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Como lo prometido es deuda, este mes de enero de 2010 les ofrecemos la segunda parte del artículo sobre la mente, esta vez con la visión oriental de la misma; el autor es nuestro Sensei Ishana Pérez. Dentro del amplio espectro de las distintas culturas orientales, ha escogido la Vedica o Hinduismo, ya que ha servido como referente a gran parte de oriente; también hay que tener en cuenta que para él, es parte integrante de su educación de base.

        Esperamos desde nuestro boletín haber completado nuestra labor con éxito y que ustedes tengan los dos enfoques (La Mente Iª Parte.), para una mejor comprensión del concepto mente.

 Curriculum Vitae del Sensei Ishana Pérez
Índice del Artículo.

LA MENTE IIª PARTE

La mente IIª parte.

Naturaleza de la mente

Naturaleza de la mente.

Desdoblamiento de la mente en sujeto y objeto

Desdoblamiento de la mente en sujeto y objeto.

La Yoga

La Yoga.

Conclusión

Conclusión.

LA MENTE IIª PARTE

Rishi Vasishtha.

LA MENTE IIª PARTE

          En el Yoga Vasishtha, (es una de las obras importantes de la Vedânta Advaita. La Brihad Yoga Vâsishtha consta de 32.000 granthas, -un grantha es un verso hindú de 32 sílabas-; esta obra se desarrolla entre el sabio Vâsishtha instruyendo al príncipe Râma, porque este estaba preso de una gran melancolía, el sabio, a través de los distintos diálogos y narraciones conduce al príncipe a Moksha, -la liberación-. Si tienen el privilegio de leer esta monumental obra, -de la cual se dice que es muy peligrosa-, porque de cada diez personas que la lean, nueve creerán haberla comprendido. Sólo uno sabrá que la obra no existe y él tampoco.

        No debemos dejarnos engañar por lo ameno de su lectura, -ya que se narran muchas historias y leyendas-, pero dentro de esa aparente inocencia infantil, se da la solución a los más grandes problemas filosóficos de todos los tiempos con increíble concisión y magnifica sencillez). En el libro III -Utpatti Khanda-, se da una definición de mente que concuerda con la visión oriental en un sentido general, -aunque también hay que añadir que es una visión monista pura-, y dice lo siguiente:

        La mente es sólo percepción y la percepción es un movimiento en la consciencia. La expresión de ese movimiento es la acción, que produce placer o dolor. La mente es un deseo que brota en la conciencia omnipotente e infinita. No es real ni irreal, aunque puede parecer ambas cosas, y su función es captar, percibir, comprender. Aunque no es distinta a la conciencia, cree serlo; aunque no actúa, cree actuar. El jîva (el individuo, el yo) y la mente son inseparables o, por mejor decir, idénticos.

        Cuando, la mente piensa una cosa, sea la que fuere, los órganos de acción, (o karmêndriyas, que son: el de aprehensión, el de locomoción, el de expresión, el de evacuación y el de procreación) se esfuerzan por conseguirlo, porque la mente, como hemos dicho antes, solo es acción. Mente, intelecto, ego, conciencia individualizada, acción, fantasía, nacimiento y muerte, tendencias latentes, esfuerzo, memoria, sentidos, naturaleza, Mâyâ (la ilusión) y todo este tipo de términos que se refieren a la mente, sólo son palabras carentes de realidad:

        la única realidad es la conciencia infinita en la cual concebimos que existen todos esos conceptos. Todas ellas brotan cuando la conciencia se ve a sí misma, en un momentáneo autolvido, como objetos de percepción.

        Cuando, velada por la ignorancia, la conciencia se ve a sí misma en estado de agitación e interpreta sus propias perturbaciones como objetos que existen fuera de ella, se conoce a sí misma como Manas o mente. Cuando fija su atención sobre una percepción determinada, se conoce como Buddhi o intelecto, con su facultad esencial de determinar o comprender. Cuando, en el colmo de la ignorancia y la locura, se identifica a sí misma con un objeto concreto y existente, se conoce como Ahamkâra o ego.

