobrenombrado más tarde Jin´emon) en el jardín y le dijo: "Cuando seas mayor consigue el honor por la Vía del Samurai." Desde entonces, incluso cuando los hijos de su familia eran muy jóvenes, Yamamoto Jin´emon los reunía y les decía: "Creced y sed guerreros valerosos, sed diligentes hacia vuestro Señor." Y añadía. "Es bueno murmurar estas cosas a sus oídos incluso si son demasiado jóvenes para comprender."

        Cuando Sahei Kiyoji, hijo legítimo de Ogawa Toshikiyo, murió, era muy joven. Entre los Samuráis hubo un hombre que fue al templo corriendo a hacerse Seppuku.   Subir

Asir la ocasión

        

Asir la ocasión

        Cuando Taku Nagato No kami Yasuyori murió, Koga Yataemon dijo que, al no haber podido devolver a su amo todos los beneficios que le había dado, iba a hacerse el Sepukku. Kenshin Uesugi hizo un día el comentario siguiente: "Yo no conozco recetas para asegurar la victoria. Lo que yo sé es que hay que asir toda ocasión y no dejarla escapar jamás." Este comentario no carece de interés.   Subir

        

Dominar a sus aliados

        "Lo que es llamado vencer es, en primer lugar, dominar a sus aliados", decía Narutomi Hyogo. "Dominar a sus aliados es dominarse y dominarse es controlar rigurosamente el cuerpo.

Dominar a sus aliados

        Si uno se encuentra en una situación comparable a un hombre rodeado de diez mil aliados, ninguno de los cuales le seguiría. Si no se ha sabido previamente dominar el espíritu y el cuerpo uno no puede vencer a su enemigo" Cuando la rebelión de Shibamara, aunque su armadura se había quedado en el campamento, Shugo Echigen No Kami Tanenao se lanzó a la batalla vestido solamente con un Hakama y una blusa (haori). Se dice que fue encontrado vestido así.

        Cuando tuvo lugar el ataque al castillo de Shibamara, Tazaki Geki vistió una armadura, espléndidamente vistosa. El Señor Katsushige se vio contrariado por ello y desde entonces, cada vez que notaba algo excesivo, decía: "Es la misma cosa que la armadura de Geki". Teniendo en cuenta esta anécdota, las armaduras y los equipos militares demasiado vistosos pueden ser considerados como señales de debilidad y de falta de fuerza. Revelan la verdadera naturaleza del que los lleva.

        Cuando Nabeshima Hizen no Kami Tadanao murió, el Samurai Ezoe Kimbei tomó sus restos mortales y los hizo consagrar en el monte Koya.

        Luego se retiró a un lugar apartado, esculpió una estatua de su amo y otra representándole a él haciendo una reverencia ante su amo. A raíz del primer aniversario de la muerte de Tadanao, volvió a su casa y se hizo Sepukku. La estatua fue trasladada más tarde del monte Koya al Koenji.

        El Señor Mitsushige tenía en su guardia personal un Samurai llamado Oishi Kosuge. Cuando el Señor iba a su otra residencia de Edo, Kosuge tenía la costumbre de dar vueltas constantemente por sus apartamentos. Cuando consideraba que una zona era peligrosa, desenrollaba allí una estera y pasaba la noche velando. Si llovía, tenía por abrigo solamente un gran sombrero de bambú y un vestido aceitado; protegido de esta manera, permanecía de pie y vigilaba el lugar a pesar de la lluvia que lo calaba. Hasta que murió no faltó una sola noche a esta regla de prudencia.

        A la edad de cinco años, a petición de Jin´emon, su padre, Yamanoto Kichizaemon mató a un perro con un sable; a la edad de quince años tuvo que ejecutar del mismo modo a un criminal. Era la costumbre de la época. Es así cómo el Señor Katsushige, todavía muy joven, mandado por el Señor Katsushige, todavía muy joven, mandado por el Seor Naoshige ejecutó a más de diez condenados sucesivamente. Esta práctica era muy corriente en las clases altas desde hacía mucho tiempo pero ahora ni siquiera los hijos de las clases inferiores proceden a este tipo de ejecución y ello es una negligencia grave.

