Me dirijo a ti, a usted que ha tenido el privilegio de tomar en sus manos este preciado regalo.
Este manual escrito por mi querido amigo, maestro, Sensei Ishana Pérez, hombre de gran valor, de sonrisa amable y corazón inmenso.
Tomar este manual en sus manos y deleitarse en su lectura, es un acto de aprender, curiosear y expandir la consciencia. – Si, bien digo.
Sensei, con un lenguaje detallado y meticuloso, enseña a aprender y a descubrir el arte del aprendizaje en Aikido, con todo lo que ello conlleva, serenidad, observación, educación, buenas formas y bienestar en el ser y en el hacer.
Con este manual realizarás un viaje apasionante a la cultura Aikidoka, lleno de fórmulas realistas que te trasladarán como si de un buque se tratara, a recorrer las infinitas sendas del aprendizaje en el Aikido.
El maestro Ishana, realiza con su experiencia y buen hacer un excelente y amplio estudio y método kuubukan de todo lo que supone enraizarte y llenarte del maravilloso aprendizaje en este arte marcial. (Estrategias de acompañamiento al alumno hacedor.)
Sensei confía en el alumnado y en su descubrimiento, permitiéndole hacer y sentir.
El movimiento, la energía (KI), la acción consciente en la práctica, te acompañarán en toda la lectura de este texto. Impregnándote de técnicas, método y un trasfondo esencial en todo el contenido de la práctica, el AMOR en acción. Y el maravilloso mundo de lo humano. Porque apreciado lector, el Aikido es un arte marcial, empoderado con muchos valores, que hacen entender el mundo y posicionarte sanamente en él.
Es un camino de aprendizaje constante, de acompañar y acompasar el movimiento de las técnicas en un baile cuasi perfecto en donde el alumnado en Aikido descubre otras formas de entender al otro y entenderse a si mismo, a través de este refinado arte marcial.
El manual te dotará de alas para volar bien alto, invitándote a ser consciente de todo lo que acontece y permitiéndote avanzar, evolucionar y continuar volando con mirada de águila, fuerza de león y con la majestuosidad excelsa de la inteligencia sintiente, haciente y pensante (Karmelo Bizkarra).
Las fórmulas ejercidas por el Maestro Ishana, complementan un programa de estudios para el alumnado del DOJO que irá ganando en fortaleza vital, en atención, en visión holística y en un sinfín de generosidades impartidas por Sensei.
Descubrirás en este manual técnico, un fabuloso e inigualable compañero de viaje, que te adiestrará cómodamente en el mundo marcial Aikidoka, estrenando y visualizando otras formas de entender la práctica, abriendo fronteras, descubriendo otros mundos y sabiendo que todo es posible cuando te entregas a la práctica en un contexto de aprendizaje, con talante sorpresivo y ganas de superar los propios obstáculos personales.
Anímate a exprimir el contenido textual, paso a paso, sin prisas, momento a momento, como dice el propio autor.
Ishana explica amablemente un tejido amplio en su programa de estudios, donde el alumnado irá impregnándose del formidable despliegue de su sapiencia y experiencia.
Es una invitación a continuar en el maravilloso viaje del sendero Aikidoka. Y una propuesta para continuar elevando tus alas al cielo, o bien sumergirte en el fondo del océano y a aprender del Manual escrito por el Sensei Ishana Pérez.
Un regalo al despertar. Gracias AMIGO.
Conchi Molina Hdez.
“Educar la mente sin educar el corazón no es educación en absoluto”
Son muchos los aikidokas que comienzan a practicar sin hacerse preguntas, por ejemplo, ¿cuáles son los pasos para aprende a construir las técnicas en Aikido?
Cuestión clave para el progreso, tanto en la posición de estudiante como de enseñante, porque en su respuesta está el método que se va a desarrollar para instruirse e integrar la Waza en el cuerpo.
Con el proceso que describo a continuación en este texto, ya son 10 formas de las que disponen los estudiantes Kuubukan para formarse o para todo aquel que siga nuestro manual con el objetivo de asegurarse una progresión en Aikido segura, metódica, continua y ordenada.
Esto es visto desde el lado del estudiante, pero como siempre, nuestras herramientas para el aprendizaje del Aikido las hacemos muy polivalentes, así que la otra faceta es para facilitar la labor del Sensei a la hora de enseñar la Waza a sus alumnos. Porque le facilitamos un procedimiento de muy fácil ejecución, pensado para desarrollarlo de forma progresiva en sus diferentes fases al programar de antemano los distintos contenidos que quiera impartir en sus clases oficiales, de esta manera sus alumnos van avanzando con conocimiento e integración con lo que progresivamente va trasmitiendo sobre el conocimiento de la técnica.
La estructura que describo aquí no es nada nuevo en nuestros Dojos, dado que siempre ha estado contenida dentro del proceso de los grados Kuubukan, concretamente en el cuaderno de estudio que se le facilita a los alumnos en cada nivel para su aprendizaje – superación de los distintos grados de Kyus.
Recientemente un grupo de alumnas han querido establecer fuera del horario lectivo un día y una hora semanal como espacio para realizar una práctica personal, con el enfoque de complementar los planteamientos de las clases semanales, de los seminarios cuatrimestrales y de los intensivos anuales, con la meta de poder establecerse en los distintos niveles según nuestro plan de estudios Kuubukan, por esa razón he realizado una adaptación de una de las parte de nuestra estructura plurianual (PP) para el procesos de los grados y que es totalmente aplicable a la práctica personal.
Concretamente me he centrado en los distintos microciclos (MI), que es la planificación de la práctica a corto plazo y que compone una de las parte del desarrollo del estudio en los diferentes grados de Kyus. Aprovechando las diferentes características de ellos que detallaré más adelante, el objetivo al que aspiro es para que haya un mejor proceso de rentabilización de la práctica personal que quieren afrontar mis alumnas, porque el aprendizaje hay que ordenarlo de menor a mayor dificultad, al igual que establecer los controles pertinentes para que se de un mejor rendimiento – asimilación del mismo, porque de lo contrario, es sudar para nada tirando por la borda todo ese esfuerzo empleado que no va a conducir al alumno a ningún lugar.
De esta manera nuestros alumnos tienen la información a golpe de clic en nuestra Web, aunque en el caso de éstas alumnas que han demandado esa herramienta, ya han recibido las correspondientes clases presenciales donde se les ha explicando todo el proceso. Por otro lado hay que pensar en los que van a llegar en un futuro cercano y querrán sumarse a ese proyecto, que al disponer de este documento, solo me tengo que concentrar en contestar sus dudas y hacer algunas aclaraciones, porque el grueso de la información ya la tienen disponible aquí. Por otro lado, también lo hago para colaborar con otros aikidokas, -que aunque no sean de nuestro entorno-, si deciden aplicar el proceso de nuestro Manual para la Construcción Técnica en Aikido, que puedan disponer de toda la información para mejorar su práctica día a día.
Debo decir que GARANTIZAMOS que si lo aplican, en el primer mes ya notarán cambios y, donde los apreciaran con toda certeza es en el primer trimestre, luego, cuando se ratificarán en él es al año de su desarrollo, siempre y cuando sigan nuestras recomendaciones al pie de la letra y si hacen algunas aportaciones es para mejorarlo sin cercenar ninguna de las partes que lo compone.
Porque si te vas a recuperar de una lesión, pero quitas del tratamiento que te ha puesto el médico determinados medicamentos que no te gustan, corres el riesgo de tardar más en recuperar la salud y puede que esa lesión se te haga crónica de por vida.
Como me dijo una vez un amigo aikidoka cuando publicamos el libro sobre nuestra metodología Kuubukan, “¡métodos en Aikido hay muchos!” Pero como le comenté en su momento a mi amigo, el problema que yo veo es que son pocos los que están codificados y explicados, por no decir ninguno a parte del nuestro según nos consta actualmente, porque prima más aquello de que “cada maestrillo tiene su librillo,” pero el gran obstáculo es que no se ha preocupado en compilarlo con orden y explicar por qué hace eso así y cuál es el resultado que persigue al obrar de esa manera concreta con su librillo, ¡y me arriesgo a decir más! Yo creo que ni siquiera lo ha plasmando por escrito, lo tiene revoloteando sin orden en su cabeza y solo lo “conoce” él, así que simplemente se limita a ir a clase y hacer cosas sin ton ni son.
Es de sentido común que al desarrollar un “método” de esas características tan anárquico, el resultado no va a ser exitoso para el alumnado que terminará desgatando, cansado y marchito, -y no es que solo lo diga yo-, basta con mirar a los distintos entornos actuales del Aikido para ver como en su amplía mayoría educan a sus alumnos y los resultados que se obtienen con esos procedimientos, esa prueba es irrefutable y no creo que haya ningún “valiente” que se atreva a levantar la mano para decir lo contrario.
Muchos aikidokas se sienten muy orgullosos porque siguen tal o cual “método” de este o de este otro grupo, como de tal o cual organización, pero, ¿saben de que consta ese método al cual están adheridos para su formación?¿Lo tienen en su poder?¿Le han explicado alguna vez cómo funciona y los resultados que se quieren o se pueden obtener al aplicarlo? O simplemente se limitan a seguir la forma de las técnicas que marca esa corriente de Aikido a través de las explicaciones que les dan en las clases y en los seminarios los referentes de dichas corporaciones.
Porque de ser así, no siguen un proceso educativo para desarrollar su aprendizaje, simplemente se limitan a seguir la ejecución mecánica sin conocimiento de los diferentes ejercicios, pero no saben por qué lo hacen de esa manera y tampoco saben a dónde les va a llevar.
Si el estudiante o el Sensei responsable de él no pregunta a su referente por qué hace eso así y a dónde quiere conducirle, en realidad la culpa es del alumno y de ese formador, por permitir que alguien le enseñe con un “método” que no le ha dicho cómo es y que tampoco sabe de antemano a dónde le quiere conducir.
El alumno de Aikido en su amplia mayoría es muy condescendiente con su formación, la cual le supone un costo en muchos aspectos de su vida, entonces, ¿por qué razón tiene esa actitud tan complaciente tanto en la posición de estudiante como de instructor con quien le guía en la disciplina?
Lo que siempre me ha llamado la atención es por qué los dirigentes de esos grupos y de esas organizaciones no se han cuidado en desarrollar, poner escrito y dar a conocer a sus asociados su método de enseñanza, porque todos publican textos con fotos sin dar muchas explicaciones, la razón es muy simple, su prioridad está centrada en la estética del Ukemi plasmada en la fotografía, en vez de complementarla con las explicaciones del contenido del principio realizando, que en líneas generales estas publicaciones lo que suelen mostrar es lo más representativo de su repertorio técnico para publicitarse sin ningún otro contenido pedagógico.
Entonces la pregunta sale sola, ¿cuál es la razón que no expliquen su metodología de enseñanza a los que les siguen y les dan soporte? Porque por falta de medios no será, dado que hacen sus publicaciones y daría igual publicar un libro con fotos que otro informando de su sistema educativo. Tengo que decir en honor a la verdad, que hay algunas excepciones muy buenas que se esmeran en aclarar los contenidos de su trabajo técnico en sus libros.
Después de la figura del Sensei, el método es la garantía para hacer una enseñanza de calidad y con rigor, sin él puede que algunos ganen mucho dinero por su márquetin, por su labia o por vivir ahora de las rentas del trabajo que otro ha realizado en el pasado, pero de instrucción de calidad no habrá nada.
Método es una palabra que proviene del término griego methodos “camino” o “vía” y que se refiere al medio utilizado para llegar a un fin concreto y es interesante la correlación que tiene la raíz semántica occidental con el significado del término oriental Do.
Por lo tanto, es el procedimiento que utilizamos para educarnos en Aikido y así poder descubrir con orden, disciplina y buenos hábitos tanto la técnica como los principios que sustentan y dan vida al Aikido, que a su vez, los tenemos que hacer nuestros al identificarnos con ellos realizando una práctica continuada que nos conducirá a tener una técnica depurada junto con una vida en armonía.
Básicamente hay dos formas que se complementan para afrontar cualquier método para realizar el aprendizaje en la disciplina, la primera es con la instrucción directa que hace el Sensei sobre la forma que debe asimilar e integrar el alumno; la segunda, es el descubrimiento que hace el discípulo de esa forma mostrada por medio de la observación, de la copia, de la imitación y de la repetición constante del principio mostrado, a la vez que el estudiante debe afrontar y resolver la dificultades que le van a salir al encuentro a través de la libre exploración de esa forma según la guía que le ofrecen los distintos microciclos que aquí exponemos.
Se denomina aprendizajeal proceso de adquisición de los conocimientos, habilidades, valores y actitudes que contiene la Waza, esto se hace a través del estudio y de la experiencia que se obtiene con la práctica cotidiana. Dicho procedimiento lo vamos a entender a partir de las diversas estrategias educativas que nos facilitan los distintos microciclos al desarrollarlos en cada escalón formativo del plan de estudios que posea cada Dojo.
Este libro está basado en la estructuración técnica que posee nuestro Kihon, pero la configuración de los distintos microciclos es adaptable a cualquier sistema educativo donde se contemplen los distintos contenidos que cada Sensei quiere transmitir a sus alumnos en función del Aikido que haga, de su criterio como docente y de las metas educativas que persiga tanto a corto, medio como largo plazo en la educación básica de sus alumnos.
Si hay una característica que define al método que voy a describir, es que hace al alumno dueño de su progreso y de su desarrollo, porque como dije más atrás, hay una garantía total de evolución según los distintos espacios temporales que se fijen de antemano para cada fase del aprendizaje. Es decir, según las distintas estrategias a desarrollar en cada uno de los microciclos con su temporización y si aún así el alumno no avanza, tendrá que preguntarse por qué no lo hace y, ahí tendría que revisar muchos aspectos personales, pero si lo concretamos en uno, sería su compromiso con la disciplina y con el Dojo donde se forma, porque el método de los microciclos lleva funcionando décadas en nuestros Dojos con muchos perfiles mentales distintos y está garantizado que funciona.
También debo decir, que tenemos comprobado que no funciona cuando el alumno es disruptivo, cuando no es asiduo a clase, cuando practica de una forma lúdica sin objetivos concretos, cuando tiene una mente dispersa y no se esfuerza en ordenarla, cuando lo aprendido hoy se le olvida para la sesión de mañana, cuando tiene una curiosidad banal y no es capaz de establecer un compromiso serio con la disciplina, en todos estos casos, ninguno de los diez métodos que poseemos es efectivo para conducir a los estudiantes que poseen esas características.
Dentro de nuestro planteamiento holístico para desarrollar la enseñanza del Aikido que impartimos, nos ayudamos de otra herramienta de inestimable valor que aporta mucha libertad al alumnado y ese instrumento es el aprendizaje activo, pero, ¿qué es el aprendizaje activo en Aikido?
Para que los estudiantes den sentido a la información que reciben del Sensei y de la propia Waza, deben de saber conectar y realizar las correspondientes asociaciones con los distintos contenidos que componen el Arte, de esa manera van a ir ensamblando unas cosas con otras según se vayan desarrollando en los distintos niveles.
Esta transformación dinámica tiene lugar con una gran variedad de procesos de aprendizaje, por ejemplo, la relación que hay al estudiar las armas (AR) con la mano vacía (MV) en un mismo escalón formativo; otro caso típico es la construcción de la técnicas de Katame Waza a partir de Ikkyo, etc. Por otro lado, es obvio que también se contempla y está presente el enfoque del aprendizaje pasivo, que se produce cuando los estudiantes están mirando al Sensei y éste les muestra las distintas piezas del Kihon adecuado al nivel que estén practicando – estudiando.
