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        Takuan Sôhô 1573-1645, nació en la aldea de Izushi provincia de Tajima. Se ordenó monje Zen perteneciente a la secta Rinzai, y fue abad del monasterio Daitokuji en Kyoto. Personaje polifacético: escritor, pintor, calígrafo, jardinero, maestro del te, agricultor y cocinero, -ya que creo unos rábanos en conserva que aun llevan su nombre y que se consumen hoy día-, Takuanzuke.

        Sus escritos Zen aplicados al Arte de la esgrima han sido extraordinariamente influyentes, teniendo repercusión en personajes de la talla de Yagyu Munenori y Miyamoto Musashi.

        Takuan puede ser considerado como uno de los grandes escritores influyentes en la estrategia y el pensamiento de los samuráis, comparable a Sun Tzu, Mencius o Confucio.

Información sobre Takuan Soho

Takuan Sôhô, 1573 - 1645.

        Enseñó y demostró la importancia de la actitud del individuo durante el combate y presentó al Zen como la herramienta ideal para lograr la actitud correcta. El no-pensamiento -Mushin del Zen-, nos ayuda a lograr esta actitud y nos libera de las ataduras del espíritu apegado a los malos pensamientos, a las pasiones y a los hábitos mundanos, que al ser vencidos, nos sitúan en la vía de poder vencer a nuestro mayor enemigo.

        Nuestro mayor enemigo es el que se sitúa en nuestro interior, -el ego-, por ello, el oponente es tan solo un ejemplo de nosotros mismos, un ejemplo de nuestras limitaciones y apegos, que debemos superar. Si superamos nuestras limitaciones y apegos, vencemos a nuestro enemigo y por lo tanto, al oponente que se sitúa frente a nosotros.

        En nuestro boletín reproducimos la primera entrega de su libro: “El Registro Misterioso de la Sabiduría Inmóvil”, esperando con ello que les sea valido para su práctica.

Información sobre el Jardín Zen en Wikipedia

Jardín Zen

El Registro Misterioso de la Sabiduría Inmóvil

        

La aflicción de permanecer en la ignorancia

        La palabra “ignorancia”, viene a significar ausencia de iluminación. O lo que es lo que es lo mismo, la ilusión.

        “Lugar de permanencia”, es el lugar donde la mente se detiene.

        En la práctica del budismo, se suele decir que hay cincuentas y dos estados y en estos cincuentas y dos, el lugar donde la mente se detiene es denominado “lugar de permanencia”.

        Permanencia significa parada y parar significa que la mente se detenga por algún motivo.

        Hablando en términos de arte marcial, cuando percibes en un principio la espada que se mueve para golpearte, se piensa en contener a esa espada, tal y como se encuentra; tu mente se parará en la espada en esa posición exacta, tus movimientos serán anulados y tú serás abatido por tu oponente. Éste es el significado de “parar”.

        Pero si ves la espada que se mueve para golpear y tu mente no se detiene por ella, encuentras y acompañas el ritmo de la espada que avanza y no piensas en golpear a tu oponente, ni ningún pensamiento o juicio te invade; entonces, si en el instante en que ves la espada, tu mente no se detiene ni por un instante y avanzas con determinación y le arrancas la espada al oponente; entonces, la espada del otro, ahora pasará a ser tuya y se convertirá, por el contrario, en la espada que abatirá a tu oponente.

Samirai a Caballo

        En el Zen, a esto se le denomina “capturar la lanza y el movimiento del contrario, para atravesar al hombre que vino para atravesarte”.

        La lanza es un arma. Lo esencial aquí es que la espada que arrebatas al adversario se convierta en la espada que lo abate. Esto es lo que vosotros en vuestro estilo llamáis: “no espada”.

        Ya sea a través del golpe del enemigo o de tu propia envestida, a través del hombre que ataca o de la espada que golpea, a través de la posición o del ritmo; si tu mente se ve de alguna forma distraída, tus acciones fracasarán, pudiendo esto significar que seas abatido.

