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Con esta segunda entrega en nuestro boletín Aiki – Publis, completamos el libro de “La Tierra” de Miyamoto Musashi.

        La escuela fundada por Musashi: Nito Ichi Ryu -Escuela de las dos espadas-, o Niten Ichi Ryu -Escuela de los dos cielos-. Tras la muerte del señor Nabunaga en 1582, accede al poder Toyotomi Hideyoshi, quien amplio la separación existente entre los samuráis y el pueblo, introduciendo limitaciones en el uso de la espada larga. A partir de él sólo los samuráis podrán utilizarla, mientras se permitía el empleo generalizado de la espada corta.Musashi, partiendo de si tesis inicial de aprovechar al máximo todos los recursos disponibles en el combate, funda la escuela que define el uso constante de las dos espadas.

Información de Wikipedia sobre Miyamoto Musashi

        Él escribe que el uso de las dos espadas se reserva para cuando el combate se establezca con muchos enemigos, pero a partir de él, se practicó su estilo de esgrima, con una espada en cada mano, que aporta evidentemente enormes ventajas en el combate. Él, sin embargo, nunca usó dos espadas cuando combatió contra un solo espadachín por mas diestro que se mostrara en combate, he ahí la gran paradoja.

El Libro de la Tierra, de Miyamoto Musashi, 2ª parte

        

La escuela de las dos espadas

        Los samuráis, los oficiales y la tropa, llevan dos espadas al cinto. Antiguamente se les llamaba “Espada larga” y la “Espada”. En la actualidad se les conoce por los nombres de la “Espada” y la “Espada corta”. No necesito extenderme más aquí sobre el tema de las dos espadas que acompañan siempre al guerrero. En nuestro país la costumbre es ésta aunque nadie sepa el por qué.

        La escuela Nito Ichi Ryu enseña la ventaja del uso de las dos espadas.

        La lanza y la naginata (la lanza fue un arma sumamente popular, sobre todo entre la infantería, durante el período Moromachi) son las armas que habitualmente utiliza el soldado. Sin embargo, los alumnos de la escuela Ichi de estrategia se acostumbran desde el principio a la espada larga y la espada, llevando una en cada mano. Pues entendemos una gran verdad: que el sacrificio de la vida, que la muerte, ha de ir siempre acompañada del más completo uso de nuestras armas. Y es absurdo no seguir este principio y morir con un arma que no se utilizó yerta a tu lado.

        Si se empuña una espada con ambas manos, resultará difícil manejar libremente a derecha e izquierda, por ello el método que enseña mi escuela se basa en llevar una espada en cada mano. Lo cual no puede hacerse con las armas largas tales como la lanza y la naginata, pero la espada y la espada compañera sí pueden manejarse una con cada mano. Además es incómodo esgrimir una espada con las dos manos cuando se galopa a lomos de un caballo, o cuando se atraviesan lugares escarpados, pantanos, arrozales embarrados, colinas pedregosas o en medio del fragor de las batallas. Emplear la espada con las dos manos no nos conduce por el verdadero Camino: por ejemplo, si se empuña un arco, una lanza o cualquier otra arma con la mano izquierda, quedará libre la derecha, para manejar la espada. Aunque si al guerrero le resultara difícil abatir al enemigo manejando la espada con una sola mano, deberá emplear las dos para conseguirlo.

        No es, sin embargo, difícil manejar la espada con un solo brazo; para ello el Camino enseña que es necesario practicar constantemente con una espada en cada mano. Parecerá difícil al principio, pero al principio todo lo es. Difícil es tensar un arco, esgrimir una lanza; más pronto la costumbre en la práctica dona la fuerza suficiente para conseguirlo. Así, cuando se ha practicado con tenacidad la esgrima con la espada larga se obtiene la fuerza del Camino que posibilita que todo sea cada vez más fácil.

        Como explicaré en el Libro Segundo, el Libro del Agua, no hay Camino rápido en el arte de la esgrima. La espada larga se empleará en espacios amplios y abiertos, la compañera en lugares pequeños y cerrados. Tal es la primera norma que se habrá de seguir.

        De acuerdo con las enseñanzas de la escuela Ichi, la victoria debe alcanzarse tanto con el arma larga como con la corta.

        La longitud del arma no importa, el espíritu es el mismo. Es mejor, en cualquier caso, emplear las dos espadas en el combate, especialmente si se desea capturar vivo al enemigo.

        Tales cosas, sin embargo, no pueden explicarse con detalle. Pero es preciso saber que comprendiendo un ejemplo, se entienden cien mil: para quien presta atención al Camino del guerrero nada escapa a su entendimiento. Mas para ello, es preciso practicar duramente.