El aprendizaje activo parte de la premisa de que el alumno se tiene que enfrentar solo a la Waza sin la dependencia de su Sensei y que reflexione sobre ella tanto con el cuerpo como con su intelecto, ¿por qué? Porque de esa manera la comprensión será mucho más profunda por los propios descubrimientos hechos, esto no solo le va a permitir conectar las distintas ideas y los distintos conceptos, sino ser mucho más creativo cuando se vaya adentrando dentro de la técnica, como cuando le toque salir de ella.
¿Cuál es la teoría que sustenta el aprendizaje activo?
La filosofía que lo sustenta es el constructivismo, esto es, que los alumnos son capaces de fabricar su propio aprendizaje y por tanto su evolución en Aikido.
Esa progresión se hace poco a poco y de menor dificultad a mayor dificultad, de esa manera cada alumno se va introduciendo en niveles más profundo de compresión sobre la técnica que estudia con una ascendencia progresiva. Esto conecta perfectamente con la Taxonomía de Bloom, por ejemplo, si se observa atentamente el desarrollo de nuestros grados de Kyus en nuestro método Kuubukan, se verá que en cada nivel se van incrementando tanto el número de técnicas como en el número de ataques de forma progresiva, al igual que la dificultad que implica ejecutarlas según se vaya avanzando de un nivel a otro. Esto no solo va a facilitar las conexiones de los distintos contenidos, si no una mejor asimilación por relación, al igual que potencia la motivación y la autoconfianza del alumno en su proceso de descubrimiento de la Waza.
Esto tiene otras derivas, como son el desarrollo de la memoria corporal a corto y largo plazo, que cuando se produzca la estabilización de ésta última podemos decir que el estudiante ha integrado la Waza del nivel que está desarrollando en sí y la realiza de forma natural y fluida, que correspondería al último de los seis microciclos en cada escalón formativo (el de ejecución).
Tampoco debemos olvidar el aspecto de la interacción social del constructivismo que no está a simple vista, pero que está presente, por ejemplo, la cooperación entre los estudiantes para el logro de un mismo fin; la igualdad de oportunidades, ¡tú tienes cuatro repeticiones y yo tengo otras cuatro!; el respeto entre los alumnos (la etiqueta); la solución conjunta de los problemas que vayan surgiendo en la práctica – estudio de los distintos principios.
Todo esto conecta con la idea del andamiaje de Jerome Bruner aplicada a la didáctica del Aikido y que la podemos sintetizar, en que la intervención del Sensei debe de ser inversamente proporcional a la capacidad del alumno para asimilar los distintos contenidos, de manera que a mayor capacidad del alumno menor será la intervención del maestro en el desarrollo del Kihon.
El andamiaje en el aprendizaje es muy importante que esté bien estructurado para asegurar la asimilación de los distintos conocimientos y de las distintas habilidades que se vayan descubriendo en la técnica dentro de cada uno de los bloques (Kyus) que componen los niveles del plan de estudios, el cual se debe de retirar desde que se acceda a los niveles de Dan con el objetivo de que los alumnos desarrollen su independencia y se adentren en la libertad que les aporta la técnica.
Para que se entienda bien lo que quiero decir, en los grados de Kyus es muy importante el detalle que ayuda a construir cada técnica, sin embargo, lo que cobra protagonismos en los grados de Dan es centrarse en los principios superiores como podría ser Sen No Sen o otros contenidos similares.
Hay una cosa que hay que tener clara, si el alumno no está comprometido y no es consciente de su propio aprendizaje da igual éste o cualquier otro método, no va a funcionar ninguno porque el pilar central, -el compromiso,- no está y, por lo tanto no puede sostener nada que se vaya a construir encima.
¿Cuáles son los beneficios del aprendizaje activo?
1º El aprendizaje activo genera constantemente nuevos conocimientos para el alumno y lo hace a través de la libre exploración de la técnica apuntalada con las distintas estrategias que le ofrecen los diferentes microciclos, de esa manera se manifestará la comprensión en el estudiante sobre lo que está practicando.
Lo cual va a favorecer que conecte unos contenidos básicos con otros superiores según vaya desarrollando el nivel que está estudiando. Esta dinámica de aprendizaje le va a favorecer una mejor asimilación de los siguientes escalones formativos que tiene por delante, por esa razón es de suma importancia la correcta construcción del andamiaje por parte del formador.
2º El aprendizaje activo promueve la autogestión y una mayor implicación en la enseñanza por parte del alumno, eso supone una independencia del Sensei porque de esa manera le va a ofrecer la oportunidad de desarrollar las habilidades necesarias para poseer un pensamiento metacognitivo.
3º Para desarrollar el aprendizaje activo no se necesitan muchos medios ni muchos estudiantes, se puede hacer entre dos alumnos con un poco de tatami si fuera el caso de la mano vacía y, ya sabemos por la tradición que con dos planchas de dos metros por uno es más que suficiente para poder practicar dos personas o cualquiera otra superficie que permita rodar; en el caso de las armas, nos vale cualquier espacio tanto en el interior como en el exterior de una instalación.
Por el lado opuesto, se puede aplicar perfectamente con grandes grupos y con muchos medios, es obvio que cuantos más alumnos haya mayores serán las interacciones entre ellos. Lo que sí hay que tener presente es que con un gran número de alumnos hay que planificar muy bien las dinámicas para que todo fluya bien y que el aprendizaje esté ordenado.
Por ejemplo, imaginemos que hay diez parejas (20 estudiantes), pues hay que distribuir muy bien el tatami por zonas para que nadie se estorbe ni se distraiga con el que está al lado y emparejar a los practicantes según los respectivos niveles que estén estudiando. Porque es una completa locura juntar a un estudiante que quiere estudiar 5º Kyu con otro que lo esté haciendo con 2º Kyu y, las razones son muy obvias si analizamos los contenidos y las exigencias de cada nivel.
Errores más comunes con el aprendizaje activo en Aikido.
Es importante que los Senseis estén bien informados y formados sobre lo que supone plantear un aprendizaje de este tipo a los alumnos, así se evitarán planeamientos equivocados, estrategias inútiles o hacer locuras con los alumnos que les conduzcan a tener una idea equivocada de él, -recordemos que es un arte marcial y no otra cosa-, o a desarrollar dinámicas donde los alumnos no evolucionan porque toda la actividad se centra en lo lúdico sin ningún contenido marcial.
Interpretar mal el papel del Sensei, porque es muy común creer que como los alumnos son los protagonistas del aprendizaje activo el Sensei no cuenta, pero eso es una distorsión por ignorancia, dado que el planteamiento para realizar un aprendizaje de estas características implica una enseñanza muy sofisticada y que detrás tiene mucho trabajo al igual que una gran variedad de estrategias de aprendizaje, como puede ser la creación del andamiaje para la evolución del alumnado y, eso solo lo puede hacer el profesor, para posteriormente explicárselo y planteárselo a los alumnos.
Por ejemplo, las distintas estrategias que conlleva en sí cada uno de los seis microciclos, hay que pensarlas muy bien al igual que estructurarlas adecuadamente para poder dar al alumno toda la información y que posteriormente la ponga en práctica para hacer su progresión dentro del marco de los distintos contenidos a desarrollar.
Otro aspecto que se malinterpreta es la función de los controles a los que se someten los alumnos, porque se ve la figura del Sensei como un controlador o más bien como un represor. Cuando la realidad de los controles en el aprendizaje activo son para que el alumnado vea y compruebe por sí mismo donde tiene sus fortalezas y donde tiene sus flaquezas, de esa manera se puede afianzar o reorientar mejor su aprendizaje. El Sensei es un mero mediador entre la producción del alumno y sus conquistas, de ésta manera es muy fácil constatar lo que ha aprendido cada estudiante sin esa mentalidad de inspector o de policía que aprueba o suspende.
Así que es importante ver al Sensei como un activador y un facilitador del aprendizaje. La tarea de activador es cuando es un agente que lidera las distintas estrategias junto con la instrucción directa y a su vez promueve y ofrece herramientas para el desarrollo de la metacognición.
El papel de facilitador es cuando resuelve problemas para que los alumnos no se queden atorados en un determinado elemento o en un nivel de evolución. También cuando el alumnado le cuesta integrar un principio o un elemento y busca la manera de plantearlo para que lo pueda incorporar a su bagaje corporal y cognitivo.
Por ejemplo, una posibilidad puede ser con el estudio del segmento, otra posibilidad es realizar un planteamiento lúdico con un elemento técnico planteándolo como un ejercicio o como un juego, con el objetivo posterior de integrarlo en el desarrollo global del principio que costaba asimilar.
Toda estrategia que plantee el Sensei sobre los conceptos preexistentes (el Kihon) lo que pretende es hacer evolucionar al alumnado y el pistoletazo de salida lo da con la instrucción directa, luego, los alumnos toman el mando de su aprendizaje supervisados por el profesor para que vayan en la dirección correcta, a la vez que profundizan en el pulimento de la técnica con el guión que les ofrece cada uno de los microciclos.
¿Cómo pueden los Dojos sacar el mayor provecho al aprendizaje activo?
1º Que el Sensei responsable del Dojo tengas interés en formarse en el aprendizaje activo, porque ve en ello una herramienta que va a mejorar la educación de sus alumnos.
2º Que posteriormente lo implante como sistema de enseñanza en su escuela, tanto para la realización de las clases oficiales, para el proceso de los grados, como con las distintas prácticas que se establezcan en el centro, como por ejemplo, la realización de una práctica personal como es el caso que nos ocupa ahora.
3º Que se desarrolle una ética con el aprendizaje donde todo el proceso esté documentado, que sea comprensible para todo el mundo y que sea transparente. Esa es una de las razones para escribir este libro y colgarlo en la red de forma que esté libre y asequible para todo el mundo y sin costos añadidos.
Cuando cada formador haga eso con sus planes de estudio, no solo será bueno para el Sensei y el Dojo que representa, sino que será beneficioso para la comprensión, la motivación y va a facilitar que los alumnos se apropien de su aprendizaje al proporcionarles los medios para poderlo desarrollar.
4º Evaluar siempre el impacto que producen las distintas estrategias del aprendizaje activo que se lleven a cabo, tanto en el alumnado como en las distintas dinámicas que se establezcan en el Dojo y sacar conclusiones de su desarrollo en cada curso anual de Aikido. Porque un año es un buen tiempo, tanto para el desarrollo de éstas, como para chequear y hacer los reajustes pertinentes para así mejorar el año siguiente, ¡no podemos olvidar nunca lo de la mejora continua!
Se entiende que para que haya una valoración de las distintas estrategias, es decir, de los distintos microciclos entre otros aspectos, hay que hacer un seguimiento dentro del marco temporal que se establezcan éstas: un mes, un bimestre, un trimestre, un cuatrimestre o un semestre, eso ya es a criterio del Sensei y de los objetivos que persiga, también va a influir el nivel que se esté afrontando, porque no es lo mismo la supervisión de un 6º Kyu, que la de un 1º Kyu, por poner los dos extremos del plan de estudio.
5º Que haya intercambios de experiencias con otros Dojos sobre los planteamientos y las estrategias empleadas, avaladas por los resultados conseguidos, sean éstos positivos o negativos, porque hay que contar que del error se aprende mucho. Eso a día de hoy es muy fácil de hacer a través de internet, informando y publicando los planteamientos hechos con sus resultados.
Si cada Dojo tiene bien estructurado su plan de formación y el Sensei hace un buen seguimiento de éste, junto con una renovación constante de sus planteamientos, es obvio que los estudiantes van a evolucionar y se consigue la excelencia en la enseñanza. Cuando un Dojo está anclado en patrones rígidos y está petrificado para crear y regenerarse, es cuando se ve el estancamiento de los alumnos y el deterioro progresivo de la escuela.
Por ejemplo, es cuando prima el aprendizaje pasivo y sin ninguna comunicación con el alumnado, recordemos que lo tradicional es mostrar cuatro veces sin informar a los estudiantes lo que se está haciendo y por qué se hace de esa manera y, por su puesto, no se contempla en ningún momento que el aprendiz haga preguntas.
2ºPresentando los conocimientos paso a paso y siempre a través de la práctica – estudio apuntalada por los controles mensuales, que para poder realizar ese proyecto, previamente lo tiene que planificar y desarrollar al configurar el plan de estudios con el que el Dojo va a contar para instruir a sus miembros, o si se prefiere entender de otra manera, es cuando se detallan por escrito todos los contenidos de los distintos grados de Kyus que constituye la enseñanza que cada maestro quiere transmitir a sus alumnos.
Esto a su vez entronca con los conocimientos que dan forma a una de las partes que componen el Kihon de cada Dojo, independientemente de la diferentes estrategias pedagógicas que se puedan afrontar para desarrollarlo, como la que se propone aquí que es de forma progresiva. Luego, estos conocimientos son los que tiene que integrar cada alumno y, por su puesto, que esto es responsabilidad del Sensei que dirige la escuela, ¡una razón de más para resaltar el valor del maestro como facilitador del aprendizaje!
Las clases oficiales tienen que estar relacionadas con los contenidos que componen el Kihon que previamente el Sensei ha tenido que diseñar, éstas a su vez dan apoyo a los seminarios que se hagan anualmente, a los intensivos de cada periodo de formativo, a las clases especiales que se puedan utilizar, tanto como perfección, como para la motivación del alumnado, a las practicas particulares que pueden hacer los estudiantes para reforzar su progreso o al proceso de los grados si hay alumnos que quieren afrontar su evolución por esa vía.
Así que al final todo vuelve a la matriz original que es el Kihon cuando se afronte la segunda plataforma de la formación que son los niveles de Yudansha, pero ese retorno no es como cuando se comenzó a estudiar el primer escalón formativo (6º Kyu), sino que se enfrenta esa nueva dimensión con más dominio, con la base asimilada y un mayor desarrollo afianzado en el cuerpo del estudiante. La imagen son espirales entrelazadas que van ascendiendo a la vez que se perfeccionan los contenidos de los distintos niveles tanto en la plataforma de base (niveles de Kyus), como en la de refinamiento de Waza (los estadios de Yudansha).
Para poderlo hacer, es importante acotar un tiempo y un espacio semanal donde los estudiantes tengan la oportunidad de realizar sus consultas surgidas con el estudio de la técnica. En mi caso personal, he establecido los lunes de cada semana con un tiempo de diez minutos al final de la clase oficial, eso no quita que excepcionalmente en un momento dado un alumno me haga una consulta por Whatsapp o sobre la marcha en el Dojo, pero lo que sí es importante, es tener enmarcada esa función específica, de esa manera no está la anarquía y el descontrol mental haciendo de las suyas.
Uno de los grandes problemas con la práctica y con el aprendizaje en Aikido es la maduración técnica que deben de desarrollar los alumnos, bien sea desde la óptica de los grados, -sean éstos de Kyu o de Dan-, del desarrollo del plan de estudios o en una práctica personal.
Porque en todos los casos hay que establecer los tiempos exactos (presión extrínseca) para que los estudiantes consigan afianzarse en ese nivel de desarrollo en el que están trabajando con propiedad (presión intrínseca) y, eso lo tiene que prever el Sensei dentro de la construcción del andamiaje.
Por ejemplo, para desarrollar el plan de estudios sostenido con las clases oficiales, los seminarios, los intensivos, más una práctica personal de una hora a la semana, los tiempos que establecemos en nuestros Dojos para que florezca y madure los contenidos del Kihon en el cuerpo de los estudiantes en cada uno de los niveles son los siguientes:
Si sumamos a lo anterior los seis meses iniciales de integración del estudiante en el Dojo, nos da un ciclo marcial (10 años), que es el tiempo necesario para asimilar la base o lo que es lo mismo, ¡el Kihon! Si en diez años un estudiante no ha asimilado los fundamentos de la forma a un nivel elemental (las técnicas), es mejor que se dedique a otra cosa porque está perdiendo el tiempo.
