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El autor de este artículo es nuestro Sensei Ishana Pérez; lo presentamos aquí tal y como esta es su 3ª obra sobre el Aikido, titulada: "La planificación en Aikido a través de los cuadernos técnicos", en su apartado 3. 2, que trata sobre la parte interna de la técnica.

        Está dirigido principalmente a los estudiantes, ya que muchas veces estos se enfrentan a la asimilación del Kihon, pero carecen de una base sólida y progresiva donde sustentar el trabajo que se realiza sobre la Waza. En este artículo encontraran todas esas claves para afianzar su aprendizaje.

Curriculum Vitae del Sensei Ishana Pérez

        

          Puedes adquirir el texto de nuestro Sensei Ishana Pérez: "La Planificación en Aikido, a través de los cuadernos técnicos" en nuestra tienda Online.

        

        

Índice del Artículo.

La estructura interna para realizar el trabajo de Waza.

Atención - concentración.

Forma

Forma.

Ritmo.

El poder de la respiración o Kokyu Roku.

Ki o energía.

Resumen.

Memoria de lo acontecido en la presentación.

Marco Aurelio.

La estructura interna para realizar el trabajo de Waza.

        Cuando se aborda el trabajo de la técnica la mayoría de los estudiantes solo tienen en cuenta lo que se ve, y se despreocupan de lo que no se ve, pero que debe de estar presente, ya que sino, el principio que se está desarrollando, digamos que no tiene alma, o dicho de otra manera, es un simple ejercicio físico que puede confundirse con una acrobacia que nos distrae del verdadero trabajo, "¿Te distrae lo que ocurre en el exterior? Roba tiempo para aprender algo bueno y deja de dar vueltas".

        El espíritu que anima a Waza es un todo indivisible entre, cuerpo, respiración, mente y nuestra esencia más intima, el ánima. Indudablemente la unificación que se tiene que producir de estas partes, va en función de los distintos desarrollos que se alcanzan en cada nivel, pero a lo que sí hay que darle mucha importancia, es que se cultive este TODO desde el principio.

        

        En un sentido general para que se produzca esa unión (Musubi) hay que tener en cuenta:

1 . Permanecer enraizado en todo momento.

2 . Situar bien el centro de gravedad, en el bajo vientre.

3 . Mantener el cuerpo alineado verticalmente, como si estuviera suspendido desde la coronilla, tanto sentado, de pie, en estático o en movimiento.

4 . Respirar con la parte inferior del abdomen.

5 . Aprender a abrir las articulaciones.

6 . Integrar toda la estructura corporal dentro de la cinética.

7 . Distribuir bien el peso en los distintos puntos de los pies.

8 . Aprender a utilizar el metatarso y girar la articulación del tobillo.

9 . Aprender a utilizar suavemente el giro en espiral de la articulación de la rodilla.

10 . Alinear la cadera y el sacro.

11 . Activar la cintura.

12 . Dirigir el empuje - fuerza a través de la columna vertebral.

13 . Soltar el pecho y los hombros, para redondear los omoplatos.

14 . Relajar el cuerpo y tranquilizar la mente.

15 . Distinguir entre el Yin y el Yang.

16 . Coordinar lo exterior con lo interior, la mente y el cuerpo.

17 . Blando contra duro, basado en la extensión del Ki.

18 . Lento sigue a lento y rápido sigue a rápido.

19 . Aprender a escuchar con el tacto.

20 . Todos los pasos conectados, no sueltos.

21 . Las técnicas deben de tener viveza y fluidez.

22 . Las técnicas deben de ser prácticas.

        En todos estos puntos que se acaban de enumerar, digamos que hay tres bloques a distinguir:

        Del primer punto al décimo tercero, está más relacionado con el cuerpo y su estructura.

        Del décimo cuarto al décimo sexto, se relaciona más con la parte mental.

        Y los seis últimos con la técnica.

        Para ligar todos estos apartados dentro de la ejecución hay que añadirle: atención - concentración, forma, ritmo, respiración o Kokyu Roku y Ki o energía.

Mandala para ejercitarse en la concentación.

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        Atención - concentración.- La clave para la evolución es la presencia mental en la acción, eso es gracias a nuestra resolución voluntariosa para generar la capacidad de mantenernos en el presente.

        Es decir, ser conscientes de lo que se esta realizando. Hay que ser capaces de rendirnos al AHORA, aceptando lo que hay en realidad, no lo que preferimos tener, ser o hacer, tanto con nuestras virtudes como con nuestras limitaciones.

