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Índice de Editoriales 2023
Conocimiento indirecto y conocimiento directo. Hacer ejercicio, practicar o estudiar. El consejo y la acción. No hay práctica a tiempo parcial. La acción como medio de aprendizaje. El descubrimiento y la investigación.
Algo estamos haciendo mal. Los altibajos en la evolución. La enseñanza se debe complementar con acción. Escuchar sin distorsión. La etiqueta con las cosas. ¡Tienes que saber en qué nivel estas!





Editoriales 2023 EDITORIALES 2023    

        

Conocimiento indirecto y conocimiento directo

“Sólo el conocimiento que llega desde dentro es el verdadero conocimiento”

Sócrates.    

        Me pregunto si los practicantes de Aikido reflexionan alguna vez sobre cómo les llega el conocimiento de la disciplina, dado que es importante, no solo para el progreso del aprendiz, si no que tiene una relación directa con la calidad educativa a la que acceden.

        La raíz latina de conocimiento viene de cognōscō, cognōscere, formado por el prefijo "con" (que significa ´todo´ o ´junto´) y gnōscō, gnōscere (´saber, tener noción´), entonces, ante esto podemos decir, que es la acción que generamos para recopilar la información necesaria, con el objetivo de asimilar y comprender nuestra realidad en base a los fundamentos y a la filosofía que sustentan la disciplina del Aikido.

        El conocimiento indirecto es aquel que se obtiene a través de diferentes medios o de diferentes personas, pero no es un conocimiento de primera mano, porque no se tiene un contacto directo con las causas del saber, sino que se hace a través de otros procedimientos.

        Por ejemplo, después de la vacaciones se me ha despertado un interés por el Aikido, porque he visto un vídeo al navegar por la red, así que comienzo a buscar información sobre ello, tanto sobre lo que representa, dónde se imparte, el currículum de los Sensei que están más cerca de mi residencia, pido información al Dojo que más me ha gustado para saber su funcionamiento, llamo a un amigo para que me conecte con un conocido suyo, porque un día me dijo que lo practicaba, de esa manera podré hablar con él y que me explique un poco de qué va.

        Otra parte del conocimiento indirecto, es ya estando dentro del proceso educativo del Aikido, leemos o nos informamos sobre determinados aspectos, tanto externos como internos porque queremos alcanzarlos. Es decir, es una información teórica de algo que se aspira obtener en un futuro a medio o largo plazo, pero que aún no se conoce y no se ha conectado con esa parte de la formación, por esa razón, previamente se hace una recopilación de la información necesaria, para saber de lo que consta y de lo que se precisa para conseguirlo.

        Un principiante debe de hacer un buen uso del conocimiento indirecto en los seis primeros meses de su inicio en el Dojo, con el objetivo de conocer de forma teórica el funcionamiento interno en todos los campos básicos del aprendizaje, por ejemplo, la etiqueta, los elementos técnicos, los temas filosóficos, la nomenclatura del Aikido, etc.

        Si el conocimiento indirecto se establece bien, va a consolidar unos buenos cimientos que traerá consigo una buena educación en un futuro para el alumno diligente. Este tipo de conocimiento tiene una tipología propia, veamos lo más característico para poderlo comprender mejor.

        a) Para poder adquirir este tipo de conocimiento, no es necesario tener un contacto directo con la fuente de donde mana, bien sea sobre el trabajo de alguien, un tema concreto o cualquier otro aspecto de la disciplina.

        b) Si se quiere adquirir a través de personas, se hace a través de terceros, la otra posibilidad es utilizando información precedente.

        c) Es un conocimiento acumulativo, porque son ideas o elementos que ya se conocen y que van a servir para establecer antecedentes con respecto a otros que se quieren alcanzar posteriormente.

        d) Es un conocimiento sistemático, porque crea patrones donde se muestran ideas, formas o elementos conectados a través de nexos lógicos, que pueden ser muy útiles en la formación del practicante.

        e) Es un conocimiento que se considera general, digamos que es el primer impulso que se da para una profundización más amplia a posteriori en cualquier ámbito.

        Es importante conocer el proceso de adquisición del conocimiento indirecto, con el objetivo de poderlo aplicar correctamente en Aikido, es decir, cómo se origina, cómo se encuentra, cómo se busca y cómo se aplica, así que vamos a utilizar una serie de ejemplos para dar una idea más clara.

         Cuando leemos bibliografía relacionada con la disciplina, bien sea para adquirir una información determinada, para motivarnos o para recopilar una información teórica que nos interesa para abordar un objetivo concreto.

        Leer es una de las prácticas que debería desarrollar cualquier aikidoka, para no ser un analfabeto funcional en el Aikido, también ensancha las miras y evita el adoctrinamiento, tanto por parte de formadores, de grupos, como de organizaciones. El leer, el reflexionar y el contrastar lo leído, ayuda mucho a discernir adecuadamente sobre la formación que se está cursando, cuando no se hace, es una muestra de que se llevan orejeras en la formación.

         Como preámbulo cuando se quiere conocer a un determinado Sensei y su trabajo. En estos casos es prioritario informarnos bien antes de que se produzca el contacto personal (conocimiento directo), así ya se lleva el cincuenta por ciento del trabajo hecho y se podrá comprender mejor los planteamientos técnicos, el funcionamiento, la metodología que aplica y la estructura de su planificación que utiliza para su enseñanza ese formador.

        Donde sí o sí hay que hacer este proceso, es cuando se quiere tomar como referente el trabajo de un Sensei concreto que nos atrae o se quiere ingresar en su círculo formativo, más que nada, por si no es compatible con las expectativas que el estudiante tiene sobre su educación.

        De no hacerse ese proceso, casi con toda seguridad que uno se mete en un avispero, se estrelle con una realidad que no deseaba o que se aumente más la confusión que el beneficio que se puede obtener en el desarrollo formativo.

         Cuando tomamos referencias a partir de terceros. Por ejemplo, -siguiendo con el ejemplo anterior-, se buscan comentarios u opiniones relacionadas con ese Sensei y su trabajo.

        Cuantas más sean, más amplia será la visión que se pueda obtener y, valen tanto las positivas como las negativas, así la percepción del conjunto será más extensa y nos ayudará mucho en nuestras decisiones posteriores.

         Cuando revisamos eventos que ya se han realizado. Aquí las memorias que se hagan tanto desde el punto de vista técnico, como metodológico son importantes, porque nos acercan al sistema de funcionamiento que poseen en ese Dojo, como el procedimiento que emplea ese Sensei en sus clases. No debemos olvidar el aspecto de la relación lúdica que se tiene dentro de esa comunidad, ¡eso también cuenta mucho!

        Si por un casual, no encontramos ninguna referencia bien sean positivas o negativas en la red sobre las actividades realizadas por un Sensei o por un determinado colectivo, tanto sobre su Kihon, sobre su metodología, sobre su estructura organizativa como funcional, si yo fuera ustedes, no me molestaría en seguir buscando más sobre ese formador y su entorno, porque eso es un aviso de peligro.

         Cuando usamos experiencias ajenas previas. Que es cuando nos entrevistamos con practicantes que hayan visitado a ese Sensei y a ese entorno o ya algo más directo, sería hablar con algún miembro de esa comunidad.

         Hay que obtener la información que se busca a través de diferentes fuentes. Es bueno documentarse por varias vías, y no depender de una sola, porque el gran problema que existe con el conocimiento indirecto, es que hay que CUIDARSE MUCHO de que sea veraz, de calidad y que contenga rigor, porque de no hacerlo, estamos abocados a encontrarnos con mucha desinformación, muchos desengaños que nos llevan a muchas desilusiones y a grandes perdidas de tiempo.

         Tener en cuenta las referencias que aportan tanto medios, como personas que ya poseen un prestigio acreditado sobre el tema. “Puede costar toda una vida labrarse una buena reputación, pero solo se precisa de un instante para perderla” Sensei Christian Tissier. Esa es la garantía que tenemos sobre la información que podemos obtener de éstas fuentes fiables, bien sea a través de medios o de personas, porque si hacen alusión, mencionan a alguien o dicen algo sobre un asunto concreto, ya se cuidaran ellos de que lo que manifiestan es correcto y cierto.

        Esto allana mucho el trabajo recopilatorio sobre la información del conocimiento indirecto, así que para no perder mucho el tiempo, lo más aconsejable es comenzar localizando las fuentes más fidedignas para adquirir la información que se precisa.

        Como se puede apreciar, el conocimiento indirecto es una parte importante dentro proceso educativo en el Aikido, el cual hay que saberlo gestionar y administrar, tanto antes de comenzar, en los inicios, como cuando ya se está dentro de la formación, porque en todos los casos es de una gran utilidad.

        El conocimiento directo es aquel que se obtiene cuando el sujeto a través de la interacción con el objeto cognoscible obtiene una experiencia directa y el medio para ello es utilizando todos los sentidos corporales.

        En nuestro campo del Aikido, cuando el Sensei explica en el centro es un conocimiento indirecto, pero desde el mismo momento que se copia, se imita y se repite lo que ha mostrado y teniendo en cuenta lo que ha dicho, ya pasa a ser un conocimiento directo, porque lo que se hace es obtener una vivencia de eso que fue transmitido en la explicación general.

        Es un tipo de conocimiento imprescindible para obtener realización dentro de la disciplina, sin él, el “aikidoka” será un charlatán que dice cosas que solo se fundamentan en una teoría o que ha visto en algún lugar sin ninguna vivencia personal (conocimiento indirecto).

        Hay una serie de características que definen al conocimiento directo, como pueden ser:

         Es objetivo. Nos pueden hablar o podemos recopilar mucha información a través de la teoría o de lo que nos dicen otros practicantes, pero como no se obtenga la experiencia directamente nunca se podrá concretar en nosotros, de ahí la importancia de la práctica diaria para poder vivir los principios del Aikido a cada instante en primera persona.

         Se basa en la experiencia. Puedes estar viendo vídeos en YouTube veinticuatro horas durante media vida, pero como no te enfundes el Gi y sudes la gota gorda, nunca entenderás como funciona y como se siente Ikkyo, Shihonage, Iriminage, Kokyunage, el Time, el De-ai, Masakatsu Agatsu...

         Es un conocimiento simple. Dado que es inmediato y natural, porque se utiliza el cuerpo y los principios de la disciplina como vehículo para aprender y donde no debe mediar el razonamiento limitante cuando estamos en la acción técnica.

         Es preciso. Al desarrollar los distintos sentidos y al ir perfeccionando cada uno de los principios, eso nos lleva a ser muy minuciosos, que poco a poco nos va conduciendo a la concreción de los actos y a la precisión en la ejecución técnica.

         Es verificable. Es decir, se puede comprobar y demostrar en cualquier momento, esto nos lo aporta el estudio, la copia, la repetición y la investigación sobre todos los contenidos que componen la disciplina. Desde el mismo momento que no es verificable, es que ya se está haciendo una coreografía o un teatro y, por lo tanto, ha dejado de ser Aikido y Budo.

        Un aikidoka que no pueda demostrar lo que va aprendiendo según va pasando de nivel en nivel, tanto externa como internamente, ¡no hace Aikido! Hará otra cosa que él llama “Aikido.” Eso se ve muy bien cuando se ostenta un grado pero no se da la talla, entonces las preguntas son: ¿cómo es posible que ese practicante no pueda demostrar lo que exhibe? ¿De qué le vale? Y, ¿para qué lo quiere?

         Llegado un punto, no se requiere de antecesores ni de terceras personas como transmisores del saber o de la experiencia. Esto es cuando se llega a los estadios de Ri o de Kitai, que es cuando el Aikido es propio de aquel que lo ejecuta y lo vive aquí y ahora.

        Es un estado de realización plena, que el practicante ya no es el practicante, es el mismo Aikido, porque está desprovisto de toda dualidad. Cada vez que se practique y se vaya ascendiendo de estadio en estadio, el objetivo es irse estableciendo en ese estado de Ser, que en realidad es nuestro verdadero estado natural aunque de momento no se sea consciente de él. Las fases por las que pasan los practicantes en su educación, -siempre y cuando se siga el Camino correcto ¡claro está!-, son para purificar la mente y realizar un acercamiento a nosotros mismos, para desmontar la identificación con el sujeto que no es real por las identificaciones que se reafirman cada día.

        Esto es inalcanzable para aquel que solo piensa el luchar y vencer, para el que ve la disciplina de forma mercantilista, para el que piensa en Aikido como una actividad lúdica o terapéutica, o para el otro que está atrapado en buscar la mejor manera de retorcer cuellos y articulaciones.

        El conocimiento directo e indirecto también contiene un aspecto de tiempo y de espacio. Tiempo es todo lo relacionado con los periodos que depende del propio practicante: la duración que tienen los niveles o los grados, los lapsos que se precisan para llegar a unas metas concretas, las etapas de estudio y de maduración que se requieren para establecerse en las distintas fases de la formación, etc. Espacio es todo lo que depende de otros, los espacios para desarrollar la enseñanza que se recibe, las metodologías que se emplean, las planificaciones que nos facilitan el irnos superando día a día, etc.

        Como dice Miguel de Cervantes, “El que lee mucho y anda mucho, ve mucho y sabe mucho,” consejo que se deberían aplicar las nuevas generaciones de aikidokas, esto sería una manera de poner en practica el conocimiento indirecto y el conocimiento directo, también sería una buena manera de no encarcelarse en ideas y en formas de hacer restrictivas. No debemos olvidar que el Budo y por tanto el Aikido, le debe mucho de su desarrollo a los practicantes que hacían Musha Shugyo, que según mi criterio vivencial como formador y practicante, llegado el momento optimo, es una asignatura obligatoria para que cualquier estudiante madure y se establezca sólidamente en la disciplina.

Ishana Pérez, Diciembre de 2023.

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Hacer ejercicio, practicar o estudiar

“Con buenas palabras se puede negociar, pero para engrandecerse se requieren buenas obras"

Lao-tsé.    

        Muchos practicantes no tienen claro los conceptos de hacer ejercicio, practicar o estudiar para transitar por el Aikido, digo más, si se fuera consciente de lo que representa cada una de esas palabra, con toda seguridad que el resultado para afrontar la disciplina sería muy distinto, es decir, hacer propiamente Aikido o algo muy diferente a él.

        Las palabras surgen de sentimientos internos, luego se concretaran en acciones, de ahí que es importante que se sepa lo que representan para no estar haciendo lo que no se pretende. Es como cuando en el mundo del Aikido, no se tiene clara la diferencia entre practicar y entrenar, que como es obvio, una u otra actitud trae consecuencias diferentes.

        La diferencia más elemental entre hacer ejercicio, practicar o estudiar, es que en el primer caso todo se focaliza sobre el cuerpo para adquirir cierta habilidad, es posible también que se oriente para buscar una mejora de la salud, aplicar una técnica con cierta pericia o desarrollar una figura estética. Cuando se enfoca la disciplina de las otras dos formas atendiendo a la filosofía y a los principios de los que consta el Aikido, la orientación es bien distinta, porque se busca una trascendencia al ejercitar el cuerpo, junto con el adecuado trabajo mental para tomar consciencia de nuestro Ser, pero vamos a verlo de forma separada para que se aprecie bien los distintos significados, junto a los diferentes matices que hay entre ellas.

        Hacer ejercicio en Aikido es venir al Dojo a sudar sin ninguna otra pretensión, es una actividad que se ejecuta de forma inconsistente, sin método, sin planificación y sin retos a conquistar dentro del Kihon (en el supuesto que se tenga éste compilado) en un espacio temporal predefinido con anterioridad. Se puede considerar que el alumno trabaja sin orden y se busca una sensación lúdica, una satisfacción personal o una interacción social, más que una formación en los principios y en la filosofía que sustenta la disciplina.

        El ejercicio es un conjunto de movimientos corporales que se realizan con la intensión de mejorar la condición física, porque una “máquina” que no se utiliza habitualmente, está claro que se va a oxidar muy pronto, con los consiguientes problemas que va a ocasionar sobre la salud del individuo.

        Esto nos lleva a contemplar otros aspectos, como es distinguir entre una actividad física, el hacer unos determinados ejercicios o la practica de un deporte, bien sea de forma profesional o como aficionado.

        Una actividad física es un conjunto de movimientos que se hacen con el cuerpo, donde se producen contracciones musculo – esqueléticas que conlleva un consumo de energía, bien si se está realizando una actividad en movimiento o se está en reposo.

        Por ejemplo, dar un largo paseo, subir y bajar una escalera, cultivar un huerto particular por mero entretenimiento, realizar la limpieza de casa cada semana, navegar por internet, etc., está claro que cada una de éstas actividades tienen un gasto de energía superior a otras, pero lo que no podemos decir, es que esto es hacer ejercicio. Siempre me ha llamado la atención que muchas autoridades sanitarias llamen a caminar hacer ejercicio, eso es un error de concepto garrafal, ¡ahora bien! Que es una buena alternativa al sedentarismo del sofá, ¡cierto! Pero no es hacer ejercicio.

        Para que se entienda bien lo que quiero expresar, en el Dojo no se puede llamar práctica a limpiar y realizar los preparativos para comenzar las clases, que es una parte de la educación, ¡es verdad! Pero no es realizar Keiko.

        Hacer ejercicio es una actividad física que está planificada y estructurada. Eso implica la repetición de determinados movimientos durante un tiempo concreto y lo que se pretende es mejorar los componentes básicos de la condición física.

        Las motivaciones son tantas como personas que realizan ejercicio, cada cual persigue objetivos diferentes según sus intereses. Si se quiere hacer ejercicio de verdad, hay que buscar qué tipo de ejercicio se quiere realizar y que vaya acorde a la condición y a los gustos personales que se tienen actualmente, porque es una completa locura ponerse ropa deportiva y comenzar a zurrarse sin consciencia ni conocimiento, eso en vez de mejorar nuestro estado, lo que va a hacer es empeorar la salud del cuerpo.

        Así que hay que planificar bien lo que se va a realizar; ver las distintas intensidades junto con los volúmenes de carga que se van a afrontar de forma progresiva; la frecuencia con la que se van a realizar los entrenamientos; los tiempos, tanto globales como con las distintas series que se realicen dentro de cada apartado.

        Si no se sabe cómo afrontar dicha empresa, hay que recurrir a profesionales cualificados que guíen, asesoren y aconsejen, de esa manera se podrán lograr las metas que se hayan marcado cada uno con su cuerpo.

        Como se puede observar, hay cosas comunes con el Aikido bien hecho, esto es: planificación, metodología y buen asesoramiento. Personas que ingresen en un Dojo con estos perfiles mentales construidos previamente al hacer cualquier tipo de ejercicio, está claro que su progreso va a ser ascendente, porque ya vienen con hábitos y valores que fácilmente se pueden importar a la disciplina y que van a catapultar su educación.

        El caso opuesto, son todas aquellas personas que no tiene una disciplina personal incorporada (física y mental), como los perfiles que se han nombrado, así que lo primero que hay que construir son esas conductas de las que se carece y después volcarse en la educación que el Aikido les ofrece. Porque construir una enseñanza sobre esas bases que no se tienen, es como edificar una casa en un lugar que tenga arenas movedizas, está claro que antes de que se ponga el primer techo se va a derrumbar.

        Realizar un deporte es una actividad sujeta a reglas o normas y que precisa de un entrenamiento previo, porque su objetivo principal es competir y como es lógico ganar, bien sea en un terreno profesional, aficionado o lúdico.

        Otro dislate cometido por muchos practicantes y autoridades, es equiparar al Aikido con un deporte por el mero hecho de tener una actividad física. Esto a parte de no querer informarse (en el caso de los practicantes) o de preguntar para documentarse adecuadamente (caso de las autoridades), es atentar contra el corazón mismo del Aikido.

        El Aikido nunca podrá ser un deporte porque iría contra sus fundamentos, comenzando con el significado de los propios kanjis que lo componen, más la filosofía que le da la vida. Aunque en un futuro no me extrañaría que cualquier organización internacional tuviera la tentación de convertirlo en un deporte olímpico, que de hacerse estaría claro lo que se persigue: poder y sometimiento de los practicantes a su voluntad e intereses y hacer un negocio de ello tirando por la borda a la tradición. Pero lo que me interesaría saber en el supuesto de que se diera ese paso, es cómo se lo van a vender a sus asociados para poderles convencer del cambio.

        Por otro lado, están los precedentes que hay con Tomiki Aikido, que es una muestra clara de la degeneración a la que se puede llegar cuando se hace el Aikido de forma competitiva, también hay que contar con la mutilación técnica a la que se le sometería. Bajo mi óptica y realizando una comparación en positivo con otras disciplinas que abandonaron el Budo para convertirse en deporte de competición, está claro que de hacerse un planteamiento para hacer del Aikido una lucha para rivalizar entre practicantes, éste saldría muy menoscabado y ya sería otra cosa muy, muy distinta.

        Practicar se considera a la acción que se lleva acabo para desarrollar la aplicación de determinados conocimientos. Por ejemplo, cuando el Sensei muestra lo que hay que hacer, bien sea en una clase, en un seminario o en un intensivo y los estudiantes observan, copian, imitan y repiten, tanto para integrar como para perfeccionar un principio o cualquier otro aspecto del Kihon.

        La práctica bien sea colectiva o personal, no solo es un refuerzo constante sobre lo aprendido, sino que permite descubrir nuevos conocimientos, los cuales son imposibles que se revelen al estudiante que solo estudia la teoría. Un aikidoka que no contemple esos dos tipos de práctica dentro de las que ya posee la propia disciplina, va a frenar su educación constantemente, ¡diría más! De no hacerlo habrá estadios que no podrá alcanzar.

        En cada Budo hay diferentes tipos de prácticas, siempre encaminadas para que el estudiante se supere y avance en su educación. Aquí lo que me pregunto, es si un estudiante de Aikido hace uso de todas esas herramientas que tiene a su disposición o solo se limita a rodar un día sí y otro también por el tatami, porque cada tipo de práctica está animada con una exigencia determinada, con una energía que la envuelve, tiene una intensión específica que la guía y donde se persigue un objetivo concreto al ejecutarla de esa manera particular.

        Porque no es lo mismo el asumir un tipo de práctica para alcanzar o estabilizarse en un determinado nivel o estadio, que las que se hacen en una estación con mucho frio o con mucho calor, los retos son diferentes, aún haciendo el mismo planteamiento técnico en todos los casos.

        Estudiar en Aikido se considera ejercitar el cuerpo y la mente acompañados por el entendimiento para alcanzar y aprehender los principios a través de un esfuerzo continuo y constante. Esto es fácil de comprender cuando los alumnos se enfrentan solos al Kihon, para ver los diferentes detalles que componen cada uno de los principios junto con la exigencia que poseen los distintos niveles de la formación, luego, esto se acompaña con una manera de hacer de forma continuada, sin cortes, sin dudas ni indecisiones al pulir esas especificaciones y, por último, que se puedan realizar las acciones sin pensar teniendo una libertad plena para actuar en el espacio.

        Por otro lado, dentro del estudio está el aprender, que es cuando se adquiere y se prende el conocimiento de los distintos fundamentos, al igual que las diferentes habilidades que van a ser compañeras de los valores y de las actitudes, tanto física como mentales. Todo esto se hace a través de la experimentación personal, guiado por las directrices que aconseja la tradición y el Sensei responsable de la formación.

        Muchas personas pueden practicar Aikido y no aprender nada porque no estudian; hay otros que pueden estudiar, pero no son capaces de aprender nada porque no integran; así que para aprender Aikido, a parte de practicarlo y estudiarlo, hay que incorporar los elementos que fundamentan el aprendizaje.

        Para poder desarrollar la práctica, el estudio y el aprendizaje, hay que hacerlo a través de procesos que nos conduzca hacia la realización de la disciplina, uno de esos procedimientos puede ser.

        Utilizar correctamente el pensamiento.- Lo primero que habría que definir es, ¿qué es el pensamiento en Aikido? Sería la capacidad que va desarrollando el estudiante a través del cultivo de los procesos cognitivos según va avanzando en su transformación educativa. Esto a su vez forma representaciones e ideas en su mente, que le permite relacionar las distintas facetas que componen la formación, ayudado claro está, por estímulos tanto externos como internos.

        Hay que precisar que el pensamiento hay que utilizarlo al principio y en medio de la formación, porque en los estados avanzados hay que suprimirlo para que se manifieste la Realidad.

        Eso quiere decir, que en los comienzos es capital hacer un buen uso de él, pero, ¿cómo se hace eso? La respuesta es bien simple, aprendiendo a usar los diferentes tipos de pensamientos para la mejora del rendimiento del estudiante, veamos cuáles son:

        Pensamiento analítico, es un tipo de pensamiento adecuado para comprender la realidad del practicante, como solventar sus problemas a lo largo de su formación. Esto se hace dividiendo en distintas partes la cuestión en sí, para una mayor comprensión o dar solución a un obstáculo que aparezca en su camino, éstas partes son:

        ¿Por qué? Es la razón o la causa de las cosas. La razón se utiliza como habilidad para reconocer conceptos y para cuestionarlos con el objetivo de inducir o deducir otros diferentes que ya se conocen.

        ¿Dónde? Representa el lugar en el que hay que hacer hincapié, también donde se tiene el problema o localizar la clave para dar un salto en la superación.