Ese periodo inicial de seis meses para el contacto con la disciplina, con el Dojo, con los compañeros y con el Sensei, es importante que el alumno novel lo dedique a estudiar y aprender la etiqueta, la nomenclatura técnica básica, saber cuales son los principios donde gira toda la educación, la genealogía del Dojo, la filosofía del Aikido a un nivel elemental..., por esa razón en nuestro caso tenemos a disposición del alumno neófito nuestro protocolo Kuubukan.
Éste ha nacido de los comentarios que los estudiantes me suelen hacer en base a que se hacen un lio con la psicomotricidad por los movimientos corporales que implican los ejercicios y las técnicas, los nombres raros que empleamos, las formas de comportamientos distintas y con muchas cosas similares. Al parecer llega un punto que entran en un shock mental y emocional del cual suelen tardar bastante en recuperarse y, lo que es peor y que a mí como formador me preocupa mucho, les dificulta el aprendizaje y la integración en la enseñanza del Dojo.
Algunos casos me han comentado que han tardado un año o más en adaptarse, otros casos incluso han claudicado por no superar esa etapa de impacto inicial con la práctica. Si se hacen bien las cosas, con seis meses es más que suficiente para que un recién llegado se integre y conozca las dinámicas del cualquier Dojo, no es necesario prolongarlo más si los novicios cuentan con la información necesaria bien ordenada y correctamente estructurada.
Otro de los cometidos del Sensei dentro del andamiaje es cómo distribuye los distintos microciclos dentro de esos espacios temporales que conforma cada nivel: el año, el año y medio y los dos años, para así concretizar una dinámica que le permita al estudiante guiarse al desarrollar su práctica personal en esa hora semanal, junto con la maduración que tiene que adquirir en su cuerpo para que se produzca la asimilación de la Waza, nuestro ordenamiento temporal de cada uno de los microciclo lo hacemos de la siguiente manera:
Para un año de práctica personal (11 meses).
Los primeros cuatro meses (del mes uno al cuarto) se hacen con la estrategia del primer microciclo.
Los siguientes dos meses (meses cinco y seis) se hacen con la estrategia del segundo microciclo.
Los siguientes dos meses (meses siete y ocho) se hacen con la estrategia del tercer microciclo.
El siguiente mes (mes nueve) se hace con la estrategia del cuarto microciclo.
El siguiente mes (mes diez) se hace con la estrategia del quinto microciclo.
Y el último mes (mes once) se hace con la estrategia del sexto microciclo.
El mes doce se dedica al descanso o práctica silenciosa, que se refiere al relax y dejar que todo lo integrado se deposite en el inconsciente del alumno.
Para un año y medio de práctica personal (18 meses).
Los primeros seis meses (del mes uno al sexto) se hacen con la estrategia del primer microciclo.
Los siguientes dos meses (meses siete y ocho) se hacen con la estrategia del segundo microciclo.
Los siguientes tres meses (meses nueve, diez y once) se hacen con la estrategia del tercer microciclo.
Los siguientes tres meses (meses doce, trece y catorce) se hacen con la estrategia del cuarto microciclo.
Los siguientes tres meses (meses quince, dieciséis y diecisiete) se hacen con la estrategia del quinto microciclo.
El siguiente mes (mes dieciocho) se hace con la estrategia del sexto microciclo.
El siguiente mes se dedica al descanso, práctica silenciosa y relax.
Para dos año de práctica personal (24 meses).
Los primeros seis meses (del mes uno al sexto) se hacen con la estrategia del primer microciclo.
Los siguientes cuatro meses (meses siete, ocho, nueve y diez) se hacen con la estrategia del segundo microciclo.
Los siguientes cuatro meses (meses once, doce, trece y catorce) se hacen con la estrategia del tercer microciclo.
Los siguientes cuatro meses (meses, quince, dieciséis, diecisiete y dieciocho) se hacen con la estrategia del cuarto microciclo.
Los siguientes cuatro meses (meses diecinueve, veinte, veintiuno y veintidós) se hacen con la estrategia del quinto microciclo.
Los últimos dos mes (meses veintitrés y veinticuatro) se hacen con la estrategia del sexto microciclo.
Los siguientes meses se dedican a descansar, a la práctica silenciosa, al relax y reflexionar cómo se quiere enfrentar los niveles de Yudansha.
Con las estrategias educativas de los tres tipos de microciclos iniciales se puede ser flexible en función de la evolución del alumno, quiero decir, si el alumno nota en el control final del primer bloque de microciclos que no ha integrado todos los detalles de las distintas técnicas que tenía que desarrollar, puede coger uno de los microciclos del segundo bloque (hablamos de un mes) y añadirlo al primer bloque hasta que cumpla con el objetivo que tiene que lograr.
También es posible hacerlo a la inversa, que es cuando el Sensei le supervise al final del penúltimo microciclo del primer bloque y el alumno nota que ya tiene integrado todos los detalles de las técnicas, pues coge el último microciclo del primer bloque y lo añade al segundo bloque, de esa manera puede comenzar a desarrollarlo con la estrategia que tiene ese segundo bloque de microciclos y así podrá avanzar más rápido en su progresión y dominio de los distintos contenidos.
Este tipo de control – administración del aprendizaje para el estudiante supone otorgarle mando y dominio sobre su rendimiento, a la vez que hace una autovaloración y un autocontrol de lo que produce para sí mismo, esto refuerza mucho la motivación y la autoestima del alumno en el proceso educativo. Ya comenté al principio que la característica principal de esta transformación educativa, es que el estudiante es dueño de su aprendizaje y de su progreso, he aquí una prueba más de ello.
Con los tipo de microciclos cuarto, quinto y sexto, no cabe esa flexibilidad, hay que ejecutarlos tal cual están planteados según la estrategia de aprendizaje que contienen.
Es importante tener en cuenta que si un alumno no viene a clase con regularidad, no hace seminarios ni intensivos, no hace práctica personal, no se somete a ningún control para ver su progreso, el Sensei debería preguntarse por qué ha venido esa persona al Dojo y eso se vé ya en el primer año de práctica, es decir, durante el proceso de integración de los elementos de 6º Kyu. Luego, el alumno debería preguntarse, ¿qué hago yo aquí? Porque está claro que a practicar Aikido no ha venido.
c)Cualquier estrategia que se plantee debe ser con acción - reacción (feedback), la disponibilidad que se habló en el punto cuarto sumado al control mensual aquí cobra una importancia clave, porque es importante resaltar al estudiante dónde tiene los errores y cómo puede mejorarlos. Si no hay una ayuda, el alumno se va a sentir perdido, confuso y está claro que la desmotivación hará acto de presencia.
d)Teniendo capacidad de innovación, básicamente es utilizar cualquier herramienta que pueda aportar conocimiento y evolución al alumnado (incluyendo las TIC), siempre dentro de unos criterios de sentido común y de los principios del Aikido, porque desde que se pierdan de vista esas dos cosas, es cuando se comienzan a cometer locuras o a perder el tiempo y casi con toda seguridad que no se hará Aikido.
e)Cambiar el escenario de práctica es una de las formulas claves para oxigenar el estudio del alumno, quiero decir, aunque el Dojo sea confortable y esté bien dotados de medios, es importante que la mente no se fatigue por estar siempre viendo y utilizando el mismo entorno, por esa razón es bueno romper esas dinámicas habituales. Esto se puede hacer desde algo tan simple como cambiar la dirección y el lugar habitual de práctica dentro del tatami, -aún dentro del mismo espacio habitual-, hasta salir del Dojo a otros espacios diversos para realizar la misma práctica personal que se hace en la escuela (Yagai Keiko).
Existe la posibilidad de ejercitarse en casa si no se viene a clase dentro del mismos horario, para no invadir espacios personales; hacer prácticas especiales estacionales, porque no es lo mismo el mar, la nieve, el calor, la lluvia, etc., porque cada ambiente tiene sus dificultades y sus beneficios si se vencen éstas; quedar con otros miembros del Dojo para hacer una práctica personal en otra sucursal del mismo, etc. Las posibilidades pueden ser mucha, lo que tiene que ver el Sensei es de cuántos recursos cuenta para poder administrarlos correctamente y planificar con los alumnos la realización de todas estas oportunidades para despejar la mente cuando se fatiga por el estudio habitual en el Dojo.
f)Establecer objetivos alcanzables acorde al nivel de cada uno, el Sensei debe valorar que los retos que plantee a los estudiantes sean lo suficientemente dificultosos para exigirles superación, pero también lo suficientemente realistas para no frustrar a su alumnado, de ahí la importancia de asociar por niveles de desarrollo y que no se emparejen estudiantes con grandes diferencias de comprensión en la disciplina.
Otra de las cosas a cuidar, es cuando hace un determinado planteamiento para motivar a sus alumnos, por ejemplo, una clase especial para tirar de ellos en un momento dado o las que están previstas en el calendario anual de actividades del Dojo. Éstas tienen que ser factibles para todos los estudiantes asistentes, porque desde el mismo momento que superen sus conocimientos y habilidades actuales, el fracaso ya está anunciado de antemano, con la consiguiente perdida de la motivación, de tiempo y de los recursos invertidos para llevarla a cabo.
g)La vivencia como recurso educativo, el Sensei tiene que disponer de la capacidad para hacer ver a sus alumnos que cada experiencia que acumulen por la práctica personal está conectada con su vida, esto es una forma sencilla para fijar los distintos conceptos, tanto en el cuerpo como en la mente del estudiante y, una herramienta a la que se le puede sacar mucho partido para ésta finalidad es a las reglas mnemotécnicas, que las hay generales en la disciplina, como por ejemplo, “Aikido es Irimi y Atemi,” muy recurrente desde el mismo momento que alumno se olvida de él en su construcción técnica.
Por otro lado están las que son propias de la idiosincrasia de cada Dojo, por ejemplo, en el nuestro tenemos una que constantemente estamos diciendo cuando nos referimos a la evolución y al esfuerzo sostenido en el tiempo, lo describimos diciendo: “Hay que aplicar la estrategia de la hormiga, grano a grano y día a día.” Por otro lado, no nos debemos olvidar que también existen las que cada alumno tiene para así, que indudablemente al ser particulares se producen por las vivencias que tiene al practicar y al vivir determinadas circunstancias personales. Es muy común que puedan instaurarse como partes de las del Dojo si son copiadas por los demás compañeros, cosa que en nuestras escuelas suele pasar muy a menudo.
Esto es una forma poderosa de generar complicidad, identidad, buena atmósfera, participación activa, aportación y sentimiento de pertenencia, porque las personas ven y comprueban que no solo vale lo que el Sensei planifica o establece como enseñanza, sino que también tiene validez las contribuciones de los estudiantes al proceso educativo, es otro de los grandes valores que aporta la educación holística.
Esta más que demostrado por la neuroeducación que un concepto educativo se fija mejor si hay por medio una emoción positiva, de ahí que desde el mismo momento que surja ésta no hay que perder la oportunidad para hacer las correspondientes asociaciones para así implantar en la mente y en el cuerpo ese concepto que lleva implícito una buena sensación que acompaña la mejora técnica, bien porque se de en solitario, muy común en el trabajo con las armas cuando se hacen ejercicios solo, por ejemplo en los Suburis, como cuando surja en la práctica que se realiza con los compañeros.
Por lo tanto, desde el mismo que aparezca esa sensación grata que va asociada al perfeccionamiento de la Waza se debe de interiorizar y si somos capaces de convertirla en reglas mnemotécnicas sería perfecto, porque a posteriori ayudará mucho a la evolución. Esto es una ayuda inestimable para apuntalar el progreso del alumnado y aunque muchos no lo crean, tiene una relación directa con hacer una practicar con energía consciente.
h)Cercanía con atención, eso básicamente se hace teniendo empatía hacia los alumnos. La otra vertiente es tener un trato personalizado (siempre hablo sobre cosas relacionadas con la disciplina y no con la vida personal del estudiante) y dedicar un tiempo exclusivo a cada discípulo.
En mi caso personal es muy común decirle a un alumno, “¡he estado pensando en ti!” Porque en la última clase o actividad hecha ha surgido un problema y tengo que buscarle solución para que esa persona evolucione o motivarle al felicitarle por los progresos hechos en un determinado campo de su estudio, eso significa que dedico mí tiempo, mí energía y mis capacidades cuando no estoy en el Dojo para resolver esa dificultad que tiene mi estudiante y encontrarle una solución o, pensar cómo enfoco el siguiente logro que le espera después de haber descubierto algo que le ha dado un gran impulso, lo cual siempre se lo comunico comenzando con la frase anterior.
Si un alumno no es capaz de ver y valorar un esfuerzo de ese tipo hecho por su Sensei, es que no se ha tomado enserio la disciplina y, su Sensei debe sopesar si su estudiante es o no merecedor de su tiempo, de su energía y de sus conocimientos.
i)Ofrecerles mecanismos para superar la frustración, cuando se afrontan retos como el de la práctica personal o cualquier otro con seriedad y compromiso, van a salir contratiempos que muchas veces el alumno no sabe como salir de ese atolladero, es en ese momento cuando tiene que intervenir su Sensei y lo puede hacer ayudando a:
- Detectar cuáles son los motivos que han provocado la frustración, clave para saber cómo afrontar la situación y darle solución.
- Aceptar las circunstancias, recordemos lo del sentido de Ukemi. Esa actitud que tenemos integrada de la Waza, que básicamente es no resistirse y exhalar ante la presión del otro al tomar Ukemi, es ideal para saber recibir el contratiempo con ductilidad, esto hace que la mente se abra y vea con distanciamiento el problema, a la vez que se libera de la presión que implica la situación.
- Cuando se entiende bien y se aplica correctamente el sentido de Ukemi, se aprende de cada error cometido, porque somos capaces de verlo e incluso a veces de anticiparnos por la apertura mental que aporta la aceptación, es como aplicar la acción – reacción en la relación con el compañero de práctica.
- Tener la suficiente flexibilidad para sortear el obstáculo, esto también es como con la técnica, la rigidez, la resistencia y el agarrotamiento no son buenos para evolucionar, así que la solución es bien simple, ¡solo hay que relajarse y dejarse llevar!
- Reconocer dónde están los propios límites, porque quizás la frustración se manifestó por excederse en alcanzar un objetivo que superaba los conocimientos y las capacidades actuales del alumno. Por eso es importante que cada estudiante reconozca y sepa cuál es su nivel de comprensión en la disciplina, de ahí el saberse situar en cada escalón formativo.
- Ser capaz de pedir ayuda, muchas veces hay personalidades de alumnos que por diversas razones están tropezando con un obstáculo y no son capaces de solicitar apoyo al Sensei.
- Hay que aplicar el sentido de Irimi, eso quiere decir, seguir adelante pase lo que pase y, está claro que si se es consciente de que no se está solo, eso estimula mucho a la superación personal y a vencer la propia dificultad que se manifestó a través de un elemento técnico concreto.
Con estas siete claves se le puede hacer frente a la frustración del alumno con éxito desde la dos posiciones, la del Sensei como figura mediadora entre la enseñanza y el estudiante. Por otro lado, entre el problema surgido y la integración de los contenidos que tiene que asimilar éste, los dos saldrán reforzados con esta herramienta aplicada a la práctica personal, que se puede usar después en otros contextos formativos por la experiencia vivida y los resultados obtenidos.
j)Despertar y estimular la curiosidad en el alumnado, es la clave para mantener la motivación encendida por las ganas de aprender y para superarse con una evolución continua. Otro factor que ayuda mucho al estudiante cuando es capaz de desarrollar su curiosidad, es que mantiene la mente focalización con atención en eso que le interesa y que le atrae, aspectos fundamentales tanto para captar los distintos detalles de las técnicas en el primer tipo de microciclo, como ser capaz de recordar todo el nivel en el último microciclo.
Hay una cosa clara con este punto, el que no tiene curiosidad por estudiar para superarse, está perdiendo el tiempo y haciéndoselo perder a los demás.