        Si te colocas frente a tu oponente, tu mente será dominada por el. No debes de concentrar la mente en tu interior. Fijar la mente en el cuerpo es algo que se hace sólo al principio de la práctica, cuando se es un principiante.

        La mente puede ser dominada por la espada. Si concentras tu mente en el ritmo del combate, también de esa forma la mente puede ser dominada. Si concentras la mente en tu propia espada, la mente, también puede ser dominada por tu propia espada. Si tu mente se para en alguno de esos puntos, serás una concha vacía.

        Seguro que te acuerdas de estas situaciones. Se puede decir que están relacionadas con el budismo.

        En el budismo llamamos “ilusión” a esta parada de la mente. Por eso decimos: “La aflicción de permanecer en la ilusión”.

        

La sabiduría inmutable de todos los Budas

        “Inmutable”, significa inmóvil.

        “Sabiduría”, significa el saber de la inteligencia.

        Aunque a la sabiduría se la califica de inmutable, eso no quiere decir que sea algo inanimado, como la madera o la piedra. Se mueve conforme se mueve habitualmente la mente: para delante o para atrás, para la izquierda, para la derecha, en las diez direcciones y hacia los ocho puntos. La mente que nunca para es denominada “sabiduría inmutable”.

Fudo Myoo

Fudo Myoo

        La figura de Fudo Myoo, (divinidad budista integrada en la categoría de los “reyes de la sabiduría”, feroces protectores de las enseñanzas de Buda que guían a los seres vivos por el camino de la rectitud. A Fudo Myoo se le representa con una espada, que corta las raíces de la ignorancia y de la ilusión y con una cuerda a través de la cual sujeta a quienes están sujetos a pasiones y a emociones violentas. Su apariencia temible, simboliza la fuerza de la voluntad en la lucha contra el mal, aunque tenga una naturaleza esencialmente compasiva y persiga como último objetivo la paz y la felicidad.), empuña una espada en la mano derecha y sujeta una cuerda en la mano izquierda. Enseña sus y sus ojos lanzan destellos de cólera. Su forma revela la firmeza para derrotar a los espíritus maléficos que pudiesen obstruir la ley budista. Esto no está oculto en ninguna religión. Su forma representa la configuración de un protector del budismo, en cuanto que su encarnación es la de la sabiduría inmutable. Y esto es lo que es mostrado a los seres vivos.

Posición de Za Zen

        Cuando el hombre común ve esa forma, se asusta y se cuestiona el volverse un enemigo del budismo. El hombre que está cerca de la iluminación, comprende que se trata de una manifestación de la sabiduría inmóvil y que aleja toda la ilusión. Para el hombre que sabe como volver aparente esta sabiduría inmutable y que es capaz de practicar físicamente esta verdad mental, tan bien como Fudo Myoo, los espíritus maléficos dejarán de proliferarse.Se dice que aquello que se llama Fudo Myoo, es una mente inmóvil y un cuerpo al que no se puede alabar. “Un cuerpo al que no se puede alabar” significa que no es detenido por nada.

        Vislumbrar algo es no parar la mente, es lo que se denomina “inmutable”. Pues cuando la mente se para en algo, cuando el pecho se queda lleno de varios juicios, existen en la mente varios movimientos. Cuando sus movimientos cesan, la mente parada se mueve, pero no se mueve de ninguna forma.

        Cuando diez hombres, cada uno con una espada, envisten contra ti empuñando sus espadas, si esquivas a cada espada, sin parar la mente en cada acción y pasas de una a la siguiente; no carecerás de la acción adecuada para cada uno de los diez atacantes.

        Aunque la mente actúe diez veces contra diez hombres, si no se detiene en ninguno de ellos y se reacciona ante uno y después otro; ¿carecerás de la acción adecuada?