        Cuando abandona la investigación adecuada y se pone a jugar con el torrente de pensamientos que surgen y desaparecen sin cesar, se llama Chitta o sustancia mental.

        Puesto que ese movimiento en la conciencia que llamamos percepción o pensamiento, es acción sin un agente responsable de tal acción, cuando persigue el placer de ese ilusorio agente, la propia conciencia se conoce como acción o Karma. Cuando la conciencia cree haber visto cosas en un momento anterior, se conoce como Smriti o memoria. Cuando los efectos de placeres pasados continúan presentes en la substancia mental aunque ya no se perciban directamente, la conciencia se conoce como Vâsanâs o tendencias latentes. Cuando es consciente de que esta división del sujeto y el objeto sólo es producto de la ignorancia, se conoce como Vidyâ o conocimiento.

Zeus y Hera.

        Y cuando se mueve en dirección contraria, hacia un total olvido de sí misma, se hunde rotundamente en falsas ilusiones, esa misma conciencia se conoce como Avidyâ o ignorancia. Cuando entretiene al ego con sensaciones, se conoce como sentidos o Îndriyas. Cuando permanece inmanifestada en el ser cósmico, se conoce como Prakriti o naturaleza. Cuando crea confusión entre la realidad y la apariencia, se conoce como Mâyâ o ilusión. Cuando se disuelve en el infinito, es la liberación llamada Moksha. Cuando se siente esclavizada, es esclavitud o Bandha, y cuando piensa que es libre, es emancipación o Nirvâna.   Subir

Naturaleza de la mente

        Naturaleza de la mente

        El príncipe preguntó:

        Señor, te ruego que me digas qué es en realidad la mente.

        Vasishtha contestó con su proverbial amabilidad:

        El espacio es el vacío en el que aparece la materia, y la mente el vacío en el que aparece el espacio. No es real ni irreal, sino tal como se percibe en los objetos percibidos. El pensamiento, Râma, es la mente; ambos son idénticos y no hay distinción alguna entre ellos.

        (Este planteamiento coincide con el nivel idealista de David Hume, este afirma “que todo conocimiento deriva en última instancia de la experiencia sensible, siendo esta la única fuente de conocimiento y sin ella no se lograría saber alguno”. También coincide con el planteamiento del Budismo Mahâyana).

        El ser revestido de un cuerpo mental se conoce como mente, y produce el cuerpo físico material. Ignorancia, Samsâra, (la rueda del Samsâra, se refiere al concepto de la reencarnación en las tradiciones filosóficas del hinduismo, el budismo y el jainismo. Se corresponde con el sufrimiento, propio del mundo material, del que los seres humanos son los únicos seres reencarnados capaces de distanciarse, mediante la liberación, y, posteriormente, de separarse, mediante la iluminación o Nirvana. El tiempo necesario para escapar del Samsâra depende de la dedicación a las prácticas espirituales y del Karma acumulado desde vidas anteriores), sustancia mental, esclavitud, impureza, oscuridad e inercia, son términos sinónimos. La mente sólo es lo pensado, no existe más que lo pensado.

        Este universo no es diferente a la conciencia que habita en cada átomo, del mismo modo que una joya no es esencialmente distinta del oro con que está fabricada. Como joya ya existe potencialmente en el oro, el objeto existe potencialmente en el sujeto.

Samsâra, la rueda de nacimiento y muerte de la existencia.

        Cuando la noción de objetividad es firmemente rechazada y superada desde el sujeto, la conciencia aparece sola, despojada de su aparente objetividad potencial. Cuando se comprende y se realiza esto, (hay que pensar que dentro del pensamiento hindú, se identifica comprensión profunda con realización, la razón es que cuando el sujeto accede a esa profunda compresión pasa a ser algo diferente a lo que cree haber sido mientras se piensa y se cree sujeto individual de los pensamientos), los errores como la atracción y la repulsión, el amor y el odio, cesan en el propio corazón, al igual que las erróneas nociones de mundo, tu, yo, etc.. Cuando cesa incluso la tendencia a objetivar, eso es la liberación.