        Decir que se puede vivir sin haber tenido el mérito de matar a un condenado, pues se trata de un crimen, de una vileza y de una mancilla, no es más que una excusa. Más bien deberíamos pensar que son los que tienen una débil virtud marcial los que cuidan de no mancharse las manos. Si uno sondea la mente de los que consideran desagradables estas prácticas, se da cuenta que busca excusas que invocan la razón, pues es demasiado sensible para hacerlo. Sin embargo, Naoshige lo había ordenado porque era una práctica conveniente. El año pasado, fui a un lugar de ejecuciones llamado Kase para comprobar la firmeza de mi mano y he encontrado que era una buena cosa. Me encontré muy bien. Pensar que impresiona es señal de cobardía.   Subir

        

Vencer la enfermedad

        Las enfermedades y cosas semejantes se vuelven graves debido a nuestros propios sentimientos. Yo nací cuando mi padre tenía setenta y un años y por eso yo era un chico enfermizo. Pero debido a que tenía el deseo de ser útil, incluso en una edad avanzada, probé la suerte cuando llegó el momento y desde entonces nunca he estado enfermo.

Vencer la enfermedad

         Me he abstenido de sexo y he empleado cauterios de moxa. Esto son cosas que indiscutiblemente tienen efecto. Hay un proverbio que dice que incluso aunque uno queme un "mamushi" siete veces, retornará a su forma original. Esto es mi gran esperanza. Siempre he estado con una idea: ser capaz de realizar el deseo de mi corazón, el cual es renacer siete veces como miembro de mi clan.

        Yamamoto Jin´emon dice que lo mejor para un Samurai es tener buenos seguidores. Los asuntos militares no son asunto de una persona sola, por más eficaz que intente ser. Dinero es una cosa que uno puede pedir prestado de la gente, pero un hombre bueno no es algo que aparezca repentinamente. Uno debe mantener a un hombre amablemente y bien desde el principio. Y tener seguidores significa no alimentarse sólo uno mismo. Si se divide lo que tiene y alimenta incluso a la gente de menor categoría, será capaz de guardar hombres buenos.   Subir

Valentía

        

Valentía

        Se dice que al final de cada reunión de su clan, Oki Hyobu decía: "Los jóvenes deben esforzarse en aumentar siempre su determinación y su valentía. Esto sólo podrá hacerse cuando la valentía esté enraizada en el corazón.

        Cuando el sable está roto, hay que atacar con las manos. Cuando las manos están amputadas, hay que servirse de los hombros. Cuando los hombros están cortados, hay que morder el cuello de diez o hasta de quince enemigo. Esto es realmente valentía."   Subir

        

Homosexualidad

        Esto fue un comentario de Nakano Shikibu. Cuando uno es joven, puede ser avergonzado toda su vida por actos homosexuales. No comprenderlo es peligroso. Debido a que nadie informa a los jóvenes sobre este tema voy a dar unas indicaciones. Se debe entender que una mujer es fiel a un solo hombre. Sus sentimientos van a una sola persona de por vida. Si ello no es así, es lo mismo que sodomía o prostitución. Es una vergüenza para un guerrero. Ihara Saikaku ha escrito esta famosa sentencia que dice: "Un adolescente sin un amante adulto es como una mujer sin marido."

Homosexualidad

        Este tipo de persona es ridícula. Un joven tiene que someter a prueba a un adulto por lo menos cinco años y si está seguro de las intenciones de esta persona puede también pedir las relaciones. Una persona ligera no entrará profundamente en relación y luego abandonará a su amante. Si uno puede asistir y entregar su vida el uno al otro, entonces su naturaleza podrá ser averiguada. Pero si uno de los dos no es honesto, el otro tiene que decir que hay obstáculos a la relación y apartarse con firmeza.

        Si el primero pregunta qué obstáculos hay, el otro tiene que decir que no se lo dirá en su vida. Si el primero insiste, uno tiene que enfadarse, si continúa apretando entonces hay que matarlo. De ello se sigue que el hombre adulto tiene que descubrir los motivos del joven en la manera descrita. Si el joven se puede entregar él mismo y estar en esta situación por cinco o seis años, entonces será de confianza. Ante todo no se tiene que dividir un camino en dos. Hay que esforzarse en seguir la Vía del Samurái.