        Pero si la mente se para delante de uno de estos hombres, aunque esquives un golpe de su espada, cuando llegue el siguiente hombre, el momento de la acción correcta habrá pasado.

        Considerando que la diosa Kannon (es la divinidad budista de la misericordia, que protege y salva a los seres vivos de forma amorosa y compasiva. Puede oír las lamentaciones del mundo y asume múltiples formas, entre las cuales está la que tiene mil brazos para prestar de forma inmediata su auxilio.), de los mil brazos, tiene mil brazos en un solo cuerpo, si la mente se para en aquel que sujeta un arco, los otros novecientos noventa y nueve serán inútiles. Es porque la mente no se detiene en un lugar, por lo que todos los brazos son útiles. Por lo que respecta a Kannon, sino ¿qué finalidad tendría mil brazos en un solo cuerpo? Esta forma, existe con la intensión de recordar a los hombres el hecho de que su sabiduría inmutable es liberada, incluso en un cuerpo de mil brazos, los mil brazos serían útiles.

        Si estas frente a un árbol y miras hacia una sola de sus hojas rojas, no verás las demás. Pero si tu mirar no se centra en una sola hoja y te fijas en el árbol con la mente vacía, cualquier número de hojas se vuelve visible para ti, sin límite alguno.

        Pero si una sola hoja, captura tu mirada, será como si las restantes hojas, no estuvieran allí. Quien comprenda esto, no será diferente de Kannon, con mil brazos y mil ojos.

        El hombre común cree simplemente que se trata de algo sagrado, por tener mil brazos y mil ojos. El hombre de imperfecta sabiduría, dudando de que alguien pueda tener mil ojos, considera que esto es una mentira y cede ante la falta de creencia. Pero quien comprende un poco mejor, tiene una creencia respetuosa, basada en principios, dejando de lado la simple creencia del hombre común y la falta de creencia del otro, entenderá que el budismo de esta forma, manifiesta adecuadamente su esencia.

        Todas las religiones en este aspecto son similares, especialmente el shintoismo.

        El hombre común, piensa solo superficialmente. El hombre que ataca al budismo es aún peor.

        Esta religión, aquella religión… hay una gran diversidad, pero en sus principios más profundos, todas están de acuerdo en una misma conclusión.

        De cualquier modo, cuando alguien practica la disciplina y se mueve como un principiante en la sabiduría inmutable, emprende un reto y vuelve al nivel del comienzo, el lugar de la permanencia. Hay una razón para tal hecho.

        De nuevo podemos hablar con relación a vuestra propia arte marcial.

        Puesto que el principiante nada sabe a cercar de la posición de su cuerpo o del manejo de la espada, su mente no se detiene en ninguna parte de su interior.

        Si un hombre lo ataca con la espada, el simplemente lo enfrenta sin nada en la mente. A medida que estudia ambas disciplinas y aprende las diversas maneras de adoptar una posición, el modo de empuñar la espada y donde concentrar su mente; su mente para en muchos lugares. Entonces si quiere golpear al oponente, se verá muy constreñido.

        Más adelante, cuando pasen los días y la experiencia se vaya acumulando con el trascurso del tiempo, ni las posiciones de su cuerpo, ni las formas de empuñar la espada, serán sopesadas en su mente. Esta volverá simplemente, a ser como era en un principio, cuando no sabía nada y tenía todo por aprender.

        Así se comprende el sentido de que el ser del principio sea el mismo que el del fin, como ocurre cuando se cuenta de uno a diez y el primero y el último guarismo se vuelven adyacentes.

        En otra escala de cosas, en la escala musical, por ejemplo, cuando se progresa del tono más grave inicial hacia el tono más agudo final. El más grave y el más agudo se vuelven adyacentes. Decimos que el más agudo es el más grave o el más alto es el más bajo y se terminan por volver semejante.