        Râma preguntó de nuevo:

        Señor, si el objeto percibido es real, no puede dejar de ser. Y si es irreal, ¿por qué no lo vemos como tal? ¿Cómo se puede comprender esto?

        ¡Porque vemos a los sabios que lo han comprendido!

        Tanto los objetos externo, como el espacio, etc., como los objetos internos o psicológicos, como el yo, etc., sólo son palabras, en realidad no existe ningún universo objetivo, ni el sujeto que lo percibe, ni la propia percepción que aparentemente los relaciona, como no existe el vacío ni la materia. Lo único que existe es la conciencia cósmica (Chit). En ella está la mente que hace aparecer la diversidad de pensamientos y acciones, y sugiere al mismo tiempo la noción de esclavitud y el deseo de liberación.   Subir

        Desdoblamiento de la mente en sujeto y objeto

        El universo nunca ha sido realmente creado y por lo tanto, tampoco puede desaparecer realmente. Sólo puede considerarse irreal desde un punto de vista relativo, pues desde el punto de vista absoluto no es distinto a la conciencia misma.

        Aunque los sabios hablan de exterior e interior, dentro y fuera, ambas expresiones son palabras sin una substancia correspondiente, y sólo se mencionan para instruir al ignorante. El que ve jamás puede convertirse en objeto de conciencia para sí mismo. El que ve sólo es visión, y cuando han cesado las tendencias latentes o Vâsanâs, recupera su ser que es conciencia pura. Cuando el objeto externo es imaginado, aparece el sujeto que lo ve.

Desdoblamiento de la mente en sujeto y objeto

        Más tarde el sujeto se convierte en objeto. No hay ningún objeto visto sin un sujeto que lo vea, como no hay padre sin hijo. El sujeto es capaz de producir el objeto porque es pura conciencia. Pero eso no puede ocurrir al revés, es decir, el objeto no puede producir al sujeto. Por tanto sólo el sujeto, que ve, es real, y el objeto no es más que una ilusión; sólo el oro es real, la pulsera no es más que un nombre y una forma. Mientras se mantiene la idea de pulsera, no se ve el oro, y mientras persista la idea de objeto, se mantiene la división del que ve y lo visto.

        Pero igual que el oro realiza su esencia de ser oro en la pulsera objetiva, el sujeto realiza su esencia de ver, manifestándose como el objeto visto. El segundo sólo es la reflexión del primero: no hay una dualidad real entre ellos. El sujeto no puede verse a sí mismo como ve al objeto, pero se ve precisamente como objeto y por lo tanto no se ve, es decir, aunque es la propia realidad, se ve como algo irreal y no como lo que realmente es. Sin embargo, cuando se despierta el autoconocimiento y el objeto deja de existir, el sujeto se comprende y se realiza como la única realidad.

        El sujeto existe a causa del objeto y el objeto no es más que una reflexión del sujeto. Si sólo existiera uno de ellos, la dualidad no podría existir. Cuando se alcanza el conocimiento de lo real por medio de la investigación que conocemos por Vichâra, lo que aparece no es expresable con palabras, porque no se puede decir que sean uno ni muchos, real ni irreal. Tampoco puede decirse que sea el que ve o lo visto, el sujeto o el objeto, esto o aquello. Con respecto a él, ni la unidad ni la diversidad pueden establecerse como ciertas, pues al establecer una de ellas, estamos dando lugar a su contraria. La unidad no es diferente a la diversidad, como la ola no difiere del agua que la forma, ni la pulsera se distingue del oro que la constituye. Por consiguiente la multiplicidad no es contradictoria con la unidad. Toda esta especulación entre la unidad y la diversidad sólo sirve para superar la ignorancia: la verdad está más allá de tanto conflicto especulativo.