        Hoshino Ryotetsu fue el progenitor de la homosexualidad en nuestra provincia y a pesar de que tuvo numerosos seguidores, instruyó a cada uno de ellos individualmente. Edayoshi Saburozaemon fue un hombre que comprendió el fundamento de la homosexualidad. Un día, cuando acompañaba su amo a Edo, Ryotetsu preguntó a Saburozaemon: "¿Qué es lo que has comprendido de la homosexualidad?" Saburozaemon contestó: "Es algo agradable y desagradable al mismo tiempo." Ryotetsu estuvo contento por esta respuesta y dijo: "Habéis reflexionado largo tiempo y con esfuerzo para contestar de esta manera." Unos años después una persona preguntó a Saburozaemon el sentido de esta respuesta. Contestó: "Entregar su vida por otro es el principio básico de la homosexualidad. Si esto no es así, es motivo de vergüenza. Sin embargo, luego ya no habéis abandonado nada por entregaros a vuestro amo. Por ello se dice que es algo simultáneamente agradable y desagradable."   Subir

        En la duodécima sección del capítulo cincuenta del Ryoan-kyo, figura la siguiente anécdota: En la provincia de Hizen, vivía un hombre originario de Taku. Tenía la viruela pero quiso, a pesar de esto, reunirse con las fuerzas que salían para asaltar el castillo de Shimaba. Sus parientes intentaron disuadirlo: "Con una enfermedad tan grave, incluso si llegas allí, no servirás para nada." "Estaré satisfecho incluso si muero en el camino. Mi maestro me ha acogido en su generosa bondad. ¿Cómo podría yo ahora no serle de alguna utilidad?" Fue hacia las filas enemigas. Era invierno y a pesar del frío no cuidó de su salud. No se vistió más de lo acostumbrado y no abandonó su armadura. No tomó remedios contra su enfermedad. Pero acabó por restablecerse. Ocurrió, pues, lo contrario de lo que se esperaba, no fue necesario curar la infección.

        Cuando el Señor Suzuki Shozo conoció esto, dijo: "¿Acaso no es purificarse el sacrificar así su vida? Un hombre que entrega su vida en nombre de la rectitud, no tiene necesidad de invocar el Dios de la viruela. Todos los Dioses del cielo lo protegen."   Subir

        Hace unos años, cuando hubo una recitación de sutras en el Jissoin de Kawakami, cinco o seis hombres de Konyamachi y de los alrededores de Tashiro se fueron a descansar y en el camino de vuelta decidieron tomar unas copas. Un Samurai de la casa Kizuka Kyuzaemon rehusó la proposición de sus compañeros y se volvió para su casa antes de la caída de la noche. Durante esa noche, sus compañeros quedaron envueltos en una pelea y mataron a varias personas. El Samurai de Kyuzaemon lo supo durante la noche y fue inmediatamente a habla con sus compañeros.

        Escuchó su versión y dijo: "Supongo que vais a hacer un informe. Os ruego que declaréis que yo estaba presente y que he participado en el combate mortal. Yo diré lo mismo a Kyuzaemon. Debido a que este combate nos concierne a todos, yo haré frente a la muerte con todos vosotros. Tal es mi deseo más profundo. De hecho, si yo dijera a mi amo que he vuelto más pronto, no me creería; Kyuzaemon es un hombre severo. Incluso si los investigadores me disculpan, me hará ejecutar delante de sus ojos por cobardía y sería lamentable que yo muriera con mala reputación. Morir por morir, lo prefiero por haber matado a alguien. Si no aceptáis, me clavo el sable en el vientre ahora mismo."

        No teniendo elección, aceptaron. Cuando se hizo la investigación, las verdaderas circunstancias fueron descubiertas y se supo que el Samurai había vuelto pronto a su casa. Los investigadores quedaron muy impresionados y lo homenajearon. Sólo me han contado los grandes rasgos de esta historia. La estudiaré en detalle luego.   Subir

        Nabeshima Aki No Kami estaba comiendo cuando llegó un visitante y tuvo que dejar su plato tal cual. Poco después, uno de sus servidores se sentó delante de la bandeja y comenzó a comerse el pescado frito. Justo en ese momento llegó el Señor Aki y sorprendió al sirviente, que escapó, atemorizado. El Señor Aki gritó: "Hace falta una mentalidad de esclavo para comer en el plato empezado por otra persona." Se volvió a sentar y acabó su plato. Esta historia fue relatada por Jin´emon. Se cuenta que este servidor fue uno de los que se suicidó cuando murió su amo.