Haciéndole ver lo importantes que son para su educación los siguientes conceptos, que a su vez, los puede utilizar como reglas mnemotecnias cuando se vea implicado en determinados aspectos del aprendizaje al construir las técnicas:
Observa y aplica el principio de Shoshin o la mente del principiante en todo lo que hagas y veas en cada momento.
Experimenta constantemente y saca tus conclusiones en base a tus vivencias.
Cambia continuamente, así no estarás en el mismo lugar y no seas conformista con los logros que hayas obtenido.
Aventurarte en lo desconocido, no hagas caso al miedo que te inmoviliza y curiosea con un verdadero interés en cada parte de la técnica y de la disciplina.
Investiga todo con paciencia e indagación, no te rindas antes las dificultades que salen a tu encuentro, piensa que ellas van a favorecer tu progreso.
Aprende y asimila sin olvidar, es la garantía del progreso a corto, medio y largo plazo.
Cuestiona para que haya claridad en tu entendimiento, así puedes discernir adecuadamente y de esta manera podrás ampliar constantemente tu búsqueda.
Déjate seducir por la disciplina, el amor (Ai) es lo que abre todas las puertas.
Cualquier alumno que haga uso de estos ocho aspectos mientras practica, se volverá de naturaleza curiosa en el arte del Aikido y con toda seguridad tendrá una progresión de calidad.
6ºPromover espacios para la teoría, el dominio de la nomenclatura y el intercambio de experiencias del proceso que se está llevando a cabo. Esto se puede enfocar dentro de determinadas actividades que pueden ser un complemento a la práctica personal como por ejemplo: clases teóricas impartidas por el Sensei con una comunicación bidireccional con los alumnos; clases teórico – practicas donde los estudiantes demuestran y argumentan la realización de las técnicas que estén afrontando; charlas sobre temas que no se entienden o que están algo oscuros para ellos; talleres específicos sobre determinados aspectos técnicos, por ejemplo, sobre Ikkyo, visto desde las distintas perspectivas que ofrecen los distintos ataques, cosas comunes y cosas diferentes que contiene cada situación, esto siempre se debe de contemplar dentro de los niveles que estén estudiando los alumnos; comidas con sobre mesa, que son ideales porque relajan y favorecen la comunicación tanto entre los alumnos como entre los alumnos y el Sensei, siendo un ámbito donde se pueden abordar y comunicar de manera muy distendida las diferentes situaciones, problemas y circunstancias de los alumnos relacionadas con el proceso.
Con estos seis puntos se reafirma la figura del Sensei dentro del aprendizaje activo y también demuestra su papel coordinador, mediador y guía, a la vez que es constructor del andamiaje aunque el alumno sea el protagonista principal en el aprendizaje.
Definición de la macroestructura para el aprendizaje.
Lo que voy a describir ahora muy escuetamente es lo que engloba toda la estructura del planteamiento para desarrollar los grados de Kyu con nuestra metodología Kuubukan. Así el lector se puede hacer una composición de lugar y puede saber donde se sitúan los diferentes microciclos, que es lo que nos interesa y es lo que nos está ocupando ahora en este texto.
Lo creo necesario para que no se piense que los microciclos han caído del cielo sin más o es un capricho mio.
El andamiaje para este aspecto concreto del aprendizaje es el siguiente:
Lo primero es el Periodo Plurianual (PP), que es la macroestructura donde se incluyen los seis grados de Kyus y su duración dentro de un compromiso alto es de seis o siete años, es un tiempo para trabajar con la visión y el planteamiento de ir alcanzado cada grado en un año de práctica - estudio, eso significa asimilar todo el Kihon de forma básica y con una buena base.
La temporización es prolongable hasta los diez años si el alumno no adquiere un compromiso serio con la disciplina o se toma algún año sabático de un grado a otro. Si se prolonga más tiempo como apunté más atrás, es que el estudiante no da la talla para ser un aikidoka, hablando siempre con el sentido de formación y no desde una óptica lúdica, porque de ser ese el caso, el tiempo de estancia en la actividad será en función del antojo temporal de la persona que se acerca a ver cómo es la disciplina y que a su vez, se relaciona directamente con su curiosidad efímera.
Lo segundo es el Macrociclo (MA), que conforma cada uno de los distintos grados de Kyus (6º, 5º, 4º...) y en los que están contenidos todos los elementos que el alumno debe de asimilar en un año de práctica continuada con el nivel que se le exija dentro de cada grado.
Es requisito imprescindible que cada Sensei configure este apartado tanto para el proceso de los grados, para la práctica personal, para impartir sus clases semanales, los seminarios, los intensivos o cualquier otra actividad formativa. Sin la estructuración de los contenidos a enseñar, da igual el talento que se tenga para la docencia, no va a ver evolución de los estudiantes y el docente nunca sabrá que contenidos imparte en su Aikido, cosa que tendría tela si uno se llama Sensei. Luego, los alumnos andarían en un océano constante de incertidumbre porque no sabrían los contenidos que tienen que aprender para irse superando.
Lo tercero son los Mesociclo (ME), que representan etapas relativamente acabadas del proceso de aprendizaje y tiene como finalidad lograr un desarrollo parcial del proceso de formación, es decir, temporalmente lo situamos en cada uno de los trimestres que conforman el año de práctica – estudio.
Su organización interna se realiza a base de los distintos microciclos con diferente signo, en número de tres con excepción del último trimestre que solo lo conforman dos microciclos, porque en el caso de los grados, el mes doce (agosto) está destinado al descanso. Esto también pasa con la práctica personal y se hace después de concluir el proceso de integración de cada nivel según el tiempo que se haya prefijado con antelación: un año, un año y medio o dos años.
Cada uno de los cuatro mesociclo tiene una especificación concreta, los hay:
Introductorio (MEI), hay dos para los grados, están destinados a que el estudiante conozca todos los detalles de cada técnica del nivel que afronta.
De Ajuste (MEA), solo hay uno, aquí el objetivo es la ejecución global de la técnica, eso significa la realización de cualquier principio de una sola vez pero sin velocidad. Si se quiere ver desde otro lado, es no tener dudas en los pasos que hay que dar en cada uno de los dos roles, Uke y Tori.
El último es el de Perfeccionamiento (MEP), solo hay uno, en los distintos Kyus se trata de ejecutar todo el grado al completo y de un tirón, incluyendo el protocolo del examen.
Desarrollando bien este mesociclo no hay ninguna diferencia con el examen, lo único que cambia cuando el estudiante lo realiza en sus clases de estudio, es que no está la figura del tribunal o del Sensei, pero de resto todo es igual.
La estructura de un microciclo está constituida por una serie de sesiones de práctica, -para los grados cuatro al mes, es decir, una cada semana-, organizadas de forma racional y representan los primeros fragmentos relativamente acabado del proceso de aprendizaje y su duración es de un mes. Los hay de diferente clase como explicaré después y su estrategia es aplicable tanto a los grados como a la práctica personal.
Lo quinto y último es la Sesión (SE), que es la estructura más elemental del proceso de organización del aprendizaje, cada sesión de práctica está sujeta al número y distribución de los distintos ejercicios seleccionados para su desarrollo, ésta a su vez se divide en dos tipos: sesión de práctica (SEP) que es la que hace el alumno cuando realiza las clases oficiales, cuando hace los seminarios o cuando asiste a los intensivos.
Luego están las sesiones de estudio (SEE), que son las que hace cada semana con el objetivo de integrar los contenidos del grado que esta aprendiendo. Que son extensibles a cuando queda con un compañero para realizar una práctica personal.
Su duración es de una hora por día y, lo mínimo es hacer una hora a la semana, que es ampliable si se quiere realizar más de una, siempre condicionado al compromiso que el alumno establezca para sí.
Que hay alumnos que en vez de realizar una hora a la semana de estudio hacen dos o tres, pues está claro que con ese compromiso su evolución será superior junto con el dominio sobre la técnica si lo comparamos con el que solo hace una hora a la semana, todo va a depender de lo que cada cual quiera lograr.
El problema con las sesiones de estudio no está en cuántas se es capaz de hacer en un momento dado, la dificultad radica en cuánto tiempo se puede sostener ese esfuerzo – compromiso, por esa razón es muy importante que el alumno calibre su propia fuerza y regule su vida antes de asumir ese reto educativo.
Porque no se puede actuar con picos de sierra, tanto si se estudia un grado como en la práctica personal, porque siempre es mejor poco, pero con calidad y con una buena asimilación sin olvidar de un día para otro, -una hora a la semana es totalmente asumible por cualquiera-, que mucho atropelladamente, con estrés y no recordando de una sesión a otra los contenidos practicados.
Explicación de los distintos microciclos con el objetivo de realizar una práctica personal.
Los diferentes microciclos están configurados con una estrategia educativa concreta para facilitar el desarrollo del aprendizaje al estudiante, él solo se tiene que limitar a seguirla en el tiempo que se establezca de antemano para la ejecución de cada uno.
Los hay de 6 tipos: microciclo básico (MIB), microciclo gradual (MIG), microciclo de desarrollo (MID), microciclo de aproximación (MIA), microciclo de transformación (MIT) y microciclo de ejecución (MIE). Esto significa que cada microciclo se tiene que trabajar de una manera determinada para obtener un logro específico en el aprendizaje de la técnica, que a su vez está relacionado con las diferentes metas que tenga marcadas cada estudiante.
Cada una de esas seis fases se tiene que enmarcar dentro de un espacio temporal delimitado, que el Sensei lo establece en un mes, en un bimestre, en un trimestre, en un cuatrimestre o en un semestre como se ha visto con anterioridad. Esto va a depender del grado de asimilación que tenga que hacer el alumno con los contenidos que tiene que integrar o el volumen de los contenidos que tenga cada escalón formativo, por ejemplo, para el desarrollo del microciclo básico en el nivel de sexto Kyu, con cuatro meses es más que suficientes para que un estudiante normal pueda conocer todos los detalles de los elementos que lo componen, hablando en sesiones, serían dieciséis de una hora de duración.
Que son ampliables según el criterio del alumno si a mitad del proceso ve que no va a llegar a la meta planteada, ¿cómo lo haría? Pues en vez de hacer una hora a la semana de práctica – estudio puede realizar dos, bien porque lo necesite por su psicología o porque en un nivel haya muchos contenidos para él, por ejemplo, eso le puede pasar a determinados estudiantes cuando abordan el nivel de segundo Kyu por lo extenso que es.
El objetivo central de la temporización de los distintos microciclo se hace con el fin de tener un buen desarrollo en los distintos principios que estén practicando los alumnos en cada etapa de los mismos, a la vez que obtienen una maduración en cada elemento practicado y, esto siempre contemplado dentro de cierta presión extrínseca a través del tiempo previsto con anterioridad. Como se puede ver, es un sistema con mucha flexibilidad para la ejecución del plan que se quiera diseñar.
Los propósitos de los diferentes microciclos son los siguientes:
MI Básico.-La finalidad de este microciclo es trabajar con un ritmo muy, muy lento fijándose en cada detalle a la hora de elaborar las distintas técnicas. Por otro lado está el saberlas distinguir e inicialmente en los niveles bajos de la formación es aconsejable que el alumno sea capaz de visualizarla, por ejemplo Ikkyo, que es el control del codo, así que hay que tener claro ese concepto para saber lo que se va a ejecutar posteriormente.
Después está el trabajo del Ashi sabaki y/o Tai sabaki, que es la acción de los pies/piernas y el uso de los desplazamientos, que básicamente incluye la forma correcta de colocar los pies, tanto en el Kamae como al desplazarlos por el espacio para mantenerlos correctamente posicionados en las distintas acciones que se lleven acabo.
Un error que es muy típico en casi todos los estudiantes noveles y en algunos veteranos, es que no mantienen los dos pies en la misma línea cada vez que el cuerpo se desplaza por el tatami y para que eso no ocurra, a parte de desarrollar la correcta técnica de cómo se posicionan sobre el tatami, hay que sumarle la energía consciente en la práctica cada vez que se ejercite el alumno, no solo para corregir ese tipo de error, sino otros que con toda seguridad se van a derivar de él.
Siempre al estudiante novel se le recomienda cuando afronte el escalón formativo de sexto Kyu con este microciclo, tomar como guía el consultar e incluir en su Keiko los diferentes elementos de aprendizaje de ese nivel, ahí encontrará más piezas que hay que vigilar en otros apartados: Seiza, Ukemis, Shikko, etc., que le va a permitir consolidar una buena base tanto con la técnica como con el uso del cuerpo.
Esto mismo es aplicable cuando se afronten otros niveles para cuidar otros conceptos que están dentro del mismo apartado en cada escalón formativo. Es obvio que esos elementos que ayudan a desarrollar la técnica serán más complejos en función de lo profundo que sea capaz de cavar el alumno con el uso del cuerpo y con el dominio de su mente, por ejemplo, si no aprender a focalizar su mente y a concentrarla, no le va a ser posible expandir el Ki por su Tegatana (mano sabe); si en el calentamiento (según nuestros planteamientos con la Hatha-Yoga) que se realiza en estático no desarrolla relax y distensión en su estructura con las distintas posturas guiadas y controladas por la respiración, es evidente que no va a poder realizar un buen trabajo de Uke o mover el Ki por su cuerpo en función de lo que demande el momento o su interés en la acción técnica.
Quiero ampliar un poco más el papel clave de la visualización que comenté antes, porque creo que es bastante relevante, y no solo en los niveles bajos (6º, 5º y 4º Kyu), sino también el los superiores (3º, 2º y 1º Kyu), la razón es muy simple, en los escalones inferiores es de suma importancia que el alumno se haga una imagen mental de lo que tiene que realizar antes de comenzar a practicarlo, bien si se lo leen o lo mira él donde su Sensei tiene compilado el Kihon y por tanto el nivel que está estudiando, todo va a depender del microciclo que esté desarrollando.
Por esa razón es muy importante que clarifique en su mente la imagen de Ikkyo (control del codo) que fue el ejemplo que puse antes, si la tiene clara y es capaz de visualizarla la podrá desarrollar sumándole los distintos detalles, pero como no sea así, ya el comienzo antes de la acción está bloqueado en la mente del alumno y por consiguiente, le va a dificultar su desarrollo, de hecho, siempre me comentan los nuevos que lo más que les cuesta es distinguir las técnicas, en especial en sexto y quinto Kyu, porque aún no controlan las formas básicas que diferencian cada una de ellas con sus respectivos nombres, así que visualmente hay que asociar la técnica con el gesto que la caracteriza para poder abordar su construcción, porque si no se hace así el estudiante no podrá comenzar la práctica con ese principio.
Esto es totalmente aplicable en los niveles superiores con las nuevas técnicas que van a salir al encuentro del practicante, por ejemplo, en segundo Kyu, Katadori, Katagatami, que es cuando el alumno se encuentra por primera vez con esa técnica y por lo tanto es nueva para él.
La visualización es una parte del trabajo mental en la formación de base, bien es verdad que habrá personas con más facilidad que otras para poderla aplicar, pero todos la tienen que desarrollar, porque les va a facilitar mucho su aprendizaje y su evolución en la disciplina. Cuando el trabajo está integrado en el cuerpo y en el inconsciente del estudiante, ya se puede desprender de esa herramienta, porque no la necesita dado que todo acontece aquí y ahora de forma espontánea.
En cuanto a los desplazamientos o Tai sabaki, en cada nivel hay una exigencia para realizarlos aisladamente dentro del contexto de los diferentes ataques, bien sea con un arma o a mano vacía. Esto tiene varias finalidades, la primera es saber distinguir cada desplazamiento y aprenderse su nombre, que es un requisito imprescindible en el escalón de 6º Kyu.