        Esto es una visión monista de la doctrina Aduaita, o Vedanta, veamos ahora los que nos dice el sistema Yoga sobre la mente.   Subir

La Yoga

        La Yoga es uno de los seis Darsanas, visones o doctrinas tradicionales de la cultura Vedica, o lo que conocemos como hinduismo. En esta doctrina lo que se pretende es la unión o integración del alma individual con Dios, es decir, es un sistema teísta - dualista de evolución (Purushael espíritu, y Prakritila materia), para lo cual hay cuatro vehículos básicos, que son:

        Karma Yoga (Yoga de la acción), Bhakti yoga (Yoga de la Devoción), Jñana Yoga (Yoga del conocimiento) y Raja Yoga (la senda para el control de la mente).

        Dentro de todos estos medios de perfección, de lo que se trata es el desarrollo de la conciencia espiritual, esto es, el percatamiento de la naturaleza, origen y destino espiritual del ser individual con el Ser universal.

Link con la Divine Life Society

Swami Sivananda.

        Los caminos del sistema Yoga son numerosos, amplios y variados, pero como hemos visto más atrás se resumen en cuatro, de esos cuatro el que trabaja directamente con la mente es el Raja Yoga, y como menciona Swami Sivananda (Nació el 8 de septiembre de 1887 en Tamil Nadú, y falleció el 14 de julio de 1963, fue propagador del Yoga y la doctrina Vedanta. Estableció el áshram Sivananda, sede de la Divine Life Society, junto a la orilla del río Ganges en Shivananda Nagar, a unos 3 Km. de la ciudad de Rishikesh. Escribió unos 300 libros sobre Yoga, religión, espiritualismo, hinduismo, moral, higiene y salud. Fue un pionero en llevar el Yoga a Occidente) en su texto -Concentración y Meditación- comenta sobre la mente:

        “Es muy difícil para el hombre ejercer control sobre su propia mente. Para someterla ha de conocer muy bien qué es, cómo funciona y cómo le engaña y aplicar los métodos adecuados.

        Mientras la mente se mueva inquieta entre los objetos fluctuantes, excitada, agitada y sin control, no es posible realizar y disfrutar de la verdadera alegría del Ser. Controlar la mente inquieta y llevar todos sus pensamientos y deseos a un estado de quietud y sublimación, es el mayor problema del hombre. Quien ha conseguido subyugar su mente puede muy bien considerarse, en su libertad y poder subjetivo, el Emperador de los emperadores”.

        El Yoga propone como medios para llegar al control de la mente ocho pasos, que se denominan Ashtanga Yoga, que son:

        1º Yama.- Purificaciones internas, se compone de:

        Ahimsa.- No violencia, sensibilidad hacia todos los seres.

        Satya.- Veracidad, no mentir.

        Asteya.- No robar, ni hacer mal uso de las cosas que no nos pertenecen, nos prestan o de las responsabilidades que se tengan.

        Brahmacharya.- Control de la energía sexual.

        Aparigraha.- No tener apegos a las cosas: pertenencias, conocimientos, etc..

Los ocho pasos del Ashtanga Yoga

Los ocho pasos del Ashtanga Yoga

        2º Niyama.- Preceptos, y se compone de:

        Saucha.- Limpieza, en su amplio espectro, física, mental, del entorno donde se está, etc..

        Santosa.- Contento, completa satisfacción de si y de lo que se tiene.

        Tapas.- Disciplina, en todos los aspectos de la vida.

        Svadhyaya.- Estudio, formarse, cultivarse.

        Isvara pranidhana.- Adoración a Dios diariamente.

        3º Asana.- Postura, se refiere tanto al cultivo físico del cuerpo, en este sentido el Hatha – Yoga tiene un papel vital, ya que es importante que en el cuerpo habite la salud; esto por un lado, y por otro, se hace extensivo a la actitud vital de andar por la vida.

        4º Pranayama.- Control del Prana y de la respiración.