        Ichiguyen era un pequeño servidor a las órdenes del Señor Takanobu. Debido a un desacuerdo que tuvo respecto a la lucha, mató con su sable a siete u ocho hombres y fue condenado a hacerse el Seppuku. Cuando el Señor Takanobu lo supo, usó su clemencia y dijo: "Nuestra nación conoce ahora una época tumultuosa. Los hombres bizarros son de una gran importancia y este hombre parece tener una gran bizarría." Por ello, cuando tuvieron lugar los combates a lo largo el río Uti, el Señor Takanobu se llevó a Ichiguyen con él. Aquél alcanzó una gloria sin igual al precipitarse a la vanguardia enemiga y diezmarla en cada carga. En la batalla de Tagaki, Ichiguyen se adentró tanto en las filas enemigas que el Señor Takanobu, preso de remordimientos, tuvo que llamarlo de vuelta. Desgraciadamente, su vanguardia no pudo avanzar y sólo fue echándose el mismo en la batalla que pudo coger el brazo de Ichiguyen. Su cabeza tenía numerosas heridas que había cuidado aplicando hojas sostenidas con una fina servilleta.   Subir

        Cuando Fukuchi Rokurouemon abandonaba el castillo, el palanquín de una dama que parecía ser de alto rango pasó delante de la mansión del Señor Tabu y el hombre de guardia hizo las salutaciones con esmero. Sin embargo, un portador de alabarda que acompañaba el palanquín lo interpeló y dijo: "No te has inclinado lo suficiente" y lo golpeó con el puño de la alabarda. El guardia tocó su cabeza y notó que sangraba. Se levantó y dijo: "Habéis cometido una acción degradante cuando yo he sido cortés. Es una desgracia." Y mató al portador de la alabarda de un solo tajo de su sable.

        El palanquín continuó su camino, Rokurouemon levantó su lanza y dijo: "Envainad vuestro sable, está prohibido desenvainar el sable en el recinto del castillo." El hombre contestó: "Lo que acaba de ocurrir era inevitable y las circunstancias han sido las que han dictado mi conducta. Os habréis probablemente dado cuenta de ello. Deseo volver a envainar pero me es difícil hacerlo dado el tono de vuestra voz. Estaré contento de contestar a vuestro desafío." Rokurouemon bajó inmediatamente su lanza y dijo: "Sois razonable. Yo me llamo Fukuchi Rokurouemon. Testificaré que vuestra conducta ha sido ejemplar. Más aún, os sostendré a riesgo de mi propia vida. Ahora, os ruego que envainéis vuestro sable."

         "Con sumo placer." Dijo el guardia y envainó. Dijo servir a Taku Nagato No Kami Yasuyori. Por esto Rokuroemon lo acompañó y relató los hechos. Sin embargo, sabiendo que la Dama del palanquín era la esposa de un noble, el Señor Nagato le ordenó hacerse Seppuku. Rokurouemon dijo entonces: "He dado mi palabra de Samurai. Si este hombre es culpable voy a cometer Seppuku yo el primero." Se cuenta que esta historia terminó sin otras consecuencias.   Subir

        Un grupo de hombres se había reunido un día en la plaza de la Ciudadela interior del castillo cuando alguien dijo a Uchida Shouemon: "Se dice que enseñáis el arte del sable, pero si se os juzga por vuestro comportamiento cotidiano debéis de carecer de pulcritud. Si se os pidiera ser el asistente de un Seppuku tengo la impresión de que en vez de cortar la base del cuello, cortaríais la coronilla." Shouemon replicó: "Tal caso no es cierto, dibuja un pequeño punto con tinta en la base de tu cuello y te voy a mostrar cómo puedo cortarlo sin errar ni el espesor de un cabello."