        ¿Cuándo? Es el aspecto de la temporización de las cosas en cualquier campo de la formación, porque el no concretar, significa que va a hacer aparición la desorientación, el alejamiento de los objetivos marcados y la tan temida inercia en el aprendizaje.

        ¿Qué? Representa la concreción y la conducta correcta para abordar las cosas, bien seas deseos, pensamientos o acciones.

        ¿Quién? Hace referencia tanto al formador, a los compañeros como al propio practicante.

        ¿Cómo? Es la forma de afrontar las cosas, es decir, tanto el método, la estrategia como el talante, bien sea global o particular.

        ¿Cuánto? Hace referencia a la cantidad en un sentido general. Puede referirse al tiempo necesario para alcanzar un logro, el esfuerzo que hay que dedicar para llegar a un determinado estadio o la inversión económica que hay que hacer para seguir ampliando la formación.

        ¿Para qué? Es la capacidad de entender lo que se está haciendo, que tiene una relación directa con la focalización en cada uno de los objetivos hasta llegar a la meta establecida de antemano.

        Cualquier practicante que haga uso de éstas 8 cuestiones dentro del pensamiento analítico, no habrá dificultad que se le resista y va a solucionar cualquier problemática en muy poco tiempo.

        Pensamiento crítico, es la capacidad de analizar y evaluar la coherencia de los razonamientos. Una de las cuatro partes que componen el aprendizaje en Aikido es la imitación, con esta forma de pensamiento se debe analizar esa parte del proceso, tanto desde el punto de vista del alumno, de la técnica, como los comportamientos de todos los implicados en el aprendizaje.

        Si se quiere una definición aún más clarificadora y totalmente aplicable a la educación en Aikido, la encontramos en Francis Bacon cuando afirma: "El pensamiento crítico es tener el deseo de buscar, la paciencia para dudar, la afición de meditar, la lentitud para afirmar, la disposición para considerar, el cuidado para poner en orden y el odio por todo tipo de impostura."

        Pensamiento creativo, es la capacidad y la habilidad que debe de desarrollar un estudiante para encontrar soluciones originales e innovadoras a sus problemas durante su formación, al igual que el ampliar los nuevos conceptos e ideas que vaya integrando o ser capaz de combinarlos y relacionarlos entre sí.

        Un alumno que no posea un pensamiento creativo, se le hace muy cuesta arriba adquirir una buena formación y desarrollarse en la disciplina. El proceso mental del pensamiento creativo se relaciona con la curiosidad para escrutar y poder saber más sobre la disciplina; la exploración para aumentar el caudal de conocimientos que ya posee o los que pretende alcanzar; la flexibilidad necesaria para poder manejar técnicas, conceptos y principios de una forma rentable y eficaz y, por último, poseer la valentía para poder adentrarse en todo ese proceso sin miedos ni inseguridades, ¿te atreves aplicarlo?

        Pensamiento interrogativo, es la disposición que posea un alumno para autointerrogarse sobre su educación. Es una parte del razonamiento y que tiene mucha relación con el pensamiento analítico.

        Un practicante que no utilice y no trabaje con éste tipo de pensamiento, es muy conformista y poco exigente consigo mismo como con su formación. Aquí caben todos aquellos que se dejan arrastrar por una tendencia, por una moda, por una corriente o por un carisma sin interrogarse sobre su proceder.

        Utilizar correctamente el pensamiento, es clave en los diez primeros años de la formación de cualquier aikidoka. Cuando un alumno no utiliza ningún tipo de pensamiento para apuntalar su progreso y el dominio de los principios de la disciplina, es alguien que está atado a un palo y dando vueltas alrededor de él constantemente o se está autoengañando.

        Utilizar correctamente el razonamiento.- Que es la facultad que deben desarrollar los alumnos para sobreponerse a las dificultades que salen a su encuentro. Hay que contemplar que cuando se utiliza, debe de llevar al estudiante a sacar conclusiones para poder instruirse en base a las acciones emprendidas, estableciendo conexiones causales y lógicas entre ellas dentro de su proceso educativo.

        Es como antes con el pensamiento interrogativo, el que no haga un buen uso de él, es muy fácil que se pierda por el camino sin haber profundizado nada en la disciplina.

        De todos los tipos de razonamientos, para la progresión en la disciplina nos interesaría cuatro:

        El deductivo, que es es un tipo de argumento en que una premisa general conduce a una conclusión específica. Muy necesaria su aplicación en cualquier parte de la formación de base y, la razón es muy simple, porque va de lo general a lo particular. Tengo la creencia de que muchos aikidokas no evolucionan porque no hacen un buen uso del razonamiento deductivo y, eso no solo les dificulta aprehender un principio, sino que les va a entorpecer el relacionarlo con otros con el objetivo de ver las cosas que tienen en común, como las distintas diferencias que presentan entre sí.

        El siguiente es el inductivo, que es opuesto al deductivo. En la argumentación inductiva, la premisa surge de la experiencia o de la observación de casos ya probados y, por ende, siempre es verdadera. Cuando el alumno observa en la explicación central la aplicación de un principio, es una muestra tangible de que ese asunto ya ha sido probado con anterioridad y que funciona de esa manera y bajo esas condiciones, ¡así que es cierto! Solo se tiene que limitar a copiarlo, imitarlo y repetirlo hasta llegar a comprobar por sí mismo su veracidad.

        La complejidad para el practicante en cualquiera de los roles con el razonamiento inductivo, nace cuando no es ordenado para hacer, cuando no se ajusta fielmente al modelo mostrado, cuando quiere hacer uso del pensamiento creativo sin tener los conocimientos previos para poderlo aplicar con rentabilidad y cuando no tiene la inquietud para progresar.

        El abductivo, que es un tipo de razonamiento que a partir de la descripción de un hecho o fenómeno ofrece llegar a una hipótesis, la cual explica las posibles razones o motivos del hecho mediante las premisas obtenidas. Este tipo de razonamiento se aplica mucho cuando el alumno se adentra en la fase de Ha . Digamos que Ha es el primer encuentro con el razonamiento abductivo de forma plena, luego lo va a necesitar cada vez que el alumno investigue un principio no tangible, como por ejemplo, Takemusu Aiki, porque después de la hipótesis debe de hacer acto de presencia la vivencia de lo investigado a través de la práctica continuada.

        El intuitivo, es un tipo de inteligencia no lineal y que no se basa en la lógica. Se apoya mucho en las percepciones que el estudiante va desarrollando a través del cultivo de sus capacidades internas y como antes con el abductivo, en los estadios altos es clave para poder comprender realidades no físicas. Hay que recordar que este tipo de razonamiento es rápido, automático, no consciente, basado en la experiencia y es subjetivo, dicho de otra manera, si no se está en él, es imposible que los demás puedan comprender lo que les dices o les muestras, pueden aspirar a ello, pero hasta que no lo desarrollen no tendrán la certeza clara de lo que les quieres transmitir. Aquí cobra una importancia clave la repetición y la confianza de lo que se hace hasta que hace aparición la vivencia.

        Si se observa con atención el proceso del razonamiento en la disciplina, va de lo tangible a lo no tangible, es como la técnica, primero se entra en ella, después la hacemos nuestra, para acto seguido salir de ella y finalmente ya no hay forma, es decir, se hace patente el Takemusu Aiki.

        Saber adaptar los contenidos de la disciplina a la subjetividad personal.- Cuando se muestra en medio del tatami, se hace de forma general y para todo tipo de mentes que estén en ese momento observando la demostración. Así que cada practicante va a determinar su propia realidad, por medio de esa observación tal y como la percibe, luego la tiene que adaptar a su subjetividad, pero sin perder ni el modelo que le dan, ni el espíritu que la anima.

        De hecho, el proceso evolutivo del estudiante es curioso como se desarrolla, porque primero se tiene que olvidar de la parte de él que es disruptiva y que le dificulta su progreso para integrar el modelo que le dan sin perder su identidad subjetiva. Cuando la forma que le han entregado la hace propia, ahora ya no es que sea suya o sea él como sujeto, ¡es que es la forma misma! Y, para para poder seguir avanzando y aún rizar más el rizo, tiene que renunciar a donde ha llegado para ir más allá, ¡tremendo verdad! Pero así es el proceso educativo en el Budo y lleva siglos funcionando con éxito en multitud de disciplinas, las cuales todas tienen en común dicho proceso.

        Pero como no se puede comenzar por el final, lo primero que se tiene que hacer es ir integrando progresivamente cada una de las técnicas, cada uno de los ejercicios en la realidad individual, con el fin de echar andar el proceso y así irse sumergiendo en la senda que ella misma conducirá al estudiante a lo más alto de la cima, ¡siempre y cuando él no se salga de ella, claro está!

        Desarrollo de los procesos cognitivos.- La cognición es la facultad que debe desarrollar cada aikidoka para procesar la información y el conocimiento que va adquiriendo en el transcurso de su formación.

        El desarrollo de los procesos cognitivos va a permitir interactuar y conocer mucho mejor la técnica, el medio, los métodos y las demás herramientas que se utilicen en la formación. Esto está bien explicado en el texto: ¿Qué logros has conseguido en un año de práctica? Para los que quieran ampliar más dicha información.

        Creo que ha quedado bien fundamentado las diferencias que hay a la hora de abordar el Aikido haciendo ejercicio, practicando o estudiando. Si a pesar de eso, aún no se tienen claros estos tres conceptos, entonces recomendaría a esa persona que hiciera otra cosa, porque va a perder su tiempo y sus recursos en el Dojo. Como dice John Locke, “La mejora de la comprensión tiene dos fines: primero, nuestro propio aumento de conocimiento; en segundo lugar, para permitirnos entregar ese conocimiento a otros.”

Ishana Pérez, Noviembre de 2023.

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El consejo y la acción

“No hay cosa más fría que un consejo cuya aplicación sea imposible”

Confucio.    

        Hay cuestiones que hay que reflexionar muy seriamente cuando se imparte la enseñanza:

        ¿Se deben de dar consejos a los estudiantes?

        ¡Yo creo que sí! Más cuando muchos escritos de la tradición en el pasado están en forma de aforismos, con los cuales nos hemos educado los que ahora afrontamos la docencia.

        ¿Son necesarios para el proceso formativo?

        Pienso que son indispensables, porque no solo contiene la experiencia viva y el bagaje del Sensei que los trasmite, sino de toda una tradición que hay detrás de él.

        ¿A quienes se le deben de dar o no los consejos?

        El dar o no recomendaciones va a depender de dos factores: la actitud y el nivel de maduración al que haya llegado el alumno en su proceso de aprendizaje. Los consejos cuando se dan tienen que ser prácticos dentro de la instrucción, con el objetivo de que se pueda experimentar la enseñanza que contienen, porque de lo contrario serian unas recomendaciones moralista sin ninguna practicidad para el alumno.

        En cualquier nivel de la evolución del practicante, la actitud correcta va a ser el terreno fecundo donde el consejo se va a enraizar y va a florecer, porque de alguna manera el estudiante se encuentra “preparado” para recibir eso que le hará despertar, consolidarse o tomar consciencia de una realidad que aún desconoce, pero que de alguna manera ya podía vislumbrar o intuir.

        Por otro lado está el nivel de maduración del discípulo que se tienen a cargo, aquí no solo es deber darlos, si no que se hace imprescindible hacerlo, porque el alumno llega a un estadio donde se hace necesario que lo consolide y se consolide, por eso me he referido antes a los aforismos o Doka de la tradición, que se pueden dar esos u otros fruto de la experiencia del Sensei que instruye.

        No se debe de dar consejos a quienes no tienen la actitud adecuada, ni tampoco a aquellos que están encallados y no hacen esfuerzos por progresar. Las razones son bien simples: se va a perder el tiempo, se va a despilfarrar la enseñanza y tampoco va a servir para nada, porque con toda certeza que a quien se le dan, no los van a entender y tampoco les van a dar valor.

        Esto nos lleva a otro punto crucial por parte del Sensei, esto es, que debe de estar muy atento, tanto para cuando hay que entregarlos, como cuando no hay que sugerirlos. Es un ejercicio de atención – concentración sobre el proceso evolutivo de sus alumnos, por otro lado, no hay que olvidar que él es el depositario de la enseñanza y es su deber transferirla a los recipientes más adecuados para que siga transmitiéndose de generación en generación.

        Llagado a este punto y como no puede ser de otra manera dado el título de esta editorial, voy a dar una serie de consejos a los practicantes de Aikido, en especial aquellos que son noveles. Éstas recomendaciones están bajo mi subjetividad y experiencia como practicante - enseñante y la intensión es que les sean útiles a los que las lean y las pongan en practica.

        Son las siguientes:

         No basta con tener capacidades.- Últimamente me encuentro en la nuevas generaciones a personas muy talentosas, con mucha capacidad de asimilación y con una gran proyección, quiero decir, donde antes un alumno normal tardaba seis meses o un año en asimilar determinados elementos de la educación, las generaciones nuevas lo hacen en un mes o en un trimestre.

        Esto desde el punto de vista del formador es maravilloso, pero como en todo, llega un momento donde ya hay que arremangarse y ponerse manos a la obra, porque los contenidos se vuelven más complejos o hace aparición las exigencias que marca la propia disciplina. Por ejemplo, en un trimestre puede rodar bastante bien un alumno novel con talento e incluso puede llegar un punto donde esté preparado para comenzar con determinados ejercicios preparatorios para empezar a volar, pero ese nivel de Ukemi tiene su propio peaje el cual hay que abonar, que puede ser el superar determinados miedos o inseguridades, que si el alumno no lo consigue apuntalado con sus talentos, está claro que va a sufrir un frenazo momentáneo.

        Otro caso puede ser en el desarrollo del plan de estudios. En los primeros niveles puede que se vaya muy bien porque los contenidos son simples y pocos, pero ya cuando se afronte la tercera fase y de ahí en adelante, hay que ponerse a ello seriamente si se quiere progresar independientemente de la aptitud que se posea.

        Cuando llegan éstas rampas a los alumnos talentosos, lo primero que tienen que hacer es no desilusionarse, porque después del día viene la noche y después de ésta hay un nuevo amanecer. Cada día de práctica se deben de concentrar en vencer eso pequeños obstáculos, que muchas veces son más mentales que físicos y buscar esas pequeñas satisfacciones que dan impulso en los pequeños logros en los que se estén trabajando, ya lo dijo Bruce Lee en su momento, “Todos tenemos tiempo para aprovechar o para perder y es nuestra decisión qué es lo que hacemos con él. Pero ten en cuenta que una vez pasado, jamás se recupera.”

         Hay que encontrar las motivaciones adecuadas para progresar en la práctica.- Es la clave del asunto, cada cual puede tener las suyas propias, que se deben de ir reafirmando según se vaya avanzando en la educación y con toda seguridad que con el tiempo se irá cambiando de perspectiva según se profundice en la disciplina.

        Con las motivaciones solo podemos encender el contacto de nuestra intención, pero luego necesitamos el orden y la disciplina para ponernos en marcha y así poder progresar. Por mucho que se mire para encontrar otra manera de afrontar la instrucción, no la hay, ¡ese es el gran secreto!

         Hay que encontrar el método apropiado que vaya acorde con la personalidad del estudiante.- En este punto solo hay que aplicar el sentido común, porque no todo vale para todo el mundo, cada cual debe buscar el mejor procedimiento que le ayude a desarrollarse. Que inicialmente esto va a suponer un esfuerzo adicional para el estudiante, ¡por su puesto que sí! Pero en un futuro cercano, las ruedas de ahora se convertirán en alas que transportaran bien lejos y bien alto a quien posea un procedimiento acorde a su estructura mental, hay que tener presente, que no le ocurrirá lo mismo a quien no lo posea.

        Lo que no puede ocurrir es estar empantanado y no saber para donde tirar día tras días y práctica tras práctica. Por otro lado, es responsabilidad de cada Dojo el facilitar distintas herramientas para ser usadas por los distintos perfiles mentales de sus miembros, para así rentabilizar aún más su formación.

         Es importante encontrar una forma propia de aprendizaje.- Teniendo ya el caudal básico por donde discurrir (el método general), ahora toca encontrar nuestra forma particular para aprender, ésta tiene que ser lo más eficiente posible para integrar los contenidos que hay que asimilar en cada nivel de la formación. Hay alumnos que tienen más capacidad memorística, hay otros que son más visuales, otros son más esquemáticos, los hay con más o menos retentiva, los hay que poseen una buena psicomotricidad, etc., cada uno debe saber cual es su potencial para adecuarlo a las particularidades de la disciplina y así potenciarse cada año y en cada etapa del proceso.

        De entrada, es decir, desde el mismo momento que se llega al Dojo, lo primero que hay que ver son los mecanismos que ofrece la estructura de la escuela para formarse, después, probar varias de esas opciones hasta encontrar la nuestra y que vaya acorde con nuestra personalidad y con nuestra estructura mental. Eso se tienen que hacer en el primer semestre, ¡teniendo eso! Ya podremos estructurar nuestro plan de estudios basado en nuestra disponibilidad de tiempo y ayudados por las características de la técnica de estudio que se haya elegido.

        Muchos practicantes al no definir su forma particular de aprendizaje, se sienten perdidos y muy confusos en un océano de movimientos, técnicas, principios, variaciones y planteamientos distintos. Esto suele ser uno de los motivos de que mucha gente abandone el Aikido pronto o que no progrese por muchos cursos y viajes de estudios que hagan, porque lo que les frena es la carencia de un instrumento particular para poder comprender, distinguir e integrar esa mezcolanza de conceptos y formas de hacer que no sabe como ordenar ni asimilar en su cabeza.

         El saber estar ayuda mucho a la asimilación.- La disposición para la práctica entraña tanto aspectos externos como aspectos internos, no hay que olvidar el justo equilibrio entre ambos para rentabilizar el tiempo y la enseñanza.

        Los aspectos externos en este contexto son la preparación propia, esto es: aseo personal, vestirse adecuadamente, el ordenar las cosas particulares como el acondicionar el entorno donde se va a realizar la práctica, la iluminación y la correcta ventilación del espacio a utilizar, el orden de los practicantes que van a participar en la clase ese día, etc.

        Por otro lado están los aspectos internos, estos son: que se llegue sosegado a la sesión; el “precalentamiento” mental, que es la focalización en lo que va a acontecer; la concentración en los contenidos que se van a desarrollar ese día en clase; la quietud corporal para percibir, apuntalado con una correcta postura (Seiza); el correcto uso de la observación para captar adecuadamente lo que se tiene que hacer; el ritmo de trabajo en base a la voluntad para poder acceder a estadios de ejecución más avanzados y libres, etc.

        El comportamiento y la predisposición, ayudan mucho a rentabilizar el tiempo que se planifica para cada uno de los ejercicios en las sesiones oficiales. Estas actitudes están llenas de una energía invisible, que va transportando al estudiante sin darse cuenta de un estadio a otro de forma ascendente en su progreso. Cuando no se tienen, es cuando no se rentabiliza el tiempo y tampoco se produce el avance.

         Hay que provechar al máximo el tiempo de práctica.- Ya vimos con anterioridad el consejo que daba Bruce Lee sobre la gestión del tiempo. Si se desarrolla bien el punto anterior, inmediatamente conecta con éste y lo integramos sin darnos cuenta.

        La predisposición mental y física por parte del estudiante es clave para el rendimiento semanal en el Keiko, esa es una de las razones de la desconexión de las actividades cotidianas según se va de camino al Dojo, para centrarse en el trabajo que se afronta cada día y con cada práctica.

        Para que el alumno saque el máximo provecho con este punto, es fundamental que el Sensei haga planteamientos dinámicos, conectados, divertidos, que contenga un esfuerzo, a la vez que los temporice adecuadamente para trabajar no solo cada sección de la clase, si no cada elementos que se ejercite. Si no se tiene en cuenta estos factores, lo que va a pasar es que el alumno puede que sude, pero no aprenderá nada, ni de forma consciente o inconsciente.

        Vamos a pensar que el Sensei no es muy responsable y no es capaz de planificar sus clases, aún así, el estudiante con los contenido que se impartan y en base al consejo cinco, le puede sacar rendimiento a la práctica, que va a costar más, ¡cierto! Porque las sinergias no son concordantes, pero eso no debe ser un impedimento para que haya rentabilidad y progreso por parte del alumno.

         Hay que aprovechar los estímulos positivos.- Se puede constatar una realidad, si somos capaces de querernos y de autopremiamos en el proceso de estudios, la educación será más eficientes y más efectiva. Un logro conseguido hay que celebrarlo y más si se lleva tiempo trabajando en él. La recompensa será a gusto de quien haya logrado alcanzar esa meta determinada, pero lo importante aquí es dejar una huella de satisfacción – motivación en la mente como estímulo para seguir avanzando.

        El aprendizaje no es lineal, pero si ascendente y no exento de altibajos, que es ahí donde se debe de buscar la satisfacción, siempre y cuando tengamos la mente centrada y en positivo para ver los pequeños avances que se hacen en ese aparente retroceso. Esto es parte del trabajo mental que tienen que afrontar el alumno en su progreso, de no hacerlo, abandonará ante la primera pendiente que le surja como hemos visto en el consejo uno.

        Por otro lado están los estímulos que surgen en las dinámicas con los demás practicantes, como cuando trabajamos con los distintos principios que se quieren desarrollar. El cultivarlos y reforzarlos es la antesala del logro para la próxima meta, ¡eso sí! Hay que ser conscientes que si nos encontramos en un aparente “retroceso” o en una meseta de aprendizaje, hay que seguir andando y no frustrase. La solución para ello es bien sencilla, cultivar un ánimo positivo y refugiarnos en esas pequeñas victorias, que nos van a impulsar para vencer esos obstáculos momentáneos.

         El repaso como medio de afianzar lo aprendido.- Hay que contar en el aprendizaje con el concepto de la repetición espaciada, ¿qué significa eso? Cuando un ejercicio no lo entendemos, nos cuesta o no nos sale durante el tiempo de las clases oficiales, lo primero que tenemos que hacer nada más acabar la lección y con la ayuda de un compañero es volver a hacerlo; el siguiente paso es volver a repetirlo en la próxima sesión del día siguiente, bien al comienzo o al final; después dejamos pasar una semana y en la última sesión lo volvemos a repasar; el siguiente paso, es dejar pasar una quincena o un mes y lo volvemos a realizar.

        ¿Qué se consigue con la técnica de la repetición espaciada?

        Lo primero es que aumenta y se afianza la memoria corporal, tan necesaria para integrar el bagaje técnico como los aspectos mentales que no se ven, pero que se sienten y se viven al practicar.

        Lo segundo es la autoconfianza en lo que se ejecuta, cosa clave para ir perfeccionando cada técnica, cada movimiento e ir aumentando la seguridad de lo que se hace.

        Lo tercero es la certeza y el dominio de eso que se quiere integrar y que inicialmente no lo entendíamos, no nos salia o simplemente era nuevo y es fundamental para desarrollar otras cosas a posteriori.

        Al desarrollar el método de la repetición espaciada y teniendo en cuenta estos tres puntos que se han comentado, no habrá elemento que se resista para ser integrado por cualquier alumno, independientemente de sus capacidades y de sus talentos. El secreto está en la continuidad y el tiempo, éste último puede variar a gusto y según la estructura mental del estudiante, el ejemplo que he puesto es el estándar para todo el mundo.

         La importancia de la participación activa.- Al colaborar de forma productiva generamos conocimiento para nosotros y para los que colaboran con nosotros, es decir, que todos salen ganando con su implicación, sea ésta más grande o más pequeña.

        No hay que olvidar el consejo siete, que al desarrollar el que nos está ocupando ahora, conectamos con él y aumentamos sus beneficios.

        Cuando los Senseis vemos que los alumnos se ayudan y se impulsan mutuamente, nos gusta mucho y nos allana bastante el trabajo, porque se ha establecido una corriente de energía y de conocimiento muy grande que va a impulsar al conjunto del Dojo.

        10º Disponibilidad de un lugar para practicar.- En los Dojos hay que hacer huecos, tanto de tiempo como de espacio para poder ejercitarse. Esto es importante porque va a ser un ámbito donde los alumnos pueden llevar a cabo sus desafíos, sus logros o sus metas, éstas áreas de trabajo tienen que estar fuera del tiempo de las clases, de los seminarios y de los intensivos oficiales. La previsión de esas herramientas es responsabilidad de quien dirige la escuela y es un instrumento que los estudiantes deben valorar adecuadamente.

        Dicho esto, si por un casual el Dojo de formación no dispone ni de tiempo ni de espacio para realizar el consejo número ocho, no debe ser un problema para el estudiante, porque vale cualquier sitio y el momento va a depender de como tenga regulada la vida personal el alumno, es decir, aquello de ¡no puedo! No tiene cabida para el que sea serio y tenga un interés genuino en progresar.

        11º Hay que entender lo que se hace con el cuerpo.- Para ello contamos una herramienta maravillosa que es la repetición, hay que usarla una y otra vez hasta que el cuerpo pueda hacer de forma fluida el ejercicio que se está reproduciendo, con la intensión de que nos lleve al descubrimiento del significado que encierra eso en lo que se está insistiendo una y otra vez.