La segunda es adecuarse a los diferentes ataques, porque no es lo mismos enfrentar un desplazamiento en el espacio cuando te atacan con un Shomenuchi, con un Yokomenuchi o con un Tsuki, tanto en Jodan (nivel alto) como en Chudan (nivel medio), son situaciones diferentes que hay que dominar. Y tercero, trabajar aspectos más avanzado después de poderlos distinguir y de saberlos hacer con una mínima soltura según se avanza de peldaño en peldaño, estas nuevas metas incluyen el Time, realizar las angulaciones correctas en el espacio que correspondan a cada desplazamiento, el contacto con el compañero, bien al entrar o rotar, saber entrar y saber salir con seguridad, etc. Pero dentro de la construcción técnica en este microciclo, lo que nos interesa es que el estudiante pueda distinguir cada desplazamiento que realiza cuando edifica la Waza, por ejemplo, para hacer Ikkyo en Ura desde Katatedori Aihanmi, se necesita realizar Irimi – Tenkan o movimiento corporal esférico.
Este aspecto de los desplazamientos se asemeja a como se evoluciona con los Ukemis, el alumno inicialmente trabaja el elemento aisladamente, para que en una fase posterior pueda enmarcarlo con la técnica y que así conforme un mismo lienzo. Para desarrollar este aprendizaje se necesita establecer un proceso como el que se está describiendo, porque lo que suele pasar en el noventa y nueve por ciento de los casos, es que el alumno cuando los realiza solo los sabe y los domina, pero cuando los tiene que distinguir o realizar dentro del escenario de la técnica y con el compañero eso ya es otra cosa muy distinta.
Luego está el Te sabaki, que es el trabajo de las manos, tanto para el desequilibrio, la conducción del compañero, el trabajo con el Atemi cuando se utilizan manos y brazos, como los gestos necesarios para llegar a realizar la técnica que se quiere practicar. Conseguido ésta fase preliminar del Te sabaki, el alumno tiene que acceder a otra superior, que consiste en compaginar el trabajo de las manos con el de los pies de forma lenta, -recordar que la velocidad está prohibida en este microciclo-, a la vez que va conformando la técnica.
Por ejemplo, ejercicios que se utiliza para educar el cuerpo para ésta finalidad en los primeros niveles son Katatedori Gyaku hanmi, Tenkan ho o Ryotemochi ryotedori Tenchinage en Ura, que en este caso hay que hacer Tsugi – ashi (pequeño paso) por el exterior del compañero para entrar en el Tenkan, a la vez que la mano del pie movido se posiciona para rotar con ese movimiento y la opuesta realiza Kokyu, así se puede absorber al compañero y con esa estructura rotar con un buen eje hasta llegar al nage (la proyección). No se piense que es un trabajo simple, tanto el ejercicio como la unificación de manos y pies bajo un centro director, lleva su tiempo, esa es una de las razones de hacerlo por pasos y muy despacio hasta ir integrando cada gesto según se avancen en los distintos microciclos.
Por otro lado está el uso del cuerpo, que según el principio que se esté practicando hay que utilizarlo de una manera concreta para que funcione la técnica que se esté ejecutando, pero si lo redujéramos a dos valores concretos, serían usarlo con flexibilidad y contenido y eso pasa por mover los pies, mantener el contacto, seguir al otro en todo momento, no llevar el centro de gravedad atrás, tener verticalidad en la postura o saberla recuperar en caso de que haya desequilibrio, etc. y, todo esto es posible, gracias a que hay una total ausencia de velocidad en la acción.
Estos conceptos que se están exponiendo son claves para desarrollar el microciclo básico en cualquier escalón formativo, al hacerlo hay una progresión segura para construir la Waza a través de la toma de consciencia de cada uno de los detalle y de los pasos que la compone, como producto de eso hay un buen desarrollo del aprendizaje tanto en la posición de Uke como de Tori. ¡Regla mnemotécnica!“La forma correcta (la técnica) se manifiesta cuando se usa el espacio, el cuerpo y la energía de manera inteligente.”
Otra cosa que hay que hacer y esmerarse mucho en esta etapa, es como se construye el Omote y Ura en cada técnica. Es un obstáculo que el noventa y cinco por ciento de los estudiantes siempre van a tropezar con él. Vamos a pensar que el Sensei incluye la explicación de un nivel en sus clases oficiales, -también va a ser válido si quiere explicar el nivel de una sola vez-, en ambos casos lo puede afrontar de la siguiente manera:
Inicialmente explica el Omote y los alumnos hacen sus cuatro repeticiones, posteriormente explica el Ura y los alumnos vuelven a realizar sus cuatro reproducciones.
De esta manera es mucho más fácil para el estudiante que pueda distinguir e integrar cada parte del proceso constructivo de la técnica por separado, esto es clave y muy especialmente cuando se comienza con la práctica, esto es, en los primeros escalones de la formación, 6º, 5º y 4º Kyu. Posteriormente en los niveles superiores se puede enfocar de otra manera más global e incluso con algo más de dinámica, porque recordemos que el aprendizaje es acumulativo y cada elemento integrado facilita la ejecución del siguiente que es superior. Aquí no debemos olvidar la opción de que el aprendiz pueda realizar preguntas sobre lo que se está trabajando.
Cuando el alumno tenga esa parte integrada por separado y la pueda hacer sin dudas ni indecisiones, se pasa a explicar y a practicar cada técnica en un solo bloque, incluyendo el Omote y el Ura. Esto va a suponer para el estudiante un esfuerzo superior porque tiene que recordar y ejecutar de una sola vez las dos posiciones, no debemos olvidar aquello de lo más fácil a lo más difícil aún en esta etapa inicial.
Lo vuelvo a decir por si acaso, el ritmo es muy lento y por partes, así que está prohibida la velocidad hasta que se tengan claros todos los aspectos y todos los detalles para poder construir la técnica.
Con respecto a la temporización de la sesión, esto implica que en una misma clase se puedan desarrollar más o menos técnicas y está claro que con el enfoque de contestar las dudas de los estudiantes se va a tardar más tiempo que cuando solo se muestra sin más, aspecto que tiene que tener en cuenta el Sensei a la hora de planificar sus clases.
¿Por qué es importante este proceder?
Porque mucha gente quedará atrapada de por vida en una sola versión de la técnica por no realizar bien esta etapa inicial para desglosar el aprendizaje de la forma. Otra consecuencia significativa a resaltar producto de no saber elaborar correctamente, es que con el paso del tiempo el practicante va a tener muchas lagunas en los diferentes pasos para la realización de las distintas técnicas y esto le va a suponer un gran obstáculo, tanto para poderlas pulir y más si le mete velocidad, como para poder acceder a estadios de más libertad en su ejecución o variaciones de la misma, porque en la acción dinámica le van a faltar partes o se olvida de trozos que no sabe que existen.
Esto pasa y es visto por todos cuando se ven acciones atropelladas y sincopadas en la comunicación entre Uke – Tori, Tori – Uke, por ejemplo, Katatedori Gyaku hanmi Nikkyo en Omote y en Ura, la gente centra toda su atención es la luxación de Nikkyo, porque es lo que somete al Uke, es decir, el final de la técnica, pero no se esfuerzan en hacer todos los pasos previos que hay que realizar de forma ordenada y consecutiva manteniendo el desequilibrio y el control del compañero hasta llegar a ese final tan contundente.
Este microciclo es un tanto robótico para el estudiante novel porque va de detalle en detalle y se para en cada uno de ellos, pero aún así es importante que actué sin rigidez, lo de Itai dejarse llevar o Dootai dejarse conducir es clave en esta fase para el desarrollo de la técnica, como para poder aprender a usar el cuerpo en los dos roles.
En líneas generales, los practicantes siempre tienden a fijarse más en el papel del Tori, porque es el que proyecta o somete al compañero y se descuida por completo el cometido del Uke, eso es un error como una catedral y es muy fácil de subsanar aplicando la regla mnemotécnica de la tradición, que es, “Si quieres ser un buen Tori, aprende primero a ser un buen Uke.”
Como apunte más atrás, en este microciclo la temporalización para poderlo mostrar a los estudiantes está sujeta en gran parte al criterio del Sensei, por ejemplo, para desarrollarlo en sus clases oficiales tiene que contar con el factor tiempo, eso quiere decir, cuánto tiempo le va a suponer exponer todos los detalles de cada una de las técnicas que compone un nivel con el objetivo de que sus estudiantes lo conozcan.
Esto también va a estar condicionado por el número de sesiones que se hacen semanalmente, porque no es lo mismo enseñar los contenidos en dos, tres o cinco sesiones semanales aunque sean de dos horas de duración cada una, está claro que la flexibilidad de tiempo es grande en función de la opción que se elija, así que hay que prever qué estrategia se va a usar y ser consciente de que con uno de esos planteamientos se va a terminar antes y con otros se va a tardar más.
Cuando los estudiantes quieren conocer la elaboración de las técnicas para hacer una práctica personal, tienen varias posibilidades:
La primera posibilidad es pedirle al Sensei unas clases especiales donde se muestre todo el nivel que quieren desarrollar de una vez, esto implica para los alumnos tener una buena capacidad de retentiva y ayudarse mucho de su cuaderno de campo para realizar sus notas, gráficos, dibujos, etc., como se hace cuando se tiene que realizar los grados, que está contenido en el punto 9 de nuestras condiciones para realizar los mismos.
No nos debemos olvidar que con unos niveles se necesitaran menos clases que con otros, -esto también es totalmente aplicable si el Sensei quiere impartir esos contenidos en sus clases oficiales-, por ejemplo, no es lo mismo enseñar el nivel de 4º Kyu que el de 2º Kyu, porque con éste último necesitará más clases para poderlo mostrar en su totalidad, porque dentro de nuestro plan de estudios es el más largo en contenidos a transmitir.
La segunda posibilidad sería teniendo el apoyo de las clases oficiales y según se vayan conociendo los distintos elementos del nivel que se quiere estudiar se van integrando paulatinamente en la práctica personal. Esta parte siempre estará condicionada si el Sensei está desarrollando en sus sesiones de instrucción del Kihon o los niveles que los alumnos quieren estudiar en su práctica personal, que de serlo, sería un refuerzo tremendo y una sinergia poderosa la cual yo siempre recomiendo.
Con lo que sí hay que contar es que la órbita de ejecución de comienzos y de finalización se alarga mucho cuando se afronta el mostrar dos niveles a la vez. Por ejemplo, pensemos que un Sensei está desarrollando – mostrando en sus clases los niveles de 5º y 4º Kyu, pues está claro que cuando acabe con los elementos de quinto se tardará un buen tiempo para poderlos retormar de nuevo, porque primero se tienen que terminar con los de cuarto.
Dentro de este mismo aspecto el Sensei tienen que contar que llegará un momento dentro de la estructura que se acaba de describir, que en una misma clase no va a poder afrontar el desarrollo de varios niveles a la vez, por lo extenso que pueden ser, por ejemplo, eso nos pasa a nosotros en el desarrollo de los escalones de 2º y 1º Kyu.
Que hay cosas comunes entre los niveles, ¡cierto! Pero hay que ser conscientes de que según se avance en los distintos escalones formativos, éstos crecen en contenidos porque el conocimiento es acumulativo hasta llegar a un punto de los mismos, -en nuestro caso en 3º Kyu-, luego cambian las dinámicas con elementos de más nivel y con una exigencia superior para el alumno. Por ejemplo, para nosotros hasta 4º Kyu los Ukemis para Shihonage o Iriminage son básicos (Ushiro Ukemi), pero cuando se entre en el nivel de 3º Kyu, los Ukemis comienzan a ser avanzados (volar) en los dos casos anteriores como en otros más, esto es así con muchos elementos de los distintos niveles de la formación. Hay que recordar aquello que se ha dicho varias veces a lo largo del escrito, de lo más sencillo a lo más difícil de forma progresiva.
Tres formas para llevar el control de los contenidos que se van impartiendo en las clases oficiales.
Es importante tener controlados y en orden todos los elementos que se van exponiendo a los alumnos según se avance en el desarrollo de los distintos niveles que el Sensei esté desarrollando en sus clase oficiales.
Esto se hace porque va a facilitar los controles mensuales, luego, es aconsejable poseer una guía de lo que se ha dado y de lo que queda por dar y, más si se desarrollan dos niveles a la vez en una misma clase. Sugiero afrontarlo de las siguientes maneras:
1ª Utilizando los contenidos estructurados por niveles que deben de estar colgados en la Web del Dojo y se pueden desarrollar en cascada, así será muy fácil para los estudiantes acceder a ellos, seguirlos o consultarlos cada vez que quieran a golpe de clic, por ejemplo, antes de venir a clase cada día.
2ª Otra opción más tangible, es tenerlo impresos en fotocopias y encuadernados en el Dojo a disposición del alumnado y afrontarlo de la misma manera.
3ª Utiliza una ficha, la cual puedes crear tú o servirte de la nuestra (ver imagen de abajo), para planificar las distintas sesiones de cada día, que va a valer como memoria de lo que se ha impartido en un marco temporal concreto y también va a facilitar la supervisión mensual de los contenidos dados hasta ese momento con las diferentes estrategias de los distintos microciclos. Porque en éste microciclo está claro que van a predominar los distintos detalles de cada técnica, pero por ejemplo, en el microciclo de transformación, es clave llevar el control de los bloques que se han dado y de los que quedan por desarrollar bajo esa estrategia concreta.
La imagen anterior es un ejemplo de nuestra ficha para la planificación de las sesiones de mano vacía por semanas.
La imagen anterior es un ejemplo de ficha de la planificación realizada por una alumna para su práctica personal con el nivel de 5º Kyu por días.
Son tres formulas muy simple de ordenar y planificar el trabajo de las sesiones de clase, de hecho, pueden ser perfectamente compatibles, quiero decir, si las tienes expuestas en la Web del Dojo, a la vez puedes hacer las programaciones de las sesiones con la ficha utilizando los distintos contenidos enumerados ahí, así los alumnos pueden ver en cualquier momento las técnicas que va se van a impartir en la siguiente sesión a la que asistan, esto sería así siempre y cuando se siga el orden correlativo en el que están estructurados los distintos elementos.
En nuestro andamiaje, los niveles que inician el proceso educativo en relación a la preparación corporal, están pensados para que los contenidos de sexto Kyu, -en especial todos los elementos de aprendizaje-, junto con el planteamiento de nuestro calentamiento den al alumno una buena regulación de su cuerpo, porque esto le va a permitir ser más funcional en el espacio y con la Waza.
En quinto Kyu ya sí se comienza en profundidad a trabajar con más técnicas y con sus correspondientes detalles más complejos, por lo tanto, lo que se persigue con esta estrategia inicial de la regulación del cuerpo y de la cimentación técnica, es que cuando se acceda a los siguientes niveles se parta de una plataforma bien consolidada por el tiempo que ha dedicado el alumno a desarrollarla con los diferentes microciclos en ambos escalones, teniendo presente los elementos de aprendizaje de ambos niveles junto a una buena educación física.
Esto se hace así para posteriormente poder orientar mejor la atención hacia otros matices de las nuevas técnicas que se van incorporando en los sucesivos niveles formativos y muy especialmente a partir de tercero, a la vez que se van perfeccionando los que ya se conocen.
Este mismo aspecto de sumar en positivo es lo que encierra la educación que contienen cada uno de los microciclos y la relación que se establece entre ellos. Porque los tres primero van a servir de base para que después se puedan desarrollar los tres siguientes, que es en donde se ejecuta la técnica con más dominio y con más soltura.
Eso quiere decir que lo único que cambia en éstos tres últimos son las dinámicas de ejecución de cada uno de los microciclos, porque los conocimientos de los detalles, de las fusiones de éstos y del ritmo que posee cada técnica ya se trabajaron en los tres primeros, por lo tanto, ya se conocen y están integrados en el cuerpo del alumno, esa es una de las razones de las tácticas desarrolladas con los planteamientos que contienen los tres últimos microciclos.
MI Gradual.-La finalidad de este microciclo es realizar las técnicas de dos veces, pero teniendo en cuenta todos los detalles que la componen y que previamente ya se tienen conocidos e integrados con solvencia con su candencia dinámica.
Hay cierto ritmo, pero no están encadenadas todas las acciones técnicas en un solo gesto.