Visita al Monasterio de Koyasan

Visita al Monasterio de Koyasan

        En el budismo Zen, quien alcanza su mayor profundidad, es el hombre que nada sabe de Buda, ni de la ley budista. El budismo, no tiene adornos, ni nada que llame la atención de los hombres. La ignorancia u la aflicción del lugar de permanencia inicial y la sabiduría inmutable, que surge después, pasan a ser una única cosa. La función del intelecto desaparece y se termina en un estado de “No mente, no pensamiento”.

Bokkoku Kokushi

Bokkoku Kokushi.

        Cuando alguien alcanza un punto más profundo, sus brazos, piernas y resto del cuerpo, saben lo que tienen que hacer y la mente no tiene ninguna interferencia en el proceso. El sacerdote budista Bukkoku escribió:

        “Aunque no vigile sabiendo lo que hace, el espantapájaros, no se encuentra en vano en los campos de la montaña”.

        Y todo ocurre de un modo semejante. Para hacer un espantapájaros destinado a los campos de la montaña, se le da forma humana y se coloca en las manos, un arco y unas flechas. Los pájaros y otros animales, lo ven y huyen. Aunque esta figura no tenga mente, asusta y espanta al ciervo, desempeña su función y no ha sido creada en vano.

        Volviendo al ejemplo del comportamiento de las personas que alcanzaron la profundidad de cualquier camino, mientras que las manos, los pies y el resto del cuerpo se mueven, la mente no se para en ningún lado y no se sabe dónde está. Permaneciendo en un estado de “no pensamiento, no mente”, se ha alcanzado el nivel del espantapájaros de los campos de la montaña.

        Sobre el hombre común que no ha hallado esta vía, podemos decir que, desde el comienzo no ha tenido sabiduría y que ésta nunca surgirá, bajo ninguna circunstancia. La sabiduría suprema no surgirá de ningún modo, está en el lugar más remoto posible.

        Aquel que piensa, equivocadamente, que todo lo sabe, deja que la sabiduría le llegue a la cabeza, lo que es ridículo. El decoro de los sacerdotes de hoy en día, puede ciertamente ser considerado como tal y es un motivo de vergüenza.

        Existe la práctica relativa al principio y la práctica relativa a la técnica. El principio ya ha sido explicado: cuando llega, no se nota nada. Es como si toda la concentración simplemente desapareciese, ya he escrito largamente sobre esto, anteriormente.

        Si no se práctica la técnica, llenando apenas el pecho con el principio, las manos y el resto del cuerpo no funcionarán. La práctica de la técnica, en los términos de tu propia arte marcial, es la práctica efectuada repetidamente, convierte las cinco posiciones corporales en una sola.

Pintura de Takuan Soho

Pintura de Takuan Soho.

        Aunque se conozca el principio, hay que conseguir volverse hábil en el uso de la técnica e incluso si se sabe manejar muy bien la espada y los aspectos más profundos del principio no están claros, es probable que haya falta de eficacia. La técnica y el principio, son exactamente como las dos ruedas de un carro.

        

El intervalo en el que no cabe, ni siquiera un pelo

        Hay algo que es “el intervalo en el que no cabe, ni siquiera un pelo”.

        Podemos hablar sobre esto en los términos de tu propia arte marcial.

        “Intervalo” es cuando dos cosas se sobreponen y ni tan siquiera un pelo se puede introducir entre ellas.

        Cuando das una palmada y precisamente en ese instante, das un grito, el intervalo entre la palmada y el grito, no permitirá la introducción de algo con la espesura de un pelo.

        No se trata aquí de dar una palmada, pensar en gritar y después hacerlo, esto tendría como consecuencia la existencia de un intervalo entre ambos actos. Das la palmada y precisamente en ese instante, das un grito.

        De la misma forma, si la mente se para en la espada con la cual un hombre viene a darme un golpe, habrá un intervalo y tu acción se perderá. Pero si en el intervalo entre el golpe de la espada del oponente y tu acción, no cabe ni siquiera la espesura de un pelo, la espada de tu oponente pasará a ser tuya.