        Si hemos puesto en práctica el consejo cuatro, va allanar mucho el desarrollo de éste. No hay que olvidar aquello de que se aprende haciendo y para ello hay que elegir la mejor manera que cada cual tenga para integrar los distintos elementos de la disciplina. Puede que se sea un superdotado, pero sin repetición no hay progreso en Aikido y menos aún comprender con el cuerpo.

        12º Hay que preguntar si no se entiende.- Muchos practicantes no progresan por no plantear sus dudas o las cosas que no se comprenden. Aquí hay que aclarar que no valen preguntas banales o por una curiosidad intrascendente, porque si alguien plantea ese tipo de cuestiones, lo que conlleva es que va a perder el tiempo el Sensei que tiene que responderlas y los demás oyentes que están asistiendo a la sesión ese día.

        Luego, cuando ya te den la respuesta, no se debe de quedar en el ámbito teórico – memorístico – emocional, hay que llevarla a la práctica inmediatamente después que termine la explicación sobre la cuestión planteada, de ahí el título de este escrito.

        13º Hay que recapitular después de cada sesión.- Para no invadir ni tiempo ni espacios personales, siempre recomiendo a mis alumnos hacerlo, bien cuando se retorna a casa después de finalizar la sesión o cuando se viene de camino al Dojo, indudablemente este enfoque sería totalmente visual, mental y memorístico. Por otro lado, siempre está el recurso de la repetición espaciada que se dio en el consejo ocho o realizar una práctica personal.

        Si un Dojo es organizado y responsable con la enseñanza que imparte, siempre habrá medios para el que tiene un interés en progresar, pero como siempre, todo va a depender de la predisposición y de la voluntad que tenga el estudiante para desarrollarse en su educación.

        14º La importancia de autoinspeccionar la propia evolución.- La autosupervisión debe ser una habilidad a desarrollar por parte del practicante dentro de su aprendizaje. Se aplica con una técnica operante – cognitiva, donde el propio alumno hace sus ajustes y sus valoraciones, bajo sus sensaciones y los hechos en base a la conducta generada en un espacio temporal determinado de producción propia.

        No abundan los Dojos con sistemas de control para ver el progreso de sus miembros, esto es una razón de más para la autosupervisión por parte del estudiante. Es muy importante saber en todo momento, en qué punto se encuentra el alumno dentro del escalón formativo en el que se está desarrollando, de esa manera sabrá orientar mejor sus capacidades y sus esfuerzos.

        15º Hay que aprender a salir de los obstáculos.- Aún con una técnica propia de estudio (consejo cuatro) van a aflorar dificultades en el proceso de formación. Cuando sale a nuestro encuentro un obstáculo, lo primero que hay que hacer es reconocer la causa fundamental que hace surgir ese impedimento; lo segundo es detectar la fórmula más adecuada para resolverlo dentro de las distintas herramientas propias, junto con las que ofrece el Dojo, cuando se conoce la más idóneas, solo queda ponerla en practica para allanar el inconveniente. El tercer paso es cerciorarse después de un tiempo, que el problema está desapareciendo o ya ha desaparecido por completo y así poder seguir con el progreso normal.

        La actitud y el desarrollo mental del alumno, van a marcar la diferencia en ver los obstáculos como problemas o como oportunidades para cambiar y poder mejorar. Si no se tiene la disposición adecuada y el estado mental idóneo, siempre va a dominar un talante negativo y una incapacidad para el control de la situación, lo cual va a sumergir aún más al estudiante en esa dificultad que ha hecho aparición en su proceso educativo.

        16º Hay que establecer metas y objetivos.- ¿Cuál es la razón por la que hay que marcarse logros en el aprendizaje? Por el cultivo de dos aspectos que son indispensables para educarse correctamente, estos son: la motivación y el progreso.

        La focalización de la mente en alcanzar determinado nivel, la libera de preocupaciones y la hace más productiva. El estímulo positivo allana toda dificultad y siempre el aprendizaje será nuevo y fresco (Shoshin).

        Si no hay metas ni objetivos que alcanzar en Aikido, es como estar perdido en un desierto sin agua que beber ni alimentos que sustente la vida, está claro que el resultado lógico es la muerte por inanición de conocimiento, que se tarde más o menos en “perecer,” va a depender del aguante, del fanatismo, de la terquedad o de la ceguera del alumno para buscar alternativas a su formación.

        17º La importancia de las tareas.- Lo que hay que tener en cuenta en los quehaceres es que hay que realizarlos en un tiempo específico, eso no solo plantea el reto de una meta a conseguir en un espacio temporal concreto, sino que hace que nos concentremos más en aquello que estamos realizando, bien sea en cinco minutos o en un año de práctica.

        Dentro de la concentración hay que distinguir aquella que es inmediata, es decir, en un corto periodo de tiempo, por ejemplo: 5 minutos de un ejercicio determinado, que podrían ser los Ukemis; 10 minutos para practicar una técnica dentro del contexto de Ippan Keiko; 5 minutos de Kokyu Ho, 15 minutos de una práctica personal y así sucesivamente con las distintas fases de la sesión de práctica.

        Por otro lado esta la concentración que hay que prolongar en el tiempo, por ejemplo: la práctica para afianzarse en un estado evolutivo concreto; el estudio de un grado; el desarrollo de un determinado aspecto con una practica personal durante seis mese; el tiempo necesario para madurar técnicamente, etc.

        Así que cuando se enfoque la mente en alguna tarea, hay que tener presente los tipos de concentración a desarrollar, bien es verdad que siempre es recomendable comenzar por un espacio de tiempo corto y por cometidos fáciles de ejecutar. De ahí que las pequeñas tareas o las metas a corto plazo nos sirvan para conseguir fortaleza y experiencia para después poder afrontar otros retos de mayor envergadura. Si se hace al revés, con toda seguridad que va a llamar a nuestra puerta el fracaso, porque a lo que se aspiraba sobrepasaba nuestro aguante y nuestra voluntad.

        Mucha gente no aprecia adecuadamente los valores que aportan las tareas rutinarias que se hacen en el Dojo antes y después de las sesiones de práctica, éstas aportan al alumno: organización, concentración, responsabilidad, disciplina y van desarrollando el músculo de la voluntad, tan necesario para los retos a largo plazo.

        18º Hay que tener el justo equilibrio entre el esfuerzo y el descanso.- Si no te esfuerzas lo suficiente para conseguir tus objetivos, ¡malo! Si no descansas después de esforzarte y conseguir las metas que te planteas ¡malo! Ai es el justo equilibrio entre la actividad y el reposo.

        Hay que contemplar dos tipos de descansos:

        El relacionado con el físico, en especial después de los periodos de práctica intensa, que es de obligado cumplimiento para la recuperación de nuestros sistema funcionales.

        Luego está el relacionado con lo mental, por ejemplo después de recapitular sobre un proyecto concluido y antes de afrontar el siguiente plan para mejorar el rendimiento y la educación.

        En los dos casos, los beneficios son claros, porque después del reposo:

        Va a aumentar el rendimiento a posteriori.

        Va a favorecer la relajación y la recuperación física y mental.

        Va a disminuir el riesgo de lesiones o de errores que se puedan cometer con el siguiente proyecto.

        Va a mejorar la productividad física y mental, por lo tanto, se va a ser mucho más solvente en todos los campos.

        Va a dar una perspectiva de observador distante de lo producido anteriormente. Este aspecto es fundamental para detectar fallos, fisuras o malos enfoques de lo que se acaba de concluir.

        Ovidio fue claro con respecto al equilibrio entre la actividad y el descanso, “El dulce reposo no sólo da vigor al cuerpo, sino también al espíritu, pero el trabajo abrumador va corroyendo las fuerzas de uno y otro.”

        19º La importancia de dormir bien.- Aunque es una parte del descanso, lo quise contemplar aparte porque es trascendente para el progreso del alumno. Si no se duerme lo suficiente y bien, no se va a poder rendir ni en la practica diaria ni en los objetivos que se marque el estudiante a nivel personal.

        Hay que ser conscientes de que el sueño es una parte importante para la salud. Por otro lado, se abusa mucho de él restándole tiempo para invertirlo en otras cosas que a priori parecen más “importantes,” lo cual es erróneo y contraproducente para el rendimiento del alumno.

        La agenda de actividades personales, -incluida la práctica-, no puede estar llena de ocupaciones que resten horas al sueño, porque ese es el principio de la autodestrucción física y mental. Para que eso no ocurra, el factor clave es la organización y la priorización de las actividades individuales. Un practicante inteligente debe preguntarse, ¿cuántas cosas que hago en un día no son realmente importantes para mí? La mayoría de las personas ni si quiera se plantea esa interrogante, porque se dejan arrastrar por la moda del momento, por pasar el tiempo sin más, porque les vean en tal o cual sitio, por decir ¡yo estuve allí! Y más cuestiones que no aportan ninguna riqueza ni a la existencial ni a una vida armoniosa.

        Todos esos asuntos sin trascendencia, son los que van drenando la energía vital, robando el tiempo que nunca volverá y alejando los objetivos y las metas de los estudiante. Con esto no quiero decir que nos marginemos socialmente, lo que pretendo decir es que hay que tener discernimiento para saber que cosas son realmente importantes en nuestra vida y que cosas no lo son.

         En algunos casos, como por ejemplo, cuando los estudiantes son unos recién llegados a la escuela, cuando les veo que son inconstantes a las clases semanales, -y no por causas de fuerza mayor-, cuando se ve que no han regulado su vida para hacer un hueco para la educación que se les ofrece en el Dojo o que no tienen claro si el Aikido va con ellos, en todas estas situaciones, suelo hacer una pequeña encuesta para ver su interés real, su lucidez sobre el proyecto personal que quieren afrontar (la educación en Aikido), su capacidad de compromiso y su continuidad en la escuela.

        El sondeo es el siguiente:

        - Les doy un formulario con 10 puntos.

        - Dentro de los 5 primeros, les pongo 3 en orden prioritario por sentido común.

        Estos serían: tiempo para la familia; tiempo para el trabajo que da el sustento para vivir. En caso de que sean estudiantes de bachiller o universitarios, sustituyo el sustento por tiempo para las clases y el estudio; tiempo para el ocio y el descanso (dormir).

        - Lo siguiente que les pido, es que dentro de las 7 opciones que quedan, dónde colocarían ellos al Aikido.

        Después de tantos años de docencia haciendo la misma encuesta y viendo los distintos resultados, las conclusiones son las siguientes:

        - Si lo sitúan en 4º lugar, ese estudiante promete mucho y podría llegar bastante lejos o por lo menos tiene un interés real a priori y puede tener una trayectoria larga. Es decir, tiene muchos boletos para completar el aprendizaje de todo el Kikon, esto es, puede estar en el Dojo entre 7 y 10 años realizando una práctica continuada.

        - Si lo sitúan en 5º lugar, va a tener una trayectoria media, es decir, se pueden mover entre 3 y 5 años de práctica.

        - Si lo sitúan en 6º lugar, no estará más de 2 años en el Dojo.

        - Si lo sitúan en 7º lugar, lo más que abunda es que solo estén 1 año practicando con nosotros.

        - Si lo sitúan en 8º lugar, solo practicarán 6 meses como máximo.

        - Si lo sitúan en o en 10º lugar, estarán entre 1 y 3 meses, nunca llegan más allá, e incluso a veces solo hacen días y luego marchan.

        Estos son datos de donde me encuentro realizando mi docencia, es decir, con una mentalidad latina, canaria y española y han sido recopilado durante 40 años de docencia. Es una pena no tener referencias de otras latitudes con la misma encuesta y como mínimo durante una década, para ver si cambian los resultados o se mantienen los mismos.

        20º Para educarse bien hay que usar recursos adicionales propios.- Soy partidario de que la tecnología bien utilizada, es un instrumento de inestimable valor como medio complementario para la educación en Aikido y es extensible a cualquier campo del estudiante: la regulación de la vida personal, el aspecto laborar, la organización de su estudio, el rendimiento de su progreso, la ordenación de elementos a integrar en un tiempo concreto, la solución a determinados problemas y un largo etc.

        El éxito está en utilizarla de forma inteligente, que nos ayude en nuestros propósitos e intereses, que nos aporte tiempo libre en vez de robárnoslo y que nos ayude en nuestra evolución.

        Si cada practicante se para un momento y analiza los recursos de los que puede dispone a nivel particular, se sorprendería mucho. No solo hay que contar con los medios que pueda tener el Dojo, hay que valorar los propios y usarlos con inteligencia para una mejor educación.

        21º Hay que tener una comunicación continua con el Sensei.- La interacción entre el estudiante y el encargado de la formación es decisiva para el progreso del aprendiz. Dicho esto, el alumno no debe olvidar que es el responsable del 80% de su crecimiento, de ahí, la importancia que tiene el llevar acabo a través de la acción lo que le aconseje su formador, que correspondería al 20% restante.

        Un alumno en algún momento de su evolución, -sería mejor al comienzo-, debe de hacerse la siguiente pregunta, ¿cuánto de lo que escucha o se le aconseja es capaz de ponerlo en practica inmediatamente? Si un estudiante quiere evolucionar y tener una mejor calidad de vida, debe de renunciar a todo aquello que le perturbe su paz para progresar, de lo contrario, estará sumergido en un torbellino de una acción esquizofrénica y paranoica, que le va a desordenar y turbar seriamente desde el punto de vista físico, mental como espiritual.

        Los consejos en la formación son muy importantes para el progreso del alumno, que los ponga en practica o no va a depender del estado de su mente, de la confianza que deposite en su formador y de las ansias de superación que posea a nivel personal. Una vez dicha la indicación y después de un tiempo prudencial para llevarla acabo, es fácilmente constatable si el alumno la ha puesto en práctica o no. De no hacerlo, yo me cuidaría mucho de ofrecer más conocimiento a alguien que no lo valora y me remito a lo que comenté al comienzo de este escrito.

        He puesto 21 consejos para aspirantes o para practicantes noveles en Aikido, fruto de mi experiencia y de mis muchas investigaciones realizada a lo largo de mi formación y mi docencia. Porque creo que eso es la evolución, ¿verdad? Ofrecer un mejor conocimiento y una mejor Vía a los que vienen detrás, con el objetivo de que comentan los menos fallos posibles en su proceso educativo. Es obvio que no voy a poder saber si los lectores los pondrán o no en practica, Comenta tu Experiencia en Twitter  Comenta tu Experiencia en Facebook pero de lo que si estoy seguro, es que cada una de esas veintiún sugerencias va a mejorar mucho su proceso educativo en Aikido.

        Ya lo dice el refrán popular, “Aconsejar es más fácil que ejecutar.” Por mi parte decir, que cada uno de los consejos que se han escrito están verificados y contrastados. Eso es muy fácil de comprobar cuando se examina la metodología que uso cada día para formar a mis estudiantes, así pues, ¡están chequeados en la acción y con muy buenos resultados! Por eso espero que los lectores no los vean como una curiosidad más sobre el Aikido o como una información teórica sin más trascendencia, se han redactado con la intensión de ayudar al que los ponga en practica según el momento evolutivo en que se encuentre cada aikidoka.

Ishana Pérez, Octubre de 2023.

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No hay práctica a tiempo parcial

"Lo que no se inicia hoy nunca se termina mañana"

Johann Wolfgang von Goethe.    

        Inicialmente cuando el estudiante comienza su andadura en el Budo hay una separación clara entre sus sesiones de práctica semanales y su vida normal, para muchos esta circunstancia se hace fija a lo largo de toda su trayectoria como practicante.

        Este estado mental de dualidad constante no ayudará a evolucionar al alumno, este planteamiento es más un ejercicio para conservar la salud, que una Vía de crecimiento y trascendencia.

        Hay que aceptar que lo cotidiano y la práctica no son opuestos, se complementan para mejorar en el proceso educativo y tener una vida personal más armónica. La primera división que se produce en el alumno, es entre lo que piensa y lo que desea para llegar a una meta que anhela en su proceso de formación. La segunda dicotomía, es ver la cotidianidad y la práctica como partes separadas de él, por eso “La verdadera ciencia de las artes marciales significa practicarlas de tal forma que sean útiles en cualquier ocasión, y enseñarlas de tal forma que sean útiles en todos los caminos” Miyamoto Musashi.

        Tanto la práctica como lo cotidiano está lleno de costumbres, rutinas y procedimientos que hace el alumno en su desenvolvimiento habitual. Estos hábitos o conductas son lo que van a marcar la estructura mental y el comportamiento como persona y como practicante. Digamos que se pueden considerar como una serie de “programas” instalados en su mente que se almacenan y que se ejecutan en base a como vive y a como practica. Aquí el asunto estaría en establecer una relación entre los principios y la vivencia que aporta la disciplina del Aikido, para exportarlos a la realidad personal que cada practicante tiene en su día a día. Indudablemente, para hacer ese proceso se necesita desarrollar la capacidad de asociación, entre los principios de la disciplina y las acciones cotidianas del estudiante.

        Desde el mismo momento que se produzca esa fusión en el interior del alumno, el gran milagro que acontece es la automatización integrada que no precisa de la voluntad para ejecutar todos los hábitos establecidos, solo se necesita la espoleta del estímulo o de la circunstancia para reaccionar. Desde un punto de vista fisiológico, los ganglios basales son claves, porque se relacionan con el aprendizaje, el almacenamiento y la activación de tareas encadenadas.

        Por esa razón, inicialmente en el aprendizaje es muy importante automatizar las respuestas con energía consciente, bien sea en la práctica, como ya cuando se correlaciona con lo cotidiano. Esto significa que al establecer esos buenos hábitos, le dan al alumno un orden y una estructura mental para afrontar retos y reacciones superiores, bien sea en la formación como en su vida personal. Por ejemplo, el mecanismo cerebral del encadenamiento, es una parte importante para activar acciones automáticas que son aplicables dentro del contexto del tatami, como en las circunstancias cotidianas. Eso es fácil de comprobar cuando se aplica la energía de Irimi con alguien, bien sea en el tatami, en nuestro trabajo o en nuestro círculo familiar para decir NO a algo que no se quiere hacer.

        Así que esto nos lleva a considerar las tareas que son beneficiosas y las tareas que son perjudiciales, esto significa que el alumno va a integrar e interiorizar cadenas de hábitos que pueden decantarse por un aprendizaje bueno o por otro malo. Esto está basado en si se cuidan o no los principios del Aikido durante la formación o se deja que el estudiante vaya de aquella manera sin orientar bien su esfuerzo para obtener un buen rendimiento en su formación. ¿A caso no ocurre igual en la vida cotidiana cuando se toman buenas o malas decisiones?

        Para establecer hábitos buenos o hábitos malos se precisa la misma energía, lo que cambia es la actitud de quien hace una u otra acción, porque para hacerlo correctamente solo se necesita ánimo, constancia y algo de voluntad. Desde el mismo momento que se pase el umbral de que no suponga un esfuerzo para el estudiante realizar dichas tareas, ya el automatismo está establecido y la mente funcionará sola. El asunto está en llegar a ese punto, porque lo más usual es que muchos se quedan por el camino por no ser capaces de ordenar y proyectar su mente.

        La ventaja que tenemos con la disciplina del Aikido, es que el guión ya está hecho por la tradición y solo hay que seguirlo, pero aún así hay que tener en cuenta algunas pautas.

        1º Es importante encadenar las tareas.- Las rutinas se asocian en la mente, es decir, después de una acción viene la siguiente, por ejemplo, al llegar de la calle al Dojo es bueno pararse en la puerta de entrada para hacer un ejercicio de focalización sobre la tarea que se va a afrontar. Se debería hacer lo mismo con una actividad personal, eso a parte de que se va a ser más productivo, nos hace tener mejor predisposición para la tarea que se va a acometer.

        Otra cosa que hay que tener en cuenta, es que una acción lleve a otra, que es la parte del encadenamiento que se ha nombrado más atrás y que a posteriori va a favorecer el enlace de las distintas rutinas.

        2º Las tareas se tienen que afrontar de manera natural y lógica.- Siguiendo con el ejemplo de antes, se entra en el Dojo, se hace el aseo previo a la práctica, se cambia de ropa para afrontar el Keiko y se colabora en los preparativos iniciales para comenzar la clase, es un orden lógico y un guion fácil de seguir. Si en nuestra profesión no adecuamos el campo de trabajo antes de desempeñar nuestra función, ya de entrada la eficacia va a mermar, a parte de la sensación de malestar que va aporta el desorden, la falta de limpieza, en no saber por donde empezar, el tener el asunto que se va a abordar ese día traspapelado, etc.

        3º No hay que romper el impulso cuando se ha comenzado con la tarea.- Cuando se está dentro de la rutina, no debe haber cosas que nos interrumpan, por ejemplo, se va a realizar la limpieza del Dojo, pero se han olvidado todas las cosas necesarias para poderla llevar a cabo. Esto significa que el empuje que teníamos se ha frenado, como consecuencia, a parte de la dispersión que va a provocar en la mente, va a requerir el doble de esfuerzo para hacer la misma labor.

        Cuando se afronta un trabajo, la energía inicial que contiene es la energía del ímpetu, pero el problema de ese impulso es que posee un recorrido muy corto. Para dar continuidad a la tarea emprendida, hay que contar con la prolongación de ese flujo que se ha tenido al comienzo y sustituir la energía del ímpetu por la energía de la continuidad, es la única manera de no frenarnos y seguir avanzando hasta terminar la tarea emprendida.

        4º Hay que ordenar y hacer visibles las distintas tareas que hay que llevar a cabo.- Esto va desde el Nafuda Kake, los horarios de clase con sus respectivos niveles o el listado de tareas que hay que realizar en el Dojo y, éstas pueden ir desde la etiqueta, hasta la limpieza o cualquier otro ámbito que haya que ordenar y ejecutar.

        Es obvio que esta información debe de estar en un lugar visible y accesible para todo el mundo. Siempre es bueno y ayuda mucho a las dinámicas que haya un sistema de chequeo que esa actividad o éstas otras tareas ya se ha realizado y están concluidas. Por ejemplo, en el Nafuda Kake, el nombre del alumno siempre está visible, pero desde que el alumno acceda al interior del Dojo le debería de dar la vuelta, esto para el Sensei es muy útil, porque con una sola mirada al tablón le va a decir quién y cuántos estudiantes van a asistir a su clase ese día y a esa hora. El alumno al concluir su sesión y antes de marchar del Dojo, vuelve a girar su tablilla donde se refleja su nombre como miembro de esa escuela.

        El aspecto de chequeo no solo es un ejercicio de atención – concentración para el alumno, sino que le aporta orden y motivación por ser un reflejo de que la tarea está acabada y concluida.

        5º Hay que poner en practica las tareas.- Por muy bien diseñadas que estén, por muy bonitas que se presenten, si no se ejecutan todo lo anterior no habrá servido para nada. La pieza fundamental para hacer participes a los alumnos en las dinámicas para cultivar los buenos hábitos, es la información precisa y detallada de lo que hay que realizar, esto hará que sepan lo que van a hacer, se identifiquen con el propósito y van a tener una buena predisposición para integrar esas rutinas.

        No debemos olvidarnos que dicha información se debe de acompañar con apoyos visuales: carteles, gráficos, flechas, etc., esto siempre va a ser un soporte – recordatorio de la información que inicialmente se le ha facilitado y de lo que se va a realizar.

        6º Hay que hacer cambios si fuera necesario para mejorar.- La ejecución siempre va a revelar mejoras, pero éstas solo se pueden introducir cuando ya se ha establecido el hábito, de lo contrario, vamos a romper el ritmo como se ha visto en el punto tres y eso no es lo que buscamos, porque en vez de ser una mejora sería un empeoramiento de la situación.

        Otro factor con la ejecución y la mejora, es que va a ver una economía tanto de tiempo como de facilidad para hacer esas mismas tareas, esto será fruto del automatismo y del encadenamiento de las mismas.

        7º Consolidar las tareas.- Podemos hacer una maravillosa planificación, ordenar las tareas de manera muy lógica, las podemos llevar a cabo durante un tiempo, hacer los cambios necesarios para mejorarlas, pero como no se consoliden de forma natural en nuestro desenvolvimiento habitual, no habremos logrado nada.

        El gran secreto de la consolidación de las tareas es la constancia a través del tiempo, por ejemplo, para que un estudiante novel integre la etiqueta mínima, hace falta un año de practica continuada, porque antes es imposible y la razones son simples: su desconocimiento, que se den unas circunstancias mínimas para que pueda aplicar la teoría que previamente se le ha facilitado y que exista una integración básica del alumno en el Dojo. En cualquier trabajo, siempre hay un periodo de aclimatación hasta asentarse en la función que se ocupa dentro de la empresa donde se trabaja.

        Hay que contar que puede haber personas que no quieran establecer nuevos comportamientos, pero, ¿por qué se da esa situación?

        Esa resistencias puede ser debidas a:

        a) Falta de información inicial.

        b) Le pueden asustar los cambios.

     c) Quizás no se le han explicado bien los beneficios que van a obtener al desarrollarlos.