        5º Pratyahara.- Control de los sentidos.

        6º Dharana.- Concentración de la mente, que puede ser en un pensamiento, en un ideal divino, en un sonido (mantra), etc..

        7º Dhyana.- Meditación en el ideal divino que se ha escogido y que nos inspira para nuestra evolución.

        8º Samadhi.- Completa absorción en ese ideal que nos ha inspirado; aquí ya desaparece la dualidad para retornar a la unidad.

Patanjali el gran exponente del Yoga

Patanjali el gran exponente del Yoga.

        Estas son las herramientas que pone el Yoga al servicio del practicante para su evolución, pero a esto hay que añadirle el conocimiento del funcionamiento de la mente para completar el trabajo, y esto se plasma en el texto clásico por antonomasia, que es, Los Yoga Sutras de Patanyali, se considera que vivió en el siglo III a. C., aunque este dato no se puede establecer claramente; este tratado tiene cuatro capítulos:

        En el primero, se explica la senda hacia el Samadhi o la liberación.

        El segundo, trata sobre la Sadhana, es decir, sobre la práctica.

        El tercero versa sobre los poderes que se adquieren a través del ejercitarse en la practica, porque el trabajo se concentra en los tres últimos peldaños, concentración, meditación y disolución.

        El cuarto y último, se centra en la liberación, es decir, la capacidad de distinción entre lo real y lo irreal.

Yoga Sutras en Sanscrito

        En el capítulo primero, verso uno se lee:

        - Atha Yoganusasanam

        Ahora se explicará el Yoga.

        Seguidamente establece el objetivo a conseguir:

        - Yoga chitta-vritti-nirodhah

        El Yoga consiste en suprimir la actividad de la mente.

        Chitta como se vio al comienzo se considera la sustancia mental, Patanyali la utiliza en un sentido amplio con el objetivo de referirse al substrato subyacente y la cataloga en cinco modificaciones, que son:

        1º.- Kshipta, se refiere a cuando la mente esta dispersa, actúa por el deseo de satisfacción, es cuando experimenta el placer y el dolor producto de que no es conciente de lo que hace y sus repercusiones, en otras palabras, es cuando nuestra vida es un caos.

        2º.- Mudha, es cuando se obnubila, se oscurece, está opaca, esto quiere decir que todo lo que ve es dolor y sufrimiento, y lo peor de todo, ¡también lo causa! Es decir, negatividad total por ignorancia y falta de discernimiento.

        3º.- Vikshipta, en este caso es cuando se centra, se recoge sobre si, es cuando se comienza a replegar, digamos que se toma cartas en el asunto para la autosuperación y no vivir en el laberinto anterior.

        4º.- Ekagrata, cuando esta en este estado se concentra, el esfuerzo echo en el paso anterior tiene su fruto, eso quiere decir que se aúna todo su potencial.

        5º.- Nirudha, en este momento se suspende toda la actividad y su torrente infinito de movimiento, sobreviene el sosiego que culmina en el Samadhi.

        Pero qué ocurre cuando ya cesa todas esas fluctuaciones, eso es contestado en le verso tercero.

        - Tada drasthu svarupe `vasthanam

        En ese momento (que es cuando cesan las modificaciones), el perceptor descansa en su propia naturaleza.

        Cuando la mente no es invadida por las oleadas de pensamientos, cuando no se ve agitada por las modificaciones (Vrittis), es entonces cuando deviene la calma, la unión, que es el objetivo del sistema Yoga.

        Patanyali en el verso sexto cataloga cinco tipos de modificaciones que son: el conocimiento correcto, la interpretación errónea, la ilusión verbal, el sueño, y la memoria, de todas ellas, la única que el establece como beneficiosa es: “el conocimiento correcto”.

        Diagnosticada la enfermedad se plantea el tratamiento, quiero decir, comenta que solo hay dos maneras de controlar las modificaciones o Vrittis, y estas son: práctica y desapego.