        En los diálogos Zen, verificamos que sucede lo mismo. En el budismo, aborrecen esa parada y la permanencia de la mente en una u otra cosa. A esta parada la llamamos “aflicción”.

        Es como una bola arrastrada por una rápida corriente: respetamos la mente que fluye de esa manera y no para ni siquiera un instante en ningún lugar.

        

La acción de la chispa y de la piedra

        Hay algo que es la acción de la chispa y de la piedra y se trata de lo siguiente: Cuando golpeas la piedra, aparece la luz.

        Puesto que la luz aparece precisamente cuando golpeas la piedra, no hay ni un intervalo, ni un intersticio. Esto significa también la ausencia del intervalo que pasaría en la mente.

        Sería un error comprender esto simplemente y con celeridad. En lugar de eso, realza el aspecto con el que la mente no debe ser detenida por las cosas, demuestra que incluso con la velocidad, es esencial que la mente no se pare.

        Cuando la mente se para es dominada por el oponente. Por otro lado, si la mente piensa en ser veloz e inicia una acción rápida, será capturada por su propio pensamiento.

Saigyo 1118-1190

        Entre los poemas de Saigyo (1118-1190 Monje japonés itinerante y poeta, el poema se refiere a una cortesana de Eguchi, que se volvió legendaria), está el que sigue:

        “Lo que de ti se dice solamente, es que eres un hombre que desteta el mundo. Nada más puedo esperar sino, que tu mente no sea detenida, en esta transitoria habitación”.

        Atribuye este poema a la cortesana Egeuchi.

        Si consideramos la parte final de los versos, “Nada más puedo esperar sino, que tu mente no sea detenida…”, podemos relacionarnos con la verdadera esencia de las artes marciales. Es fundamental que la mente no sea detenida.

        En el budismo Zen, cuando nos preguntan: “¿Qué es Buda?”, debemos de levantar el puño cerrado. Cuando nos preguntan: “¿Cuál es el significado supremo de la ley budista?”, sin demora, debemos responder: “Un ramo de almendro en flor” o “Un ciprés en el jardín”. Se trata de escoger una respuesta buena o mala, respetamos la mente que no para, la mente que no para no es movida por el color o por el olor.

        Aunque la forma de esta mente inmóvil, sea reverenciada como un dios, respetada como un Buda y denominada la Mente del Zen o el Sentido Supremo, si alguien pensase en lo que ha de decir y después hablase, aunque enuncie palabra de oro y versos misteriosos, todo eso no pasaría de una aflicción del lugar de permanencia.

        ¿A caso no se puede decir que la acción de la piedra y la chispa tiene la velocidad de un relámpago?

        ¿Se trata de una sabiduría inmutable cuando alguien es llamado y responde inmediatamente: “Si”?

Buda

        Cuando es llamado, cuestionarnos sobre el por qué y la finalidad de la llamada, traduce la aflicción del lugar de permanencia. La mente que para o es movida por algo y lanzada a la confusión, o ésta es la aflicción del lugar de permanencia, correspondiente al hombre común. Ser llamado y responder sin que haya ningún intervalo, ésta es la sabiduría de todos los Budas.

        El Buda y todos los seres vivos no son dos entes separados. A esta mente se la denomina Dios o Buda.

        Aunque haya muchos caminos; el camino de los dioses, el camino de la poesía, el camino de Confucio… todos ellos comparten la claridad de esta mente única.

        

Postura en Zazen explicado por Taisen Deshimaru en YouTube

Sesión de Zazen

        Al explicar la mente con palabras, decimos cosas como: “Todas las personas tienen esta mente”, o “Buenos acontecimientos o malos, mañana y tarde, están de acuerdo con el Karma, o “Que una persona abandone su casa o lleve a su país a la ruina, no es más que un reflejo de su carácter, por lo tanto el bien y el mal dependen de su mente”.