        No debemos olvidar que cuando se va a asumir una disciplina como el Aikido u otras similares, hay que partir de la base que son actividades con un contexto social y cultural distinto, eso no solo comporta forma de pensar distintas, si no también comportamientos diferentes. Lo que sí tienen en común todas las personas es la mente, porque eso en los humanos es igual en cualquier parte del planeta. Esto no debe ser una disculpa para no esmerarse en ofrecer la información adecuada, para que se comprendan bien las razones por la cual se hacen las cosas y los beneficios que pueden aportar a los practicantes. No difiere de las distintas políticas que tienen las empresa en base al contexto donde nacieron o de dónde vienen, al final, cuando se destila en cualquier ámbito va a salir la misma esencia, pueden cambiar las formas pero no lo fundamental.

        Recomendaciones para facilitar la instauración de las nuevas rutinas.

         Lo más difícil es el primer trimestre.- Siempre en los comienzos es cuando tenemos que emplear más energía, pero también está lo positivo de la novedad, lo cual allana mucho los obstáculos que puedan haber al iniciar una nueva actividad.

        Dentro del primer trimestre, la parte más ardua es el primer mes, uno se siente perdido y algo confuso, pero si pasa ese pequeño bache, con el segundo mes viene un gran impulso, en el cual ya notaremos cambios en nuestras rutinas y en nuestra mente.

         Inicialmente es más importante el orden que cumplir todo a raja tabla.- El orden nos va aportando flexibilidad, estabilidad y sosiego, lo cual siempre es de agradecer cuando comenzamos con algo y lo más importante, ¡no hace aparición el estrés!

        Cuando nos metemos presión por cumplir todo bien sin haber instaurado el hábito correcto, no vamos a recordar todas cosas que hay que hacer, por otro lado, se nos van a olvidar otras y eso crea tensión que no es nada productiva y no ayuda en nada a la adaptación a la nueva vida. Al seguir el orden, ayudamos y facilitamos el encadenamiento que hace nuestra mente y ese hecho hará que poco a poco nos vamos acordando de todo aquello que olvidamos ayer y que hoy haremos mejor.

         La clave es ser adaptable.- Cuando se quiere instaurar nuevos hábitos o rutinas no se puede hacer con violencia, hay que fluir con el entorno que es lo que allana la integración de esos nuevos patrones que estamos adoptando en nuestra vida. Para ello tiene que haber una predisposición interna, porque como no guste o no se esté de acuerdo con lo que se está haciendo, va a ver dos resistencias, la interna y la externa, que nos impedirán integrar las nuevas conductas.

         Si hay predisposición los tiempos se acortan.- Si hay una voluntad sincera eso va a facilitar mucho las cosas, porque todo va a manar de forma natural y va a favorecer la implantación como la consolidación de las nuevas rutinas que se quieren integrar.

        El problema está en las resistencias, bien sean conscientes, -más fáciles de detectar, que inconscientes, -más difíciles de descubrir-, porque en los inicios se posee poca capacidad de observación sobre la mente.

        Aquí el punto clave es la capacidad de confiar en uno mismo y seguir el impulso de lo que se quiere, luego, esa confianza se ratificará con la experiencia, “No leas por leer, ni imites, sino que debes tener un interés real por descubrir tú mismo estas cosas,” Miyamoto Musashi.

        Lo que impide conocer y asociar no es la falta de oportunidad, más que nada porque en los dos campos hay muchísimas constantemente. Lo que pone freno es la falta de habilidad para enfocar la mente en lo que se quiere comprender a través de la práctica en el Dojo y que después hay que llevarlo al terreno de lo cotidiano, desde el mismo momento que logremos eso, ya no habrá práctica a tiempo parcial.

Ishana Pérez, Septiembre de 2023.

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La acción como medio de aprendizaje

“El aprendizaje más elevado implica escuchar con el espíritu, el verdadero aprendizaje implica escuchar con la mente, el aprendizaje inferior implica escuchar con el oído”

Lao Tse.    

        Si hay algo muy necesario para poder aplicar la instrucción es la escucha activa por parte del alumno. Muchos practicantes oyen y miran, pero no son capaces de concretar en acciones lo que han percibido por esos dos sentidos.

        Todos tenemos aspiraciones en el Arte, pero, ¿somos capaces de concretar nuestros propósitos en acciones? Porque nos podemos pasar toda una vida soñando sin ningún tipo de hacer que nos conduzca a la realización de nuestros anhelos, que a mi entender, es lo que pasa mayoritariamente en el mundo del Aikido. Lo digo porque se puede practicar y viajar mucho, pero, ¿todo ese esfuerzo se materializa en logros concretos para el crecimiento? O, estamos peor que cuando comenzamos, es decir, más confusos, con menos dominio tanto corporal como con la técnica, deseamos cosas en las que no ponemos la suficiente inteligencia, junto con la energía necesaria para que se materialicen y así pasan los años sin ningún tipo progreso real en la disciplina.

        Para hacer que la acción se traduzca en aprendizaje, lo primero que tenemos que tener es una coherencia tanto personal como con la práctica, pero, ¿cómo se hace eso?

         Teniendo una escala de valores.- El valor es la cualidad del ánimo para poder acometer proyectos sin vernos arrastrados por los avatares de las dificultades; por otro lado, está el desarrollo de las cualidades que nos pueden acompañar para una mejor formación y que sin duda nos empujaran para poder progresar, ¿pero cuáles son esos atributos de los que debe de hacer gala cualquier budoka?

        La confianza en sí mismo, después en la persona que nos enseña, luego, que el método que se utilice vaya acorde con la estructura mental del aprendiz y por último, que haya un entorno favorable.

        La lealtad consigo mismo y con los que están implicados como él en el proceso de superación, para alcanzar cada cual los ideales que se aspiran en la disciplina.

        La convicción de que lo que se está haciendo va aportar felicidad, calidad de vida, crecimiento espiritual y dominio marcial.

        Compromiso consigo mismo, con el profesor, con la enseñanza y con los compañeros.

        Saber convivir en el Dojo y en la sociedad a la que se pertenezca.

        Tener la curiosidad necesaria para superarse día a día.

        Poseer responsabilidad consigo mismo y con los demás practicantes.

        Disciplina para regular la vida personal y para llevar a cabo todos los aspectos del Arte, teniendo en cuenta el paso del tiempo.

        Libertad para actuar y organizarse con el objetivo de poder llevar a cabo el aprendizaje con eficacia y solvencia.

        Veracidad consigo mismo. Por esa razón dije antes que puede pasar el tiempo y no se es capaz de concretar nada, si nos mentimos a nosotros mismos es difícil progresar, por ejemplo, ¿quiero llegar en un año y medio a 5º Kyu? Sí no somos capaces de organizarnos haciendo todo lo posible para realizar ese proyecto, entonces estamos falsificando una realidad en nuestra vida que nos devaluá como practicante y como persona. Esa estructura mental de mentirse a sí mismo, no solo se restringe al ámbito del Aikido, porque con toda seguridad se plasmará en el resto de vida del alumno.

        La amistad es un factor que hay que cuidar y mimar, más que nada porque se invierte mucho tiempo en cultivarla, no debemos olvidar lo que dijo Aristóteles, “La amistad es un alma que habita en dos cuerpos; un corazón que habita en dos almas,” pero para que sea real, hay que hacerla de vientre a vientre y no con una actitud hipócrita por un interés egoísta.

        La fraternidad en una comunidad de practicantes es clave para su funcionamiento y el progreso de dicho entorno.

        La honestidad es como en la veracidad, siempre debe de comenzar por nosotros mismos para que sea extensible hacia los demás.

        El respeto es clave para la relación entre los practicantes y la buena marcha del Dojo. Una escuela donde haya faltas de respeto por cualquiera de sus miembros el conflicto está garantizado.

        La solidaridad es un aspecto clave para la evolución, porque la ayuda que te piden hoy, seguro que tú la demandaste ayer o la vas a pedir mañana.

        La bondad es la naturaleza real de cualquier aikidoka y para los que no lo crean, deberían investigar y reflexionar profundamente aquello de AiKiDo.

        La independencia es primordial para el progreso del alumno, porque un estudiante dependiente es una rémora para un Dojo.

        La valentía es capital para afrontar cualquier proyecto educativo y hay que recordar que es el segundo principio del Bushido (Yuu). También es importante saber distinguir adecuadamente lo qué es y cómo aplicarla en los diferentes contextos personales.

        El coraje es compañero de la valentía, un alumno que no lo tenga o no lo desarrolle en el transcurso de su educación nunca aprenderá ninguna disciplina marcial, hará eso que se hace hoy en día, que es un sucedáneo de cualquier arte marcial, al que le han despojado del alma para hacer coreografías en el espacio.

        El autodominio si se trae algo de él al Dojo es una gran bendición, lo que está fuera de dudas es que hay que cultivarlo con la educación que aporta el estudio de cualquier Budo que se practique.

        La capacidad para aprender es un gran valor para el desarrollo del alumno, puede que se llegue con ella o se tenga que cultivar, eso va a depender del perfil y la estructura mental que tenga el estudiante cuando llegue al Dojo.

        La paciencia es un requisito imprescindible que hay que tener para evolucionar en la disciplina, sin ella las personas abandonan aún sin haber comenzado seriamente su educación.

        La vitalidad es muy necesaria para afrontar cada día las sesiones de práctica. Esos practicantes que siempre expresan atonía en sus cuerpos y en sus movimientos, ¿qué es lo que hacen realmente en un Dojo?

        La habilidad debe ser progresiva y se debe de desarrollar hasta hacerla sublime, un alumno que no desarrolle la destreza en su hacer, es alguien que ya ha muerto o se ha quedado estancado de por vida en su práctica.

        La superación es la manifestación tangible del ahondamiento en la disciplina, si pasa el tiempo y no hay superación ¿qué estamos haciendo? ¿En qué estamos invirtiendo el tiempo y los recursos?

        El equilibrio es otra de las afirmaciones y reafirmaciones que corroboran que se está progresando, si se practica y hay desequilibrio en nuestra vida, algo estamos haciendo mal, ¡hay que hacérselo mirar!

        La gratitud es la mejor forma de agradecimiento por lo recibido, dicho de otra manera, es el mejor pago que se puede ofrecer por el conocimiento entregado.

        La compasión es la mejor forma de generar empatía hacia el otro, también ayuda a mejorar las relaciones entre las personas. Por otro lado, ayuda mucho a equilibrar las propias emociones para que nuestra mente obtenga paz.

        La introversión es la capacidad para ver nuestros procesos internos, o lo que es lo mismo, el juego de nuestra mente con sus atracciones y sus repulsiones. La introversión favorece la escucha con atención – concentración, impulsa el autoconocimiento, contribuye a la automotivación, calmar la mente, es un apoyo para orientar mejor nuestra concentración sobre lo que queremos y favorece la sensibilidad.

        La paz sobreviene cuando hay un conocimiento real sobre lo que somos y, por lo tanto, hemos ido más allá del ruido y de la agitación a la que nos somete la mente cada día.

        La sabiduría para que nos sea rentable, se tiene que acompañar de la inteligencia, de la experiencia, del entendimiento y de la renuncia, todo ello pasado por el tamiz del discernimiento para distinguir entre lo que es real y lo que no lo es.

        Los valores son imprescindibles para el desarrollo en cualquier Budo, a la vez que es una parte importante para la perfección del carácter del practicante, que como mínimo se debería de tener en cuanta los propios de la tradición, pero si ni siquiera se practican éstos, entonces, ¿qué es lo que estamos haciendo en realidad cada día en el Dojo?

         Elegir un arquetipo para evolucionar.- Aquí la elección tiene que ser doble, por un lado, el que nos va a instruir y, por el otro, el procedimiento con el que nos vamos a formar. Tan capital es la buena elección de lo uno como de lo otro, errar en uno de los dos campos es ya estar predispuesto al fracaso.

        A veces las circunstancias hacen que tomemos una elección errónea, pero hay señales de aviso a las que debemos estar atentos para poder enmendar nuestra mala elección, esas manifestaciones que debemos considerar son las siguientes:

        a) Cuando los modelos educativos son rígidos, porque el que dirige es un conformista con lo que tiene y no quiere renovarse o no se quiere reciclarse. Aquí el punto clave es el valor para cambiar la mentalidad y buscar alternativas mejores.

        b) Cuando se ve que no se satisfacen las necesidades ni las demandas de evolución de los estudiantes.

        c) Cuando no se cambia de actitud aún siendo patente que lo que se está haciendo no funciona.

        d) Cuando constantemente se están apagando incendios, es decir, se corre detrás de los problemas pero nunca se soluciona a nada, creándose así una montaña de ellos fomentando un ambiente rancio y estancado.

        e) Cuando es un hecho que los practicantes no evolucionan con los resultados obtenidos a lo largo de un tiempo.

        f) Cuando no hay crecimiento en ninguna parcela del Dojo y tampoco existen propuestas y motivación para lograr retos nuevos.

        g) Cuando lo que antes funcionaba ya ha dejado de hacerlo y se entra en un círculo vicioso que se retroalimenta cada año y en cada ciclo marcial (10 años).

        h) Cuando no se es capaz de ver una vía de renovación y de cambio para mejorar.

        i) Cuando se ve que los colaboradores abandonan el proyecto.

        j) Cuando se ve que lo que se ofrece ya no es sobresaliente o se ha quedado obsoleto.

        Si se es observador, esas diez señales van a indicar que se ha realizado una mala elección para formarse, aún cuando inicialmente parezca que estamos en el lugar idóneo y perfecto, pero si hacen aparición cualquiera de esas circunstancias, lo mejor es hacer un cambio y buscar un nuevo rumbo, porque ese barco hace tiempo que se está hundiendo aunque hayamos tomado consciencia de ello ahora mismo.

         Informarse bien de todo el proceso que se tiene que realizar antes de ponerse manos a la obra.- Ya sabemos que la información nos ayuda a tomar mejor las decisiones, pero, ¿cómo hacemos para poder elegir correctamente?

        Tener claro qué es lo que se quiere, porque no es lo mismo afrontar una disciplina para ocupar un espacio temporal, que adentrarse en un proceso de transformación personal.

        Reunir toda la información que se pueda sobre lo que se quiere hacer. Teniendo clara nuestra elección, hay que informarse bien de lo que consta ésta. La razón es muy simple, puede que tengamos atracción por una determinada actividad o que se quiera afrontar un determinado reto, pero para desarrollarlo es importante saber de lo que se compone. Por ejemplo, en Aikido hay que tomar consciencia de la importancia de la constancia en la práctica para poder progresar cada año, si no se está dispuesto a ser constante, es mejor elegir otra cosa que se pueda realizar de forma discontinua.

        Ver cuántas alternativas hay en nuestro entorno sobre la elección hecha. El contraste es una parte clave porque nos permite comparar para poder elegir mejor. El agarrarse a una sola opción como a un clavo ardiendo, es estar ya predispuesto a equivocarse de entrada.

        Analizar las evidencias. Hoy en día si hay algo que se pueda hacer con facilidad, es encontrar información y pruebas sobre la trayectoria y el hacer de cualquier colectivo, también nos va a demostrar lo dinámicos y lo rigurosos que son con sus planteamientos, cosa a tener muy en cuenta, porque no es lo mismo un entorno innovador-emprendedor, que uno que esté anquilosado-anclado.

        Elegir en base a las alternativas estudiadas. Si se han contemplado todos los puntos anteriores, se está en una posición de ventaja para hacer la elección adecuada por el abanico de posibilidades que se han considerado y, está garantizado el progreso, la buena formación, junto con la conclusión de lo emprendido.

        Actuar. Sin acción no sirve para nada todo lo realizado anteriormente, de hecho, este escrito es sobre la importancia de concretar en acciones la enseñanza, de no hacerlo, todo habrá quedado en un ejercicio mental sin ninguna validez práctica.

        Revisar de vez en cuando la elección hecha y el proceso que se está desarrollando. Transcurrido un tiempo de desarrollo (1 año, 3 años o 5 años), hay que mirar hacia atrás para ver el resultado de nuestra elección y la buena marcha de la misma, tanto para reafirmarse como para poder cambiar si fuera necesario, porque ya hemos visto en el punto dos los síntomas que constatan la decadencia de un proceso educativo en Aikido.

         Planifica hasta el más mínimo detalle para que se pueda rentabilizar la enseñanza mientras se actúa.- Si se quiere concretar la enseñanza en acciones, tanto desde el punto de vista del estudiante como del formador, no se puede excluir a la planificación del proceso de lo que se va acometer, a grandes rasgos la planeación debe contener.

        a) Analizar las distintas partes que van a formar parte del proyecto. Cualquier cosa que se quiera afrontar, hay que estudiar bien las distas etapas por las que va a pasar el plan que se quiere ejecutar.

        b) Definir bien cada objetivo. Las fases y las metas deben de estar claras y debidamente temporizadas, eso hará que se pueda rentabilizar mejor la focalización mental y la puesta en práctica de todo el proceso que se va a llevar acabo.

        c) Ver los recursos que se tienen y de los que se precisan. Todos los medios son necesarios para poder plasmar de forma práctica las aspiraciones, el no saber de los que se dispone, ni ser consciente de los que se precisan, ya es un obstáculo grande para poder comenzar la andadura y para desarrollar la educación que se quiere llevar a cabo.

        d) Realizar un plan de trabajo. Muchas veces, las ganas, los proyectos y las intensiones se ven frustradas, por no tener hecho un buen diseño para la ejecución y así poder precisar nuestras acciones. Eso de ejecutar algo al tuntún, sin orden, ni guía, ya de antemano se sabe que va a ser un desastre aunque no se quiera reconocer.

        e) Recapitular y hacer una valoración de los resultados y del proceso. Siempre hay que sacar conclusiones de lo puesto en práctica, tanto para valorarnos como para ver los resultados obtenidos.

         Observar y aprende de los errores, tanto de los propios como de los que tiene el plan.- No hay nada perfecto, todo siempre es susceptible de mejora, así que la atención sobre lo que se realiza es importante y tomar nota de las fisuras en el hacer, para que la próxima vez que se vuelva a dar esa dinámica mejorar en cualquier campo.

         Elegir bien las compañías que van ayudar en el proceso de crecimiento.- Hay que rodearse de personas proactivas y que quieran llegar a donde nosotros aspiramos, así se suma y se avanza en el proyecto planteado. Por otro lado, hay que evitar a las personas que no tengan la mismas metas y que no sean capaces de producir, más que nada para evitarnos muchos problemas en un futuro inmediato.

         Comparar para afirmarse y revalidar lo que se está haciendo.- El contraste es clave para el progreso y la mejora, si no se contrastan las cosas nunca se sabrá si hay algo mejor o más avanzado, por otro lado, el que no compara es un conformista con pocas aspiraciones de superación y desgraciadamente de eso hay mucho en el mundo del Aikido.

         Intercambiar opiniones y formas de hacer, así se será más rico y versátil.- Esta claro que el intercambio ayuda a la superación, a la mejora y al rendimiento, pero hay que distinguir en nuestro mundo del Aikido el intercambio y/o la exposición banal, me explico. En el intercambio hay una predisposición consciente para la ayuda y para la colaboración con la intensión de la mejora mutua; en la exposición banal solo se alimenta el ego de alguien y no hay aporte de conocimiento, es una imagen hedonista de lo que se es capaz de hacer, pero carente de contenido para compartir con otros y mejorar conjuntamente.

        ¿Por qué es importante el intercambio?

        Porque fomenta la innovación y la creatividad.

        Porque mejora la productividad y el rendimiento de todo los colectivos implicados.

        Porque mantiene interconectados a los interesados estimulándose entre ellos.

        Porque elimina las acciones y los planteamientos redundantes o innecesarios.

        Porque se aprenden cosas nuevas.

        Porque se conoce a personas y colectivos que saben cosas que eran desconocidas para uno.

        Según lo que he visto a lo largo de mi trayectoria, una gran mayoría de aikidokas tienen un gran desequilibrio entre la teoría del Arte y su puesta en práctica. Pero, ¿cuales son los problemas que desencadenan tal situación?

        Básicamente es la educación corporal y la estructura mental que trae el alumno cuando ingresa en el Dojo, son los dos obstáculos que dificultan la concreción de los principios en el cuerpo, en la mente y en el corazón del alumno, porque hay que recordar aquello de, “Actuar sin pensar es como disparar sin apuntar” B. C. Forbes.

Ishana Pérez, Agosto de 2023.

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El descubrimiento y la investigación

“Quien no ha investigado no tiene derecho a hablar”

Mao Tse Tung.    

        Estoy totalmente de acuerdo con la cita anterior, porque en el mundo del Aikido abunda la gente que habla sin conocimiento, aunque lleve décadas practicándolo. Porque el hecho de ejercitarse no le va aportar saber si no hay una investigación sobre el proceso educativo que se está llevando a cabo. Lo que suele predominar en líneas generales, es que se van tropezando con cosas que ejecutan de una manera mecánica sin pararse a discernir sobre lo que están haciendo, a la vez que desconocen por completo los planteamientos que se proponen para el aprendizaje.

        Esas dos palabras hay que tenerlas muy en cuenta a la hora de realizar una práctica seria en Aikido, porque el descubrimiento se manifiesta cada vez que el alumno se forma en el Kihon con su práctica diaria. La investigación es fruto de la voluntad por saber más y por querer perfeccionarse constantemente en la disciplina.

        El descubrimiento está perfectamente definido en la tradición por el aspecto de Shu , que es cuando se comienza con la práctica y a uno se le van revelando las distintas técnicas, los distintos detalles y los diferentes matices, según se va construyendo la Waza. Digamos que es una etapa de hallazgos constantes de lo que compone la base de la disciplina. Lo que les suele pasar a muchos estudiantes noveles o con cierta veteranía, es que cada descubrimiento que realizan, con toda seguridad que su Sensei se lo lleven diciendo meses o años, pero eso es parte del proceso de asimilación y de búsqueda para la progresión, lo que es realmente es importante, es el momento mágico que revela al alumno una comprensión de un determinado aspecto de la disciplina y su correspondiente toma consciencia de eso que hasta ahora no se había percatado que existía.

        Esa revelación solo es posible si hay una continuidad en el ejercicio, potenciado con unas grandes dosis por aprender a cada instante, porque el que está por estar en el tatami, nunca va a poder acceder a ese estado de búsqueda, más que nada porque no tiene la predisposición interna adecuada para acceder a él.

        Por otro lado está la investigación, pero para que exista tienen que intervenir otros factores como es la curiosidad por el estudio y la inquietud por querer ampliar el conocimiento que ya se posee. El encontrar ese saber no es por azar o por una coyuntura espontanea, sino que es por una exploración exhaustiva de la Waza. Cuando llega ese momento, inmediatamente el estudiante accede al estadio de Ha , porque Ha no es como cuando se está en la fase del descubrimiento (Shu) y el alumno va tomando consciencia de los distintos matices para la elaboración técnica, la investigación tiene otras implicaciones, como por ejemplo, tomando como punto de partida la forma de base, qué posibilidades hay con una técnica y con un determinado ataque en las diferentes circunstancias que plantea el Kihon o las que se crean en la dinámica a través de una acción consciente. Por otro lado, también existe el descubrimiento que está implícito en la investigación, porque las técnicas posee vida propia y constantemente se están revelando de maneras muy diversas, así que cada vez que exploremos nos vamos a encontrar con cosas nuevas.

        Otro aspecto que hay que tener en cuenta, es que tanto el descubrimiento como la investigación técnica tiene que estar avalada por la experiencia directa, no se puede quedar en el mundo de las ideas propias o ajenas sin que se concrete con la acción en el espacio, eso no quita que previamente y en determinados momentos, se haga una composición mental a través de la imaginación, apoyada con las asociaciones que correspondan, para posteriormente dar pie a la acción practica.

        El aprendizaje por descubrimiento lo que pretende es desterrar en los comienzos de del estudio el automatismo inconsciente, aunque en un futuro es a lo que se aspire en los estadios altos de la formación, dicho de otra manera, no se puede comenzar por el final sin tener un conocimiento fundamentado, a la vez que se dominan las bases de la disciplina.

        Las condiciones que se deben de seguir para que se produzca la instrucción por descubrimiento son las siguientes:

         El conocimiento sobre la disciplina se adquiere cuando el alumno es capaz de acotar una determinada parte del Kihon y se focaliza en desarrollar determinados objetivos de esa fracción de la formación.

        Por ejemplo, eso pasa cuando el estudiante sigue con fidelidad el plan de estudios de su Dojo; es posible también con una práctica personal o con el sistema de los grados. En todos los casos anteriores, es cuando el alumno se centra en un nivel concreto del Kihon (6º, 5º, 4 Kyu...) y a su vez se concentra en desarrollar las distintas partes que lo componen.

         El aprendizaje tiene que ser producto del propio descubrimiento del estudiante y no por una actitud de oyente pasivo que va acompañar a una ejecución mecanicista y sin energía consciente en el proceso de asimilación e integración de la técnica.

        Eso suele pasar cuando se hace las explicaciones centrales sin argumentarlas y luego los estudiantes hacen sin saber a dónde le lleva lo que han visto. Cuando el alumno tiene una escucha activa y entiende lo que se le muestra, su construcción del aprendizaje es completamente distinta a cuando es pasivo y está desorientado.

         Con el descubrimiento, el alumno es más preciso y más eficaz para integrar el aprendizaje de la técnica.