        Tenemos que ser tolerantes con nuestras limitaciones, eso no significa que se acepten sin más, al utilizar nuestra tolerancia y nuestra paciencia para que nos revelen nuestras restricciones, es entonces, cuando podemos trabajar con ellas de una forma libre para superarlas.

        Imponernos con rudeza unos patrones que se han visto ideales, es intentar hacer algo para lo que todavía no estamos preparados para realizar. Ponernos a prueba es asumir un reto con todo nuestro potencial totalmente presto y libre para actuar.

        El resultado que producen los efectos de la ruda imposición, normalmente lleva a romperse, a causar daño, e insensibilizarse para la evolución. En cambio, los resultados de ponernos aprueba con flexibilidad, es un ahondar más en nosotros y en la técnica, para que se nos revele un mundo ilimitado de posibilidades.

        Llevamos toda una vida oponiéndonos y resistiéndonos, nos llevará un tiempo entender y aceptar el ceder y fluir, eso si, no tiene porque llevarnos tanto tiempo desmontar esa oposición, como nos costó establecerla.

        La atención es energía creativa y esa energía es lo que va a favorecer el cambio. El marco donde se desarrolla la técnica es en la atención - concentración, sin ellas es una acción que puede estar más o menos organizada, pero que carece de vida, es una gimnasia acompañada de la distracción, es el obstáculo más insalvable para la evolución.

        Pero ¿cómo se cultiva?

        Mediante la práctica de la presencia mental, eso significa, concentrar la atención abierta, libre, plena y completa, directamente en un lugar, un momento, en una actividad, en una sensación, en una cualidad, en el contacto o en una vibración.

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        Cuando la atención - concentración está abierta, no conlleva ni prejuicio ni expectativas concretas, solo se adapta al momento presente.

        Cuando es libre, no se impone, sino deja hacer y todo ocurre de forma natural, sin desear nada, sin ambicionar nada.

        Cuando es plena, está totalmente presente en cada instante, tiene fluidez y continuidad, aunque la dinámica cambie.

        Cuando es completa, es directa, está llena de Nen, que nunca se preocupa por ganar o perder, y que se expande para conectarnos con el Ki Universal.

        Entonces, todo se manifiesta de forma inmediata y sin esfuerzo. Estas cualidades tenemos que cultivarlas cada vez que se practique o se estudie y hay que irlas integrando en cada repetición, día a día, sin presión pero sin pausa, con absoluta consciencia de lo que se hace.

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Información de Wikipedia sobre Miyamoto Musashi
Haz Clic para Ver el Curriculum del Sensei Ishana Pérez

Sensei Ishana.

        La atención - concentración tiene dos aspectos: uno cuantitativo y otro cualitativo.

        El aspecto cuantitativo de la Waza se relaciona en que cada parte del cuerpo debe asumir las funciones que le corresponden, eso quiere decir, que por ejemplo las piernas tienen que tener una tonificación adecuada para el Kamae; los detalles del principio que se estudia; los codos tienen que estar cerrados; los hombros relajados; la expansión del Ateri a través de la Te - gatana, etc.

        Esto nos lleva a establecer una unidad corporal que equilibra la estructura para dar una mejor respuesta, tanto en la posición de uke como de tori.

        Cuando comenzamos nos cuesta mucho simplemente sentirnos y saber realizar nuestro rol, nos es imposible establecer los ajustes corporales y mentales de una manera lineal y secuencial.

        Por eso no debemos de ser impacientes, -lleva su tiempo-, lo más probable es que cuando estés pendiente del contacto, se te olvide el ukemi, o viceversa; cuando estas pendiente del Ma - ai no atacas correctamente..., eso es parte insoslayable del proceso, de ahí vine la importancia del estudio, -para integrar y mejorar-.

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        Según vamos mejorando por la continuidad y la asiduidad del estudio, nuestra dominio de Waza se irá clarificando y revelando, esto va a permitir que en un determinado momento unas acciones activen otras de forma simultanea, que se complementan. Por ejemplo, cuando uke ataca, el encuentro a nivel de base suele ser tosco, a veces rudo, hay un instante de interrupción y luego tori realiza la técnica.