        

Las ventajas de conocer el Camino de la estrategia

        Los maestros de la espada larga son conocidos como “estrategas”. Así como en las demás Artes marciales, a los maestros del tiro con arco se les llama arqueros, a los maestros en la utilización de la lanza, lanceros, a aquellos expertos en el tiro con fusil (este arma fue introducida por los españoles y portugueses a mediados del siglo XVI, y en japonés se llama Teppo) se les conoce como tiradores, en el Camino de la espada, a los maestros se les conoce como espadachines, ni se habla de escuelas de espadachines.

        Y esto es así porque los arcos, los fusiles y las lanzas pertenecen al Camino de la estrategia en la medida que constituyen el armamento del guerrero, sin embargo sólo la espada es la base de la estrategia, pues su virtud es tal que únicamente la espada permite al maestro el gobierno del mundo y de sí mismo. Este es el principio más importante. Si se obtiene la virtud de la espada, un solo hombre puede vencer a diez; y diez hombres a cien, y cien derrotar a mil y mil a diez mil. Por ello en el Camino un hombre es igual a diez mil, y la estrategia el arte del guerrero.

        El Camino del guerrero no incluye en el suyo budismo, las tradiciones, la danza o la expresión artística. Pero si se practica el Camino, aunque tales asuntos no formen parte de su esencia, se detectan en todos los actos y en todas las cosas. Cada ser humano debe esculpir su propio Camino.

        

Las ventajas de cada arma en la estrategia

        Hay un tiempo y un lugar para cada arma. Ya expliqué que la espada compañera o corta, ha de usarse, por ejemplo, en lugares pequeños y cerrados o cuando tu oponente te acorrale en algún lugar estrecho. La espada larga es efectiva en todas las demás situaciones.

        La pica es inferior a la lanza en el campo de batalla, con la lanza se puede tomar la iniciativa, es ofensiva, mientras la pica es estrictamente defensiva, y aunque ambas demuestran su grado de efectividad en el combate, ninguna es de utilidad en espacios cerrados y estrechos, ni con ellas se puede controlar prisioneros. Son armas exclusivas para el campo de batalla.

        En cualquier caso si se limita la práctica del Camino a la mera ejecución de las técnicas en el interior del dojo, la comprensión del Camino será estrecha y se olvidará la autentica verdad. En tales condiciones siempre se encontrarán problemas en los combates reales.

        Tácticamente es el arco el arma más fuerte al comienzo de la batalla, fundamentalmente si ésta se desarrolla en amplios páramos, pues con el arco se puede asestar golpes duros y rápidos a la infantería enemiga, aunque se muestra ineficaz durante los asedios a plazas fuertes o cuando las fuerzas enemigas distan más de cincuenta metros de la vanguardia arquera. Por esta razón escasean actualmente las escuelas de arquería, pues existen pocas posibilidades para esta clase de Arte marcial en las batallas.

        Desde el interior de las fortificaciones, el fusil no conoce igual entre las armas de combate. Incluso en el campo de batalla, antes de entrar en el cuerpo a cuerpo, es el arma suprema; pero cuando brillan las espadas cara a cara el fusil se demuestra inútil.

        Una de las virtudes del arco estriba en que se puede seguir la trayectoria de la flecha con la mirada y así corregir la puntería, lo cual no es posible a menudo con las armas de fuego cuyas balas son invisibles. Apreciar la importancia de tal aspecto.

        Del mismo modo que un caballo ha de ser poderoso y resistente, así deben ser también las armas. Como un caballo de paso recio, ha de ser el tajo de la espada y de la compañera: vigoroso. Y así, como el caballo, estarán siempre la lanza y la pica, prestas a atravesar potentes el cuerpo del enemigo. Y el arco y el fusil, como el caballo, tendrán que ser robustos. Las armas deben ser indestructibles, no simples objetos decorativos.

        No ha de tenerse nunca a un arma como favorita. El excesivo conocimiento de una sola arma es tan erróneo como no conocerla lo suficiente.

        No se deberá copiar a los demás. Usa las armas que estén a tu alcance. Tan aciago es para el general como para el soldado amar en exceso un arma como odiar otra. Estas enseñanzas deben ser entendidas profundamente.

        

Sobre el ritmo en la estrategia

        Existe un ritmo para cada cosa, y el ritmo de la estrategia es inalcanzable sin una enorme dedicación a la práctica.