        No es lo mismo hacer con la experiencia de otro que con la propia. Como he dichos otras veces, inicialmente hay que tener una fe ciega en la forma, aunque se desconozca ésta o no se entienda de momento, ¡ahora bien! Desde el mismo momento que se tenga la vivencia de la misma, ya no se necesita a nadie externo para reafirmarse en ella, porque esa técnica pasa a ser propiedad del alumno.

         Hay que tener muy presente las motivaciones y los intereses de los estudiantes.

        Una de las habilidades que tiene que poseer un Sensei, es saber canalizar las motivaciones y los intereses de sus alumnos dentro del proceso educativo, con el objetivo de que evolucionen asimilando los distintos aspectos técnicos, que se encuentran dentro de los distintos niveles en la educación de base.

         Los aspectos trabajados se convierten en más duraderos por la vivencia propia del estudiante, eso significa que se interiorizan mejor y se podrán utilizar en posteriores aprendizajes más avanzados.

        Las imposiciones en el aprendizaje siempre lleva a crear resistencias en el alumnado, es mejor para el proceso educativo la experimentación directa del propio practicante y, porque no, si ésta a veces se acompaña del error es mucho mejor. Por ejemplo, tenía una alumna que era muy contestataria con todo lo que le decía para su progreso, muchas veces le comentaba:

        - Mira, debes flexionar tus dos rodillas y distribuir bien el peso en cada pierna para que tengas un mejor Kamae y así te será más fácil la construcción de las técnicas.

        Es decir, para su nivel y experiencia trabajaba muy alta y eso le daba inestabilidad en su postura y en su movimiento. Entonces inmediatamente me contestó:

        - Pues tú estas casi de pie y haces las técnicas así.

        Sin mediar una palabra le hice de Uke y como no tenía raíz me plantaba ante ella como una montaña que no podía mover, con el consiguiente perjuicio de herirla en su orgullo, porque esa densidad que sentía no le permitía realizar la técnica correctamente porque se desequilibraba.

        ¡Hasta que un día por sí misma! Descubrió que al flexionar las dos rodillas y por lo tanto, bajar su centro de gravedad, le aportaba más raíz y se podía mover con más soltura aún teniendo la misma densidad que le ofrecía antes. Desde ese mismo momento que capto eso, nunca más se le olvidó, desde que yo me acercara por sus alrededores para ver su trabajo, lo primero que hacía era bajar su Tanden (centro de gravedad).

        Mi alumna tuvo que aprender a base de chocar una y otra vez con su testarudez, ¡pero lo aprendió por su vivencia y experimentación propia! A pesar que se lo llevaba diciendo mucho tiempo.

        ¿Cuáles son las ventajas del descubrimiento?

         Al nacer de la propia experiencia y por la propia búsqueda de mas conocimiento, lo asimilado es más permanente, en contraposición al aprendizaje solo por la imitación sin conocimiento consciente y vivencial.

        Ya vimos con anterioridad el ejemplo de mi alumna. Por otro lado, está la madurez que tienen que ir desarrollando los alumnos dentro de las distintas etapas del proceso de su formación, aspecto clave para que haya progreso y se amplié su desarrollo como practicante.

         Potencia todas las capacidades que el alumno posee, incluidas las que de momento no es consciente y que saldrán a la luz por la práctica - desarrollo de los principios del Aikido.

        Aquí la clave del asunto es saber aprender a aprender, eso da mucho poder al alumno en su proceso de crecimiento.

         Promueve un pensamiento propio y unas opiniones avaladas por la experiencia directa, que le van ayudar en un futuro cercano a la resolución de problemas de mayor calado, según va ascendiendo en los niveles superiores de la formación.

        Eso quiere decir, que la independencia del estudiante es fundamental para que se afiance en sí mismo.

         Proporciona seguridad, autoestima y motivación, aspectos claves para el crecimiento y muy especialmente para la maduración técnica del alumno.

        Si no hay un refinamiento progresivo en el carácter y en la técnica del alumno, algo está fallando en el proceso educativo y el defecto puede estar en el Sensei, en su procedimiento o en los hábitos mentales del alumno.

         Al estar la práctica basada en los intereses y en las motivaciones del alumno, el aprendizaje será más estimulante para el estudiante.

        Un alumno que no tenga interés por la disciplina, bien está forzado a realizar este tipo de actividad, eso suele pasar mucho en adolescentes condicionados por su familias, o es una persona que no sabe lo que quiere y está picando de aquí y de allá.

        En cambio, cuando se responde con una buena actitud a la atracción y a los estímulos que produce el Arte en el alumno, eso va a ser un refuerzo enorme en su proceso de aprendizaje.

         ¿Cómo se aplica el aprendizaje por descubrimiento?

        Es importante por parte del Sensei, disponer de herramientas que puedan utilizar sus alumnos cuando orienta el aprendizaje por descubrimiento, veamos algunas de ellas que se aplican en nuestro Dojo:

         Conectar las sesiones oficiales del Dojo con otros aspectos educativos.

        Eso significa enlazar los contenidos de las clases habituales con otras partes del proceso educativo de los estudiantes, por ejemplo, saber relacionar los contenidos que se imparten en los seminarios que se hacen anualmente con lo que hace a diario o viceversa. Esto no solo impulsa el progreso, sino que ayuda a establecer mejor las conexiones técnicas entre los diferentes niveles que va alcanzando el alumno.

         Estimulando a los estudiantes para que realicen proyectos.

        Es importante que los alumnos estén implicados en realizar algún propósito durante su educación, porque una mente desocupara es una mente que va a dar problemas y con toda seguridad que lentamente se va separando de la Vía y del Dojo. Veamos unos ejemplos donde los alumnos se pueden implicar según sus intereses:

        a) Realizando una práctica personal para mejorar su nivel o corregir sus carencias. Es un refuerzo grande, a la vez que va a suponer un impulso tremendo en la conquista de los diferentes niveles.

        b) Escribiendo un artículo sobre su proceso en el Dojo. Aquí el campo es amplio y variado porque son experiencias personales y todas son válidas siempre y cuando conecte con los diferentes aspectos de la disciplina.

        El hecho de que la mano plasme por escrito lo experimentado, ayuda mucho a comprender y a integrar mejor, al igual que va a clarificar muchos aspectos de la enseñanza, bien porque no se tenían totalmente claros o porque no se habían percatado de ellos. También conecta con el apartado del aprendizaje por investigación, porque al escribir sobre un tema en concreto, seguro que se querrá saber más y eso induce a buscar más información para ampliar la materia sobre la que se está escribiendo.

        c) Que los alumnos hagan un estudio sobre la planificación realizada en los seminarios o sobre lo expuesto en un intensivo. Esto es muy típico en alumnos que aspiran a ser docentes en la disciplina y se les invita a realizar este tipo de ejercicios, con el objetivo de irse rodando en la enseñanza hasta llegar a ser unos docentes autónomo.

        Otro enfoque para alumnos normales, es cuando están en el estadio de Ha y se les invita a que hagan una planificación para una sesión especial o para el planteamiento de un taller donde se desarrolle una determinada técnica con una orientación específica. Un trabajo de éste tipo puede terminar perfectamente siendo un artículo para publicarlo en la Web del Dojo.

        d) Realizar el proceso de los grados es un campo ideal para que el alumno pueda descubrir constantemente muchos aspectos del aprendizaje, que no solo se restringe el proceso educativo con el que se está formando, si no que es extensible a las bases de la disciplina, porque al desarrollar el procedimiento para asimilar los distintos niveles, el concepto del descubrimiento está incluido se quiera o no por parte del estudiante.

        e) La responsabilidad para el alumno de coordinar una actividad fuera del Dojo, que no solo conecta con el aspecto lúdico, si no que es un campo donde se realizan muchos descubrimientos. Por ejemplo, al realizar una práctica externa utilizando las diferentes estaciones del año, se va a comprobar que no es lo mismo desplazarse en la nieve, en el agua o en la arena. Son experiencias que aportan y motivan mucho a los alumnos.

        f) Diseñar un taller sobre un determinado tema por el que se tenga interés. Son trabajos indispensables para complementar la educación del alumno, porque se focalizan sobre aspectos específicos y demandado por él, que al desarrollarlo va aportando mucho conocimiento complementario a los estudiante.

         Los intercambios entre alumnos de distintos Dojos es un apartado que ayuda mucho a expandir la mente y el aprendizaje de los mismos, a la vez que contribuye a que sean poco doctrinarios. Se sobreentiende que son viajes de estudio que se utilizan como herramienta de evolución y motivación, que se pueden catalogar como aprendizaje por descubrimiento.

        Como se puede apreciar, el descubrimiento en la educación se puede enfocar de muy diversas maneras, lo cual ayuda a que no aparezca la monotonía y el tedio en la educación del practicante, a la vez que es un estimulo para que se supere.

        El aprendizaje por investigación, lo que pretende es hacer avanzar al estudiante en su proceso educativo. Investigar consiste en hacer las correspondientes diligencias para descubrir algo o profundizar en el estudio de la disciplina. Así que hay que consagrarse a ello en cuerpo y alma, acompañando ésta implicación con la eficacia y el ardor necesario para poder desentrañar los aspectos profundos del Arte.

        ¿Cómo se debe de afrontar una investigación?

         La investigación se tiene que hacer de una manera ordenada y sistemática, con el objetivo de adquirir el conocimiento de los diferentes apartados de la disciplina.

        Si la exploración no se hace con orden y método la cosa no va a funcionar, porque sería más un hurgar por una curiosidad banal, que por realizar una exploración sincera, honesta y real sobre el Arte.

         Se tiene que hacer dentro de un proceso donde se focaliza la mente en un determinado objetivo, tanto para su exploración, como para la revelación de su contenido, al igual que para ver las diferentes soluciones a los distintos problemas que surjan al analizar ese determinado aspecto en relación con otros.

        Eso en principio se tiene que hacer con los propios recursos de lo que consta la disciplina, pero también hay que tener en cuenta un marco interdisciplinar. En el caso particular de nuestro Dojo, se imparten diferentes disciplinas que se orientan para mostrar a los alumnos de Aikido la relación que existe entre ellas. Por ejemplo, la relajación de la Hatha-Yoga, -que es en estático y en la postura del cadáver, Savasana-, se relaciona con el relax corporal que tienen que aplicar los estudiantes cuando ejecutan las técnicas, -que es en dinámico y con el Kamae-. El primero adiestra a la mente para el control psicosomático en la quietud y, con la vista puesta a posteriori para poder aplicarlo en la acción dinámica con la Waza, junto con la relación que se establece con el compañero.

        Seguro que cada Sensei con su bagaje, dispones de distintos medios para poder ayudar a sus alumnos con diferentes disciplinas que se pueden complementar con el Aikido y muy especialmente si son Artes blandas. Otra cosa a resaltar con esta forma de enseñanza, es que es muy innovadora, a la vez que dota al estudiante de muchos más recursos, que si solo se limitara a los que posee la propia disciplina.

         La investigación tiene como fin el reconocimiento o la interpretación de los hechos analizados.

        Esto significa que el estudiante al investigar y al descifrar las distintas partes de la disciplina, va a desarrollar habilidades y destrezas que le permitirán a posteriori construir más conocimiento, porque al analizarlo, se va a convertir en una parte activa de su propio aprendizaje. Por esa razón insisto tanto en que hay que huir de la acción inconsciente durante el proceso de formación básica (el aprendizaje del Kihon), porque lo que cuenta aquí es la actitud y el dominio que se vaya generando durante el proceso de investigación, para que cuando llegue el momento y, con el nivel adecuado, se puedan ampliar los horizontes del alumno en el dominio del Arte.

         La investigación tiene como finalidad crear un bagaje corporal y mental en el alumno, para que posteriormente pueda responder a situaciones con una práctica con un nivel de exigencia superior.

        Con la forma de base, lo que tiene que hacer el estudiante, es integrar patrones de comportamiento mentales y corporales que son característicos de la disciplina, es decir, con el descubrimiento del Kihon los modelos motores y actitudinales que éste le ofrece. Después, cuando se da el salto a este estadio de búsqueda, esto es una sublimación de lo anterior, a la vez que se descubre un caudal de conocimiento muy superior al que se le revelo en la base. Esto capacita al alumno para afrontar prácticas muy superiores, que sin ese espacio de preparación previa, sería imposible abordar, porque estaría en juego la seguridad física y mental del alumno.

         Acrecentar la sensibilidad y la capacidad perceptiva en el alumno. Según argumenta Castañer (1992) “Las capacidades perceptivo-motrices son aquellas que, a través de los sentidos, permiten coordinar el movimiento corporal para adaptarlo a las necesidades del propio cuerpo o las circunstancias del entorno.”

        Un alumno que con el proceso educativo del Aikido no sea capaz de sensibilizarse y de hacer un uso inteligente de su cuerpo a través de la repetición de las distintas técnicas, es un marmolillo moviéndose por el tatami. De ahí la importancia del acondicionamiento inicial, como de los ejercicios específicos con la Waza, por esa razón, el Sensei debe de hacer mucho énfasis en planteamientos sensitivos, a la vez que contengan un amplio abanico psicomotriz. Esto no solo va a favorecer la mejor asimilación de la forma, sino que va a ayudar al practicante a tener una mejor calidad de vida.

        El descubrimiento y la investigación son dos fases por las que va a pasar cualquier practicante íntegro en Aikido y, ¡ay de aquel que no sea capaz de afrontarlas en su educación! Porque ya lo dijo Cervantes, “No hay camino que no se acabe si no se le opone la pereza.”

Ishana Pérez, Julio de 2023.

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Algo estamos haciendo mal

“Visiones en sueños, flores del aire: ¿por qué deberíamos esforzarnos por cogerlas? ¡Que la ganancia y la perdida, lo verdadero y lo falso, desaparezcan de una vez por todas!”

Sin Sin Ming de Seng – Ts´an.    

        No es nada fácil afrontar esta editorial porque trata de una gran laguna que hay en la enseñanza del Aikido, ese hueco es la trasmisión a los estudiantes de la transitoriedad o impermanencia de la existencia, porque a la gran mayoría no se les educa para que la comprendan y la puedan trascender. Si lo queremos ver desde otro ángulo, podría ser que el noventa y nueve por ciento de los enseñantes, solo enfatizan la trasmisión del “conocimiento” en realizar figuras marciales, que pueden ser más o menos efectivas en función de si se hace Ai – Ki – Do o un simple ejercicio de gimnasia para conservar la salud, desarrollar una buena condición física o socializar entre los practicantes, pero desatendiendo por completo el sentido real y profundo de la enseñanza y por extensión de la existencia. En nuestra cultural occidental también está recogida en los clásicos, cuando nos advierten de que “Lo mismo es vida y muerte, velar y dormir, juventud y vejez; aquellas cosas se cambian en éstas y éstas en aquéllas” Heráclito, pero, ¿por qué no se le presta la atención que se debería prestar a esa fugacidad, tan presente en la existencia y que no se le muestra al alumno de Aikido en su educación?

        Desarrollar solo el concepto de “píldora” en la disciplina, que sería algo que se administra por dosis como las pastillas para el dolor de cabeza, que son las sesiones de práctica semanales, los seminarios, etc., pero sin ir al núcleo del asunto, que es, que la practica le pudiera aportar una reorientación al alumno de su modus vivendi, en base a ejercitarse en la filosofía que sustenta la disciplina. De esta manera el estudiante puede desarrollar un nuevo enfoque, tanto para la vida como para la muerte, dando como resultado que su existencia no estuviera presidida por el sufrimiento y del dolor, que se produce cuando hay una identificación con la ganancia y con la pérdida.

        Cuando se adopta un patrón mental de estas características, lo irremediable es desarrollar una falsa espiritualidad o una total ausencia de ésta. Que no tiene ningún contenido real y no le va a servir para nada en lo cotidiano al practicante, aunque se hable mucho de ella cada día en los círculos del Aikido. Luego, si el estudiante no comprende, no asimila y no pone en practica ese fluir de la existencia, como el río del que habla Heráclito, que hay que decir que está en completa consonancia con la filosofía del Aikido, yo pregunto, ¿qué tipo de Aikido se está enseñando, practicando y, por lo tanto, viviendo?

        “Regresa a la raíz: obtendrás el sentido; corre tras las apariencias y te alejarás del principio. Si, por un instante, volvemos nuestra mirada introspectivamente, iremos más allá del vacío de las cosas de este mundo.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an Porque de no hacerlo, el mundo nos atrapa en su velocidad destructora y nos insensibiliza para no disfrutar de la vida, ni para captar nuestra verdadera naturaleza. Te has preguntado alguna vez cuánto de sometido te tiene el mundo y más donde reina el neoliberalismo, que concibe a los seres humanos como meras mercancías, que producen y consumen para anular su consciencia de sí, a la vez que se devastan los recursos del planeta. Y no hablemos de otros sistemas sociopolíticos totalitarios, donde lo que se pretende es el sometimiento y la destrucción de las personas. Un aikidoka que no tenga una consciencia social, aún no se ha enterado de lo que está practicando.

        Para regresar a la raíz, lo primero que hay que hacer es ser consciente de la Madre que nos nutre y en la cual desarrollamos nuestra existencia, porque tal reconocimiento nos permite elevar nuestro estado de consciencia, ¡eso es recobrar el sentido real de existir! Después hay que orientarse para disolver la dualidad e ir hacia la Unidad con todo aquello que nos rodea, lo veamos o no, de hecho, cuanta más sensibilidad se adquiera con la práctica, más se va a sentir a la naturaleza y más estaremos integrados en ella como uno más, no como el que la domina, la somete y la destruye, ya lo decía Lao Tse:

«La marca de un hombre moderado

es que no se aferra a sus ideas.

Tolerante como el cielo,

omnipresente como la luz del sol,

firme como un árbol al viento,

sin un destino a la vista

y haciendo uso de todo,

la vida ocurre y le trae su camino».

        Para llegar a eso hay que tener una mirada introspectiva cada vez que se practique, porque el campo del Keiko y el de la existencia no difieren entre ellos, lo que lo hace es nuestra ignorancia, nuestras decisiones erróneas y nuestros apegos, cuando rompemos con esos tres obstáculos que nos esclavizan, es cuando comenzamos a comprender y a sentir la Unidad.

        Cuando hablo de espiritualidad no me estoy refiriendo a que se sea seguidor de una creencia o religión particular, ni siquiera del Sintoísmo aún siendo la cuna filosófica del Aikido, espiritualidad es el conjunto de acciones que realiza un ser humano para trascender su propia naturaleza, a la vez que vive una vida en armonía consigo mismo y con los demás y, eso se hace con asertividad, con empatía, con colaboración y discernimiento entre lo que es real y lo que no es real.

        De ésta manera el practicante de Aikido no está atado a un credo particular, porque quizás le puede convertir en un esclavo en vez de aportarle libertad y, ya sabemos que tanto desde el punto de vista técnico, filosófico como existencial, lo que se pretende al practicar ésta disciplina es ser libre y autónomo.

        Pero, ¿cómo se pasa de un elemento técnico a una aplicación vital para ser espiritual en Aikido? Eso ocurre cuando se sabe utilizar el pensamiento abstracto. Por esa razón quiero asociar una serie de vivencias o de ciclos de vida que nos pasan a todos y conectarlas con elementos técnicos del Arte, para mostrar una forma de transmitir la impermanencia a través de la enseñanza a los estudiantes y así que tomen consciencia de ella.

        El nacimiento, que puede ser el alumbramiento de nuestra propia existencia, traer al mundo a un hijo, comenzar a practicar Aikido o cualquier otra disciplina, comenzar un proyecto personal..., todo está relacionado con Musubi, porque implica el comienzo, la creación que es acompañada del crecimiento, es decir, es el paso del tiempo que se debe de enfocar y aprovechar para generar un espíritu fuerte y sabio, de ésta manera se puede manifestar una unión y una conexión con todos los seres visibles e invisibles. Visto desde otro ángulo, es el proceso de fermentación vital para la trasformación personal, estando presente y siendo consciente de la mutación y del cambio continuo, es decir, de la transitoriedad temporal de la existencia.

        El nacimiento es una oportunidad de mejora enmarcada en un espacio temporal, que está mutando constantemente, pero, ¿se es capaz de aprovecharlo? O, por el contrario se malgasta, “Tan perfecta como el vasto espacio, nada le falta a la Vía, nada queda fuera de ella. Al acoger y rechazar las cosas, no somos como deberíamos ser.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an.

        La unión, que se puede manifestar en una relación entre personas, para llevar a cabo un proyecto de vida o la asociación con otro/s para desarrollar un determinado plan, como para conseguir unas aspiraciones personales. Se relaciona con el De-ai o el encuentro en la existencia, es un momento donde los seres que la componen convergen y se abren a una experiencia que les va a enriquecer a ambos, donde cada cual va a aportar en función de sus capacidades, talentos, vivencias y conocimientos, con el objetivo de recorrer el Camino con apoyo y soporte mutuo.

        Es exactamente igual que cuando hacemos Keiko con otro practicante, se unen las fuerzas para la superación personal de cada uno, dentro de un contexto que lo marca un espacio temporal y el estado mental que se posea en la disciplina.

        La unión siempre estará sujeta a un encuentro, a un desarrollo y a un final, por esa razón debemos de estar atentos a cada parte del proceso y no atarnos a ninguna de ellas, porque en las tres fases está presente la transitoriedad y hay que aceptarla teniendo la predisposición de ir siempre más allá de ella. Porque “Si este mundo nos parece sujeto a transformaciones, es a causa de nuestras opiniones falsas. No hay necesidad de buscar la verdad, basta con poner fin a las opiniones falsas.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an.

        El conflicto entre el pro y el contra: he aquí la enfermedad del alma. Si no conoces la profunda significación de las cosas, te fatigarás en vano en apaciguar tu espíritu.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an. Si hay algo que define al Aikido es que ofrece innumerables formas inteligentes y no violentas para afrontar el conflicto. Sintetizando mucho el aspecto técnico para resolver la pugna, lo podemos concretar en dos aspectos de base, estos son el Irimi y el Tenkan. El enfrentamiento tiene un comienzo, pero no es duradero, porque de serlo sería destructivo para ambas partes o para sí mismo, así que también está sujeto a lo pasajero.

        Pero, ¿qué es el conflicto?

        Es la discrepancia entre dos entidades (o con sigo mismo) y se pueden dar en muchos y variados ámbitos, pero lo que sí tienen en común es el enfrentamiento entre sí.

        ¿Cuáles son las causas del conflicto?

        La falta de comunicación, que es cuando los estudiantes no tienen la predisposición colaborativa para practicar, por ejemplo, cuando se quiere ser mejor que el otro y constantemente se están oponiendo entre sí. Esto tiene un desgaste energético tremendo, del cual muchos no son conscientes y agotan sus recursos vitales al prolongar éste tipo de actitud a lo largo del tiempo en su práctica, bien sea de forma consciente o inconsciente.

        La discrepancia de intereses, que es cuando cada uno va a lo suyo y no tiene en cuenta lo del otro, por ejemplo, cuando alguien quiere trabajar una técnica con un nivel superior de Ukemi y quien la recibe no está capacitado para asumir esa intensidad de trabajo y aún así la ejecuta con indiferencia hacia el otro. Está claro que al obrar así, se esta atrapado dentro de su propio egoísmo, que no le va a permitir acceder a estados más sutiles de comprensión.

        La discrepancia de valores, que es cuando alguien se cree que es mejor que otro pero sin demostrarlo. La realidad es que no sabe nada porque su propia actitud le delata.

        La discordancia de roles, que es cuando alguien solo quiere hacer el rol de Tori y no hace o no colabora en su rol de Uke cuando le toca.

        Cuando hay desigualdad, que es cuando se quiere asumir una práctica para la cual no se está capacitado.

        Luego están los diferentes tipos de conflictos:

        Los que son reales, son los que se ven de manera manifiesta, por ejemplo, cuando dos practicantes están enzarzados en una competición al practicar y se olvidan por completo del aspecto Ai para progresar conjuntamente.

        Los que son imaginarios, son los que se dan cuando hay una falta de información o por errores de atribución. Por ejemplo, un veterano va a practicar con alguien que lleva hakama, pero ese estudiante la luce exteriormente, pero no está capacitado para desarrollar un trabajo de Yudansha, sin embargo, el experimentado cree que puede asumir tal trabajo por la información externa que recibe del novato cuando le ve lucir su hakama, está claro que nada más comenzar a practicar el conflicto está garantizado por el mal entendido.

        Los inventados, que es cuando se manipula la realidad para el beneficio de una de las partes. Por ejemplo, un Sensei novel se acoge bajo la protección de otro con más renombre y supuestamente más experimentado, hasta que el Sensei bisoño se da cuenta de que todo es una manipulación para un lucro mercantilista a su costa, habiendo una total carencia de apoyo para la superación propia y la de sus alumnos.

        Los interpersonales, son los más abundantes, tanto entre los estudiantes como con la figura del Sensei y de los Sempais.

        Los intrapersonales, son otro de los casos que más abundan, de hecho, quizás sea una de las razones para mucha gente querer practicar Aikido, porque les va a permitir resolver sus propios conflictos internos. Lo que este perfil de estudiante no debe olvidar, es conocer y poner en práctica las distintas herramientas que le aporta la disciplina, por ejemplo: la determinación, la no oposición, la colaboración, la regulación del propio cuerpo, ordenar y organizar su propia vida, etc.