        La Abhiasa o práctica con repetición, que se cometa en el verso catorce se alcanza cuando “Queda firmemente establecida cuando es seguida un largo período de tiempo sin interrupción y con sincera devoción”. Si se quiere transformar la personalidad o los malos hábitos que la intoxican, esto no se puede hacer de otra manera que por la asiduidad al ejercicio, como medio de transformación interna y externa.

        Lo segundo es ir soltando lastre en la existencia -desapego-, es una manera de andar más ligero, o dicho de otro modo, ignorar los pensamientos de naturaleza emocional, ya que pueden sumir otra vez a la mente en un estado opaco, -Vikshipta-; eso no quiere decir que se renuncie al Amor y la Compasión, tan necesarios para la comprensión.

        Pero como en todo camino hay obstáculos, estos pasan por perder la salud; la desgana; la incertidumbre; la falta de alegría para el trabajo; la flojera; el volcarse solamente en lo placentero rehuyendo el esfuerzo; la creación de fantasías propias, fuera de la realidad natural y del sentido común; la falta de capacidad para ejercitarse en la práctica; la ausencia de concentración; la inquietud mental que lleva a distraer el enfoque de la mente en el objetivo a conseguir. Todos estos obstáculos nos llevan al sufrimiento, y este como dice en el verso treinta y uno se traduce en:

        - Duhkha-daurmanasiangameyaiatva-svasa-prasvasa vikshepa-sahabhuva

        Angustia, depresión, nerviosismo y respiración irregular, son todos síntomas de dispersión mental.

        Esta dispersión si no se corrige puede llevar a la mente a la enfermedad, llevando al individuo a la locura.

        En el capítulo dos que trata sobre la práctica -como hemos visto con anterioridad-, en el verso treinta y tres y siguientes, da la cura para la mente cuando bordea el padecimiento, dice:

        - Vitarka-badhene-pratipaksa-bhavanam

        Cuando pensamientos negativos y dañinos disturban la mente, pueden ser superados por una constante concentración en sus opuestos.

        El practicante debe de estar alerta, dicho de otra manera, funcionar en el presente absoluto, ser consciente de su estar, de esta manera va desarrollando una higiene y hábitos mentales que le irán desarrollando como persona trascendente.

        Pero, ¿cómo se consigue?

        En el verso treinta y tres y siguientes del capitulo primero, se dice los distintos remedios para llegar a clarificar nuestra mente, se comenta:

        - Maitri – Karuna – muditopeksanam sukha-duhkha-puniapunia-visaianam bhavanatas citta-prasadanam

        La mente se clarifica mediante el cultivo de la amistad, la amabilidad, la alegría, y la indiferencia hacia la felicidad, el vicio y la virtud.

        Otras maneras de purificar la mente es a través del control del aliento; cuando entran en funcionamiento los sentidos superiores; mediante la concentración en la luminiscencia interna, que se encuentra más allá de la aflicción; mediante la inspiración que nos da alguien que ya ha hecho el camino y no es presa de pasiones y apegos mundanos; mediante la meditación en nuestro ideal divino; la meditación en lo agradable…

        En el verso cuarenta comenta “Que el poder que se adquiere con el Yoga va desde lo más pequeño a lo infinito”.

        - Paramanu-parama-mahattvanto `sia vasikarah

        ¿Y cuál es el objetivo de ese poder?

Rev. Baba Bajrangadasji Maharaj.

        Eso se contesta en el verso cuarenta y uno, cuando dice:

        - Ksina-vrtter abhaiiatasieva maner grahitr-grahana-grahiesu tatstha-tadanyanata sam pattih

        En la persona que ha controlado los Vrittis (las fluctuaciones) a través de la meditación se produce una fusión del perceptor, lo percibido y la percepción, como un cristal que asume el color del fondo.