        Con el tiempo, tanto uno como otro en base a la repetición y la asimilación de los principios internos de los que se están hablando, las acciones de los dos son simultáneas llenas de contenido y sin cortes, se manifiestan al unísono. Entonces, es cuando cobra vida la aplicación cuantitativa de la atención - concentración.

Link con la Web oficial de Seigo Yamaguchi Sensei

Seigo Yamaguchi Sensei.

        La parte cualitativa nos permite sentir la acción de los dos como una, es decir, sin dualidad, un todo absorbiendo y expresando su calidad y su naturaleza en una acción interna que tiene su manifestación externa, este es el momento cuando nuestra acción es plena y completa de Nen.

        Indudablemente para un principiante realizar esto de entrada es difícil, por esa razón inicialmente se le invita a centrar su atención - concentración sobre determinados puntos de Waza que son prioritarios.

        Por ejemplo, el paso de Ikkyo a Nikkyo es un momento clave, ya que hay que mantener el control de uke, más aplicarle el principio de Nikkyo, de esta manera el estudiante va sintiéndose a sí mismo como sintiendo al uke, conociendo el detalle que le lleva a la ejecución del segundo principio de control y la aplicación del mismo.

        Digamos que un paso estimula a otro dentro de la realización y eso ayuda a mantener el foco de la concentración. Pero hay que reconocer que para un estudiante veterano no existen esas rupturas por pequeñas que sean, toda la acción es una, eso quiere decir que cada parte del cuerpo ha asumido su función de forma natural -sin pensarlo-.

        Por lo tanto, se ha producido los ajustes necesarios integrado la atención - concentración, la forma, el ritmo, la respiración y el Ki de manera natural. No se puede dar el estado de unificación técnico, si no se integran estos cinco factores. Hay que tener en cuenta que no se pueden separar, en realidad, son distintas manifestaciones del mismo proceso.

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         La atención - concentración es consciencia sensible de lo que se esta haciendo, y se compone de dos partes:

        La primera, es focalizar la mente en lo que se ejecuta, no hacer una cosa mientras se esta pensando otra. Esto quiere decir que lo que se hace no se piensa, sino que se realiza, se siente, se vive, se penetra.

        Por esa razón son tan importantes los pasos a tener en cuenta para realizar la práctica: observar, copiar, imitar y repetir. Pensar si hay que pensar, -y se debe de hacer mucho-, pero fuera del Tatami, no dentro.

        Con el tiempo aprendemos a confiar en la inteligencia del cuerpo, prescindiendo del pensamiento racional, es entonces cuando nuestra práctica se convierte en una meditación en la acción.

        La segunda parte, consiste en sentir - vivir lo que se realiza, pero esto no solo se restringe a la estructura corporal, sino que se hace extensivo a la calidad de nuestra respiración y de nuestra mente.

        Cuando realizamos los ajustes con los otros cuatro puntos, (forma, ritmo, respiración y Ki), toda la información que nos aporta estas acciones la utilizamos para profundizar en la Waza, es entonces, cuando a través de la dinámica creada entre nuestra atención - concentración y nuestras acciones, emerge una consciencia meditativa.

        Según se profundiza en este aspecto, sin quererlo algo dentro va demandándonos que creemos un espacio y un tiempo para sentarnos en silencio cada día.

        La atención - concentración se fundamenta en tres cualidades: focalización, apertura y dirección.

         Con la focalización se desarrolla una profunda concentración, Joriki, que es "El poder o fuerza que surge cuando la mente se ha unificado y ha llegado a la concentración en un solo punto. Esto es más que la capacidad de concentrarse, en sentido usual de la palabra. Es un poder dinámico que, una vez movilizado nos permite aún en la situación más repentinas e inesperadas, actuar instantáneamente, sin tiempo para intelectualizar, de una manera absolutamente apropiada con las circunstancias".

         Mediante la apertura se cultiva la no resistencia, el desapego, el no imponerse.

        La dirección nos lleva a desarrollar nuestra perspicacia.

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        Estas tres cualidades nos ayudan a pulirnos, a sacar fuera nuestro bloqueos psíquicos, nuestros miedos, nuestras inseguridades, nuestras frustraciones, etc., todo ese substrato que tenemos enterrado y que intentamos ocultar.

        Con la concentración desarrollamos estabilidad mental para afrontar los retos, -que en este caso- más que físicos son emocionales - mentales, surgidos de las profundidades de nuestra persona, donde han estado escondidos por nuestra insensibilidad.