        Los grupales, que también proliferan mucho en Aikido, tanto en el marco de un Dojo, de un espacio local, regional, nacional o como internacional.

        Los de los intereses, que se dan cuando las personas no son responsables con sus compromisos en los proyectos que se afrontan, tanto personales como comunitarios.

        Los éticos, se relacionan con la toma de decisiones y ya sabemos que las elecciones que se hacen en la vida cuentan mucho y marcan nuestra existencia en positivo o en negativo. Ésta clase de conflictos visto en un sentido positivo se pueden ver como oportunidades, siempre y cuando no atente contra nuestros valores, por ejemplo, se está en un Dojo y en un entorno que no hay manera que se pueda evolucionar, ¿qué hacer en esos casos? ¿Marchar para buscar una mejor formación en otro lugar o quedarse y seguir arrastrando esa pesada carga a lo largo del tiempo?

        Los de poder, son los que hacen referencia a los roles, a las estructuras, a los liderazgos o en las relaciones de autoridad, es decir, va muy conectado en el mundo del Aikido con el Sensei, los Dojos y las organizaciones.

        ¿Cómo se puede solucionar el conflicto?

        Con el reconocimiento del mismo, que es cuando las partes implicadas en él analizan las causas que lo producen, es decir, hay una predisposición de buena voluntad para anular el enfrentamiento. Por ejemplo, en la discordancia de roles, tomar la iniciativa por parte del que se opone para facilitar el trabajo del Uke para que el otro (el Tori) pueda crecer y mejorar.

        Con la búsqueda de alternativas, esto es, sabidas las causas poner todos los medios para llegar a un acuerdo, por ejemplo, en la discrepancia de intereses, sería adaptarse al nivel más bajo que tiene el compañero.

        Con la propuesta de soluciones, que es cuando se hace uso de la comunicación de forma bidireccional, por ejemplo, en los que son imaginarios, bastaría que el estudiante que no está capacitado para llevar el hakama, comunique a su compañero, que a pesar que la luce no tiene los conocimientos necesarios para practicar a su nivel.

        Escuchando a los demás, es la clave del asunto y la escucha no solo se hace con los oídos y el corazón, también se realiza con los gestos, con la sensación, con la percepción, eso básicamente es darse a los demás para comprender su situación. Para “prestar oídos” no debemos olvidar que hay una herramienta maravillosa en el disciplina, que son las cuatro repeticiones desde el rol de Uke y las cuatro desde el rol de Tori. Así que esto nos lleva a ver los dos lados del conflicto experimentado en propia piel, por lo tanto, el que quiera seguir empecinado en el enfrentamiento después de haber vivido los dos lados del asunto, es ya por un estado de vibración mental muy bajo y, ante eso, es mejor hacer Tenkan y no complicarse más la vida.

        Lograr el consenso, es la solución a la pugna, pero dentro del contexto filosófico del Aikido hay una máxima y es, “Que ninguna de las partes salgan perdiendo o se sienta perdedor,” porque si eso ocurre, ya no hay armonía (Ai) y es la razón por la cual hace aparición en conflicto.

        Hay que ser consciente que todo esto cuando se desarrolla dentro del escenario del Keiko, en la mayoría de los casos no se hace hablando, sino con una comunicación corporal y, por tanto, el diálogo se produce dentro de un marco de acciones, sentimientos y de actitudes. Así que se comprende a través de la intuición, con el gesto adecuado y con la predisposición colaborativa, pero para lograrlo, hay que tener una mente agudizada o que se va agudizando a través de la práctica, con la meta de captar todas estas energías que envuelven la comunicación entre practicantes, para que no aparezca el conflicto.

        Es obvio que dentro del campo administrativo – organizativo de un Dojo, la base es el diálogo, establecer los acuerdos pertinentes y el cumplimiento de los mismos para erradicar los problemas.

        La separación, se relaciona con el principio del cambio, así que “No persigas el mundo sometido a la causalidad, no te entretengas en una Vacuidad que excluye los fenómenos. Si el espíritu permanece en paz en el Uno, estas perspectivas duales desaparecen por sí mismas.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an. Para entender el principio del cambio e ir más allá de él, primero hay que sumergirse profundamente en él y comprender su naturaleza. Por ejemplo, cuando algo ha llegado a su fin, no hay que contemplarlo como el final de esa situación, hay que mirarlo como el nacimiento de otra cosa (Musubi), el problema está en verlo como la terminación sin continuidad, es aquí donde no se entiende ni se puede aplicar el principio del cambio, más que nada porque aún no se ha percibido los ciclos de la vida, si estamos atentos, lo vemos a cada instante en la naturaleza, cuando una cosa termina, inmediatamente comienza otra y se renueva.

        Eso es totalmente aplicable en el Keiko, por ejemplo, cuando un compañero hace Kaeshi Waza (una contra a una técnica), se acaba lo que se estaba haciendo, pero no es el fin de la acción, porque a raíz de la contra ha nacido otra nueva forma de comunicación y de relación que puede o no estar relacionado con lo anterior, pero la acción sigue desarrollándose. Pues así es el devenir de la existencia, el problema se plantea cuando nos quedamos bloqueados y anclados en una situación que se cree que ya ha terminado y nos resistimos a aceptarlo.

        La muerte; el río de Heráclito no muere cuando llega al océano, sino que se funde con éste, porque “La existencia es la no-existencia, la no-existencia es la existencia. Mientras no lo comprendas, tu situación será insostenible.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an.

        Lo que me ha impulsado a escribir ésta editorial, es que hace poco me comunicaron que a unos conocidos del mundo del Aikido se les habían muerto unos familiares y su reacción ante ese suceso ha sido bastante traumática.

        Entonces comencé a reflexionar sobre ese hecho y a preguntarme de qué les ha servido tantos años de práctica comprometida (más de 30 años) y de muchos esfuerzos contantes en Aikido, de ahí el título de esta editorial.

        El gran conflicto intrapersonal que tenemos que resolver a lo largo del lapso de una vida, es lo de la “supuesta” muerte y, si somos aikidokas el medio para ello debería ser el propio Aikido, ¿¡verdad!? Porque de no ser así, ¿para qué practicamos Aikido entonces? Por esa razón es lo que comenté al comienzo, la necesidad de la reorientación de la vida y de la muerte al practicarlo.

        La existencia está asocia con Anitya o la impermanencia, por lo tanto, lo efímero está presente en cada instante y en cada cosa que hagamos, que se sea consciente de ello o no, va a depender de la madurez espiritual que se tenga y del estado de la mente del practicante, porque “Cuando captamos el misterio de las cosas en su identidad única, olvidamos el mundo de la causalidad. Cuando todas las cosas se consideran con ecuanimidad (Fudoshin), regresan a su naturaleza original.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an.

        Para la mayoría es difícil captar estas sutilizas, pero para ello también la disciplina nos dota de una herramienta maravillosa, que es el sentido del Ukemi, con él se toma consciencia de cada nueva situación, ¡que no lo captas a la primera! Te vuelves a “levantar” y meditas muy seriamente sobre ello. De ésta manera se va adquiriendo las virtudes compañeras de la realización, que son: la sabiduría, la pureza y el silencio, que nos ayudan a comprender que “Ningún genero de Jiva ha nacido jamás, ni ha habido causa para tal nacimiento. La última verdad es que nada absolutamente ha tenido nacimiento.” Kârika Gaudapada, entonces quiero preguntar ahora, ¿quién es el que supuestamente se muere?

        No solo tenemos que evolucionar con la técnica hacia un Aikido más sutil, más sensitivo y más refinado, también lo debemos hacer con nuestro discernimiento para comprender cuál es nuestra verdadera entidad, “El espíritu de fe es no dual, lo que es dual no es el espíritu de fe. Aquí las vías del lenguaje se detienen, pues él no es ni pasado, ni presente, ni futuro.” Sin Sin Ming de Seng – Ts´an.

Ishana Pérez, Junio de 2023.

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Los altibajos en la evolución

“El aprendizaje es experiencia, todo lo demás es información”

Albert Einstein.    

        No quiero enfocar ésta editorial refiriéndome a las vicisitudes por la que podemos pasar cualquier practicante a lo largo de nuestra vida personal, quiero enfocarla cuando los altibajos se producen en el aprendizaje, ver por qué se originan y qué se podría hacer para que no aparezcan. Lo que sí está claro es lo que produce esos picos en el proceso educativo de cualquier budoka y es la actitud del alumno ante la formación.

        Cuando el estudiante tiene las conductas erróneas y toma las decisiones equivocadas, es cuando aparecen los altibajos en la formación y con toda seguridad la no progresión en la enseñanza, así pues, ¿por qué se produce los altibajos en la enseñanza?

        Por los medios audiovisuales, que a pesar que ayudan a expandir y promocionar las artes marciales, también son los responsable de causar mucha confusión a muchos practicantes y los culpables de la frustración de mucha personas por creer que pueden hacer lo mismo que hacen los actores combinado con los efectos especiales que se añaden a las películas, que aunque nos hagan creer que son reales, son totalmente ficticios, por ejemplo, hay una cosa que se llama gravedad y por muy preparado que tengas el cuerpo no vas a poder dar un salto tan grande para bajar o subir de la azotea de un edificio; otro caso, aun con el cuerpo acondicionado si te golpean éste tiene un límite de resistencia y si lo hacen en una zona vital, con un solo ataque te van a noquean, si no observemos a los boxeadores, eso que se ve en las películas que puedes recibir innumerables golpes como un saco y levantarte sin despeinarte no es real ni va con la condición humana.

        Un vídeo, una película, un actor te pueden inspirar, pero hay que partir de la base de que cuando se pisa el tatami con la buena intensión de aprender, la realidad es otra muy distinta porque los golpes duelen, las proyecciones si no se recepcionan bien te pueden dañar mucho porque el suelo está duro, si no sabes desplazarte te van a dar y muchas veces aún sabiendo hacerlo, porque no eres un superhéroe como en las películas que te teletransportas de un lugar a otro a la velocidad de la luz.

        Por elegir mal el arte marcial que se quiere practicar. Cada persona tiene un tipo de psicología y una estructura corporal, por esa razón debería buscar un arte marcial acorde a sus condiciones, de lo contrario va a salir con una mala impresión y con más confusión que con la que llegó para practicarla.

        Ya dije antes que las decisiones cuentan y marcan mucho, la clave del asunto está en la información previa que se debería conseguir, luego, un buen asesoramiento con personas que conozcan su oficio sería lo ideal, de esa manera siempre se va a ganar tiempo y no se va a derrochar ni energía ni recursos. Por otro lado, si hubiera alguna duda si gusta o no un arte marcial que se quiera practicar, es aconsejable realizar un tiempo de prueba, que con un trimestre es más que suficiente para saber si hay atracción y va acorde con la estructura mental y corporal que se posee.

        Por creer que haciendo “cuatro llaves” ya está todo listo y aprendido, pero no son consciente de dos aspectos fundamentales:

        El primero es su propio cuerpo, porque cuando vieron a quién les inspiró para comenzar a practicar, no se percataron que seguro que esa persona tenía su cuerpo acondicionado para hacer esas “cuatro llaves” que tanto le llamaron la atención.

        El segundo es la técnica, las “cuatro llaves” no se realizan por don divino, detrás de ellas hay muchas horas de trabajo empleadas y muchos recursos invertidos para llegar hacer lo que se vio y que tanto gustó.

        Muchos aspirantes a estudiantes cuando se encuentran con la realidad que poseen sus cuerpos abandonan en muy poco tiempo, porque ellos tienen en su imaginación que el que les motivó tenía la flexibilidad y la movilidad de una cobra, de la cual ellos carecen y claro, no se está dispuesto a invertir el tiempo necesario para acondicionarlo y por mucho que se esmeren en hacer las “cuatro llaves,” no les salen porque no se han puesto las condiciones previas para hacerlas. Ponerse aprueba y tomar retos en la vida está muy bien, pero hacerlo sin conocimiento y sin preparación es un gran problema y siempre termina en un fracaso estrepitoso.

        Por querer probarlo todo y no quedarse con nada, porque hay que saber distinguir entre probar para ver si gusta o no un tipo de arte marcial, que ser una hoja movida por el viento que va de tatami en tatami y no se queda en ninguna parte.

        Luego, si ya se ha elegido practicar un arte marcial, también los hay con éste perfil mental errante, que lo que pretenden es que se les haga una transfusión del conocimiento lo más rápido posible, eso significa que como ya les has explicado una técnica con un determinado ataque, ellos quieren pasar, bien a la siguiente técnica o a la misma con otro ataque, porque consideran que ya eso está dado y quieren hacer otra cosa “distinta”. Es una estructura mental que se da mucho en los tiempos actuales por la inmediatez con la que los practicantes quieren funcionar, pero carecen de la comprensión sobre la importancia de la repetición continuada, de la paciencia con atención y del esfuerzo mantenido en el tiempo con un conocimiento acumulativo.

        Aprender significa adquirir el conocimiento de algo por medio del estudio o de la experiencia y por muy talentoso que se sea, siempre se va a necesitar un tiempo de asimilación - maduración y eso no es compatible ni con las prisas ni las mentes inestables.

        Por tener un exceso de pretensiones; en la Hatha – Yoga hay una máxima que es, “La ambición desmedida siempre conlleva romperse,” esto es, cuando alguien cree que por haber conseguido cierto dominio básico sobre un Asana (postura) y se adentra más allá, ya no en otra distinta, si no en la misma pero más avanzada y se rompe o se hace daño porque aún su cuerpo no estaba, -aunque él creía que sí-, preparado para soportar la intensidad y la exigencia de esa postura superior, cuando pasa eso, es cuando se manifiesta la realidad con dolor y con un daño físico y mental. Por ejemplo, donde casi todo el mundo consigue tropezar es con la postura de Padmasana (la postura del loto), quizás se es capaz de construirla e incluso de estar un poco de tiempo en ella, pero cuando se pretende ir más allá sin preparación y sin dominio (meditar durante media hora), cuando la van a deshacer, es cuando se produce la lesión en las rodillas con todo el perjuicio que eso conlleva para la vida de cualquier practicante.

        Lo mismo pasa en Aikido, muchos estudiantes creen que están capacitados para realizar cosas de los niveles superiores del Kihon, pero se dan de bruces nada más comenzar con un planteamiento más avanzado y para el cual aún no están capacitados por la falta de conocimientos previos.

        Siempre recordaré una vez que un grupo de estudiantes, -se ve que habían visto muchos vídeos de esos donde el Aikido se enfrenta al trabajo de Geri Waza y-, a pesar de mis recomendaciones que no era el momento para ellos de realizar ese tipo de practicas, porque ese trabajo corresponde en nuestro plan de estudios al nivel de Shodan y los que habían realizado la petición pertenecían a la categoría de Kyu, pero siguieron insistiendo en hacer ese tipo de Keiko, así pues, planifiqué una clase especial básica de dos horas de duración con Geri Waza para desarrollar ese tema un poco.

        Cuando ellos se toparon con la realidad en los ejercicios preparatorios que tenían que tomar Ukemi sobre la pierna de apoyo; que si ya de por sí teniendo las dos piernas apoyadas sobre el tatami su Kamae eran inestables y si a eso le sumaban que tenían que buscar el equilibrio correspondiente tanto para realizar el ataque correcto como para responder a la acción de la técnica, de un plumazo se les quitaron las ganas de pedirme más trabajos superiores a su evolución actual, ese tema quedo completamente zanjado sin yo decir una sola palabra, porque tomaron conciencia de golpe que ese tipo de practicas aunque les parecía muy atractiva, a la vez era muy exigente para ellos y sobrepasaba sus capacidades actuales para afrontarlo con seguridad y con capacidad de trabajo.

        Las pretensiones en sentido positivo son importantes porque son metas y retos a lograr, ahora, tienen que ser realistas y que se puedan ejecutar, lo contrario es una fantasía en una mente infantil.

        Por no ver resultados en base al esfuerzo empleado. Esto puede tener una doble lectura:

        La primera es aquel que cree que ha empleado mucho tiempo y mucho esfuerzo para progresar y se queja de que no le llegan los resultados, de que no se siente satisfecho y de que no ve la mejora en su práctica. ¡Bien! Lo primero que hay que hacer en estos casos es ver si esas aseveraciones son realmente ciertas y eso es fácil de testar viendo su asistencia a las clase oficiales; si ha hecho o no una práctica personal y de haberla hecho, cuánto tiempo estuvo y cuál era el programa que ha desarrollado; cuántos seminarios e intensivos ha realizado durante ese tiempo. Porque lo que suele pasar es que alguien se puede quejar porque es un holgazán redomado y lo que realmente pretende es justificarse echando la culpa a otras cosas, incluido al Sensei que le forma, cuando se dan esas circunstancias solo hay dos vías posibles: el estudiante cambia su actitud o abandona el Dojo.

        La segunda lectura es cuando el alumno ha realizado todo lo que acabo de decir y más y los resultados no son proporcionales al gran esfuerzo empleado, aquí hay que tomárselo con calma y hacer un análisis profundo de la situación para localizar dónde está el problema que tenemos encima.

        Por ejemplo, les suele pasar a muchos practicantes que no son conscientes de que la evolución va pasando por estadios y a veces se tarda un poco en llegar o establecerse en ellos, aún habiendo sido trabajador, paciente y constante, así que no queda otra que esperar un poco más y cuando menos se lo esperan, ocurre lo que tenía que haber ocurrido hace algún tiempo.

        Por otro lado está la fase del desprendimiento, esto tienen que ver más con la evolución mental y espiritual del discípulo y que por su puesto afecta a la evolución técnica, así que hasta que no se produzca esa revelación no llega la verdadera comprensión y por lo tanto, el desbloqueo físico, técnico y mental al que se veía sometido el estudiante. Así que hay que seguir en la brecha y no desfallecer hasta que se manifieste Eso que tenía que revelarse.

        ¿Qué tengo que hacer para no tener altibajos en la práctica?

        Cuando se produce el efecto sierra en la práctica es por una serie de factores y vivencias que se juntan siendo capaces de taponar el progreso del alumno. Esas circunstancias pueden ser de índole personal o las propias producidas por tener malas aptitudes o por ejercitarse mal, la primera es responsabilidad exclusiva del alumno y la tiene que solventar él por su propia cuenta; en la segunda y en la tercera, ya participan más actores junto con el propio practicante.

        Como he mencionado más atrás, las disculpas no valen porque “Si no quieres ver tus deseos frustrados no desees jamás sino aquello que sólo de ti depende” Epicteto de Frigia para buscar las causas que obstaculizan la evolución y entre ellas cuál es la que tiene el mayor peso para producir esa ralentización o ese bloqueo en la evolución. Así que lo mejor es examinar los hechos para hacerse una composición de lugar del problema, después, organizar bien las ideas, para acto seguido diseñar y poner en práctica un plan para dar solución a esa problemática, un ejemplo de eso podría ser lo siguiente:

        Revisar la vida personal y ver si está acotado el tiempo destinado a la práctica – estudio de la disciplina.- La mayoría de las veces éste apartado es la causa principal de que se produzcan los picos altos y bajos en la evolución del alumno, por ejemplo, si no se tienen asiduidad a las clases semanales, ¿cuáles son las razones que produce esa discontinuidad?

        Si el alumno es capaz de contestar esa pregunta, seguro que de un plumazo le aparecen las soluciones a muchos altibajos en su desarrollo.

        Examinar el contexto mental que se tiene en ese momento.- Es el segundo campo que hay que ver y que muchas veces está relacionado - conectado con el anterior, por ejemplo, las perturbaciones fuera del Dojo son un problema grabe que puede trastocar el avance de los alumnos, porque los problemas económicos, las situaciones sentimentales negativas, los contratiempos en el trabajo, etc., todos estos aspectos pueden hacer que no se dé el estado mental ideal para afrontar la práctica con evolución.

        Analizar cada uno de los elementos del nivel en el que se está y, de ellos, cuáles se llevan peor o no se les presta la atención debida.- Esto es fácil de realizar viendo cuáles de esos contenidos no se practican y si se hace, plantearse por qué razón no dan el resultado previsto, también puede pasar que quizás no se le ha prestado la atención debida o no se ha empleado el trabajo necesario y, si fuera así, también hay que interrogarse por qué razón pasa eso.

        Siempre hay que analizar cuáles son las causas que producen que no se asimilen los contenidos correctamente, por ejemplo, si en el cuerpo no se dan las condiciones para poder desarrollar la técnica; qué condición física necesitas tener para facilitar ese proceso, porque muchas veces el problema no está ni el la vida personal ni en lo cognitivo, si no en el físico del practicante.

        Diseñar un plan de trabajo realista.- La toma de consciencia de la mala situación, despierta un torrente de energía dormida que no se conocía que se poseía, esto no es ni bueno ni malo, todo va a depender de las decisiones que se tomen, porque al estar empujado por esa fuerza y diseñar algo que está fuera del alcance, está claro que uno se va a estrellar, luego, todo ese potencial de energía que surge, qué recorrido tiene, porque si es corto, está claro que uno se vuelve a estampar contra unos deseos que no se es capaz de gestionar. Entonces, ¿cómo se hace un plan realista?

        1º Dividiendo bien los tiempos y los plazos, esto es muy fácil para nuestros estudiantes, tanto si siguen el sistema de los grados, como el de los niveles de evolución, al igual que si su decisión es hacer una práctica personal como complemento, todo va a depender de la vía que se haya escogido o de cómo se pretenda emplear las herramientas disponibles dentro del amplio abanico que ofrece nuestro método Kuubukan, para todos los casos nuestras temporizaciones son las siguientes:

        Periodo Plurianual, que es el tiempo establecido para asimilar todo el Kihon de forma básica y oscila entre 7 y 10 años, estos tiempos van a depender del compromiso que establezca el alumno consigo mismo.

        Macrociclo, es 1 año de práctica – trabajo – estudio de forma continuada.

        Mesociclo, es 1 trimestre de práctica – trabajo – estudio sobre cualquier meta que se plante dentro del currículum de aprendizaje.

        Microciclo, es 1 mes de práctica – trabajo – estudio, a su vez los hay de 6 tipos: básico, gradual, de desarrollo, de aproximación, de transformación y de ejecución.

        Esto significa que en cada uno de esos meses se trabaja de una manera determinada en base a un desarrollo específico, que a su vez está relacionado con los objetivos que tiene marcado cada estudiante. También cada una de esas seis fases se puede enmarcar dentro de un espacio temporal de un bimestre o de un trimestre, esto va a depender del grado de asimilación que haga el alumno con los contenidos que tienen que integrar, se hace así con el fin de tener un buen desarrollo en los elementos que se estén practicando y, como se puede ver, es un sistema con mucha flexibilidad para la ejecución del plan diseñado.

        Y por último, la parte más pequeña de la estructura, que es la sesión de práctica, con sus metas respectivas a lograr cada vez dentro de la planificación - temporización que haga el alumno con sus contenidos didácticos que tenga que integrar.

        Así pues, dentro de este marco temporal, que en el caso que nos ocupa va desde el Macrociclo (un año) a la sesión (una o dos hora práctica - estudio), el alumno tiene que estructurar y temporizar los contenidos que va afrontar (ver imagen anterior).

        2º Al definir bien claro los objetivos a lograr. Es muy típico no ser concreto en éste apartado, por ejemplo, un alumno dice: ¡quiero dominar 4º Kyu! Eso es muy loable por su parte, pero también es muy abstracto y nada preciso, así que el alumno tiene que concretar cómo va afrontar ese escalón formativo y de forma resumida se puede hacer de la siguiente manera:

        a) Hay que ver si todos los contenidos del nivel anterior que es 5º Kyu están bien asimilados o si hay algunas carencias, porque de haberlas, primero hay que atender a esas necesidades antes de lanzarse a por el nivel superior.

        b) Vamos a partir de la base de que todo lo anterior a 4º Kyu está bien cimentado y se puede disponer de un año para encarar ese reto. Entonces, hay que ver los contenidos de los que se compone ese nivel de trabajo y ver cuál es la exigencia que se pide.

        c) Después, hay que dividir esos contenidos en los meses de que se dispone para realizar la práctica - estudio, acto seguido, dividir los contenidos mensuales en sesione semanales.

        Al llegar aquí ya tenemos hecha la agenda de trabajo, ahora solo faltaría ejecutarla.

        3º Evaluar el estado de forma actual (con el físico), es otra de las consideraciones que hay que prestarle atención y ver si se necesitan cosas para complementar una buena preparación física o si se goza de ella, porque en cada fase de los distintos Microciclos, el ritmo, la exigencia y la intensidad suben y hay que ser capaz de afrontarlos, por ejemplo, no es igual trabajar sobre un par de técnicas en una sesión de una hora, que afrontar un bloque de ellas con el ataque de Shomenuchi; tampoco es lo mismo afrontar un bloque concreto de un nivel (Katatedori Gyaku hanmi y Aihanmi), que todos los bloques de ese nivel de una vez, ya vimos más arriba que el físico cuenta, junto con otras capacidades relacionadas con él, como puede ser la correcta respiración.