Por qué razón se hace esto así, para que el alumno vaya aprendiendo a ir enlazando las distintas partes que componen el principio que está practicando, por ejemplo: en el anterior MIB el estudiante para construir Katatedori, Gyaku hanmi, Ikkyo en Omote le llevaba doce acciones, veámoslas:
La primera, Uke ataca en Katatedori, Gyaku hanmi en su ángulo correcto (Shikaku ángulo muerto) y realizando el agarre apropiado para controlar el antebrazo del Tori y por extensión, el centro de éste, así se produce el encuentro entre los dos (De-ai).
Es un aspecto clave para poder comenzar con el diálogo entre Uke y Tori, si éste encuentro se tendría que concretar en un solo concepto, es la unidad de la energía a través de Ateri o la extensión del Ki que se expande por las manos – brazos de los dos practicantes, con la intensión de llegar al centro de cada uno o Hara.
Hay que precisar que en este caso es un encuentro “sólido,” entendido así porque es un ataque de sujeción del antebrazo, como podría ser cualquier otro agarre al Tori. Si fuera una embestida dentro de un escenario de distancias largas, como por ejemplo, con un Yokomenuchi, el encuentro inicial se debe de establecer por amabas partes (Uke y Tori) con la mirada (Metsuke), con el correcto Ma – ai (la distancia correcta) y con la actitud positiva que tiene que desprender el Kamae hasta que se produzca el ataque y haya el contacto con el Yokomenuchi. Son aspectos sutiles que hay que contemplar porque son distintas circunstancias dentro del proceso de aprendizaje de base y que normalmente se descuidan.
La segunda, Tori se desplaza en Irimi ashi teniendo la precaución de estar bien posicionado en el ángulo correcto, -cuarenta y cinco grados con respecto a la línea de ataque del Uke-, para después poder desequilibrar bien al compañero.
La tercera, Tori realiza el Atemi correspondiente a la cara del Uke sin que se le vaya el Atemi por ninguno de los dos lados de la cabeza del Uke.
La cuarta, después del Atemi, desliza su mano por el brazo que Uke ha utilizado para atacar al Tori hasta llegar al codo y así poder aplicar el desequilibrio, por lo tanto, hay que buscar el sitio correcto en el codo junto con la distancia correcta del desplazamiento para drenar bien la postura y por consiguiente la estabilidad del Uke.
La quinta, sigue deslizando su mano a partir del codo del Uke hasta llegar a la mano de éste para realizar el agarre correcto que corresponde a Ikkyo en Katatedori Gyaku hanmi, así que hay que hacerlo bien y mantenerlo hasta el final y no confundirlo como si estuviese realizando Katatedori Aihanmi, ¡que ahora no nos ocupa ese caso! Aspecto que los alumnos noveles tienen que distinguir bien y saber aplicar una u otra acción según corresponda.
Porque es muy común, especialmente en el control, que se vaya ejecutando el agarre en Gyaku hanmi y se pase a Aihanmi o viceversa, esa es una de las razones que justifican la importancia de realizar el primer microciclo (MIB) y su orientación hacia los detalles.
La sexta, sobre el brazo que Uke ha sujetado al Tori, éste hace el movimiento de Kokyu aprovechando que Uke se recupera del desequilibrio para ir con la mano hacia el codo (se utiliza el espacio que está entre el dedo índice y pulgar, mano de arpón o Hira Basami) para poder aplicar posteriormente el correcto Ikkyo.
La séptima, ya con el Ikkyo planteado hace el corte descendente para realizarlo con propiedad.
La octava, orienta bien su eje hacia el del compañero para mantener el control de éste con el Ikkyo.
La novena, hace el desequilibrio pertinente que da pie al control de Ikkyo sobre el Uke.
La décima, aplica el control teniendo en cuenta que el brazo – mano esté más alto que el hombro del Uke y lo estabiliza a la espera que el Uke toque dos veces sobre el tatami con su mano señalando el límite de la flexibilidad de la articulación de su muñeca y por lo tanto, su límite para aceptar en control que le ha aplicado el Tori.
La decimoprimera, el Tori hace el primer alejamiento del Uke, que consiste en soltar el codo, pero manteniendo el control de la sujeción de la mano que tenía al Uke y que inició en la quinta acción.
La decimosegunda, se vuelve a desplazar en Sikko (caminar de rodillas) para tener la correcta distancia de Ma -ai y así poder soltar la sujeción de la mano del Uke para así poderse levantar con seguridad, con la intensión de emprender la técnica por el lado opuesto del cuerpo.
Pues lo que hay que hacer en este microciclo gradual (MIG), es reducir esos doce movimientos a dos fases para construir esa misma técnica y bajo ese mismo ataque, que es extensible a cada una de las técnicas que compongan el nivel que se esté practicando – estudiando con sus respectivos ataques.
Por ejemplo, la primera fase para dividir la técnica en dos, es perfectamente factible hacerla desde el primer paso al séptimo; la segunda fase sería del octavo paso hasta el decimosegundo. Todos estos encadenamientos se producen desde el mismo momento que el estudiante va disponiendo de una mayor coordinación entre la parte inferior de su cuerpo con el Ashi sabaki y el Tai sabaki, unida con la parte superior de su estructura a través del uso de la cintura, del Te sabaki, del uso del pecho, de la correcta posición de la lateralidad, etc.
O lo que sería lo mismo, una mayor capacidad de unificación entre las acciones corporales bajas y altas junto con los diferentes detalles para construir las técnicas, estos dos aspectos están estrechamente relacionados entre sí. Es un proceso que se va desarrollando de forma natural al ejercitarse cada día en las diferentes técnicas y darle cierto ritmo, así, según el alumno progrese en la práctica de todos estos matices ira fusionando entre sí cada una de esas doce partes que se vieron más atrás y las podrá ir concretando con el tiempo en las dos etapas en las que se pueden dividir las técnicas en éste microciclo.
Hay contar que no todas las técnicas tienen el mismo número de pasos que se describieron en Katatedori, Gyaku hanmi, Ikkyo en Omote, puede que haya algunas que contengan más y otras menos, esto es otra de las partes que debe de estudiar, descubrir e integrar el alumno y es totalmente acorde al desarrollo del principio de Shu.
Vamos a imaginar que el estudiante llega un punto que no sabe cómo dividir las técnicas en dos, pues debe consultar a su Sensei, no debemos olvidar aquello tan importante que es pedir ayuda cuando se necesite y no estar bloqueado por una acción que tiene fácil solución.
Al desarrollar este microciclo digamos que el alumno pasa de gatear (en MIB) a ponerse de pie (MIG) y comenzar a dar sus primeros pasos con la Waza sin que le falte ni le sobre ningún gesto, porque hace los precisos para que la técnica le funcione tanto en el rol de Uke como en el de Tori.
En esta etapa el alumno ya comienza a disfrutar con la práctica por la dinámica que se produce entre él y el compañero.
MI de Desarrollo.-La finalidad de este microciclo es realizar la técnica de una sola vez con ritmo pero despacio, es decir, de un tirón y sin velocidad, tanto en Omote como en Ura.
El alumno al hacer la técnica de una sola vez, significa que previamente conoce los detalles y es capaz de encadenar los sucesivos pasos que se vieron en el primer microciclo (MIB), a su vez va a fundir en una sola acción las dos fases del anterior microciclo (MIG), eso por su puesto que incluye al Omote y al Ura de cada técnica.
Así que llegados a este punto no debe de haber dudas, como por ejemplo, cómo lo hago, así o así; ni indecisiones, como por ejemplo, cómo era aquello de esta o de esta otra manera; ni falta de memoria para decir, no me acuerdo lo que sigue ahora, ¡se me ha olvidado! En éste microciclo el alumno encadena todas las acciones una detrás de otra con orden, con el ritmo propio que tiene cada técnica, con armonía, con fluidez y cada uno de los participantes cumplen con su rol, bien sea el de Uke o el de Tori.
Esto ya conecta con la acción – reacción entre los practicantes, porque todos los gestos técnicos del nivel que se está desarrollando están bien tejidos en el cuerpo del alumno, así que eso le va a permitir disponer de la capacidad de poder responder mutuamente en la dinámica.
No hay velocidad, pero si una continuidad con un movimiento fluido y ésto no se ve interrumpido por ninguno de los dos actores. Si en el anterior microciclo el alumno comenzaba a disfrutar, ¡aquí lo hace plenamente! Ya no solo por el dominio sobre la técnica, sino por el intercambio de energía entre los practicantes, porque en ésta parte se comienza a sentir mucho al otro de una forma más sensitiva o si se prefiere entender de otra manera, se va educando el trabajo de la intensión con Ki y su circulación en la acción, por eso se es capaz de responder a las acciones, aunque éstas sean estandarizadas y no haya espacio para la creatividad para aplicar el principio del cambio, recordemos que estamos aprendiendo el Kihon, pero aún dentro de la forma de base hay una gran liberación en la acción para ambos practicantes.
Eso significa que la técnica aporta libertad al alumno en esta fase, aspecto clave que se verá expandido en los siguientes microciclos y en los niveles de Yudansha, por ejemplo, para aplicar la Kaeshi Waza. Pero hay que ser conscientes que es aquí y en éste momento donde saltan las primeras chispas, que luego prenderán y se convertirán en el gran fuego de una práctica muy flexible, con mucho dinamismo y con mucho contenido.
El desarrollo de la fluidez, del intercambio sensitivo y el sumar actividad más respuesta entre los practicantes, eso va a permitir una gran motivación a los estudiantes, porque van a experimentar lo que ven en las explicaciones centrales o en los vídeos de Aikido que era su ideal, que con toda seguridad fue la primera motivación para comenzar a practicarlo y que con toda certeza se puede decir que es lo que andan buscando.
Este planteamiento le permite a los alumnos comenzar a hacer Aikido tal y como es, independientemente del nivel que se esté practicando, que se verá consolidado en el siguiente microciclo (MIA). Esto quiere decir que la fase anterior prepara el terreno para la que viene después, es decir, se suma en positivo para siempre ir progresando ¡y lo mejor de todo! Nadie le tiene que decir al estudiante que lo está haciendo bien, porque es el propio alumno quien lo percibe día a día en cada sesión de práctica al seguir las distintas estrategias educativas que le ofrecen los distintos microciclos. Vuelvo a insistir en el papel tan capital que juega el holismo en este proceso formativo.
MI de Aproximación.-La finalidad de este microciclo es hacer la técnica de forma flexible con continuidad, sin cortes y con un ritmo vivo desde el comienzo hasta el final, teniendo en cuenta el Omote y el Ura de la misma.
Aquí si se contempla cierta velocidad, pero siempre y cuando las acciones sean armónicas, que tengan contenido y que estén unidas o lo que es lo mismo, todos los movimientos contienen conexión entre los practicantes, sensibilidad en sus gestos aunque estos sean contundentes, como por ejemplo en las proyecciones y, con mucha plasticidad en la acción.
Esto último donde se verá de verdad es a partir de cuarto Kyu, porque en sexto y quinto hay que pensar que el estudiante va integrando toda la mecánica de ejecución en su cuerpo aún teniendo flexibilidad y continuidad en su ejecución, si hablamos en tiempo son dos años y medio siguiendo el proceso educativo para estos dos niveles iniciales.
Este desenvolvimiento del cuerpo y de la técnica en el alumno irá creciendo con el paso del tiempo que se emplee en el desarrollo de este microciclo, eso quiere decir, que se comenzará a estudiar con un ritmo y cuando se acabe el tiempo de permanencia previsto para el desarrollo en este microciclo se tendrá otro superior, eso se traduce en que el estudiante tiene más control del espacio, de la extensión del Ki a través de su cuerpo, del Time, de la conducción del compañero, del Ma – ai, etc., todos estos aspectos le van preparando para cuando le toque afrontar el siguiente microciclo (MIT), que ya no es la realización de una sola técnica, sino ejecutar todo un bloque de ellas.
Llegados aquí ya no se puede pensar, más que nada porque no hay tiempo para ello, porque todo está integrado y el cuerpo es gobernado por el inconsciente o la mente superior, así que el único deber del alumno es limitarse hacer y a sentir sin que intervenga el intelecto o el aspecto racional de la mente.
Hay que darse cuenta que con este planteamiento el estudiante desde los inicios (si está en los niveles bajos 6º, 5º y 4º Kyu) se le induce a que se vaya desarrollando en los aspectos más sutiles de la educación como pueden ser Mu Shin o no pensamiento, también en Sen No Sen o anticipación, etc., aunque sea de una manera introductoria y muy simple, porque desarrollarlos con más dominio y como asignatura obligatoria sería en los estadios de Yudansha.
Digamos que en esta fase de este microciclo, -independiente del escalón que se esté estudiando-, se le da la oportunidad al estudiante de comenzar a experimentar esos fundamentos tan avanzados con el objetivo de que el alumno vaya tomando consciencia de ellos y los vayan integrando poco a poco según le permita su comprensión de la Waza, que se verá complementa con el desarrollo de su mente.
Si hacemos un ejercicio de proyección de objetivos en un futuro a medio y a largo plazo de nivel en nivel sumando las diferentes etapas con esta estrategia, hay que pensar que el desarrollo de la técnica se irá ampliando y muy especialmente las que son acumulativas de un escalón formativo a otro, por ejemplo Ikkyo, Shihonage y Iriminage que están presentes desde el inicio del aprendizaje.
Porque no se va a tener el mismo domino cuando se comenzó en sexto Kyu que al terminar el primer Kyu, por otro lado, llegados a éste antepenúltimo escalón formativo en primer Kyu, el alumno está perfectamente capacitado para afrontar los distintos estadios de Yudansha con un dominio y un desarrollo físico, mental y técnico magnífico y, no como ocurre en la actualidad con la mayoría de los planteamientos que se hacen por ahí, donde la brecha entre los niveles de Kyu y los de Dan es un abismo inmenso.
Otra cosa en la que hay que llamar la atención, es que ya estando en los niveles de Yudansha, muchos aikidokas no se desarrollan como debieran para ese estado y, la razón es muy simple, porque no se han formado bien en la base, que son los niveles de Kyus y bien arrastran carencias formativas o simplemente nunca han tocado aspectos que le capacitarían para su posterior desarrollo como Yudanshas.
MI de Transformación.-La finalidad de este microciclo es hacer el nivel que se este estudiando por partes o por bloques de ataques con una ejecución flexible, con continuidad y con Time, esto es aplicable tanto cuando se ejecutan las distintas técnicas de una sección una por una, como cuando se afrontan los distintos bloques al completo y siempre contemplando el Omote y el Ura de las mismas.
Por ejemplo, se coge el grupo de técnicas de Katatedori en Gyaku hanmi y en Aihanmi que está en el nivel de 4º Kyu y se hacen todas ellas de una sola vez, teniendo en cuenta al ejecutarlas los aspectos internos de la presencia y el contenido en cada gesto, eso implica la extensión de la energía y muy especialmente en la Tegatana (mano sable), como en cualquier otra parte del cuerpo que reciba un ataque especifico.
Por ejemplo en Katadori (agarre al hombro); el control visual con Zanshin del compañero, tanto al comenzar como al finalizar cada técnica; realizar un buen Kamae desde el inicio hasta el final, eso significa que al flexionar las rodillas para distribuir bien el peso del cuerpo en cada pierna, el estudiante no abandona esa postura para ponerse de pie en ningún momento mientras dura el trabajo del bloque que está ejecutando; plasmando una alta calidad técnica en cada ejecución porque todos los detalles que se integraron en el microciclo básico (MIB) ahora ya están refinados, se realizan de forma fluida, se ejecutan sin pensar y con mucha precisión.
¿Cómo es el proceso para practicar un bloque de técnicas entre el Uke y el Tori?