        Cuando se controlan las tormentas de olas mentales, se produce una fusión entre el sujeto, el objeto y la relación que se establece entre ambos, por lo tanto, uno puede estar en el mundo pero no ser de este mundo, es cuando Duhkha -el sufrimiento- desaparece, ya que toda esta impermanencia es ilusoria, es una creación propia por falta de conocimiento -Jñana-, y el camino para ello es seguir y desarrollarse el sendero, aquel que se identifique más con nuestra personalidad o nuestro gusto.   Subir

        Conclusión

        Para el cierre de este artículo sobre la mente vista desde oriente, me voy a remitir otra vez al texto Yoga Vasishtha, en su libro IV, titulado Sthiti Kahanda, en el apartado:

        Distintas explicaciones de la mente

        La mente persigue siempre el orden o Dharma, (la voz Dharma dentro de la cultura Vedica (hinduismo) significa “deber”. Es la ley que subyace al universo. Es una de las cuatro finalidades que persigue la humanidad y engloba todos los deberes tanto morales como religiosos que tiene el ser humano.

Conclusión

        El Dharma es el problema de la acción en la vida, de lo que el hombre debe hacer, pero no solamente en su relación con los demás, en el orden ético y moral de su conducta, sino también en todas aquellas acciones que el hombre debe llevar a cabo para alcanzar la liberación o Moksha, es en este sentido en el que se expresa Vâsishtha), la salud, el placer y la libertad, pero cada uno tiene una opinión diferente sobre estas cosas y está convencido de que su definición es la verdadera.

Kapila Rishi.

        Por eso, los seguidores del sabio Kapila, (sabio hindú que se considera fundador de la filosofía Sânkhya), los Vedantinos, (son los seguidores del Vedanta), los Vijñanavâdins, (son los seguidores de la ciencia del conocimiento superior e instintivo, es una especie de visión directa con los ojos del alma, merced a la cual el hombre adquiere sabiduría), los Jainas, (El jainismo es una religión de la India, fundada en el siglo VI a. C. por Mahavira, contemporaneo a Gautama Buda. Se trata de una religión nastika (no teísta) y no reconoce la autoridad de los textos Vedas ni de los brahmanes.), y otros, aseguran que el único camino de la liberación es el suyo. Sus filosofías son la expresión de sus mentes.

        Râma, la esclavitud no es nada más que la idea de objeto. Esta idea es Mâyâ, ignorancia, etc…, la catarata ocular que impide la visión de la luz de la verdad. La ignorancia produce una duda, la duda percibe, y esa percepción es errónea. Si uno se aproxima en la oscuridad a la jaula de un león, aunque esté vacía, siente miedo. Igualmente, por ignorancia, uno cree que está prisionero de este cuerpo vacío. Las ideas crean unos objetos que no son verdaderos ni falsos. Una medre que se considera a sí misma un ama de llaves, se comporta como tal; una mujer que se considera a sí misma madre de su marido, actúa en consecuencia.

        ¡Querido Râma, abandona las ideas de yo y mundo y permanece firme en la verdad!

        El que adquiere la sabiduría por medio de la investigación del yo o autoconocimiento y consigue las cualidades que dimanan de ella, disfruta de la claridad del autoconocimiento, como el agua se clarifica cuando se introduce en ella un trozo de alambre.

        Su mente ya no es perturbada por las modificaciones. Su ser, que ha alcanzado lo más valioso, el autoconocimiento, ha abandonado la noción de objetividad y se ha trasformado por completo. Puesto que el ser se limita a ver, no considera espectador a ningún fantasmático sujeto o ego. Está completamente despierto a la verdad suprema, y con respecto a este mundo ilusorio es como si estuviera siempre dormido.

        Su desapego hacia las cosas es absoluto, no siente interés alguno por el placer ni por el dolor. Sus deseos cesan por completo, como los ríos detienen su corriente cuando llegan al mar. Ha cortado la red de la ilusión objetiva como un ratón se escapa de una trampa.   Subir

Ishana Pérez, Enero de 2010.

        Surya OM TAT SAT.

        La Mente Iª Parte.

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