        Cuando las personas pretenden saber cómo es la mente, se quedan confusas, si no hay alguien verdaderamente iluminado para indicárselo.

        En este mundo, de hecho, hay personas que no conocen la mente, también es normal que haya personas que no comprendan, aunque sean raros. Aunque existan personas que ocasionalmente comprendan, no es frecuente que estén en concordancia; entonces, aunque expliquen bien la mente, es dudoso que la comprendan en profundidad.

        Es posible explicar el agua, pero esto no hará que la boca se moje. Es posible exponer completamente la naturaleza del fuego, pero esto no hará que la boca se caliente. Sin tocar el agua o el fuego real, no es posible conocer a ambos. Incluso la explicación dada por un libro, no hará que éste sea comprendido. El alimento puede ser definido exactamente, pero eso no saciará el hambre.

        No es probable que se alcance la comprensión a través de la explicación de otro. En este mundo, hay budistas y confucionista que explican la mente, pero sus acciones no coinciden con sus explicaciones. Las mentes de esas personas, no están verdaderamente iluminadas. Si las personas, no están completamente iluminadas en lo que respecta a sus mentes, no tendrán la compresión.

        Muchos de los estudiantes no comprenden la mente, pero esto no es una cuestión de números. No hay siquiera uno de ellos, que tenga una buena estructura mental.

        Se debe decir que: “La iluminación de la mente, depende de la intensidad de los propios esfuerzos".

        

Dónde se concentra la mente

        Decimos que:

        “Si alguien concentra su mente en la acción del cuerpo del oponente, la mente se verá dominada por la acción del cuerpo del oponente.

        Si concentra la mente en la espada del oponente, la mente será dominada por esa espada.

 En busca del buey

        Si concentra la mente en los pensamientos del oponente que tiene la intensión de golpearnos, la mente será dominada por los pensamientos del oponente que tiene la intensión de golpearnos.

        Si concentra la mente en su propia espada, la mente se verá dominada por su propia espada.

        Si concentra la mente en la intención de no ser golpeado, la mente será dominada por la intención de no ser golpeado.

        Si concentra la mente en la posición del contrario, la mente será dominada por la posición del contrario”.

        Esto quiere decir que: “No hay ningún lugar adecuado para concentrar la mente”.

Smar_Hara_Yantra

Smar_Hara_Yantra

        Alguien dijo en una ocasión:

        “Sea donde fuere donde concentrar la mente, mis intensiones son depositadas en “jaque”, en el lugar donde la mente permanece y soy derrotado por el oponente. Por ese motivo, me concentro un poco más abajo del ombligo y no dejo que vague la mente. Así soy capaz de cambiar de acuerdo con las acciones de mi oponte”.

        Esto es razonable; pero en las perspectivas más elevadas del budismo, concentrar la mente en la zona de por debajo del ombligo (Hara), es algo propio de un bajo nivel de comprensión y no de uno alto. Es el nivel de la disciplina y la práctica.

        El nivel de la seriedad o según la frase de Mencio (371-289 a. C. filósofo y pensador chino seguidor de Confucio, que dijo: “La rectitud es el camino del hombre. Es triste que abandone este camino y no lo siga, que pierda su mente o no sepa encontrarla. Cuando un hombre pierde un gallo o un perro, sabe como buscarlo; pero cuando pierde su mente, no sabe buscarla. El camino del aprendizaje no es más que buscar la mente perdida”.): “Busca la mente perdida”, tampoco es el nivel más elevado, tiene el sentido de seriedad.

        En cuanto a la “mente perdida”, escribí algo al respecto en otro lugar, donde podrá ver algo más sobre el tema.

        En el supuesto de que trate de concentrar la mente en el Hara y no deje que la mente vague, la mente estará dominada por la mente que ha concebido este procedimiento. No tendrá capacidad para avanzar y será grande la falta de libertad.