Se desarrolla de la siguiente manera, Uke enuncia al Tori un bloque concreto del nivel que estén trabajando, bien accediendo a la Web del Dojo, que tenga el grado impreso en papel o cualquier otro medio para leer los contenidos que se estén estudiando y éste lo hace de un tirón, por ejemplo, pensemos que:
- El bloque de ataque que le toca realizar es el de: Tsuki, nivel Chudan (ataque de puño al plexo solar o nivel medio).
- Uke de pie le dice al Tori: Tachi Waza, que es definir el nivel de trabajo para ejecutar las técnicas, que si hubiera otros, como Suwari Waza, que es cuando los dos trabajan de rodilla o Hanmi handachi Waza, que es cuando Uke está de pie para realizar su ataque y Tori de rodillas, tiene que remarcar las técnicas que van en cada uno de esos diferentes niveles.
A continuación especifica el ataque: Tsuki, a nivel Chudan, posteriormente enumera las distintas técnicas que se tienen que realizar bajo ese ataque: Udehishigi, Soto – Kaitennage, Sankyo, Yonkyo, Gokyo, Shihonage y Tenchinage.
- Tori está sentado en una correcta Seiza (en medio de los pies) mirando hacia el Uke escuchando con atención, lo primero que tiene que hacer es tomar consciencia del nivel de ejecución en el cual se va a desenvolver, que en este caso es trabajar los dos de pie (Uke y Tori).
Lo siguiente es encuadrar el ataque que le piden y distinguirlo; posteriormente al oír las distintas técnicas, tiene que ir visualizándolas y ordenándolas en su mente, para acto seguido ponerse de pie y ejecutarlas de una vez sin pausas ni cortes y por su puesto, contemplando el Omote y el Ura en cada caso.
De esa manera se pueden trabajar todos los elementos internos que se han dicho antes, dado que el alumno está, o debería estar, focalizado en esa acción que está aconteciendo en ese único presente sin nada que perturbe su concentración.
Es obvio que sin el dominio de la nomenclatura de la disciplina no se puede afrontar ni éste ni cualquier otro nivel, esa es la razón de que en sexto Kyu y antes, en el periodo de seis meses de adaptación e integración en el Dojo, se comenzara a integrarla cuando el estudiante se aprende cada uno de los nombre de los distintos desplazamientos, que es extensible y de forma progresiva a cualquier otro campo, tanto en las armas como en la mano vacía según el alumno vaya ampliando los contenidos que tiene que dominar.
Si hay algo que caracteriza a este microciclo es la unificación y la unidireccionalidad de la mente para poderlo ejecutar, que se consolidará y se ampliará plenamente en el siguiente microciclo (MIE). Digamos que aquí es una toma de contacto con secciones de ataques más grandes o más pequeñas para ir entendiendo la dinámica que posteriormente le va a facilitar realizar todo el grado de una sola vez con los mismos parámetros que se han descrito antes.
Si no hay una concentración estable y continuada no va a ver una acción ordenada y de calidad en este apartado, en especial cuando los grupos de ataques sean grandes, como por ejemplo en los de Shomenuchi, Yokomenuchi o Ushiro ryo Katatedori y en otros similares. El estudiante tiene que ir desarrollando sus capacidades internas y ser capaz de focalizar su mente en cada uno de los módulos de ataques o no lo va a poder afrontar ni desarrollar.
El mensaje que está soterrado en este microciclo es el encauzamiento y la ampliación del desarrollo mental en el alumno, que el propio sistema no le deja margen de maniobra, porque solo tienen dos opciones, lo hace o no lo hace, si elige ésta última opción, significaría que abandona el proceso con todo lo que eso supondría llegados a este punto y da igual que sea en el escalón de sexto Kyu o en el de primer Kyu.
Por el contrario, si el estudiante hace gala de un centro estable y continua desarrollándose, en sexto comenzará su proceso de crecimiento en el trabajo mental y en primer Kyu ya contará con una gran capacidad de desarrollo, que se irá incrementado con el paso del tiempo y no solo con la práctica del Aikido, si no que es extrapolable a otros aspectos de la vida del alumno.
Cuando Daisetsu Teitaro Suzuki vio el Aikido por primera vez, se dice que lo definió como, “Zen o meditación en movimiento,” pues eso es lo que experimentará el estudiante al desarrollarse en este microciclo integrando todos los aspectos de trabajo internos que se ha dicho con anterioridad. Está claro que el estado de meditación se va perfeccionando de nivel en nivel por el paso del tiempo y por el desarrollo propuesto en esta etapa, porque no va a ser lo mismo la ejecución de éste microciclo para un sexto Kyu que para un primer Kyu.
Cuando el alumno esté consolidado en esta fase educativa, la seguirá desarrollando y ampliando en los estadios de Yudansha.
Si en el microciclo de desarrollo (MID) no tenían cabida las dudas, ni las indecisiones como las faltas de memoria, en esta fase es impensable que se den y de darse significaría que el estudiante se ha saltado los pasos o no los ha desarrollado bien y va picando de aquí y de allá.
Es decir, no se ha sometido al proceso educativo con la distintas estrategias propuestas con anterioridad, que se han desarrollado de una manera progresiva con respecto a la dificultad de cada elemento, a la vez, que ha habido un tiempo suficiente para madurar en cada una de las piezas educativas con la meta de llegar a este punto de desarrollo y que se están exponiendo en este manual con los diferentes microciclos.
Esa es la razón de la advertencia que hice al comienzo cuando haya practicantes que quieran integrar nuestro manual a su proceso educativo, pero quieren suprimir partes de él porque no les gusta o no las creen adecuadas para ellos sin conocer verdaderamente todo el planteamiento y sin haberlo puesto en práctica.
Porque va a ser evidente que tanto con éste sistema como cualquier otro, si se mutilan o se obvian determinados fragmentos no van a dar los resultados para los cuales fueron concebidos. En la filosofía del holismo, cada una de las partes de un sistema está relaciona e interactúa con el todo, independientemente de que tenga una característica propia.
Por otro lado, lo anterior a parte de poner aprueba los conocimientos que posee el cuerpo del estudiante sobre Waza con la presión que supone la cantidad de técnicas a ejecutar de una sola vez, también va a poner a prueba y a desarrollar el fondo físico del alumno, recordemos que es una de las siete partes que compone el Kihon y es clave para consolidar la técnica.
Si en una sesión de práctica de una hora de duración no se llega hacer todos los bloques del nivel que se está desarrollando, en la siguiente clase se continua desde el bloque de ataques en el que se quedó el alumno.
Esto es desarrollar el concepto de la circularidad positiva, muy importante para otorgar dominio y control sobre lo que se realiza en un escalón formativo, sin la necesidad de que se afronte de forma correlativa, es más, sería muy enriquecedor para el alumno que alguna vez enfrentara el nivel que está estudiando de forma no correlativa. Este concepto es aplicable al siguiente microciclo (MIE).
MI de Ejecución.-La finalidad de este microciclo es hacer todo el grado al completo de una sola vez con sensibilidad, flexibilidad, continuidad y precisión al ejecutar las técnicas.
Aquí si se puede trabajar con velocidad, siempre y cuando se haga una ejecución limpia, con ritmo y con poder.
Es importante que el alumno sea creativo llegados a este punto, por ejemplo, en una sesión puede comenzar el grado desde el inicio en forma de cascada, cuando lo complete, otra opción es comenzarlo al revés, de atrás para adelante; otra posibilidad es hacerlo por bloque de ataques alternos.
¿Qué se busca con este tipo de estrategias?
Cerciorarse de que el alumno no piensa; que tiene un perfecto control sobre lo que ha estudiando en el tiempo que se ha establecido de antemano para ello; que tiene una completa seguridad para desarrollar cualquier parte del nivel que estudia; comprobar los buenos resultados de las distintas estrategia educativas que le han aportado los diferentes microciclos para llegar a éste estado de desarrollo; que domina todo el conjunto de elementos estudiados sin la necesidad de que los ejecute en cascada, porque la mente es muy astuta y se acostumbra a una determinada dinámica y luego actúa por inercia mecánica, al hacerlo como se ha dicho, no puede recurrir a ese subterfugio y lo más importante, solo actúa el inconsciente del estudiante.
En esta etapa sería ideal que un tercer compañero pidiera a los ejecutores del grado los diferentes ataques con las técnicas respectivas como si fuera el Sensei en los controles mensuales, pero esta vez dentro de la sesión de práctica, tanto de forma correlativa como de forma alterna y muy especialmente si se afronta ésta última.
Otra alternativa con el cometido de éste tercer compañero que está dictando los contenidos al Uke y al Tori, es poderse intercambiar con el rol de Uke, así éste puede tener espacios de recuperación, porque en segundo Kyu y de ahí en adelante, seguro que para muchos practicantes será necesario hacerlo, eso quiere decir que cada uno afronta los contenidos de medio nivel al completo en su papel de Uke y no por bloque de ataques.
¿Cuál es la razón para hacer este proceder?
Desarrollar el fondo físico tanto del Tori como del Uke, porque todo lo que dure la ejecución del grado no se puede parar; saber gestionar la presión a la que se ven sometidos tanto el Tori como el Uke; el control que poseen sobre de su respiración llegados a esta etapa final de la preparación de los distintos niveles con esta carga de trabajo; al saltear los bloques de ataques el Tori demuestra su plasticidad mental y su nivel de adaptación al nivel que está desarrollado (Musubi).
Luego en ambos casos, cuando accedan a los niveles de Yudansha les va a ser muy útiles todas estas capacidades desarrolladas aquí para cuando enfrenten la Waza con otros enfoques distintos, como por ejemplo realizando diferentes tipos de Keiko.
Es la misma filosofía que se vio más atrás con los desplazamientos dentro de la técnica y que era extensible a los Ukemis, pues bien, también lo es al desarrollo de los niveles llegados a este punto de maduración técnica.
Como se puede observar, las mismas circunstancias se pueden dar en diferentes aspectos y espacios temporales del proceso de aprendizaje y las tácticas para dominarlos e integrarlos son las mismas, aunque cambien la forma de los contenidos.
Con respecto a la condición física, si en el anterior microciclo (MIT) era para testar y comenzar el desarrollo del fondo físico del alumno, aquí se constata que lo posee, porque si no es así, no va a poder afrontar una dinámica de estas características y con una exigencia de este tipo en cualquier nivel a partir del quinto escalón enfrentándose a este microciclo.
Si a pesar de lo leído no lo creen, hagan una prueba muy sencilla con cualquiera de nuestros niveles, busquen un bloque que tenga más de ocho técnicas, eso significa que cualquier técnica hecha en Tachi Waza, Hanmi handachi Waza o Suwari Waza de cada nivel de trabajo, cada una de ellas cuenta como una, teniendo esto presente, se repite cuatro veces el bloque de forma ininterrumpida sin olvidar el Omote y el Ura de las mismas y luego me cuentan qué tal la experiencia.
Llegados a éste punto en la práctica, quien soporta mayor presión es el Uke, porque es el que tiene una labor más física dado que constantemente está atacando, fluyendo, tomando Ukemi y vuelta a atacar de nuevo, ¡que el Tori también la tiene! Pero la presión de éste es más de control mental – corporal si tenemos que definir uno y otro tipo.
En ambos casos, vuelvo a reiterar que como no haya un buen desarrollo de la respiración tampoco se podrá realizar éste microciclo, porque el Uke no sabrá administrar su energía y el relax de su cuerpo agotándose muy rápido por no adecuar el movimiento a su aliento y no al revés.
Que si por un casual hace eso, le va a provocar tensiones innecesaria en su cuerpo, que le llevarán al despilfarro energético al no hacer un buen uso de la estructura comandada por su aliento; el Tori tampoco dispondría de la tranquilidad, de la serenidad y de la lucidez mental necesaria para afrontar un trabajo de estas características con la presión que tiene contenida.
Hasta aquí la explicación de la estrategia educativa de cada uno de los diferentes microciclos, con el objetivo de ofrecer a los alumnos una buena herramienta que les posibilite hacer su práctica personal con libertad y autosuficiencia, llevándoles a una formación de calidad en la disciplina.
Por otra parte, todos estos factores que se han descrito desde el comienzo del texto con los distintos microciclos, son la parte del andamiaje y de la estructura que el Sensei tiene que prever, estructurar, planificar, ordenar e informar a los estudiantes para que puedan comprender la mecánica de funcionamiento y así afrontar la realización de su práctica personal con conocimiento.
Si el alumno no tiene claro todos los mecanismos de su aprendizaje no va a poder ejecutar el plan y, aún comprendiendo seguro que durante el proceso le van a asaltar dudas o cosas que no llego a entender bien de entrada, así que el Sensei debe de estar ojo avizor para que en ningún momento se salga del cauce que establecen los distintos microciclos, junto con los diferentes conceptos que tienen que integrar con la Waza.
Tengo que decir, que siempre el momento más difícil para el alumno es cuando afronta el primer escalón formativo (sexto Kyu), porque hay que hacer frente a dos apartados, los conceptos técnicos del nivel a estudiar, más poner en funcionamiento e integrar la estructura del aprendizaje con las diferentes estrategias que ofrecen los distintos microciclos, pero desde que esté engrasada la mecánica y se eche andar, que es cuando se comprende bien todas las partes que lo componen y se vea el beneficio que aportan las diferentes fases de los distintos microciclos, todo va a ir sobre ruedas, incluso, llega un punto que el propio sistema de aprendizaje va a empujar al estudiante en su proceso evolutivo a través del estudio.
Todo va a depender de la permeabilidad que tenga el alumno para hacer el procedimiento suyo, porque desde el mismo momento que lo vea como una imposición externa, ya se ha detenido toda posibilidad de evolución y, da igual que sea con éste procedimiento como con cualquier otro, si no hay una identificación con la ejecución del plan, tampoco va a ver un rendimiento y menos aún un aprovechamiento en la ejecución de los contenidos a integrar.
También hay que tener presente, que desde el mismo momento que sea una imposición ya no se afronta la educación de una manera holística y tampoco el alumno es dueño de su proceso educativo.
Esto es importante que los estudiantes lo tengan claro en sus mentes, porque muchas veces lo que se entiende está condicionado por viejos patrones educativos y se hacen asociaciones con eso conceptos mentales que nada tienen que ver con lo que es la realidad innovadora que se pretende afrontar.
Quieres conocer tu realidad y la de tus estudiantes.
Lo primero que hay que tener claro es, ¿por qué es importante para un Sensei conocer su realidad y la de sus estudiantes?
Pocos, por no decir nadie de los docentes en Aikido, -que yo conozca hasta el día de hoy-, someten su Dojo y su enseñanza a una auditoría para ver la calidad de su docencia y el nivel de asimilación que están teniendo sus estudiantes.
Por todos es conocido que lo que abunda es ponerse delante de las personas y hacer figuras en el aire para machacar el cuerpo sin más, pero alguien se ha parado a reflexionar seriamente si eso es una educación como se preconiza constantemente en Aikido.
Las razones de conocer la realidad de nuestros Dojos, es para tomar las medidas correctas para que haya una buena organización junto a una buena enseñanza, que a su vez, esto va a permitir que los estudiantes se formen bien y que obtengan esa educación que el Aikido les ofrece para enriquecer sus vidas.
El proceso para conocer la situación actual se tiene que hacer desde partes específicas del funcionamiento que se tiene para ejercer la dirección y la docencia en el Dojo, por ejemplo:
Cómo el Sensei plantea sus clases para que sus alumnos asimilen los contenidos que imparte.
Cómo tiene estructurados los contenidos para formar a sus alumnos.
Cuál es la exigencia que se pide para alcanzarlos.
Cómo tiene distribuidos los tiempos de maduración técnica y cuáles son los resultados obtenidos al aplicarlos.
Es completa la información que se ofrece a las personas que se interesan en estudiar en la escuela.
Los alumnos que se forman tienen toda la información disponible para su progreso.
Cómo se puede modernizar el proceso que se ha establecido para impartir las clases, los seminarios, el estudio de los niveles o la práctica personal.