        Cuando comenzamos a desarrollar la no oposición, la no resistencia, en definitiva, -desapegarnos-, entonces se produce una claridad mental para verlos como son, como se manifiestan y como actúan.

        La perspicacia nos ilumina para la comprehensión, es la luz que nos permite solucionar los patrones o bloqueos estructurales - energéticos - emocionales, que van apareciendo durante el proceso para podernos superar.

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Kihon Waza.

        Forma.- A simple vista es lo que suele quedar cuando uno ve que un señor proyecta a otro, y no se sabe exactamente muy bien cómo, enseguida aparece la duda mental, si realmente fue así, o por el contrario, los dos están compinchados para escenificar un guión que se han aprendido con anterioridad.

        Pero lo que los espectadores no saben, es lo que ocurre dentro de esa forma en el binomio uke - tori, la acción esta basada en un equilibrio estructural, sostenido en sutiles ajustes -que no se suelen ver desde el exterior-, que tienen su raíz en una alineación estructural correcta, que repercute en la proyección mental y esta a su vez se manifiesta en un espíritu libre y vigilante para actuar sin apegarse a nada.

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        Digamos que el núcleo del cuerpo dentro de la alienación corporal correcta lo compondría: un centro enraizado (bajo vientre, Hara), que tiene su conexión con la tierra en los puntos de apoyos de los pies, esto también hace referencia a que el centro de gravedad corporal este bien situado, "El movimiento se arraiga en los pies, se desarrolla en las piernas, lo dirige la cintura y se expresa en las manos y los dedos. Debe de haber un flujo ininterrumpido del Chi entre los pies, las piernas y la cintura".

        Las articulaciones libres de bloqueos, tanto las inferiores como la superiores, "Todas las articulaciones del cuerpo deben estar conectadas sin permitir la más mínima fisura"; la pelvis y el Koshi (las caderas) que sean móviles pero con estabilidad; la cintura suelta, ya que es la dinamo que multiplica el empuje que viene de los pies y de las piernas, "Pon atención a la cintura en todo momento. Relájala completamente y el Chi fluirá del Tan Tien y circulará libremente por todo tu cuerpo".

        También aquí hay que tener en cuenta el suelo pélvico y el ano; el abdomen que este relajado para facilitar una respiración adecuada, "Relaja el abdomen y el Chi penetrará en tus huesos"; la columna vertebral relajada y con verticalidad, con los omoplatos bien ajustados, -redondeados y sin rigidez- para poder transferir la energía que viene de la cintura a la columna y a los brazos, "Tu postura debe ser erecta pero relajada, capaz de enfrentar un ataque desde las ocho direcciones"; las cervicales libres; el pecho suelto; la lengua, la cara y los ojos relajados; la coronilla bien suspendida sin que se tense la nuca. "Recuerda siempre que cuando una parte se mueve, todas las partes se mueven y cuando una parte está inmóvil, todas las demás también lo están".

        Esto es un ejemplo de los puntos que hay que tener en cuenta, para crear una base estructural adecuada para cultivar Waza.

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Miyamoto Musashi.

        Musashi también es muy explícito en este aspecto dentro de su estrategia.

        En su libro segundo "El del agua", en su apartado la actitud corporal en la estrategia, comenta: "Adopta una postura en la cual la cabeza permanezca recta, ni caída sobre el pecho ni excesivamente erguida, ni inclinada hacia la derecha o la izquierda. La frente y el entrecejo no deben estar fruncidos, sino relajados. Que no oscile la mirada de tus ojos, que apenas parpadeen, aunque debes mantenerlos semicerrados. Mientras ejecutas cualquier posición procura evitar que en ella sobresalga la línea de la nariz y mantén un poco abiertas sus ventanas.

        La línea de la nuca debe permanecer derecha con relación al cuerpo, eso facilitará que la fuerza se concentre entre ella y los hombros, que la trasmitirá al resto del cuerpo. Tira hacia abajo de los hombros concentrando los dorsales y los músculos de la espalda sin que sobresalgan las nalgas del cuerpo.

        Concentra tu fuerza en las piernas, desde las rodillas hasta la punta de los dedos del pie. Tensa el abdomen de tal manera que no se curven las caderas. Ajusta, como si de una cuña se tratara, la Espada Compañera contra el abdomen, de tal modo que no quede suelta en el cinturón: a esto se le conoce con el nombre de "Meter la Cuña".