        El rimo es fundamental para la danza y la música, tanto que sin una medida adecuada del tiempo rítmico su desarrollo sería imposible y su ejecución mala. También la cadencia rítmica envuelve inexorablemente a las artes marciales, ya sea el tiro con arco o con fusil, o en la equitación. Cualquier arte o técnica requiere un ritmo particular.

Tras las huellas de Musashi.

        Existe un ritmo incluso que nace del Vacío.

        Toda la vida del guerrero está marcada por la cadencia de un cierto ritmo, tanto en su ascenso como en su declinar; en la armonía y en la discordia. De igual manera existe un ritmo para el Camino del comerciante, que marca su crecimiento económico o su caída definitiva, pues todas las cosas poseen una cadencia rítmica ascendente y otra descendente. Es necesario, pues, ser capaz de discernir entre ellas.

        En la estrategia, por tanto, existen diversos tipos de ritmos, y será necesario realizar algunas consideraciones básicas sobre sus cadencias. Desde el principio se debe comprender que existe un ritmo armónico y uno no-armónico, uno aplicable y otro no-aplicable. Además existe un ritmo amplio y otro breve, y uno rápido y otro lento, y de entre ellos se ha de aprender a encontrar la cadencia personal, a distinguir la que nos hace avanzar y la que nos detiene.

        Tal vez es el corazón del Camino. Será de fundamental importancia conocer el ritmo que nos bloquea, de otra manera el aprendizaje de la estrategia se convertirá en una falsedad inútil.

        En los combates se vence con el ritmo que nace del Vacío, con la cadencia que surge de la inteligencia y con el conocimiento del ritmo del contrario, pues de ese modo se encontrará el ritmo que nuestro enemigo no espere.

        El espíritu de los cinco libros está de modo directo vinculado con el ritmo. Se ha de intentar con fuerza y dedicación entender estos conceptos.

        Si se practica con constancia en el seno de la escuela Ichi de estrategia, el espíritu, de forma natural y por la simple práctica, se ensanchará. Tanto el que se refiere a la gran escala de un ejército, como al de la lucha personal o cuerpo a cuerpo en un combate singular.

        Tal es mi enseñanza, por primera vez expuesta en forma escrita en los cinco libros de la Tierra, el Agua, el Fuego, el Aire, y el Vacío, y éstos los principios del Camino que han de seguir quienes aprenden mi arte de la estrategia:

        1.- Evitar los pensamientos deshonestos.

        2.- El Camino es práctica.

        3.- Que todas las Artes nos sean familiares.

        4.- Conocer el Camino de todos los oficios.

        5.- Saber distinguir las ventajas y los inconvenientes de todas las cuestiones del mundo.

        6.- Desarrollar el juicio intuitivo en el conocimiento de cada asunto.

        7.- Percibir aquellas cosas que no puedan ser vistas.

        8.- Prestar atención al menor detalle.

        9.- No hacer nada inútil.

        Es importante comenzar por situar estos principios en el corazón antes de intentar el avance por el Camino de la estrategia. Si no se posee esta perspectiva general sobre las cosas del mundo, resultará difícil adueñarse de la estrategia. Si se interiorizan y se persiguen estos principios jamás se conocerá la derrota, ni siquiera frente a veinte o treinta enemigos. Antes que nada, pues, será preciso situarte de corazón en el Camino y practicarlo con absoluta seriedad y sin descanso. Sólo así será posible vencer física e intelectualmente en los combates y en la vida, a la vez que se obtiene con la práctica constante el libre control del propio cuerpo. Se vencerá, por tanto, a los hombres con el cuerpo; pero además con la práctica precisa será posible vencer a diez o más hombres sólo con el espíritu. Cuando hayas desarrollado estos conceptos en la práctica, ¿no significará que eres invencible?

        Por otra parte, a gran escala estos principios de estrategia pueden ser aplicados de igual forma a la correcta dirección de grandes grupos de personas, de ejércitos, y será posible con ellos gobernar y favorecer al pueblo, a la vez que se preserva la disciplina y el orden en el mundo.

        Si existe un Camino que dirige al espíritu por la senda de la victoria, de la ayuda a uno mismo y del honor, ese es el Camino de la estrategia.

        El segundo año de Shoho, el quinto mes, el duodécimo día (esto es el 12 de mayo de 1645).

        A Teruo Magonojo.

Shinmen Musashi.

Aiki - Publis del mes de Julio/Agosto de 2013.

        Otros artículos de Miyamoto Musashi en nuestra Web:

          El Libro de la Tierra, de Miyamoto Musashi, 1ª parte.

          El libro del agua, de Miyamoto Musashi.

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