Mencio 371-289 a. C.

Mencio 371-289 a. C.

        Esto nos conduce a la siguiente pregunta: Si me concentro en el Hara y esto me deja en un estado incapaz de reaccionar, entonces: ¿En qué parte del cuerpo tengo que concentrarme?

        Respuesta: “Si concentras tu mente en tu mano derecha, será dominada por tu mano derecha y tu cuerpo no reaccionará. Si concentras tu mente en tu mirar, será dominada por tu mirar y tu cuerpo no reaccionará. Si concentras tu mente en tu pie derecho, será dominada por el pie derecho y tu cuerpo no reaccionará. Sea donde fuere que concentres tu mente, si la concentras en un lado concreto, tu cuerpo no reaccionará”.

        Bien, pues entonces: “¿Dónde se concentra la mente?”.

Estampa japonesa de Yan Guifei, esposa del emperador chino Xuanzong dei Tang (685-762)

        Respuesta: “Si no la concentras en ningún lugar, se irá hacia todas las partes de tu cuerpo y en todo él, se difundirá. De esta manera, cuando entre en tu mano, realizará la función de la mano, cuando entre en tu pie, realizará la función del pie y cuando entre en tu mirar, realizará la función de tu miara.

        Si escoges un lugar para concentrar tu mente, ésta, será dominada por ese lugar y perderá su función. Cuando alguien piensa es dominado por los pensamientos.

        Por lo tanto, pon de lado a los pensamientos y a la discriminación, lanza la mente hacia fuera de tu cuerpo, no la detengas aquí o allí y cuando ella pase por esos sitios, realizará su función y reaccionarás sin error”.

        Al hecho de concentrar la mente en un lugar, se le denomina: “Caer en la parcialidad”.

        Se dice que la parcialidad, es la inclinación hacia algo, por el contrario la corrección, consiste en el movimiento hacia todos los lados.

        La mente correcta surge cuando ésta se extiende por todo el cuerpo y no se ve dirigida hacia ningún lugar en concreto.

        Si la mente se inclina hacia un lugar, estará ausente de otro y esta es la llamada “mente parcial”.

        La parcialidad es despreciable. El ser detenido por cualquier cosa, sea lo que sea y caer en la parcialidad, es algo despreciado por aquellos que siguen el “camino”.

        Cuando una persona no piensa: “¿Dónde debo concentrar la mente?”, la mente se extiende por todo el cuerpo y se mueve por cualquier lugar.

        Si no concentramos la mente en ningún lugar, ¿no es posible usarla, haciendo que vaya de un lado a otro, en respuesta a los movimientos del oponente?

        Si la mente se mueve por todo el cuerpo, cuando la mano es llamada a actuar, se debe de usar la mente que se encuentra en esa mano. Cuando el pie es llamado a actuar, debe de usarse la mente que está en el pie. Pero si determinamos el lugar dónde concentrar la mente, cuando intentamos alejarla de allí, allí permanecerá y no tendrá función.

        Manteniendo la mente, como un gato sujeto por una cuerda y no dejando que vague, si la controlamos desde nuestro interior, en nuestro interior se quedará detenida. Pero si la dejamos libre en el interior del cuerpo, entonces, no irá vagando hacia ningún lado.

        Al esfuerzo para no detener la mente en un solo lugar, se le llama disciplina.

        No detener la mente, es un objetivo y la esencia.

        Colocada en ningún lugar, estará en todas partes. Incluso al mover la mente hacia el exterior del cuerpo, si la enviamos hacia una dirección, estará ausente de las otras nueve direcciones. Pero si no restringimos a la mente a una sola dirección, estará en la totalidad de las diez direcciones.

         Takuan Sôhô.

Aiki – Publis del mes de Febrero de 2011.

          El Registro Misterioso de la Sabiduría Inmóvil, parte 2º. Por Takuan Sôhô.

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