        En resumen, de forma general será preciso mantener como actitud de combate la actitud de la vida cotidiana, al tiempo que esta actitud cotidiana habrá de convertirse en la de combate. Medita profundamente sobre este concepto".

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        Indudablemente este proceso estructural no se aprende de hoy para mañana, -lleva su tiempo-, si ustedes observan la evolución de los elementos de aprendizaje en cada kyu, se darán cuenta que son progresivos.

        Se ha estructurado así porque poco a poco lo que se pretende es ir despertando la energía interna y la inteligencia somática en base a las repeticiones constantes y a la correcta actitud estructural. De esta manera, se va estableciendo una armonía entre nuestro cuerpo y la Waza, que repercute en una integridad corporal cada vez más profunda.

Curriculum del Sensei Ishana Pérez

Sensei Ishana.

        Sin embargo, es muy perjudicial intentar imponer por la fuerza un ideal para el que no estamos capacitados, esto nos puede llevar a romper y deformar nuestro cuerpo, y lo que es peor, todas esas resistencias que tendrían que salir a la superficie, se atrincheraran más profundamente y van a generar otros nuevas.

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Información de Wikipedia sobre Morihei Ueshiba, Fundador del Aikido

O Sensei actuando con estabilidad y sin esfuerzo en la proyección.

         Cuando la alienación corporal es correcta se va a manifestar en dos conceptos muy interesantes. Uno, es una estabilidad de la acción sin esfuerzo.

       El otro, una desenvoltura vigilante para la reacción, esto nos lleva a que madure nuestra práctica y nuestra técnica, la sensibilidad será cada vez más sutil y la consciencia más profunda.

       Llegados a este estado ya no hay que ser tan conscientes sobre los puntos a trabajar, muchos ajustes se harán de forma espontánea y dinámica, sabremos que están ocurriendo sin necesidad de intelectualizarlo, por lo tanto -nuestro conocimiento se expande-.

        El error más común es intentar trabajar la alineación corporal realizando un minucioso análisis, eso es como intentar conseguir una aguja en un pajar con los ojos vedados. Es mejor centrar nuestra atención el los principios básicos e irle añadiendo progresivamente los distintos puntos que componen el núcleo del cuerpo, más cada uno de los fundamentos técnicos, combinado estos tres elementos el progreso se manifiesta por si mismo.

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        Ritmo.- El ritmo es el pulso de Waza, sin el, la técnica es un tropel de acciones que no están conectadas unas con otras, es una dinámica sin coherencia que le falta armonía para expresar la bella sinfonía entre uke y tori.

        Este compás implica encuentro, continuidad, fluidez, interconexión, saber entrar, saber salir, saber recibir y saber dar (Kokyu Tanden Ho). En todos los casos la clave es la sincronización del movimiento con la respiración.

        "Desde el principio se debe de comprender que existe un ritmo armónico y uno no - armónico, uno aplicable y otro no - aplicable. Además existe un ritmo amplio y otro breve, y uno rápido y otro lento, y de entre ellos se ha de aprender a encontrar la cadencia personal, a distinguir la que nos hace avanzar y la que nos detiene. Tal vez es el corazón del Camino. Será de fundamental importancia conocer el ritmo que nos bloquea, de otra manera el aprendizaje de la Estrategia se convertirá en una falsedad inútil.

        En los combates se vence con el ritmo que nace del Vacío, con la cadencia que surge de la inteligencia y con el conocimiento del ritmo del contrario, pues de ese modo se encontrará el ritmo que nuestro enemigo no espere".

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Información de Wikipedia sobre Morihei Ueshiba, Fundador del Aikido

Morihei Ueshiba, plenamente establecido en Zanshin.

        En la práctica de Waza como forma, la continuidad significa no romper el flujo de consciencia, interiorización, concentración dentro de la acción, al igual que entre un ataque y el siguiente.

         Para mantener este flujo usamos el ritmo de nuestra respiración y el Zanshin, que es la guía que mantiene todo el proceso interconectado.

        La sincronización implica el justo equilibrio de la inspiración y la expiración -esto se tiene que contemplar dentro del marco de la respiración marcial-, el ritmo del movimiento corporal refleja exactamente la calidad de nuestra respiración, y la velocidad del movimiento corporal viene determinada por el ritmo respiratorio.