        Camino de Tokaido, Nagayama Rokurozaemon se detuvo en Hamatsu. Cuando pasaba delante de un albergue, un mendigo se aproximó a su palanquín y dijo: "Soy un Ronin de Echigo, no tengo dinero y estoy en dificultades. Los dos somos Bushi. Os ruego que me ayudéis." Rokurozaemon se enfadó y dijo: "Es insultante decir que los dos somos Bushi. En vuestro lugar, ya me hubiera clavado el sable en el vientre, en vez de continuar errando, exponiendo vuestra vergüenza; cortaos ahora mismo el estómago." Se dice que el mendigo se alejó.   Subir

        En el curso de un Seppuku ritual, el asistente cortó la cabeza teniendo cuidado de dejar un pequeño trozo de carne de manera que la cabeza no quedara separada completamente del tronco. Un observador oficial declaró: "No se ha acabado." El Kaishaku, furioso, cogió la cabeza, cortó el trozo de carne, levantó la cabeza a la altura de sus ojos y dijo: "¡Mirad!" Fue bastante impresionante. Era una historia del Señor Sukeemon. Antaño ocurría que la cabeza "volara". Se dijo entonces que más valía dejar un pequeño trozo de carne que impidiera a la cabeza ser proyectada sobre los Oficiales.

        Ahora, la costumbre es cortar completamente la cabeza. Un hombre que había cortado cincuenta cabezas dijo un día: "Algunas veces el tronco de un cuerpo cuya cabeza habéis cortado no os deja indiferente. Para los tres primeros, no notáis nada; al cuarto o quinto ya empezáis a sentir algo. Como este punto es de una extrema importancia, si os decidís a cortar cabezas, tenéis que hacerlo sin cometer ningún error."   Subir

        Cuando el Señor Nabeshima Tsunashige era niño, Ivamura Kuranosuke fue el encargado de cuidar de él. Un día, Kuranosuke, viendo que se habían colocado monedas de oro delante del joven Tsunashige, preguntó al servidor: "¿Por qué razón están aquí estas monedas?" El servidor contestó: "El Amo acababa de saber que le habían hecho un regalo y como no lo había visto todavía, yo se lo he traído."

        Kuranosuke criticó fuertemente al servidor y dijo: "Colocar tales objetos delante de una persona importante es de mal gusto. Cuidad de que no estén jamás delante del hijo del Señor. Los servidores deben ser vigilantes." Otra vez, el Señor Tsunashige, que tenía entonces veinte años, se dirigía a la hacienda de Naeskiyama para divertirse. Cuando el cortejo llegaba cerca de la hacienda, pidió un bastón para caminar. El encargado de la guardia de sus sandalias, Miura Jibuzaemon, le fabricó uno con un palo. Koranosuke lo vio, se apoderó rápidamente del bastón y reprendió ásperamente a Jibuzaemon: "¿Acaso deseas que nuestro joven amo se vuelva blando? Darle este bastón, incluso si lo reclama, es una negligencia." Jibuzaemon fue ascendido más tarde al rango de Teakiyari y Tsunetomo lo aprendió directamente de él.   Subir

        Cuando Sagara Kyuma fue ascendido al rango primer ordenanza, dijo a Nabeshima Heizaemon: "Por una razón que yo ignoro el Amo me concede cada vez más confianza y acaba de nombrarme para un puesto elevado. No teniendo personalmente ningún servidor, me temo que mis asuntos padezcan por ello. Es por eso que os pido el favor de que me deis a vuestro servidor Akase Jibusaemon." Heizaemon le escuchó y contestó: "Acepto y es un honor para mí que os hayáis fijado en mi servidor." Cuando comunicó a Jibusaemon la noticia, éste dijo: "Pienso que mi deber es llevar personalmente mi respuesta al Señor Kyuma."

        Fue a su casa y tuvo una entrevista con él: "Pienso que es un gran honor haber sido tanteado para ser vuestro servidor, pero un Samurái no sabría cambiar de Amo. Tenéis un rango elevado, estaría colmado si me volviera vuestro servidor pero al mismo tiempo sería un deshonor. Heizaemon es de un rango menor, la vida es difícil para él, vivimos de sopa de arroz barato, sin embargo, es muy dulce. Os ruego que toméis todo esto en cuenta." Kyuma quedó muy impresionado por esta actitud.

        Nakano Jinemon acostumbraba a decir: "Un hombre que sólo sirve a su Señor, si es tratado con bondad no es un Samurái. El que lo sirve cuando es duro e irracional, éste es un Samurái. Debéis impregnaros de este principio”.

Yamamoto Tsunetomo.

Aiki – Publis del mes de Julio de 2011.

          Hacer clic si se desea ver Hagakure 1ª parte.

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