        4º Teniendo colaboración y compañía que son dos piezas claves para andar mejor el Camino, bien es verdad que habrá cosas que se puedan hacer solo, pero junto con alguien siempre es más motivador, por otro lado, hay una realidad que se impone y es que se necesita un Uke para realizar la práctica.

        Lo que sí hay que tener presente aquí es que cada cual es responsable de su parte y la colaboración debe de ser con reciprocidad y con igualdad de condiciones.

        5º Estando motivado, esa es una de las razones para no estar solo en la empresa emprendida, porque con toda seguridad llegaran momentos bajos y se harán más llevaderos con la colaboración de otro.

        6º Teniendo la estrategia de la hormiga, que es, “grano a grano y día a día”. Aquí está implícito el no pararse o interrumpir el proceso, el aguante sostenido en el tiempo a pesar de la intensidad de la práctica, junto con que cada sesión se haga con alegría y disfrute, estos puntos son claves para que no aparezca el tedio o la monotonía y se manifieste la evolución.

        Con estos seis puntos es una forma sencilla y fácil de hacer un plan realista para solventar los altibajos que se pudieran tener.

        Recapitular sobre lo producido.- Al final de la realización de un proyecto para mejorar hay que hacer balance y ver si hay flecos que hay que rematar, por ejemplo, un aspecto que no se haya desarrollado lo suficiente y ponerle remedio, esto es importante hacerlo dentro de un marco temporal corto, uno o dos meses, no más porque peligra el desgaste.

        Entonces, ya con pleno conocimiento de lo producido se puede afrontar con solvencia el siguiente reto.

        Hacer todo lo posible para que no se creen las mismas circunstancias que frenaron el progreso anteriormente.- De nada sirve reponerse de una enfermedad (los altibajos) si uno vuelve a ser negligente y comete los mismos errores y vuelve a las mismas situaciones que se le han puesto remedio, dicho de otra manera, establecido en un escalón de progreso no se puede volver atrás, se podrá bajar el ritmo, puede haber un periodo de descanso, pero lo que no se pueden dar son situaciones de regresión, porque de haberlas, lo hecho no ha servido para nada y también demostraría que se sigue siendo esclavo de una mente desordenada.

Ishana Pérez, Mayo de 2023.

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La enseñanza se debe complementar con acción

“La respuesta más rápida es la acción”

Proverbio americano.    

        El otro día le pregunté a una alumna, ¿cuál es la razón para que le imprima velocidad a las técnicas cuando las practicas? Al darme su respuesta y argumentarla según su criterio, ella misma iba tomando consciencia de sus problemas con la Waza al querer trabajar con una velocidad que en mi opinión aún no le va a beneficiar en su proceso de desarrollo.

        Hay cinco preguntas claves que dinamizan mucho el aprendizaje del alumno:

        El estudiantes puede estar trabajando en una tarea, en un objetivo o en cualquier otro cometido que previamente se ha hablado y se ha establecido un acuerdo para alcanzar una meta concreta, entonces su Sensei en un determinado momento le interroga con lo siguiente:

        ¿Qué opinas de tus acciones?

        Esto lleva al alumno a contemplar su realidad de forma objetiva porque le hace pensar sobre sí mismo y sobre su hacer, por ejemplo, si al practicar se ajusta al modelo técnico que se le ha mostrado previamente como Kihon; si se amolda la ejecución a la planificación que está desarrollando, etc.

        ¿Por qué piensas eso?

        Es el caso de mi alumna, le llevo a basar su respuesta en unos argumentos que tuvo previamente que razonar en base a la interrogante y, a su vez, al contemplar su realidad iba descubriendo sus carencias y sus fortalezas sobre lo que está haciendo.

        ¿Cómo lo sabes?

        Es una de mi preferidas, porque va a obligar al alumno a establecer conexiones y relaciones dentro del marco de aprendizaje que sabe y que controla hasta ese momento. Esto es una autorevelación para el estudiante porque es capaz de enlazar muchas cosas que inicialmente para él eran inconexas o que no era consciente de ellas, pero ¡bum! Llego la chispa que conecta todo en base a la interrogante.

        ¿Puedes decirme algo más?

        Esta le da la oportunidad de expandir todas esas conexiones y relaciones que se le han manifestado, también es darle la oportunidad para seguir creciendo.

        ¿Te quedan dudas?

        Esta implica varias cosas: recapacitar sobre lo realizado; apoyo, no estás solo, -soy tu Sensei y estoy aquí contigo como soporte-; le obliga ahondar más en lo revelado como en las respuestas que ha manifestado; prende la llama a otras interrogantes más profundas que le van a surgir en base al trabajo que está realizando con los objetivos que tiene marcados.

        Para que se desarrolle la enseñanza tiene que haber una implicación y una interacción de tres elementos que tienen que estar bien armonizados (Ai), el Sensei, el estudiante y la disciplina o el objeto de conocimiento, en la medida que ese concierto se lleve bien y tenga un compromiso serio, el saber se integrará y se expandirá, lo contrario va a causar grandes problemas.

        Por ejemplo, te dicen, “mira, para conquistar tal nivel tienes que hacer tal cosa,” tú lo reflexionas, lo aceptas, lo interiorizas e incluso puedes llegar a la conclusión intelectual que es correcto lo que te han dicho, por otro lado, con toda seguridad lo ves en los compañeros más veteranos, eso significa que tienes ante ti una prueba evidente y tangible que es correcto lo que te han comunicado. Pero como estés dividido entre lo que piensas, lo que te dicen y no lo concretes en acciones para llegar al resultado planteado, te verás inmovilizado y no serás capaz de generar nada para ti, por lo tanto, la información se te queda en la mente como una idea o como un concepto que no lo concretas en el trabajo que tienes que realizar para llegar a donde te han dicho que tienes que ir, cuando te quedas bloqueado, es cuando estás perdiendo el tiempo y tus recursos para no llegar a ninguna parte, ya lo advierte Takuan cuando habla de “La mente confusa, es la mente que al pensar en cualquier cosa, se inmoviliza allí.”

        Desde el mismo momento que conozcas la teoría, la debes concretar en acciones para que aparezca el conocimiento vivencial. Cuando la enseñanza no se toma enserio es cuando se carece de acciones encaminadas hacia la realización, “tomar en serio” no es venir a clase todos los días, hacer seminarios o viajes de estudio, tomar en serio significa que tiene que haber una coherencia entre lo que se desea, lo que se oye, lo que se ve y lo que se hace, eso es tomarse enserio la enseñanza, todo lo demás son divagaciones de una mente desorientada o una maraña de deseos que no conducen a ningún lugar, ni logran provecho alguno hacia una dirección de progreso.

        Por esa razón es importante el buen consenso entre el Sensei y el alumno para obtener una buena base que de soporte a la construcción de un buen aprendizaje. El estudiante debe ser consciente de las recomendaciones de Johann Pestalozzi para que el resultado de ese proceso se pueda materializar en acciones; se trata de establecer un equilibrio entre la cabeza, el corazón y la mano, o lo que es lo mismo, el método empleado y la planificación prevista de antemano para saber por dónde orientamos nuestro esfuerzo (cabeza); la pasión y la energía que se emplea para desarrollarse en el Arte con alegría y armonía (corazón); y por último, tener una continuidad ininterrumpida en la práctica a lo largo del tiempo para que calen los elementos de la disciplina que se tienen que integrar en el cuerpo, en la mente y en el corazón del alumno (mano).

        Cuando todo eso está bien definido y aceptado no tiene porque haber freno alguno para el estudiante, independientemente de su perfil mental para abordar el aprendizaje. Un buen alumno no debe estar condicionado por su entorno, sino verse potenciado por sus características personales, por sus destrezas y por su valía interna, por esa razón he dicho muchas veces que si un ambiente no es bueno para el progreso del alumno, éste debe de emigrar a otro donde den respuesta a sus talentos y a sus capacidades.

        Se debe de partir de una premisa fundamental para que se produzca un buen aprendizaje, y es, “los alumnos son parte activa a la hora de desarrollar sus propios conocimientos,” no se debe olvidar los porcentajes del 20% (la parte del Sensei) y del 80% (la parte del alumno) que da la tradición, aclarado eso, lo siguiente es que:

        El alumno debe ser el centro del aprendizaje.- Esto significa que el estudiante tiene que tomar las riendas de su educación, pero ¿qué significa eso exactamente?

        Primero, desde el mismo comienzo del aprendizaje el estudiante debe tener acceso a toda la información sobre el proceso que va a emprender.

        Segundo, debe saber y conocer los medios para poder procesar la información, que en nuestro caso es por una investigación - práctica sobre los principios junto a la interacción con los demás compañeros, todo eso sostenido por un método que guíe el proceso y éste debe tener diferentes enfoques para adaptarlo a las distintas psicologías de los diferentes alumnos.

        Tercero, lo que se obtiene tras conocer la información y la puesta en práctica de ésta en la relación con los demás, que a buen seguro va a expandir mucho más los dos primeros puntos, porque se cosechan nuevos conocimientos, el cuerpo habrá memorizado muchas acciones motoras que ayudan al establecimientos de los distintos principios y así la habilidad se verá expandida.

        Y cuarto, los distintos elementos de la disciplina se concretan y tienen una aplicación práctica, es decir, la vivencia y la realización de los fundamentos del Arte en el alumno hace que su consciencia se vea expandida.

        El Sensei debe de proveer de herramientas para que el alumno progrese.- Como director del proceso debe facilitar los instrumentos de fácil utilización pero que a la vez den una gran rentabilidad al proceso de formación del alumno, por ejemplo, dentro del método, ordenar de menor a mayor dificultad los contenidos que el alumno va a estudiar con su práctica personal o en las clases oficiales; en la instalación, prever el tiempo y el espacio para que pueda hacer esa investigación personal sobre la Waza; disponer de implementos que ayuden a integrar mejor la técnica; dar un ejemplo inspirador y tener una predisposición de ayuda y de apoyo constante, etc. Se pueden seguir enumerando más herramientas, pero creo que con las mencionadas se entiende muy bien el concepto.

        El aprendizaje se potencia a través de la experiencia que se adquiere en la acción.- Para ello es imprescindible que la teoría se concrete en acciones, que a su vez aportan conocimiento y experiencia al alumno, pero, ¿como se potencia el aprendizaje en el alumno? Con una autoestima integral que se compone de:

        El aspecto cognitivo que le lleva a sentir y a reflexionar qué piensa sobre la disciplina y cómo aprende. Un alumno que no recapacite sobre esos dos aspectos se va a convertir en un autómata en el aprendizaje y en un analfabeto funcional en el Arte.

        El aspecto afectivo, no se debe olvidar que en la mayoría de los casos se está en un Dojo por dos razones, bien por cercanía o por un aspecto emotivo, éste último muchas veces es el gran obstáculo para marchar de un entorno donde no hay una enseñanza de calidad.

        Viéndolo con una mirada positiva y constructiva, es muy importante encontrarse a gusto, ya no solo con el Sensei, el ambiente, los compañeros, sino con la forma con la que se desarrolla la disciplina, por ejemplo, no se hace el mismo Aikido en todos los lugares, ni a todo el mundo le gusta una determinada forma de hacer Aikido. Para que el aspecto afectivo esté equilibrado, también hay que estar satisfecho con la forma de Aikido que se está practicando en esa escuela donde se está estudiando, lo contrario, va a producir aversión que muchas veces se manifiesta de forma inconsciente desde el mismo momento que se produce el contraste con otras formas de Aikido más depuradas, más rigurosas con los principios y más sensibles.

        El aspecto de los valores personales, tanto para afrontar el aprendizaje, dar solución a las posible dificultades que salgan al encuentro y para alcanzar las metas planteadas.

        El aspecto social, el entorno de formación es una comunidad y en función de la relación que se tenga con ella va a facilitar o a dificultar el proceso formativo. Un clima de armonía entre los miembros del grupo da mucha tranquilidad en la mente y eso está claro que va a afectar a la predisposición para la asimilación de los contenidos que se tienen que integrar.

        El aspecto físico - motor que tiene una importancia clave en el Aikido, si no hay un crecimiento a mejor con el físico y con la técnica, eso va a dificultar el aprendizaje y con toda seguridad llegará la desmotivación en el alumno, porque no se verá capaz de alcanzar lo que ve y que le gustaría hacer.

        El desarrollo de la autoestima integral es una reafirmación en sí mismo que potencia el aprendizaje del alumnado, de hecho, muchas veces hasta que no se establezca bien no se evoluciona con la técnica y menos aún con los principios y con la filosofía del Arte.

        Llegar a realizar la disciplina con la propia visión personal que se posea.- Dentro del proceso tradicional esto se produce cuando se alcanza el estado de Ri o de Kitai, pero antes de eso y cuando el alumno se desarrolle y pula la base (el Kihon) llega un momento donde la disciplina que le ha impregnado la va a expresar con su particularidad y con el estado de ahondamiento al que haya llegado dentro de su espiritualidad.

        Ese proceso se vio en la propia evolución del fundador, que es un marco totalmente aplicable a cualquier aikidoka que quiera ir más allá de las meras apariencias, el problema se plantea cuando se ven atrapados por una visión materialista del asunto, por ejemplo, eso pasa cuando solo se quiere desarrollar el aspecto de la defensa personal o de la eficacia en la lucha, si no se es capaz de transcender esas telas de arañas jamás habrá un conocimiento más profundo y espiritual con la disciplina. La trascendencia no solo debe estar en la habilidad técnica, debe de ir más allá de la mente común u ordinaria.

        Todo esto es una transformación que se produce cuando hay autoindagación e investigación como una parte importante dentro del proceso de llevar la enseñanza a la acción, que debe de comenzar con la base más tangible y más cercana, a la vez que sea fácil de llevar a la práctica, es decir, con la técnica, pero, ¿cómo se hace eso?

        Debe ser un proceso participativo dentro de la comunidad de practicantes, todos ayudando a todos para motivarse y para superarse conjuntamente.

        El objetivo común para todos en cada uno de los niveles de comprensión que se posean, es la de mejorar la práctica a través de la transformación directa y colaborativa.

        Cada actor dentro del proceso de aprendizaje debe tener una implicación activa junto con una mejora dentro de sus propias practicas, que son los distintos niveles en los cuales se estén desarrollando cada miembro del Dojo.

        Cada persona que participa en el proceso está obligada a progresar para que no haya anclas o frenos en la evolución y en la comunidad de practicantes.

        Cada situación que se afronte debe ser analizada, tanto para la resolución de los posibles problemas que puedan surgir, como para ver la evolución que se va logrando.

        La acción como proceso de investigación debe ajustarse a su ciclo cuando surge un obstáculo, éste es:

        La identificación del problema y ver su gravedad para ver cuánto afecta a la dinámica de superación.

        Recurrir a la planificación en su amplio espectro como herramienta para dar solución al problema que ha surgido.

        La acción no debe de pararse para que haya una superación de la dificultad surgida y ésta debe de estar apuntalada por la planificación previa que se ha realizado.

        Hacer reflexión y balance de lo ejecutado para ver si realmente se ha solventado la dificultad que ha salido al encuentro, para que la dinámica se pueda seguir desarrollando según lo programado inicialmente.

        Espero haber demostrado en los diferentes contexto que he descrito que una enseñanza sin acción y sin conocimiento no lleva al practicante a ningún lugar y le hace perder el tiempo. Por el contrario, la actividad continua, ser pragmático y coherente garantiza una formación rigurosa y de calidad allí donde se estudie.

Ishana Pérez, Abril de 2023.

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Escuchar sin distorsión

“Oír es preciso para el que escucha”

Proverbio egipcio.    

        Saber escuchar es una de la capacidades necesarias para progresar en el estudio del Aikido, si bien es verdad que no es el canal de comunicación que más predomina en la enseñanza, es de suma importancia para el estudiante atento, por ejemplo, según los estudios realizados la información que se recibe a través de los oídos es de un 11%, en cambio, a través de los ojos es de un 83%, aunque no llegue al nivel de la vista, está claro que es un porcentaje bastante alto y por lo tanto a tener muy en cuenta en la formación.

        Hay dos tipos de escucha que hay que cultivar para progresar en la disciplina, la que se hace a través de los oídos, que es en la que me voy a ocupar en esta editorial y, por otro lado está la que se hace a través del tacto, ésta última es de inestimable valor en los estados avanzados, pero para los novicios, prestar buenos oídos es primordial para poder comprender y así tener una práctica instructiva.

        Antes de profundizar en el tema es necesario distinguir entre oír y escuchar. Oír es percibir con los oídos sonidos, ello se hace a través de distintos procedimientos fisiológicos y psicológicos. Escuchar es prestar atención a lo que se oye, así pues, saber escuchar implica una actitud, una aptitud, como también el desarrollo de una habilidad, porque saber escuchar es todo un Arte. Por otro lado, al escuchar se crea un canal comunicativo y se comparte un espacio de interrelación estableciendo una conexión emocional. En cuanto a la distorsión, es cuando por no escuchar bien deformamos o interpretamos mal la información que recibimos y casi con toda seguridad que la vamos aplicar mal cuando se practique.

        Otro aspecto importante es que para escuchar bien hay que tener control mental, porque debemos apartar todos los pensamientos que deforman o dificultan la escucha para poder centrarnos en lo que nos están diciendo.

        Para que la escucha sea efectiva exige por parte del oyente una apertura, una motivación y muchas ganas por aprender, esta predisposición que aúna lo fisiológico, lo mental y lo emocional es clave para favorecer el aprendizaje. Es muy común en Aikido que muchos practicantes estén sentado en Seiza en silencio viendo la explicaciones, bien sean cuando son globales o personales, pero carecen de la predisposición adecuada (actitud) para captar lo que se les está transmitiendo y la información les entra por un oído y les sale por el otro.

        Esto nos lleva a los obstáculos para escuchar apropiadamente, que son:

        Aspectos físicos - ambientales.- Que son los ruidos que puede haber en el entorno, eso pasa mucho en los Dojos urbanos, causado por el trafico como por la actividad de las personas, tanto en la calle como en el mismo centro donde se está dando la clase; si la instalación carece de limpieza; por el cansancio de los estudiantes si han tenido un día estresado; por haber poca luz o poca ventilación, aquí también habría que incluir una temperatura inadecuada para poder practicar.

        Aspectos emocionales.- Si hay una perturbación por una preocupación afectiva está claro que va a afectar a la escucha, porque la tendencia mental es dirigirse sobre ese asunto, salvo que haya un buen autocontrol mental, que no suele ser lo habitual en los novicios. Por esa razón es muy importante dejar fuera del Dojo todas las cargas o implicaciones emocionales que se tengan, de esta manera entramos ligeros y despejados a la práctica.

        La ansiedad dificulta mucho la escucha, ésta puede ser por cosas propias de la disciplina, -por ej. la presión de un control del aprendizaje-, como por cosas particulares de la vida personal del alumno. No se debe olvidar, que una de las capacidades internas a desarrollar por parte del estudiantes es la ecuanimidad o imperturbabilidad, es decir, Fudoshin.

        Aspectos mentales.- Como por ejemplo las distintas creencias a lo que se está planteando, esto se da mucho en alumnos con cierta experiencia pero carentes de madurez y mientras se está comunicando sobre lo que se está mostrando, ellos comienzan a especular mentalmente con lo que no están de acuerdo. Esto nos lleva a otro de los grandes problemas para escuchar y es cuando el estudiante tiene un dialogo interior consigo mismo y está completamente ausente con lo que se está viviendo, en estos casos puede que se relacione con cosas del Arte o con cosas personales, por eso dije antes que se puede estar en silencio, pero lo que cuenta es la predisposición interna que se tenga, para así, hacer que cale en él lo que está escuchando.

        Otra arista que dificulta la escucha es la omisión, que tanto se puede dar cuando no se pregunta teniendo dudas, como cuando no se ejecuta como corresponde por no haber estado atento. También están los juicios, es muy típico en estudiantes veteranos cuando no comparten lo que se les está mostrando y desconectan el oído de la explicación, la pregunta es de rigor, ¿a qué han venido? Porque casi con toda seguridad que se estén planteando cosas que aún para ellos son desconocidas aún con su veteranía, porque el tiempo de permanencia en la disciplina no es una garantía de que se posea conocimiento sobre la misma.

        La apatía, que se nota rápidamente por el lenguaje corporal, como también se aprecia el aspecto contrario, que es cuando el estudiante está ávido de conocimiento y tiene todo su flujo mental y corporal en la escucha de lo que está aconteciendo.

        Las prisas es otro de los grandes obstáculos, porque crea mucha inquietud a la vez que dispersión mental y con ese estado no se puede escuchar adecuadamente porque la mente está inconexa.

        Por otro lado están los aspectos que favorecen una buena escucha, que son:

        Adecuar el entorno.- Esto abarca desde la limpieza, la preparación ordenada para realizar la clase, el curso, el intensivo o la conferencia, la ventilación, la iluminación o la temperatura ambiental de donde se va a realizar la transmisión de la enseñanza.

        El preparar el exterior ayuda mucho a los alumnos y al Sensei a focalizarse para que unos puedan recibir bien y para que el otro pueda transmitir en la mejores condiciones posibles.

        La predisposición mental.- De la misma manera que preparamos nuestro cuerpo con el calentamiento para poder trabajar con seguridad la técnica, debemos disponer bien nuestra mente para absorber la mayor cantidad de información posible a través de nuestro oídos, así que hay que orientar bien nuestros radares para poder percibir todos los matices y todas las sutilezas que nos van a llegar cada vez que se explique algo.

        Cultivar atención.- Se hace muy difícil escuchar con una atención deficiente, una de la cosas que perturban mucho es la falta de quietud física, con un cuerpo inquieto, bien sea por aspectos mentales como físicos (malas posturas o falta de dominio sobre éstas, por ej. en la Seiza), difícilmente se va a prestar una buena atención para escuchar.

        Así que aquí hay que contemplar tener unos miembros flexible para que se pueda responder a los periodos donde se está sentado observando y escuchando las explicaciones.

        La importancia del silencio ambiental.- Aspecto clave para que la atmósfera contenga el mensaje que expresan las palabras del comunicador. Esos corros con cuchicheos que se hacen en las esquinas de los tatamis en los seminarios e incluso en algunas clases grandes, es desastroso, primero por la falta de etiqueta que eso conlleva, en segundo lugar, un gran estorbo para los que están prestando buenos oídos a las explicaciones y en tercer lugar, por la gran falta de educación hacia el que está explicando.

        El uso correcto de la mirada.- Como se vio al comienzo, la mirada es muy importante porque es por donde recibimos la mayor cantidad información, después van los oídos, así que aquí el reto está en agudizar la primera para después fundir lo que se ve con lo que se escucha. Esto lleva su tiempo para adiestrar los dos sentidos y hacelos funcionar como un todo al servicio de la fijación de la información, para después incluir un tercer elemento que es la acción.

        La unión de lo que se escucha con la acción.- Haciendo un símil con el proceso de forjar una katana, hay que fundir las distintas capas del proceso de captación de la información para que nos sea rentable e instructivo. Como dije en el anterior apartado de la mirada, hay que fusionar lo que se ve con lo que se escucha, luego debemos añadir en nuestro crisol un elemento más, que es la acción, esto crea con los otros dos aspectos una mezcla que fortalece y afianza mucho nuestro aprendizaje dándole una concepción de globalidad para después ponerlo en practica. Si lo que se ve y se escucha se lleva al campo de la acción, obtendremos un aprendizaje sólido y flexible como el acero de la katana.

        Por el contrario, si no se concreta en la acción de la Waza lo que se ha visto y se ha escuchado, estaremos perdiendo el tiempo por nuestra incapacidad de fusión y por nuestra falta de atención.

        Ser capaz de ir más allá de lo que se escucha.- Una cosa es lo que se escucha o se ve y otra muy distinta es captar lo que está detrás, es decir, el Ura del asunto. Para hacer esa penetración se necesita la perspicacia y la intuición, que cuando se afinan bien, la comprensión se manifiesta en la inmediatez del momento sin el aspecto racional.

        Es un proceso que se hace de forma automática con los distintos proceso cognitivos que ordenan, iluminan y hace que se revele en la mente del estudiante la comprensión en el aquí y ahora, en la mayoría de los casos de forma inconsciente, es cuando te llega esa luz, bien sentado, en casa o practicando y es cuando te dices, ¡haaaaa, era esto!

        Identificación con lo que se escucha.- Para que se produzca lo que acabo de decir en el apartado anterior, el primer paso es tener empatía con lo que escuchamos, si lo hacemos, inmediatamente se llega más allá de lo que nos han dicho por la fusión producida. Por esa razón es importante establecer la conexión y/o el vínculo con el que está exponiendo el conocimiento, porque si no se da es unión, se hace muy difícil absorber lo que nos quiere transmitir.

        Dominar la nomenclatura con la que vamos a recibir la información.- En cualquier forma de comunicación el código por el cual fluye la comunicación es de suma importancia para que exista la transmisión del conocimiento de forma bidireccional.

        Es un aspecto donde muchos estudiantes suelen tropezar, bien por apatía, por desgana o por centrarse solo en hacer figuras en el espacio sin contenido, todo eso entorpece, dificulta y no hace progresar al alumno. La identificación con el Sensei y la disciplina es un asunto de suma importancia, porque si no se domina la terminología con la que trasmite el Arte, es un problema casi insalvable para formarse con él.