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        Si la respiración sigue el movimiento corporal, este hecho hace que se estimule el sistema nervioso simpático, eso quiere decir que: endurece los músculos, acorta y acelera la respiración, aumenta el latido cardíaco, acelera la actividad cerebral, drena los órganos internos de sangre y sobre estimula las glándulas. Pero si por el contrario, se ajusta el movimiento corporal al ritmo respiratorio, esto estimula el sistema nervioso parasimpático, que trae como consecuencia: relaja los músculos, hace más profunda y lenta la respiración, ralentiza el latido cardiaco, calma el cerebro, aumenta el riego sanguíneo en los órganos internos y equilibra las glándulas. Las ventajas son claras entre una forma de afrontar la práctica y otra, como también demuestran la importancia de trabajar la correcta respiración.

Sistema nervioso humano.

        Las ventajas de la respiración no solo se quedan en el aspecto físico, sino que tiene una incidencia directa sobre la mente, la lleva a una honda quietud, -aun en la dinámica más acelerada-, la sume en una tranquilidad a medida que la energía de la atención - concentración se aparta de los estímulos que invaden el sistema nervioso somático o voluntario, y entra en relación con el sistema nervioso vegetativo o autónomo.

        La cuestión que se crea es: ¿cómo se aprende el ritmo?

        Normalmente se olvida que cada uno de los miembros implicados en la acción del Kihon tienen un papel a realizar, el cual tienen que ejecutar acorde a su posición, -uke o tori-, del desarrollo de ese rol e irle sumando continuidad, flujo, consciencia, interiorización y concentración dentro de la acción, nos va estableciendo en el tempo adecuado.

        En un principio, especialmente el los kyus de comienzo, esto se realiza de forma un tanto mecánica, -es natural-, es parte del proceso, pero eso es una cuestión de tiempo, repetición y constancia, pasado esa situación inicial, entra en juego la comprensión de la acción - reacción, con los demás elementos que se enumeraron antes, continuidad, flujo...

        Cuando se enlaza todos estos aspectos en la dinámica es cuando se aprende a estar en ritmo, en realidad se convierte en algo natural, teniendo la sensación de que siempre ha estado en nosotros, pero que no éramos conscientes de ello.

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Eolo, Dios del viento.

        El poder de la respiración o Kokyu Roku.- "Cuando la respiración es irregular, la mente oscila; cuando la respiración es estable, también lo es la mente. Para alcanzar la estabilidad, el yogui ha de controlar su respiración. Mientras hay respiración en el cuerpo, hay vida. Cuando desaparece la respiración, también desaparece la vida. Regula, pues la respiración." (Hatha - Yoga Pradipika, Cáp. 2 v.3).

        Es el núcleo invisible de Waza, hay una amplia mayoría que en vez de aventurarse en la búsqueda de Kokyu Roku, confían sus esfuerzos al músculo para realizar el trabajo técnico, sin darse cuenta que ese tipo de trabajo tiene una vida muy corta con unas grandes limitaciones.

         En todas las sesiones de práctica como en las de estudio, esta presente Kokyu - ho, que es la base para irnos adentrando en la comprensión y realización del poder de la respiración.

        Esa energía a desarrollar se relaciona con los cuatro principios elementales, pero dentro de ellos, tiene una unión más intima con el fundamento de la expansión. Si no se aúna el Kokyu Roku con la expansión, lo que se realiza es un mero ejercicio que nos puede aporta una mejor oxigenación a nuestros pulmones, pero que no tiene su concreción práctica para ejercitarnos en Waza.

        Por ejemplo, tanto en Kokyu - ho como en todos los ataques desde de Katatedori, se tiene que convenir el precepto de expansión manifestándose en el Ateri a través de la Te - gatana, esto nos lleva a las versátiles aplicaciones del Te Sabaki (el trabajo de las manos), -inicialmente más fácil de sentir cuando somos sujetados-.

        Esa es una de las razones que Kokyu - ho se considere un ejercicio de imprescindible realización en cualquier nivel.

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Información de Wikipedia sobre Anatomía de los Pulmones

Anatomía de los pulmones.

        Para saber el modo de utilizar la respiración, lo primero que tenemos que aprender es como inspirar y expirar el aire durante la respiración. Una persona normal hace unas dieciséis o dieciocho respiraciones por minuto.

        Se debe de comprender que los propios pulmones no pueden introducir y expeler el aire.