Cuáles son los medios para la comunicación internas y si éstos son efectivos y la información llega a todos en tiempo y en la forma adecuada.
Qué se puede hacer para que haya una buena estructuración del calendario de actividades anuales.
Qué es lo que hay que hacer para diseñarlo acorde al funcionamiento del entorno social donde está situado el Dojo.
Se posee una buena administración para la gestión de las actividades lúdicas y ésta funciona realmente..., y la lista podría seguir, todo va a depender de dónde queramos poner la lupa para conocer nuestro funcionamiento.
Cuando se auditan nuestra labor pasa como con la técnica, hay que aplicar el principio del cambio para una mejora continua o Kaizen, eso significa a grandes rasgos realizar este proceso con una metodología precisa, detallada y con el apoyo de las nuevas herramientas que nos ofrece la vida actual.
Los enfoques para hacer ese estudio son múltiples y como lo vamos a realizar más de una vez, es bueno afrontarlo en cada ocasión desde una perspectiva distinta, así la compresión del estado en el que nos encontramos será más real y nos va a facilitar una visión más transversal de nuestra realidad.
Por lo tanto, lo que tenemos que hacer es evaluar, controlar y dar seguimiento a un proceso para que nos revele nuestra realidad y no vale hacerlo una vez por mera curiosidad y después olvidarse de ello satisfecha ésta, volviendo a la indiferencia de funcionamiento que se tenía en el pasado, con ese tipo de actitudes no se avanza, los alumnos no progresan y el Dojo tiene una mala administración.
La importancia de analizar la realidad de un Dojo es que esa información es muy valiosa para tomar buenas decisiones, corregir donde tenemos los errores, evitar escenarios negativos e implementar nuevas estrategias y nuevas medidas que optimicen la energía, los conocimientos y los recursos que se inviertan.
Vamos a ver una lista de las ventajas que ofrece la revisión de nuestra situación:
- Mejora el rendimiento como Sensei y se mejora el rendimiento de los alumnos.
- Mejora la planificación de la escuela en cualquier campo.
- Previene con antelación muchos problemas que van a salir en la ejecución de cualquier actividad.
- Se van a optimizar mejor los recursos que se poseen, a la vez que se utilizarán con más eficacia en cada cosa que se haga.
- Hay más cohesión entre todos los miembros del Dojo.
- Se impulsa y se orienta una enseñanza de más calidad.
- Se rentabiliza mucho mejor las distintas oportunidades que surjan.
- Es mucho más fácil detectar los puntos débiles y las posibles amenazas en campos concretos.
- Se ve mejorada la comunicación entre todos los miembros de la escuela.
- Mejora la transparencia de funcionamiento y, por tanto, la imagen externa del Dojo y del Sensei que lo dirige.
- Mejora la interacción social con el entorno donde está situado el Dojo.
- Se ofrece una información de calidad, tanto interna como externa.
- Facilita la comunicación y relación con otros Dojos y con otras entidades sociales.
- Favorece la confianza de las personas que se acercan a informarse sobre la disciplina por cualquiera de los medios que se tenga para ello.
Es manifiesto las ventajas que ofrece analizar nuestra labor docente para poder desarrollar el trabajo con un mayor conocimiento y con una mayor profesionalidad, de la cual todos salen beneficiados y la primera de ellas es la propia disciplina que se imparte.
Vamos a poner como ejemplo que el Sensei quiere auditar el grado de asimilación que tienen sus alumnos de los contenidos impartidos por él en su Dojo en un tiempo concreto.
Cuando se afronta un reto de estas características puede ser porque no se tenga una estructura educativa bien planeada y bien estructurada para enseñar.
O si se tiene, no llega a funcionar del todo y, por lo tanto, el profesor no está satisfecho con los resultados actuales conseguidos por los estudiantes en base a los esfuerzos que ha puestos en su enseñanza junto con los objetivos que tenía predeterminados; la puede afrontar de la siguiente manera:
- En una de tus clases pregunta a tus alumnos los contenidos que has impartido bien en el último mes, en las últimas dos semanas o en la última semana y lo grabas en vídeo. Se sobreentiende que tú preguntas y los estudiantes hacen, por ejemplo: Tachi Waza, Katatedori Gyaku hanmi, Ikkyo, en Omote – Omote y en Ura – Ura y los alumnos ejecutan sus cuatro repeticiones cada uno.
Lo más probable es que te sorprenda mucho el resultado cuando termines de preguntar todos los contenidos que has impartido en ese espacio temporal, porque no va a ser nada satisfactorio y con toda seguridad que la mayoría de tus alumnos no recordaran nada o casi nada de cuando impartiste esas técnicas y en los matices que hiciste énfasis, ¡no te preocupes! No eres tú solo, a mí eso me ha pasado muchas veces.
Ten en cuenta que el resultado cosechado es tu realidad actual y la de tus estudiantes en cuanto a lo asimilado lo quieras o no, ¡los hechos hablan por sí solos! Porque el vídeo no miente.
-Ahora te propongo un ejercicio de comprobación y contraste.
- Estructura un planteamiento técnico con los detalles en los que quieres hacer énfasis según tu interés para un trimestre, -no lo pongas muy avanzado-, eso significa que enumeras una serie de técnicas en función de lo que puedas impartir según el tiempo que duren tus sesiones de Aikido en esos tres meses.
- En los dos primeros meses haz el planteamiento del primer microciclo (MIB) que es el básico, se trata de cultivar todos los detalles de las técnicas uno por uno, así que en esos dos meses debes de dar todas las técnicas que programaste con sus respectivos matices según tu criterio. El tercer mes lo afrontas según la dinámica del segundo microciclo, que es el gradual (MIG), se trata de hacer esas mismas técnicas que les has explicado a tus alumnos de dos veces.
- Cada mes, en la última clase, haces un control de los contenidos que haz impartido hasta ese momento y lo grabas en vídeo y los guardas.
- Haz una valoración tuya como Sensei en un sentido general, ¡no te compliques mucho la vida! Con un breve comentario es más que suficiente. Haces una valoración individual a tus alumnos con un bien o un mal, en función de si han asimilado lo que tus has expuesto en las explicaciones centrales o no, también guardas esas dos anotaciones.
- Observa si de un mes para otro hay mejoras en tus alumnos, eso lo sabrás al contrastar tus notas y visionar los vídeos de cada mes.
- Al final del trimestre haces el control pertinente de todos los contenidos impartidos y lo vuelvas a grabar en vídeo.
- Con tranquilidad y tiempo, puedes aprovechar la ocasión para realizar una sesión especial para visionar todos los vídeos junto con un diálogo entre tú y tus estudiantes, -no debes olvidar lo del feedback-, haciendo un contraste entre lo producido con solo los dos primeros microciclos de nuestro sistema y teniendo el apoyo y la prueba de los vídeos de cada uno de los meses, comparándolo con el vídeo del primer ensayo que realizaste para ver tu realidad.
- Saca unas conclusiones globales tanto tú como docente, como con las opiniones de tus alumnos al realizar una práctica vista con la estrategia que tenías antes y con la que has realizado con los dos primeros microciclos en ese corto periodo de tiempo.
- Luego haz un ejercicio de imaginación creativa, que consiste en recrear mentalmente si ese mismo planteamiento del trimestre con los dos tipos de microciclos se prolongará en el tiempo, ¡por ejemplo en un año! Complementándolo con las distintas estrategias educativas y con sus respectivas dinámicas de los otros cuatro microciclos que faltan, así, no solo puedes opinar con propiedad sobre éste libro, sino también podrás realizar una crítica con autoridad, por favor, si lo haces, te invitamos a pinchar en los logotipos de la redes sociales de este texto y haz un comentario sobre tu experiencia que es extensible a tus alumnos, gracias.
Cuando se tiene el coraje y la responsabilidad como formador de someterse a una auditoria sobre el trabajo que se ha realizado y se comprueban los resultados, uno queda profundamente sorprendido de lo que produce y de cómo lo está haciendo, porque las pruebas son demoledoras.
Pero después de hacerlo y comprobar los datos se necesita mucho coraje para cambiar, de hecho, cualquiera que se aventure a chequear su enseñanza ya es un pequeño cambio significativo, que si prende la llama no va a parar en renovar cada aspecto que someta a control, en cambio, los que no lo hacen están en un letargo glaciar que les impide evolucionar y mejorar tanto ellos como sus alumnos.
Si se quiere otro reto revelador para ver el funcionamiento de un Dojo y de la gestión de un Sensei, es auditar la ejecución de un seminario, es otro impacto contundente en cuanto al enfoque y la administración de la enseñanza y, muy pocos saldrán bien parados a día de hoy.
Con una exigencia educativa como la que se acaba de explicar a través de las distintas estrategias que ofrecen los diferentes microciclos, solo hay un resultado, que van a salir alumnos muy bien formados y con unos altos niveles de desarrollo en el Kihon a través de una práctica personal. Aunque bien es verdad que puede haber otros enfoques con el mismo planteamiento como se ha descrito antes.
Por otro lado, está claro que con este método hay una intensión premeditada de realizar una criba selectiva de los practicantes, porque no todos están capacitados para aceptar un compromiso de estas características y, está claro que aleja a los que enfocan el Aikido como un medio de relación social, como un pasatiempo o cualquier otro concepto de esos nuevos que desde mi punto de vista se alejan por completo de lo que es Ai – Ki – Do propiamente dicho.
También hay que contemplar otro factor, con propuestas como esta o como otras similares donde esté presente la calidad con una exigencia para que los alumnos evolucionen de una forma sería y ordenada, la imagen del Aikido mejorará mucho y ayudará a salir de la gran crisis en la cual estamos inmersos por la degradación a la que le han sometido las organizaciones nacionales e internacionales que solo anhelan adeptos que contribuyan económicamente sin importarles su correcta formación.
Otra cosa de relevancia es que con proyectos como este se aumenta la calidad de los Dojos en cualquier parte del planeta y bajo cualquier corriente de Aikido que se siga, porque en mi opinión, es el núcleo central para gestionar y administrar la disciplina a la vez que hace prevalecer su dignidad.
Hay una cosa que no admite discusión, si una región o un país quiere sacar generaciones de aikidokas cualificados, solo hay un camino posible, que es ser exigentes con la formación, por otro lado, que haya un intercambios de conocimientos entre todos los aikidokas y que sean estudiados para que posteriormente sean acogidos con una mente abierta y sin orejeras, a su vez, que aporten herramientas y medios de calidad para dar a luz a los nuevos talentos en la disciplina y, para comprobar esto no hay que ir muy lejos, basta con mirar a nuestro alrededor en cualquier otra especialidad.
Porque habrá generaciones de aikidokas con mucha estofa que están acabando su ciclo de aportación, pero tiene que haber un reemplazo generacional armado con nuevos recursos pedagógicos para poder proyectar el Aikido a cotas más altas, pero para que pase eso, primero hay que generar esos recursos y posteriormente implantarlos a través de una educación rigurosa y de calidad en cada Dojo. Si esto no se hace, se seguirá con viejos y desgastados patrones de enseñanza, que poco o nada tienen que aportar a los nuevos tiempos.
Otro aspecto con el que hay que contar, sí o sí, es con el tiempo, porque es el condicionante clave y, ya sabemos por la tradición que para establecer una generación de practicantes con la base bien aprendida se necesitan diez años, si a eso sumamos otros diez para instaurar una nueva generación de enseñantes que comience su andadura, está claro que cada segundo que perdamos juega en nuestra contra.
Si alguien no ha tomado consciencia de esa realidad, -aunque sea en su Dojo-, la pregunta está presente, ¿cuál será el futuro del Aikido en cualquier parte del planeta? Solo aquellos que tengan esa visión del mañana y trabajen por ella, serán los únicos que se podrán beneficiar de lo que el Aikido les ofrece para una vida más armónica dentro de un contexto marcial, los que no cuiden ese aspecto, simplemente desaparecerán como florecillas primaverales en un prado cuando llega el calor del estío.
Remitiéndome a la cita con la que se abrió este texto, si solo educamos la Waza con la habilidad y pericia física apuntalada con los distintos enfoques que ofrecen los distintos microciclos pero ignorando por completo nuestro corazón, podremos llegar a ser muy hábiles con el cuerpo, con la técnica y con el compañero, pero no habremos entendido nada en absoluto, porque como dice el proverbio chino, “La gente se arregla todos los días el cabello. ¿Por qué no el corazón?” Así que cada vez que se haga una práctica y no se vayan mejorando las dos cosas a la par, estaremos perdiendo el tiempo y aún no hemos entendido lo que es el Aikido.
El nuevo texto de Sensei, es un estudio profundo sobre la mecánica que hace posible la práctica y las sensaciones que produce ésta. Aspectos que debemos de cuidar y seguir para podernos formar bien.
Voy a poner la cita con la que Sensei abre su libro, porque creo que es muy reveladora, tanto para afrontar su lectura, como para la puesta en practica de los contenidos que expone.
«Para entender este texto, tu cuerpo, tu mente y tu consciencia tiene que estar en un nivel de compresión y de sensibilidad alto, de lo contrario, te va a aparecer una fantasía, ¡avisado/a quedas!»
En el capítulo primero, Sensei lo enfoca sobre el descubrimiento del cuerpo, donde toca temas como: el control de la postura, la lateralidad, el equilibrio, la coordinación, entre otros. Son cosas claves para desarrollar una buena educación psicomotriz.
En el capitulo segundo, nos habla de la autosensación, tanto en el déficit motórico, en el déficit perceptivo, como con las sensaciones negativas. También nos invita a recuperar las sensaciones olvidadas, en el caso de que llevemos un tiempo dentro del proceso educativo.
En el capítulo tercero, habla sobre el reconocimiento del propio cuerpo, para afrontar el estudio de la técnica en las mejores condiciones posibles.
El capítulo cuarto, lo enfoca sobre tres aspectos.
La primera parte, enumera veinte puntos, donde confluyen aspectos tanto mentales, energéticos como técnicos.
La segunda parte, es una explicación muy minuciosa sobre toda la estructura, lo hace desde la plantas de los pies hasta la coronilla.
La tercera parte, la orienta sobre el uso de los segmentos corporales que intervienen en la ejecución técnica, que posteriormente lo condensa en los dos tipos de armonías (internas e internas).
En el capítulo quinto, nos adentra en los diferentes tipos de energías que animan el Keiko. Enumera treinta y una de éstas energías que usamos cada vez que practicamos.
Al final de este capítulo, nos menciona los aspectos que hacen que podamos rentabilizar mejor las distintas energías, como los errores más comunes que cometemos cuando las desarrollamos.
En el capítulo sexto, explica como aplicar de forma inteligente la mecánica corporal. Digamos que en este apartado, condensa todo lo explicado anteriormente de una forma muy concisa.
En las conclusiones, nos habla con brevedad, sobre los pasos necesarios para poderse educar de forma correcta cuando se afronta el proceso educativo en Aikido.
Una cosa que hay que agradecer a Sensei, es que en cada punto pone ejemplos concretos sobre el tema que está tratando, eso es una gran ayuda para nosotros los estudiantes, porque nos hace comprender mejor en base a ese apoyo referencial.
Hay aspectos muy sutiles, como por ejemplo, lo de trabajar con las diferentes energías, junto con las distintas armonías llevadas al uso de la estructura. ¡Bastante complejo aplicarlo!
Seguimos aportando a nuestro mundo del Aikido con lucidez, rigor y conocimiento sobre lo que hacemos y cómo lo hacemos.
Esperamos contribuir, ayudar y reconducir aquellos Aikidos que se hayan desviado de los principios y, que nuestro libro sea una guía instructiva para todos aquellos que tengan una mente abierta y quieran superarse.
El texto estará abierto, gratuito y disponible en nuestra Web, para todos aquellos practicantes que quieran hacer un buen uso de él.
Agradecer a Sensei una vez más, su generosa aportación.