        Tener confianza en el Sensei que te explica.- Si no tenemos fe en quien nos esta formando, solo hay una alternativa posible, irse y buscar a otra persona que nos inspire y nos de confianza para aprender, tampoco estaría de más, mirar con lupa antes de acceder a un Dojo la información sobre la formación y la experiencia que posee esa persona para impartir su disciplina. Muchas veces es nuestro desorden mental el que nos lleva a callejones sin salida.

        Debemos tener presente que hay dos niveles en la escucha, uno cuando se hace a nivel global, como por ejemplo, en las explicaciones centrales que van dirigidas al conjunto de practicantes que haya en ese momento en la clase con sus distintos niveles de desarrollo y de comprensión. Aquí cada cual va absorber en función de su capacidad, de los conocimientos previos que tenga y de la experiencia que posea.

        Por otro lado está cuando hay correcciones a nivel personal, que son cosas específicas que van dirigidas a un alumno en concreto y a su realidad, que en este caso la implicación en la escucha y el captar lo que hay más allá de lo que se escucha es fundamental, así pues, se hace imprescindible estar muy despierto porque está en juego la evolución propia.

        En ambos casos se debe cultivar la escucha activa, porque nos va a beneficiar en lo siguiente:

        Va a mejorar la comunicación entre el enseñante y el estudiante.

        Va a impulsar la colaboración entre todos los miembros implicados cada vez que se practique.

        Se va a comprender mucho mejor lo que realmente te están trasmitiendo.

        La conexión emocional siempre será más profunda y más genuina.

        Ayuda a mejorar la empatía y a fortalecer los lazos entre los practicantes y el Sensei.

        Favorece la resolución de conflictos consigo mismo y con los demás.

        Genera autoconfianza y determinación en el estudiante.

        Se fomentan relaciones más armónicas en la comunidad del Dojo.

        Siempre a lo largo de la historia se le ha dado mucha relevancia a saber escuchar adecuadamente por parte del discípulo, de hecho, una de las máximas que se dicen en la tradición para depositar el conocimiento en la siguiente generación es “que se hace de boca a oreja,” la otra forma de transmisión es Ishin - denshin.

Ishana Pérez, Marzo de 2023.

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La etiqueta con las cosas

“Saber desplazar lo que molesta para la limpieza y saber volver a ponerlo en su sitio es un acto sencillo que educa la atención. Decidir lo que se debe tirar y lo que hay que conservar educa el sentido de decisión.”

Tamura Sensei.    

        Es muy normal que los aikidokas pasen por alto el valor que tiene o que hay que darle a todo aquel material que les ayuda en su evolución y por lo tanto, es una parte significativa dentro de su proceso educativo.

        El material es igual de importante como el compañero, porque permite al estudiante ir descubriendo las distintas facetas de la disciplina como sus propias capacidades, tanto físicas como mentales. Los alumnos que desatienden y no cuidan su material de práctica es equiparable a maltratar al Uke con el que se ejercitan habitualmente. Llegar a ese nivel de sensibilidad requiere tomar consciencia de que las cosas aunque sean inanimadas tienen su valor e importancia para el progreso del aprendiz.

        ¿Cuál es la razón de mantener la etiqueta con las cosas que son inanimadas?

        Porque es uno de los medios para comprender y ejercitarse en la disciplina que se practica, por ese hecho es fundamental saludarlas cuando las utilizamos, igual que reverenciamos al Uke para comenzar o terminar cualquier ejercicio. Un ejemplo de eso es el cuidado y el mimo que tienen los practicantes de Iaido con su katana para poder ejercitarse, aparte de ser una parte importante del mantenimiento y de la etiqueta, también lo es por su seguridad y la ajena, tampoco se debe de olvidar que es un arma y no se puede tener de cualquier manera. Pero no menos importante es un humilde Jo, Bo, Tonfas, Shinai, Makiwara, etc., en comparación con la katana como con cualquier otra arma, bien sea de metal, de bambú, de madera o cualquier otro material sintético, todas requieren cuidados esmerados para que se pueda rendir bien con ellas cada vez que se practica.

        ¿Cuál es la importancia de la preparación?

        Es un ejercicio de atención y es una ayuda para unir todas la energía con el objetivo de abordar en mejores condiciones la práctica, por otro lado, es una razón práctica porque “Cuando los bokuto, jo, sandalias, etc., están en su sitio, el aspecto de las cosas es agradable a la vista y son fáciles de utilizar” ibidem, también demuestra el orden mental que tienen los practicantes de esa comunidad. Había un maestro Zen que antes de entrar en el Dojo revisaba como sus discípulos dejaban colocadas las sandalias y así sabía con que estado mental afrontarían la práctica ese día.

        ¿Cuál es el sentido de la limpieza en el Dojo?

        “El Aikido es la limpieza del cuerpo. Hay que eliminar la suciedad y las impurezas del cuerpo y del alma” Morihei Ueshiba. Esto a qué se refiere, solo al aspecto técnico, al entorno o va más allá. Es una reflexión que debería meditar seriamente cualquier aikidoka, especialmente esos practicantes que descuidan la limpieza del Gi, no limpian el tatami, ni sus cuerpos antes y después de la práctica o descuidan todos los demás elementos con los que se ejercitan cada día, como la calidad de sus pensamientos que tanto condiciona el avance en la disciplina, como por ejemplo el que es chismoso.

        Si no se conoce el valor que aporta la limpieza, el orden y el cuidado de las cosas que componen el Dojo, difícilmente se podrá comprender la importancia de la técnica y el trabajo mental en la disciplina. No todo practicante de entrada llega a entender por qué limpia, por qué tiene que cuidar lo que le rodea y para qué lo hace él en concreto, cuando se ahonda en esas cuestiones y se llega a una respuesta clara y diáfana a través del discernimiento, el alumno está poniendo unas buenas bases en su educación, por el contrario, no contestarse o no plantearse esas cuestiones lleva irremediablemente a pensar en Aikido como una actividad de fitness y no como una Vía de transformación personal.

        ¿Cuál es el campo que debería abarca la limpieza, solo el físico; solo el mental; o ambos?

        Esto es comparable a los que solamente se decantan por el aspecto externo de la disciplina y obvian por completo los aspectos internos, es decir, no tienen una comprensión clara de lo que implica la práctica del Arte y andan tuertos o ciegos dentro de su aprendizaje. Los dos campos se interrelacionan y se complementan mutuamente, por esa razón hay que cultivarlos y equilibrarlos si se quiere hacer un Keiko con Ai = armonía.

        ¿Qué es lo que practican esas personas que ni ordenan, ni limpian ni cuidan el entorno donde se ejercitan?

        Hay una gran diferencia entre los Dojos que limpian y ordenan las cosas para practicar y los que no, ¡voy a ir más allá aún! Sus Aikidos son diferentes al igual que sus ambientes y sus talantes. Hay que ser consciente de que la vibración afecta a todos los campos, no es lo mismo comenzar a realizar una sesión con todo limpio y ordenado, que una que se realiza de cualquier manera, las atmósferas son completamente diferentes, pero para captar eso hace falta poseer sensibilidad y tener la mente establecida en un determinado nivel de vibración, si no se está en esa sintonía no se llega a captar esas sutilizas.

        ¿Qué relación tiene la limpieza con la técnica?

        El uso del campo visual.- Hay que adiestrarse en saber mirar para percibir dónde está la suciedad y así poderla limpiar, este simple ejercicio nos va ayudar para cuando tengamos que captar los distintos matices de las técnicas cuando nos las explican.

        Otro aspecto es cuando nuestra vista recorra el entorno y éste esté perfectamente ordenado para comenzar las sesiones de práctica, eso se llamaría ordenar nuestro exterior, que a su vez, va a ayudar mucho y contribuye a establecer un orden interno y a la concentración del alumno para comenzar a practicar, no es lo mismo una visión del entorno armónica y clara producto del orden, que otra caótica y desordenada.

        Tengo un conocido que es gerente de una instalación deportiva, un día decidió habilitar en su centro un área para que las personas pudieran comer después de realizar sus actividades deportivas, pues bien, cuando se abrió esa zona al público las mesas y el suelo siempre estaba lleno de la basura que dejaban los clientes después de comer, ¿cuál fue la solución? Puso de guardia a una persona de la limpieza encargada de recoger inmediatamente la basura que hubiera dejado los usuarios en las mesas o en el suelo, así todos los que llegaban a esa estancia veían que las mesas y el entorno siempre estaba limpio y ordenado, pues en un par de meses ya no fue necesaria la presencia de la persona de la limpieza, los mismos clientes ya no tiraban nada al suelo y al terminar de comer recogían todo lo que habían traído para tirarlo a las papeleras que se habían habilitado para ello. Esto demuestra el poder de la inercia aplicada a la educación en un sentido positivo, porque todo el mundo asumía que al marcharse debía dejar todo en las buenas condiciones que se lo había encontrado, así es o debiera ser un Dojo.

        El trabajo con la energía.- “Tomemos como ejemplo el mero hecho de utilizar la escoba: hay que sujetar el mango con ligereza y hacer llegar el Ki hasta los pelos del cepillo, utilizarlos con agilidad, ligereza y fuerza” Tamura Sensei, acaso no es el mismo planteamiento para poder trabajar con un Jo, con un Ken o con la Tegatana.

        La postura.- Toda acción implica una buena postura para poder ejecutar algo en las mejores condiciones posibles y con el máximo rendimiento, si cuando se limpia no hay una correcta postura el cansancio llegará ante, el desenvolvimiento será mas torpe, con toda seguridad que se limpiará peor y, por su puesto, que una mala postura contribuye al anquilosamiento del cuerpo, como pasaría cuando tenemos que afrontar el trabajo con la técnica.

        El uso del cuerpo.- Está relacionado con el apartado anterior de la postura, no se podrá utilizar bien el cuerpo si la postura y el movimiento es deficiente, por ejemplo, el no saber utilizar los metatarsos al caminar, bien para barrer o fregar el suelo, está claro que va a tener implicaciones con las rotaciones con la técnica.

        No se usa el cuerpo de la misma manera al limpiar siendo ligero y enérgico, que pesado – denso – torpe e indeciso, lo mismo pasaría en la acción con la Waza o con la relación con el compañero de práctica.

        La atención y la concentración (Zanshin).- “Es un ejercicio que, barriendo todos los rincones, permite aprender a ver hasta los aspectos ocultos de las cosas” ibidem. Es responsabilidad del alumno captar lo que está más allá de la técnica que le muestra su Sensei, a más, no es lo mismo limpiar con consciencia de lo que se está haciendo, de lo que está aconteciendo, que estar mentalmente fuera del Dojo con nuestros pensamientos mientras se limpia, esa misma actitud con la técnica es desastrosa para el progreso del estudiante, de hecho, el limpiar y el ordenar todos los elementos previo a la sesión, se debería de tomar como un “calentamiento” mental para estar preparados para lo que va acontecer después con el Keiko.

        El sentido de previsión y organización.- La previsión y la organización nos hace ser más eficaces y perder menos el tiempo, también ayuda a ejercitar la unidirecionalidad de la mente. Para muchos pasa completamente desapercibido que este aspecto conecta y ayuda con el trabajo en la construcción técnica del Omote – Omote y Ura – Ura.

        El cuidado de las armas, keikogis, bolsas, tatami, etc.- Debería ser lo mismo que el cuidado y la atención que prestamos a nuestro cuerpo para asearlo, alimentándolo, darle descanso o cualquier otra atención que tengamos para mejorar su salud y su funcionalidad.

        Todos los elementos son necesarios para poder realizar una buena práctica y hablan mucho de como es su dueño, llego más allá todavía, nos muestra el tipo de Aikido que tiene esa persona por como se comporta con sus cosas, solo basta con observarle en los dos campos y se verá como su estructura mental coinciden perfectamente. “La limpieza constituye una parte esencial del proceso de aprendizaje en todas las disciplinas tradicionales japonesas y es una práctica imprescindible para cualquier aprendiz. Se le atribuye un significado espiritual, pues, en teoría, al purificar un lugar de máculas acrisolamos también nuestra mente." Vida de una Geisha. Mineko Iwasaki.

Ishana Pérez, Febrero de 2023.

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¡Tienes que saber en qué nivel estas!

        Hace mucho tiempo un buen amigo aikidoka me comentó: “Yo sé donde estoy y, yo sé donde están los demás.” Me gustó mucho esa afirmación porque era plenamente consciente de su evolución, de su estadio actual y dentro de su entorno de práctica sabía donde estaban los demás.

        En muchos Dojos se imparten clases donde se suelen juntan varios niveles de desarrollo a la vez, en esos casos, lo que si es común a todos son los contenidos que se desarrollan en esas clases. Pero en esa circunstancia, cada estudiante tiene el deber de saber cuál es su nivel de ejecución en función del nivel alcanzado hasta ese momento en esos contenidos que son compartidos para todos, dicho de otra manera, tiene que saber qué es lo que tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo. Cuando se afrontan dinámicas así, en líneas generales se pueden dar dos tipos de actitudes:

        La primera es cuando dentro de los contenidos que se practican se quiere hacer como hacen los compañeros de menos nivel por dejarse llevar por la apatía y la desgana, por ejemplo, eso suele pasar mucho a los alumnos vagos con los Ukemis y con los desplazamientos, así que cada cual debe saber el nivel de ejecución en el cual está para poderlos desarrollar en la franja de tiempo destinada a ello dentro de la mecánica de la sesión.

        La segunda es cuando se quiere hacer superando los conocimientos y las capacidades que se poseen hasta ese momento, -mas que nada porque ven a sus compañeros de más nivel realizando esos ejercicios de una manera más avanzada-, en éste caso es un gran problema porque no van a poder llegar y lo que es peor, se han olvidado de cuál es su posición-obligación en esos determinados contenidos que se están ejecutando.

        Esto les pasa a unos y otros por su falta de atención - concentración y por dejarse llevar por la inercia, eso significa que hacen lo que no les corresponde y eso es un gran problema para ambos, porque tienen una focalización deficiente dentro de su proceso de formación.

        En la Waza (las técnicas) no se dan esos problemas en líneas generales, porque cada cual hace según lo que conoce en función de la explicación central, más que nada porque los que quieran hacer algo superior no lo van a poder ejecutar por carecer del tiempo y de la experiencia necesaria, por ejemplo, en Tachi Waza, Katatedori Aihanmi, Kotegaeshi (en nuestro método, nivel de 3º Kyu) querer volar sin haber aprendido a ello previamente, está claro que el leñazo va a estar garantizado, es mejor hacer Ushiro Ukemi de base y todos contentos, no se corta las dinámicas, todos trabajan esforzándose según sus posibilidades y todos hacen según sus conocimientos.

        Pero vamos abordar el obstáculo y le vamos a buscar solución a la problemática planteada, que en éste caso sería, ¿qué puede hacer el alumno para realizar lo que le corresponde en clase?

        Evitar las distracciones y estar centrado.- Por todos es sabido que al arrancar en cualquier actividad los primeros 5 minutos cuestan un poco, pero eso pasa en el caso de una sesión de Aikido por haberse saltado todo el protocolo de acondicionamiento mental antes de comenzar la práctica, esto es:

       Al venir desde casa irse concentrando en lo que va a pasar durante la sesión que se va a realizar.

        Al pasar la puerta de entrada del Dojo realizar un ejercicio de abstracción para dejar atrás lo hecho durante el día.

        Desarrollar concentración al cambiarse de ropa en el vestuario, porque es una señal clara que se es consciente de lo que se va afrontar.

        Concentrarse al entrar al tatami al realizar el Rei para acceder a él.

        Ya dentro de éste, no distraerse con los compañeros hablando o con los ruidos externos al Dojo.

        Y por último, el ejercicio de unificación en el saludo inicial dirigido al Kamiza.

        Si se tienen en cuenta todos esos puntos, los 5 primeros minutos no tiene porque haber distracción en el alumnado, porque ya se ha realizado el “calentamiento mental” para afrontar la clase con todas las capacidades bien focalizadas en lo que se va a realizar.

        Por el contrario, al saltarse todas esas fases de acondicionamiento mental, está claro que los 5 primeros minutos o más para abordar los contenidos de la clase, es obvio se van a perder a la vez que el alumno va a estar distraído.

        Mantener un nivel de alerta alta durante toda la sesión.- Esto se refiere a tener un estado de vigilancia o de atención que se debe de sostener durante el tiempo que dure la sesión. Esta disposición del ánimo por parte del alumno se relaciona con la movilidad dentro del tatami, el espíritu de entrega en el trabajo, la determinación para afrontar cada fase de la clase, el atacar al compañero, etc., es decir, aplicarse para sacar el máximo de rendimiento a todos los contenidos de la sesión de práctica.

        Si no se da ese estado de estar solícito y presto, se entra en una espiral de inercia, de apatía, de decaimiento que termina por aburrir al alumno dentro del tatami. Por otro lado, si hay aunque sea una minoría de practicantes con ese humor (bastaría con uno), hay que ser conscientes que van a ser tóxicos para el resto que se está superando a través de su voluntad y esfuerzo.

        Ser consciente de los contenidos fijos que hay en las clases.- Las rutinas o contenidos educativos fijos tienen como objetivo el ayudar a enfocar, dirigir y concentrar la mente en el desarrollo de los mismos, eso quiere decir que ya se sabe de antemano qué va a venir y no es una sorpresa o es algo que se desconoce, eso ayuda al estudiante a que sesión tras sesión se concentre en mejorar cada elemento de esas partes que son permanentes día tras día.

        Por esa razón el estudiante tiene que saber y tiene que tener muy claro las distintas fases por la que va pasando su sesión de práctica, eso hace que su rendimiento sea mayor según va pasando el tiempo.

        Esto es fácil de afrontar, porque si las planificaciones están bien hechas, los contenidos fijos en cada sesión se prolongan bastante tiempo en la programación, así que no es un problema tomar consciencia de ellos para irse superando en los mismos, por ejemplo, en los Ukemis, los desplazamientos, las técnicas, etc.

        Aplicar reglas mnemotecnicas para integrar y desarrollar el aprendizaje.- Para aplicar las reglas mnemotécnicas es fundamental que se domine a nivel de base la terminología del Arte, para poder distinguir bien cada fase, cada ejercicio o cada dinámica. Por otro lado, es importante que si en el Dojo no hay unas reglas mnemotécnicas generales para todos o aún habiéndolas, es muy recomendable de que el alumno haga las suyas propias, para así favorecer la asimilación de los distintos contenidos didácticos.

        Éstas se puede poner en practica desde la explicación central, la relación con el compañero, el uso de implemento/s e incluso en solitario cuando hubiera ejercicios de este tipo.

        Entender siempre lo que se hace.- Hay que practicar con conocimiento aunque se esté imitando, copiando y repitiendo lo mostrado por el Sensei, por una sencilla razón, porque lo que pretendemos al emular, al calcar y al duplicar es hacer nuestro lo que se observo en la explicación central para integrarlo en nuestro cuerpo, por esa razón es importante tomar consciencia de las acciones que se realizan.

        Si no te focalizas bien en tus acciones, éstas serán desordenadas y harás las cosas a trompicones según se te van presentando, pero aquí surge un gran problema y es que al desarrollar así la practica estás actuando con un gran déficit de atención, esto lleva aparejado que tu productividad será baja y nada proactiva, así que no es nada aconsejable esa forma de actuar para evolucionar.

        Otra de las cosas que cada alumno tiene que ser consciente en la dinámica de las clases, es cuáles de las tareas que realiza son importantes y cuáles son claves para él, me explico:

        Las tareas importantes son todas aquellas que son vitales para su progreso, por ejemplo, si no hay una buena comprensión para su nivel en la ejecución de Kokyunage, va a tener problemas siempre que aparezca esa técnica en cualquier contexto: de frente, en Shomenuchi, en Katatedori o por atrás, en Ushiro Waza, etc.

        Las tareas claves son todas aquellas que van a permitir avanzar o frenar su desarrollo, por ejemplo, si no hay una buena técnica de rodamiento en los Ukemis, está claro que eso le va a frenar en su evolución y así con muchos más elementos presentes en las sesiones cotidianas.

        Entonces, el distinguir unas y otras hará que se tome consciencia para concentrarse bien y saber donde tiene que emplearse más a fondo para progresar en un momento en concreto, así que por esa razón, se debe de ser consciente y entender bien lo que está haciendo cada vez que se practique sobre el tatami.

        Ejercitar la memoria corporal en todo momento.- Saber si se está rentabilizando la memoria corporal es cuando se recapitula o se suma de una sesión para otra, al igual que en las distintas franjas de tiempo establecidas en la programación (1, 3, 6 o 12 meses) para ver el progreso del alumnado.

        Los expertos hablan de que los músculo tienen memoria, una razón de más para tener continuidad en las clases y así poder seguir ampliando la memoria muscular, gestual y la consolidación del hábito.

        Otras de las cosas que ayudan a fortalecer y ampliar la memoria corporal es asociar los conceptos en contexto determinados, por ejemplo, siempre es fácil contextualizar la proyección que nos hacen en Koshinage y la razón es muy simple, por lo que implica recibir esa técnica en cualquier circunstancia que nos la apliquen.

        La capacidad que tengamos para que nuestro cuerpo adopte en cualquier acción, -independientemente del rol que se realizando: Uke-Tori, Tori-Uke-, la forma correcta para responder a la acción del otro, es una muestra tangible del dominio que se posee con la memoria corporal y hay tres campos claros para aplicarla y someterla a prueba: la primera es en el trabajo del Uke, la segunda al dejarse llevar o dejarse conducir ( Itai - Dootai) y la tercera, es el cultivo de la acción – reacción en la comunicación entre practicantes durante el Keiko.

        Como se puede ver, hay mucho campo tanto para testar como para desarrollar la memoria corporal en cada practicante, la cuestión es siempre la misma, ¿somos capaces de prestar atención para incrementarla y ejercitarla día a día?

        Acotar el tiempo para realizar las clases semanales.- Nunca me cansaré de decir que en éste apartado está el secreto de la evolución, independientemente del método que se elija para la transformación.

        La razón de ser constante en las clases es para que el cuerpo y la mente identifiquen esos días y esas horas con la práctica – estudio, es decir, establecer un hábito fijo y continuo en el tiempo que va a favorecer la asimilación de los contenidos didácticos. Se relaciona directamente con el punto anterior, “Ejercitar la memoria corporal,” son dos punto que conectan entre sí. En relación con esto, un buen consejo que siempre es recomendable dar a cualquier alumno, es que es importante “Cultivar solo aquellos hábitos que quieres que dominen tu vida” Elbert Hubbard.

        No desatender los cuidados del cuerpo.- El cuerpo requiere cuidados para poder practicar con intensidad, eso significa: cultivar la higiene personal, alimentarse correctamente, descansar adecuadamente, llegar al Dojo con la mente despejada para afrontar las sesiones con lucidez y perspicacia.

        Si salimos de nuestro trabajo muy congestionados por nuestra actividad profesional o personal, quizás pararse a tomar un café de camino al Dojo y despejar la mente sea una buena solución para después poder rendir mejor en clase. Quiero decir, de lo que se trata es que cada cual debe de buscar maneras y formas para relajarse o desconectarse de acuerdo a sus gustos y su estructura mental, con el objetivo de ser productivos sobre el tatami.

        Realizar un resumen mental-corporal de lo practicado.- Dentro de nuestro protocolo de finalización de las clases, una de las cosas que siempre he recomendado a los asistentes es el ejercicio de asentamiento de lo producido en esa sesión, digamos que con ese ejercicio se cierra por completo el círculo de lo acontecido durante esa clase ese día, también se debe de entender como la preparación para la próxima.

        Esa recapitulación es la retención de lo aprendido durante ese periodo de práctica en la consciencia corporal, lo cual es de suma importancia para sumar día a día y así poder tener una evolución continua. Una de nuestras reglas mnemotécnicas de oro es la “Filosofía de la hormiga, grano a grano y día a día” y la aplicamos en todos los campos del Dojo, que a su vez conecta con la filosofía del Kaizen o mejora continua.

        Los estudiantes con mucha inquietud interior y por tanto, con dispersión mental, suelen pasar por alto ésta última parte de la clase, al igual que en la explicación central, que según mi opinión tiene tanto valor e importancia como el aspecto técnico, diría más, es una parte de la asimilación técnica.

        Voy aclarar éste punto porque creo que es clave para la formación. Cada vez que concluya un bloque de la explicación central + la práctica correspondiente, cuando el alumno se sienta otra vez en Seiza para observar lo que tiene que hacer en el siguiente bloque, debería de realizar ese ejercicio de asentamiento. Que tengo que matizar que no es un repaso intelectual, -ver más arriba el enlace del protocolo de finalización de las clases-, porque cuando se aprende la técnica para realizarlo, la mente actúa automáticamente integrándolo.

        Como dice Murakami, solo hay que “Superarse a uno mismo o perder: no hay más opciones,” ¡así de simple! Por eso es tan importante que se sea consciente de saber en qué momento evolutivo se está, de esta manera se sabrá qué hacer y cómo hacerlo, esa toma de consciencia no solo alimenta nuestra motivación, si no que da realismos a nuestra práctica.

Ishana Pérez, Enero de 2023.

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