        Para que el aire llegue a los pulmones y luego sea expulsado, los músculos que rodean los pulmones y el diafragma deben expandirse y contraerse, succionando el aire al interior donde se infiltran en los diminutos sacos, -los sacos alveolares-, que conforman la unidad básica de los pulmones.

        Las membranas que rodean estos alvéolos transmiten dicho oxígeno a la corriente sanguínea, y luego el dióxido de carbono desde la sangre al aire de los pulmones para su eliminación a través de la expiración.

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        La sangre cargada de oxígeno fresco es transportada por las arterias desde el lado izquierdo del corazón hasta la última célula en todos los rincones del cuerpo, llevando así su provisión de oxígeno vivificador.

        Los productos de desecho -principalmente dióxido de carbono- es transportado entonces por la corriente venosa desde el lado derecho del corazón hasta los pulmones para su eliminación.

        El corazón bombea esta sangre a través del cuerpo a una media sesenta pulsaciones por minuto.

Sistema circulatorio.

        De ahí que para respirar correctamente necesitemos la coordinación fluida de todas las partes del cuerpo implicadas, un centro o torre de control -el sistema nervioso-, un fuelle -los pulmones-, una bomba -el corazón- y un sistema de cañerías -las arterias y venas-, y además de la fuerza motriz y redentora que representa la caja torácica y el diafragma. Cuando este se desplaza arriba y abajo durante la respiración, proporciona un masaje a los órganos internos y aumenta la circulación de KI.

        La regulación del aliento pasa por varias fases, la primera, es cuando se ejercita uno para conseguir una respiración tranquila, uniforme y reposada, para ello hay muchos ejercicios encaminados a tal fin, que ahora no voy a entrar en ellos, ya que se haría muy largo.

        Cuando se haya alcanzado este nivel de base, lo siguiente es conseguir que la respiración sea profunda, ligera, suave y prolongada, sin estos dos pasos previos difícilmente se puede alcanzar algún logro sobre el trabajo del hálito.

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Kodo Sawaki Zenji.

        Hay que recordar que la respiración y la mente están unidas, por esa razón es imperativo que se regule la parte emocional.

        Por ejemplo: si se observa, vera que cuando uno esta enfadado expira con más fuerza que inspira; cuando uno está triste, inspira con más fuerza que expira; cuando la mente - emoción está tranquila y sosegada, la inspiración y la expiración son casi iguales.

        Por esa razón, cuanto más tranquila y equilibrada se encuentre nuestra mente, más suave y profunda será nuestra respiración.

         De ahí en adelante los horizontes son grandes y los logros van a depender de la dedicación que empleemos para alcanzarlos, digamos que los dos estadios que se han enumerado, son la base para construir el edificio donde podamos almacenar y posteriormente proyectar nuestro Ki.

        A modo de resumen digamos que las claves para regular nuestra respiración son:

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        Tranquilidad y silencio.- Si la mente esta serena se puede trabajar mejor sobre la respiración, a eso hay que añadirle el silencio mental, no divagar mientras uno se ejercita en ella.

        Buena postura.- Los ejercicios sobre el aliento se pueden hacer tumbado, sentado, de pie, caminado, en estático o en movimiento, hágase de la manera que se haga, es primordial ajustar la correcta postura corporal. Ya que una postura mal echa o pobre, va a producir una respiración superficial con muy pocos resultados positivos.

        Delicadeza.- La rudeza o las ansias desmedidas no son buenas compañeras para la práctica, se deben de sustituir por la suavidad, la delicadeza y lo natural, es la clave para adentrarnos en las profundidades.

        Profundidad.- Se relaciona directamente con el punto anterior, el objetivo es que nuestra respiración con el tiempo vaya siendo más baja u honda, pero siempre con suavidad. La profundidad también se relaciona con el dominio de nuestra anatomía como se menciono más atrás. Haga un ejemplo sencillo: inspire completamente hasta que los pulmones estén completamente llenos, y calcule cuánto tiempo puede aguantar la respiración. Luego, trate de inspirar sólo un 70% de su capacidad normal y observe cuánto tiempo puede aguantar su respiración. Descubrirá que con el segundo método, puede aguantar más tiempo que con el primero. Ello se debe sencillamente a que los pulmones y los músculos que los rodean están más relajados. Crear tensión en los pulmones, en la cara, los ojos, la lengua, etc. solo nos puede crear problemas que nos van a dificultar el avance.

