Un editorial del mes de Agosto de 2022. Por el Sensei Ishana Pérez
“Quien a su tiempo descansa, rinde el doble y no se cansa.”
Refrán popular.
En la práctica tan importante es la dosificación de las cargas, como el planteamiento de las recuperaciones a través de los descansos respectivos para evolucionar, de lo contrario no se va a producir el rendimiento en el alumnado. Para ver unos y otros tiene que ser a través del plan anual que el Dojo posea, que también se puede ampliar a un trienio, a un lustro o a una década, todo va a depender del objetivo elegido, bien sea a corto, medio o largo plazo y tanto en la posición de Sensei como del estudiante, cada cual debe planificar y organizar aquello que le corresponde en función de su responsabilidad.
Hay un hecho comprobado y es que las sobrecargas no aportan rendimiento ni conocimiento, todo lo contrario, merman mucho el avance del estudiante, los síntomas son claros y fácilmente detectables cuando un estudiante o el Sensei no tienen en cuenta las recuperaciones en los diferentes periodos de trabajo, porque inmediatamente baja el rendimiento y la asimilación, puede darse estados de irritabilidad, hay una gran apatía para hacer cualquier cosa, se altera el sueño y no se descansa bien, puede incluso haber una perdida de peso resaltable, también hay una alteración de la frecuencia cardíaca estando en reposo, se resiente la falta de atención-concentración en todo aquello que la demanda, el estudiante es presa de una sensación de cansancio grande, tiene una pesadez muscular que le causa un malestar en sentido general, hay una descoordinación en tareas que son simples y que antes las hacia sin ningún problema, la mente suele estar embotada y muy lenta.
Hay que tomarse los descansos muy en serio y máxime si uno ha tenido un año de esfuerzo continuado para adquirir un logro determinado, esto puede ser por el pase de un grado, alcanzar metas específicas con la práctica personal, o seguir el plan de estudios del Dojo que se practica cada día en las sesiones semanales y mensuales, porque de no hacerlo, otras señales de que hemos llegado a nuestro límite es cuando sentimos debilidad muscular, estrés o mucha presión mental, así que con estos estados estamos abocados a las lesiones y por todos es sabido que cualquier traumatismo nos para en seco y es obvio que luego va a ver doble recuperación, la que no se ha realizado por las cargas a las que nos hemos sometido, más la de la lesión y eso va a llevar mucho más tiempo de inactividad obligada.
Otras de las cosas a que nos conduce una práctica intensa sin recuperación, es a una alteración del sistema inmunológico, cambios hormonales junto con perturbaciones psicológicas, todo esto es un cóctel muy peligroso que puede mermar la salud, el buen desarrollo de los estudiantes y perjudicar su cotidianidad en otros campos personales.
El Sensei es el primero que debe de prever en su planificación anual los picos altos en la formación, como los periodos para el descanso y las recuperaciones para sus alumnos, por otro lado, los estudiantes deben de tener muy presente realizar las recuperaciones, porque viéndolo desde una perspectiva fisiológica, el descanso y el reposo es el camino para la reparación de las fibras musculares dañadas en la práctica, la restauración de las reservas del combustible muscular, -el glucógeno entre otros- y, la recuperación de los niveles hormonales esenciales para el funcionamiento corporal normal.
Hay que contar que a la hora de las recuperaciones cada estudiante es distinto, eso significa que hay que tener presente factores como: la edad, la propia biología individual, la intensidad de la práctica durante ese año formativo, porque no es lo mismo un practicante que solo hace las clases oficiales cada mes, que aquel que a eso le suma los seminarios anuales más los intensivos; el cronograma personal, que no es el mismo para un estudiante que solo haga las sesiones semanales, que otro que aparte de las clases habituales estudie un grado más una práctica personal; el estilo de vida que lleve el alumno, porque no es lo mismo para un alumno que en su vida laboral soporte una gran estrés, que aquel que tiene una vida más pausada y relajada. Todo esto hace que unas recuperaciones y otras sean muy variadas y puede que lo que valga para uno no sirva para otro.
El descanso se puede enfocar de forma pasiva o activa, esto va a depender de muchos factores como se han nombrado antes según los compromisos adquiridos, pero en líneas generales todo gira dentro de esos dos elementos, veamos de qué se componen.
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