        Duración.- Aquí hay que contemplar dos aspectos: el primero, es el tiempo que empleamos para ejercitarnos en los ejercicios de respiración, que tiene que tener una proporción ascendente y gradual según se produzca el progreso. Someter a los pulmones a un trabajo prolongado sin tener capacidad para ello, lo que va a crear son resistencias y tensiones innecesarias, que a buen seguro truncarán la evolución e incluso nos puede causar daño. El segundo, cuando se respire el objetivo es prolongar la respiración lo más posible, -siempre sin tensión-, pero hay que recordar que es distinto prolongar que contener. Para prolongar la mente tiene que estar serena y los pulmones relajados.

        Continuidad.- La respiración debe de ser suave, natural y lo más importante, que no tenga nudos, bloqueos ni retenciones. Cuando dentro de la dinámica de la práctica se produce la retención, el cuerpo se tensa y se bloquea la reacción. Cabe la posibilidad de que exista la retención en algunas prácticas especiales destinadas a un fin en concreto, solo en esos cosos excepcionales y puntuales cabe el retener el aliento.

        Uniformidad.- Hace referencia a que la respiración no se vea afectada por las emociones, tanto positivas como negativas, eso la hace que sea igual bajo cualquier circunstancia en la que estemos. Esto lleva a la mente a un estado de ecuanimidad y serenidad.

        Lentitud.- Inicialmente los movimientos no pueden ser ni bruscos ni rápidos, deberían de ser lentos y continuos, de ahí que se adapten a ese ritmo que marca la respiración, -lenta - suave - fluida - continua-. La excepción es cuando la acción es más activa, entonces el ritmo de la inspiración y de la expiración cambia, que no quiere decir que se abandone la buena fluidez y continuidad.

        Suavidad.- Es el ideal que se busca aunque el cuerpo se mueva a su máxima velocidad, la respiración debería ser suave y continua, -es sumamente difícil hacerlo en pleno movimiento-, lleva muchos años de trabajo y en especial en el papel de uke, ¡eso sí! Si se logra en ese rol, el de tori es mucho más fácil y cómodo. El secreto de la suavidad radica en ejercitarse en continuidad - uniformidad y lentitud, si se consigue desarrollar esos tres elementos, la suavidad viene por si sola.

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        Ki o energía.- La energía es el corazón del Aikido, esto va a marcar la diferencia entre hacer propiamente Aikido o un mero ejercicio acrobático de gimnasia.

        Se dice que sin Ki no hay Aikido, el espíritu sustenta a la mente, pero es la mente la que mueve el Ki y este al cuerpo. Según Tesshu Yamaoka, "Si tu mente es correcta, tus técnicas son correctas" y sigue añadiendo:

        

Sensei Tesshu Yamaoka, (1836 - 1888).

"Si tu mente

no se proyecta

a tus manos,

ni diez mil técnicas

servirán para nada.

Contra el sable de un oponente

no te coloques en guardia alguna,

mantén la mente quieta;

aquí es donde se encuentra

la victoria".

        

        "... La habilidad humana para interpretar la energía se basa en los sentidos para responder a las condiciones cambiantes y produce de manera natural resultados maravillosos. Nuestro cuerpo logra la claridad perfecta sin esfuerzo, y nuestro movimiento se vuelve sumamente sensible. Cuando tu habilidad alcance este nivel, cualquier cosa que hagas fluirá fácilmente y podrás moverte sin pensar".

        Pero ante esto surge una pregunta, ¿cómo se realiza ese trabajo para conseguir el resultado que se menciona en el texto?

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        Resumen:

        Cultivando atención - concentración con la forma correcta, entramos en ritmo ayudados por la respiración, de esta manera se consigue generar la energía que se manifiesta en Kokyu Roku. Digamos que de forma resumida y condensada este es el trabajo sobre la Waza.

Karlfried Graf Dürckheim.

        Estos cinco puntos es lo que compone la parte interna de la técnica, "... La técnica y el Camino pueden ser idénticos. En cuyo caso, el Gran espíritu, -el que actúa-, está integrado en ella, manifestándose en la acción del cuerpo. La fuerza del Gran Espíritu -Ki- sirve a la persona. Aquel en quien el Ki es libre, sabe afrontarlo todo de forma justa, en infinita libertad. En el combate, sin servirse de una fuerza espectacular, su espíritu en estado de conciliación, no cederá ni al oro ni a la piedra".

Ishana Pérez, septiembre de 2010.

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